viernes, 24 de mayo de 2024

El fotógrafo del desmadre popular

Fernando Herráez publica “Ritos ibéricos”, su visión de las fiestas en España y Portugal de los años setenta.

Manuel Morales, Madrid

Fernando Herráez (San Fernando, 71 años) fue uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis. así se autodenominaba el grupo que formó junto a Cristina García Rodero, Cristobal Hara y el fallecido Koldo Chamorro en los años setenta del pasado siglo, cuando recorrieron hasta el último pueblo de España para documentar las fiestas, procesiones, romerías… Pese a la calidad de su blanco y negro clásico. Herráez no encontró quien editase ese trabajo, que abarca desde 1971 hasta 1980, en el que incluyó Portugal y con el que hizo más de 250.000 kilómetros a su Seat 600. “Yo mismo llegué a maquetar el libro, enseñé las fotos en ocho exposiciones por Francia, Alemania y holanda, pero nadie mostró interés en publicarlo… Después lo intenté en España, y tampoco, así que lo encerré en el cajón”, dice Herráez en la sede en Madrid de la editorial Libros.com, la que gracias a una campaña de micromecenazgo va a publicar en marzo, por fin, su retardada obra, Ritos ibéricos. Es un libro de casi 200 páginas con un centenar de fotos, “algo más de a mitad inéditas”, apunta.

Herráez quedó fuera del foco editorial sobre todo porque García Rodero había publicado su histórico libro España oculta en 1989. “Mis posibilidades se volvieron entonces nulas”, señala ”A Cristina la conocí en 1974. Yo iba a la fiesta de Moros y Cristianos y de repente me encuentro a una chica con dos Pentax colgando. ¡Que raro, una chica aquí!”, me dije. Entonces nos presentamos. Ella tuvo luego la suerte de encontrar a la persona adecuada para publicar su trabajo”. Fue en Lunwerg, de la mano del editor Juan Carlos Luna.

Este fotógrafo, que estudiaba para famaceútico, lamenta no solo que su obra sobre los ritos populares en la Península haya permanecido tantos años en el ostracismo. “¿Sabes la cantidad  de trabajos fotográficos interesantes que hay en España y nadie ha sacado? En cambio , lo que viene del extranjero es siempre fantástico… Este país se siniestro para los creadores y si no eres adicto al régimen de turno vas de culo. Yo siempre he sido un ave solitaria, no me ha gustado ni un lado ni otro”, sentencia.

Con una formación basada “en los pocos libros que entraban en España desde Francia” durante el franquismo, empezó a viajar por Europa a mediados de los setenta. “En París me alojaba en la sede de Magnum gracias a que conocía a (Josef) Koudelka. Él me enseñó cómo hacer fotografía. Yo le miraba y estudiaba su técnica, de la que luego procuraba apartarme todo lo posible. Fue de alguna manera el padre de nosotros cuatro. Él me presentó a Koldo y a Cristóbal… pero Koudelka y Cristina nunca se llevaron bien”, recuerda.

Fue en 1973 cuando Herráez conoció al legendario fotógrafo checo. “Había ido a una romería en Andújar (Jaén). Vi a un tipo con cámara, muy alto, con barba, desaliñado y gafas anticuadas. Una pinta extraña. Volví a verlo en la fiesta de la Rapa das Bestas y me acerqué. Le ofrecí dormir en mi tienda de campaña a cambio de pagar la gasolina a medias”. Ahí comenzó una relación que les llevó cinco años por España, Portugal y el centro de Europa. “Aún hoy nos vemos y consevamos una amistad… entre comillas”, afirma. Sobre cómo trabajaba el mejor retratista de la Primavera de Praga (1968) a Herráez le admira que Koudelka solo tardase “cinco minutos en concentrarse”. “En cambio, yo tardaba una hora. Él no paraba de trabajar todo el año, pero la calidad de un fotógrafo está en cómo y cuántas fotos seleccionas, en la edición. Su nivel era brutal”, asegura mientras golpea con los nudillos la mesa.

La imagen perfecta

Aquellos cuatro jinetes del Apocalipsis acabaron finalmente tomando cada uno su camino. “Éramos muy diferentes, pero bien avenidos la mayor parte del tiempo. Nos enseñábamos las fotos, las discutíamos, las desechábamos… durante una época”. El cuarteto llegó incluso a celebrar una reunión en casa de una galerista para formalizarse. “Cada uno tenía un concepto de las fiestas, pero los cuatro teníamos la idea de conseguir la foto perfecta, con la que no hiciera falta un reportaje de 15 imágenes para contarlo todo. Además, la intención era no preparar las escenas, aunque algunos del grupo lo hacían… Yo nunca”. Años después los cuatro volvieron a reunirse. Fue en el despacho de un alto cargo de Cultura del presidente José Luís Rodriguez Zapatero. “Nos dijo que estaban interesados en nuestra obra, pero ¡querían que la cediáremos gratis! Nos levantamos todos.. corte de mangas por aquí y por allá”.

Sobre las fiestas de su libro, las rememora así: “El momento que había en el franquismo para no reprimirse, de irse a un pueblo y poder follar con una tía, de beber… además, el aparato politico y policial hacía esos días la vista gorda. Yo lo que buscaba era gente que se desmadrara y que no le importaara hacerlo delante de una cámara”.

Después, Herráez formó parte de Cover, la gran agencia fotográfica española, fundad en 1979 por Jordi Socías; hizo fotografía industrial y dio clases muchos años, los últimos en la escuela de PHotoEspaña en Alcobendas, a alumnos que ahora han sido mecenas de Ritos Ibéricos, un libro que es solo la punta del iceberg de su producción desconocida. “Tengo maquetados cinco libros sobre España, luego está mi obra personal y la paisajística…¡pero aquí no interesa! Así que la gente no cree que lo voy a hacer, pero cuando tenga 80 años destruiré mi obra.. si llego. Milagro sería que no lo hiciera”.

-¿Por qué?

-Si la fotografía no me ha dado en vida lo que yo quería, nadie se va a aprovechar de ello después de muerto.





Herráez nació en San Fernando (Cádiz), en 1948. En la imagen, mujer de rodillas alrededor del santuario del Santísimo Cristo de Gende (Pontevedra), en 1976.


Romería de Ataúdes en Santa Marta de Ribarteme (Pontevedra) en 1975.FERNANDO HERRÁEZ

El fotógrafo Fernando Herráez publica 'Ritos ibéricos', su libro sobre las fiestas populares en la Península en los años setenta. En la imagen, Rapa das Bestas en Sabucedo (Pontevedra),1973.


El Pais Cultura Sábado 1 de febrero de 2020


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