lunes, 19 de junio de 2023

CINECITTÁ EN ACUARELA Y PAPEL


Jaume Vilarrubí

A cercarse al onirismo felliniano puede parecer una tarea sumamente compleja y siempre sorprendente, pero en las manos de este badalonés se convierte en un retrato fresco y desacomplejado de la última etapa del maravilloso cineasta de Rímini. El autor juega a ser Fellini para hablar de Fellini, un juego metabiográfico en el que conjuga un grandioso escenario para asistir a un ordenado desfile de sus tradicionales filias y fobias, caracterizadas en los personajes que le han acompañado en toda su trayectoria.

Tyto Alba da inicio a su carrera profesional como pintor exponiendo en diversas galerías barcelonesas. Fue en México donde inicia su carrera como autor de cómic, que continúa a su vuelta ilustrando artículos de opinión en prensa. Después de un proyecto de cortometrajes de animación con niños (PDA), firma con guion de Mario Torrecillas su ópera prima a los lápices: El hijo (Glénat, 2009), una angustiosa y opresiva búsqueda materna en un manicomio franquista. Un valiente y arriesgado debut que a buen seguro le sirvió como excelente carta de presentación para permitirle abordar nuevos proyectos, como la adaptación de la homónima novela de Gabi Martínez: Sudd (Glénat, 2011). En 2012 recibe el reconocimiento del Premio Junceda en la categoría de cómic.

A partir de este punto inicia un idilio con Astiberri Ediciones, con quién publicará sus mejores obras hasta la fecha. Con Solo para gigantes (2012, con guion de Gabi Martínez) se acerca a la figura de un zoólogo de origen valenciano degollado en Pakistán mientras seguía la pista del Yeti. Con Dos espíritus (2013), por fin con guion propio, aborda un wéstern crepuscular y poco convencional que da inicio a la que está siendo su etapa de plenitud y que continuará con La casa azul (2014), un homenaje imperecedero a las figuras de Frida Khalo y Chavela Vargas. Con guion de Katrin Bacher dibuja Tante Wussi (2015), una historia familiar de la guionista situada entre la Alemania de la Segunda Guerra Mundial y la Mallorca de la Guerra Civil, que les sirve para recibir el Premio Ciutat de Palma. En 2016 realiza La vida, un astuto retrato sobre la relación de los pintores Carles Casagemas y Pablo Picasso.

Gráficamente se puede calificar a Alba de elegante y sinuoso, de pulso simple pero firme, desprovisto de artificios y abstracciones pero con un realismo figurativo bastante arriesgado, de aspecto sencillo pero de enorme complejidad. Las acuarelas son su marca personal, con ellas dota de volumen sus viñetas mejorando en cada obra, y con ellas está componiendo una carrera cada vez más sólida a la altura de figuras más consolidadas. Su estilo puede recordar tanto por espíritu como por estética a Joann Sfar, sobre todo en la manera en que el autor galo aborda Klezmer (Norma, 2006) o también al propio Christophe Blain. Por otra parte ,sobre la manera de acercarse a las historias, me recuerda mucho a Luís Durán, otro maravilloso autor injustamente poco valorado que, al igual que Tyto Alba, ya ha firmado obras maravillosas que desgraciadamente solo son patrimonio de una afortunada minoría.

Cierto es que todos tenemos en la retina la genial aproximación que hizo Milo Manara sobre la figura de Fellini y Marcello Mastroianni en Viaje a Tulum (Norma, 1999), pero Alba escoge aquí una perspectiva diferente para repasar hechos destacados de su biografía, dando a la ciudad de Roma un protagonismo cenital, que queda bien definido por la inclusión de factores como la niebla o la canícula veraniega. Observamos a Fellini ya desde su etapa escolar con su manifiesta pasión por el cine y el imperio romano, con la curia siempre presente y con la sombra del régimen de Mussolini que impregnan su crecimiento y sus miedos. Su pasado como frustrado decorador de aparadores o su exitoso negocio de caricaturista para los soldados norteamericanos le llevan a conocer a Rossellini, que será determinante para su carrera como cineasta. Su relación con Guilietta Masina más allá del amor, con sus continuas infidelidades y sus ensoñaciones con Anita Ekberg, están presentes en determinantes pasajes del libro. Su relación con Aldo Fabrizi, Ingmar Bergman, o Passolini describe la personalidad muchas veces caótica pero también genial de Federico. El circo y la Cinecittà son dos espacios de confort para el director, espacios de creación e improvisación en donde se siente cómodo, ya sea como espectador o como director. No es casual que el cómic culmine con una de esas escenas corales que tanto gustaban a Fellini.

Fellini en Roma es el resultado de una beca de la Real Academia de España en Roma, dirigida a artistas (Beca MAEC-AECID), pero es también un libro que se mueve entre la vigilia y el sueño alternando caminos de una manera que definió tan bien Segismundo para Calderón de la Barca: «¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción [...] que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.»




Fellini en Roma

Tyto Alba

Astiberri Ediciones España

Cartoné

80 págs.

Color

Obra relacionada

El mago descalzo

Luís Durán

(Ediciones La Cúpula)

Klezmer

Joann Sfar

(Norma Editorial)

Cortázar

Jesús Marchamalo y Marc Torices

(Nórdica Libros)

Las Aventuras de Joselito: el pequeño ruiseñor

José Pablo García 

(Reino de Cordelia)

Gabo: memorias de una vida mágica

Óscar Pantoja y Miguel Bustos 

(Ediciones Sinsentido)


Anuario de comics 2017

Jot Down Comics


No hay comentarios: