miércoles, 20 de diciembre de 2023

Desenterrado el olvido

Paco Roca y Rodrigo Terrasa narran con maestría cómo la sociedad española se cimentó sobre el olvido de los miles de ejecutados para instaurar el poder del terror


POR ÁLVARO PONS

Hay una página de El abismo del olvido, la nueva obra de Paco Roca realizada junto a Rodrigo Terrasa, que permite resumir a la perfección esta nueva obra del dibujante valenciano, la historia de este país y, de paso, la magistral perfección a la que ha llegado Roca para crear imágenes que se clavan directamente en nuestras retinas y nos revuelven las conciencias.

Son solo cinco viñetas, que se inician  con una en la que vemos a unos soldados tirando unos cuerpos a una fosa mientras en la cartela de la viñeta se lee "La mayoría de ellos nunca se podrá encontrar ya". Las siguientes viñetas representan diferentes momentos del desarrollismo urbano de cualquier pueblo de este país, y la fosa, siempre ahí, va quedando relegada a un espacio sin nombre sobre el que hoy unos jóvenes comparten diversión en la terraza de un restaurante de una franquicia americana de fast food. Una imagen final que se cierra con una frase demoledora: "La democracia se cimentó sobre el olvido".

No se puede ser más contundente, más devastador en su conclusión: los miles de fosas que se cavaron durante el franquismo para enterrar a los ejecutados ocultaron la memoria de los asesinados con tierra y olvido sobre el que se cimentó una sociedad que fue obligada a cerrar los ojos para no ver. Ese es el argumento de El abismo del olvido, la historia de este país y el talento inconmensurable de Paco Roca para narrar crónicas.

La historia de esos miles de desaparecidos es la de Pepe Celda, un agricultor de Massamagrell que solo era culpable de ser ciudadano de la república y parte necesaria de la cuota de sangre con la que mantener el poder por el miedo. Fue enterrado, junto a casi 200 personas más, en la fosa 126 de Paterna, una más de las 180 que se abrieron en el cementerio de esa localidad. Muertos silenciados bajo las lápidas de los muertos sí recordados, una paradoja a la que Pepica Celda no se resignó: quiso seguir la lucha de su madre, Manuela, y recuperar la memoria de su padre. Roca y Terrasa narran ese relato desde una perspectiva tan poliédrica como compleja en su ensamblaje, que pasa desde la reflexión sobre cómo nuestra civilización reconstruye a través de las tradiciones y rituales de enterramiento la memoria de nuestro pasado al dificultoso proceso de exhumación e identificación de los restos, en el que se usan todos los avances de la ciencia forense.

En su andadura, pasado y presente, se van uniendo hasta crear un único relato donde los fantasmas de los ejecutados cuentan su historia, como apariciones tan presentes y conscientes como negadas por la memoria, recordando el sinsentido de sus asesinatos, la injusticia de una represión que exigía sangre para instaurarse el poder del terror, también el poder de todas las personas que han luchado por restaurar la dignidad de los fallecidos. Pero la mirada de El abismo del olvido se dirige también a todo un proceso político que tiene en la Ley de Memoria Histórica un punto de inflexión que, por desgracia, ha sido torpedeado continuamente.

Plantea un discurso perfectamente hilvanado que reivindica la memoria desde una perspectiva que deja inservible cualquier argumento partidista porque apela a un sentimiento de transcendencia que ha construido la civilización moderna cimentándose en el recuerdo de nuestros muertos, evitando la verdadera muerte que supone el olvido. Un abismo sobre el que ninguna sociedad puede construir su presente: Roca y Terrasa reivindican que los enterramientos son el mensaje que mandamos al futuro sobre  quiénes fuimos y quiénes queremos ser como sociedad, el registro de nuestra historia.




El abismo del olvido

Paco Roca y Rodrigo Terrasa

Astiberri, 2023

296 páginas. 25 euros


El Pais. Babelia nº 1.673. Sábado 16 de diciembre de 2023


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