Bamf!
A veces se da por hecho que la calidad de un cómic está directamente relacionada con su profundidad. Otras veces, con lo innovador de su propuesta. En algunos casos, sin embargo, el mérito de un cómic reside en la capacidad de su equipo creativo para dar lo mismo de siempre, pero de forma brillante. Por utilizar un símil cinematográfico: a veces es demasiado obvio darle el premio al actor o actriz que ha interpretado a un personaje excéntrico o terriblemente dramático, porque es llamativo. Sin embargo, es muy interesante y complicado encontrar a alguien que haya representado un papel repetitivo o anodino con una maestría fuera de lo común.
Kate Bishop: Ojo de Halcón —Hawkeye a secas en su edición americana, puesto que ambos superhéroes comparten nom de guerre simultáneamente, un asunto llevado de forma hilarante en estos tiempos de controversias sobre el legado superheroico— es un nada velado homenaje al noir salpicado de humor negro, chascarrillos y proezas detectivescas amateur que nos recuerda a propuestas teen noir de culto como Veronica Mars (The CW Network, 2004-2007) o Brick (Rian Johnson, 2005). Aunque es una continuación directa de sus aventuras conjuntas con Clint Barton —el Ojo de Halcón original—, nos encontramos ante un nuevo comienzo que rompe con el pasado y que no solo no requiere lecturas previas, sino que enriquece las etapas anteriores.
Después de varios años construyendo una divertida, compleja, turbulenta y humana relación de amistad con Clint Barton, el vengador más vapuleado por la vida, Kate Bishop —ex-joven vengadora adinerada— se aleja del bullicio superheroico neoyorquino y de su también compleja y turbulenta vida familiar para encontrar su lugar en Los Ángeles. En Venice Beach establecerá su propia agencia de detectives, donde los problemas y las casualidades misteriosas la perseguirán sin cesar, como a todo detective hard-boiled que se precie. Eso sí, la distancia no evitará que la serie nos deleite con divertidísimas referencias puntuales de actualidad superheroica e invitadas especiales como Jessica Jones o Laura Kinney —Lobezna— y su sidekick Gabby.
Secundaria de lujo en el histórico Ojo de Halcón de Fraction, Aja y Hollingsworth, co-protagonista de lujo en la etapa de Lemire y Pérez, ahora Kate se permite el lujo de volar sola, y es fácil establecer paralelismos con la trayectoria que su actual guionista ha seguido en Marvel. Kelly Thompson acompañó a Kelly Sue DeConnick en la miniserie Capitana Marvel y las Carol Corps en 2015; más tarde, en 2016, continuó la esperanzadora y tristemente cancelada Fuerza-V iniciada por G. Willow Wilson y Maguerite Bennet; su siguiente parada fue en la colección de la arquera morada. Tanto Kelly como Kate se han encontrado en la primera serie a la que pueden referirse como suya propia.
Kate Bishop da la impresión de haberse escrito sola. Tiene una personalidad que rebosa la viñeta. Es uno de esos personajes molones y sobrados, pero con un corazón de oro. Fue creada por Allan Heinberg y Jim Cheung en Jovenes Vengadores como un personaje badass, ya al nivel de los jóvenes superhéroes antes siquiera de ser ella misma una superheroína. Sin embargo, fueron Kieron Gillen y Jamie McKelvie en el —imprescindible— segundo volumen de la misma serie quienes desarrollaron todo el potencial del sarcasmo millennial, su característica más definitoria.
Gran parte del mérito de que este personaje funcione por sí mismo es su desbordante carisma, pero, ¿podría mantenerse el personaje a flote si dicho carisma no se viera ampliado por su guionista? Kelly Thompson ha sabido hacer suya la voz de Kate Bishop partiendo del discurso de Kieron Gillen, ampliando su sentido del humor y el gusto por los juegos de palabras terribles hasta alcanzar cotas casi arácnidas. Katie se mueve entre referencias culturales y tecnológicas, fallidas en ocasiones, que la sitúan entre la juventud y la madurez, una suerte de equilibrio en el que muchos lectores y lectoras pueden verse reflejados. Junto con su mala suerte, don de la inoportunidad, y resignación «clintbartonesca», percibimos un incansable y casi exasperante optimismo y fuerza para seguir adelante. Eso, y una inabarcable retahíla de one-liners dignos de Horatio Caine.
El apartado gráfico es la guinda del pastel. El brasileño Leonardo Romero, con su línea clásica, sencilla, sosegada, y sus expresiones faciales de dibujo franco-belga, tiene los suficientes puntos en común con la hoja de ruta establecida originalmente por David Aja para los arqueros, pero nos aleja de su concepción de la página como diseño puro, acercándonos más al superheroismo clásico en la línea de la Hulka de Javier Pulido o los números de Spiderman o El Juramento de Marcos Martín. Algo similar ocurre con Mike Walsh, el dibujante elegido para cubrir los descansos de Romero y que ya nos sorprendió en El peor hombre-X del mundo. Dibujantes nada explosivos, pero sí efectivos en las distancias cortas y sorprendentemente ingeniosos en las grandes secuencias a doble página narradas a modo de fotograma.
Son co-protagonistas la colorista irlandesa Jordie Bellaire y el portadista argentino Julián Totino Tedesco, culpables de que la calidad final de un cómic producido en cadena de montaje sea total, y no parcial. Bellaire sigue destacando por su personalidad y la textura de su paleta, por la versatilidad entre escenas y la capacidad para orientar al lector hacia el detalle. Del glorioso homenaje pulp actualizado que Totino Tedesco ha generado en las 16 portadas de la serie, de la estética compacta de Kate Bishop: Ojo de Halcón, se hablará durante mucho tiempo. Esta serie y otras como Guerreros Araña o Mystik U para DC Comics le han garantizado el acceso al podio de los mejores portadistas de la actualidad.
La cancelación de la serie en Estados Unidos en el número 16 —pese a haber sido un éxito de valoración por parte de crítica y público— nos permitirá leer una etapa sólida y sin altibajos que no se verá desvirtuada por el paso del tiempo y el cambio de manos. La serie de Kate y Kelly no revolucionará ningún género, pero hace muy bien «lo de siempre». Y Kate Bishop, si se me permite el juego de palabras, es todo un personaje. Un personaje al que sería genial conocer si existiera en la vida real. Porque sería la risa.
Kate Bishop: Ojo de Halcón. Puntos de anclaje
Kelly Thompson, Leonardo Romero, Michael Walsh y Jordie Bellaire
Panini Cómics
Estados Unidos
Rústica 136 págs. Color
Obra relacionada
Jóvenes Vengadores Vol.II n.o 1-12
Kieron Gillen, Jamie McKelvie y Matt Wilson
(Panini Cómics)
Ojo de Halcón Vols. 1-5
Matt Fraction, David Aja, Matt Hollingsworth, Jeff Lemire, Ramón Pérez y otros
(Panini Cómics)
La Increíble Masacre-Gwen. (vol. 1: Créetelo)
Gurihiru, Chris Hastings y Danilo Beyruth
(Panini Cómics)
Fuerza-V n.o 1-15
G. Willow Wilson, Kelly Thompson, Jorge Molina, Ben Caldwell y otros
(Panini Cómics)
Anuario de comics 2017
Jot Down Comics
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