sábado, 15 de octubre de 2022

Viñetas dignas de estudio

 Los tebeos son una poderosa herramienta didáctica con cada vez más mayor presencia en escuelas, institutos y universidades

El planisferio de Cantino, reelaborado por el profesor Pedro Cifuentes

Tommaso Koch. Madrid

El profesor y su manual. Durante décadas, la mayoría de las lecciones escolares se construyeron sobre esos dos pilares. Pero las leyes de la física también se descubren en el laboratorio y ver El espíritu de la colmena o Ay, Carmela puede enseñar mucho sobre la Guerra Civil. Hoy hay métodos legítimos y consolidados. Incluso hace muy poco, la educación ha aceptado un nuevo socio: los tebeos. Éstos ya no se consideran unos intrusos sino unos aliados en muchas aulas de Primaria y Secundaria. Y la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), junto con la editorial ECC, acaba de configurar la cuarta cátedra en España dedicada al noveno arte. Algún prejuicio aún resiste. Pero está cada vez más desdibujado.

Porque cuando la ilustradora Ana Penyas retrata a su abuela de joven, mirando el techo desde la cama tras su matrimonio prácticamente forzoso, narra en Estamos todas bien la batalla diaria que afrontaron las mujeres durante el franquismo. Y hay maestros que se han fijado en Otzi. Por un puñado de ambar, de Mikel Begoña e Iñaket, para llevar a sus alumnos de viaje hasta el Neolítico. Ya no es solo cuestión de historia y arte: la Universidad Internacional de Andalucía suma tres ediciones de su Máster de Formación Permanente en Medicina Gráfica; Valencia acoge desde el 19 de octubre el I Congreso Internacional Teaching with Comics, con un centenar de ponencias; varios colegios tocas el tema del acoso a través de obras como Subnormal, de Fernando Llor y Miguel Porto, o Jane, el zorro y yo, de Isabelle Arsenault y Fanny Britt. Y existen tesis doctorales en formato de novela gráfica.

"Hace una década diría que la introducción de los tebeos en la universidad se podía cifrar en cero. Estamos aún lejos de una implementación como la del cine y del teatro, ni tampoco hay planes de estudio centrados en el cómic, aunque sí algunas asignaturas, a menudo optativas. Pero vamos por el buen camino", resume Francisco Manuel Sáez de Adana Herrero, director de la neonata cátedra de Investigación y Cultura del Cómic en Alcalá. Desde ahí pretenden impulsar el estudio de las historietas, su difusión y su uso como herramienta didáctica. "Es un espacio para la indagación que está muy poco trabajado", agrega Álvaro Pons, responsable de la Cátedra de Estudios del Cómic Fundación SM-Universitat de Valencia, la pionera en España, allá por 2018.

Desde entonces, el centro de Pons ha lanzado un Aula de Cómic, cursos específicos y premios, entre otras iniciativas. Y, justo estos días, ha obtenido financiación de los fondos europeos para un proyecto que busca formar al profesorado como enseñar a los alumnos el cambio climático a través del tebeo.

"Despierta inmediatamente el interés; propone un lenguaje que el alumnado conoce. Y desarrolla el llamado aprendizaje por competencia: adquieres a la vez nociones relacionada con el tiempo histórico, la destreza de analizar textos o la competencia lingüística", subraya Isabel María Gómez Trigueros, defensora de los cómics tanto en las clases que daba en un instituto alicantino como en las que imparte ahora en la facultad de Educación de la Universidad de Alicante.

Esta experta cita Napoleón, de Liliane y Fred Funcken, y 1212 Las Navas de Tolosa, de Jesús Cano de la Iglesia, como novelas gráficas con las que ha trabajado con sus alumnos. Recuerda que, cuando empezó el proyecto, crecieron los préstamos de las novelas gráficas en la biblioteca escolar. Y detalla cómo aprovechó en el clase el El Cid. Integral, de Antonio Hernández Palacios: por un lado, le permitía mostrar al alumno de la costa valenciana "la planicie castellana, los domos o las piedras caballeras"; introducía, además, conceptos como el "vasallaje". Y el reparto de la herencia del rey Alfonso (que la profesora animaba a reconstruir a sus estudiantes a través de Google Earth), evidenciaba de paso el castigo de nacer mujer en las cortes del siglo XI.

Por suerte, el mundo ha cambiado. Y precisamente dos evoluciones de la sociedad ayudan a entender el abrazo entre tebeos y educación. Por un lado, el cómic ha ganado prestigio y desplegado su poderío cultural. El escepticismo, coinciden los entrevistados, está hoy más que aislado y en retirada. "Discutiendo sobre la viabilidad del cómic como medio para ilustrar un determinado tema algunos me decían que no creían que tuviera capacidad de ser utilizado como fuente histórica. Y que Maus o Persépolis eran solo una excepción", rememora Sáez de Adana.

Al revés, David F. de Arriba reivindica en sus clases de Ciencias Sociales de la Eso en la ciudad de Villadecans (Barcelona) el rigor y la utilidad de Los surcos del azar, de Paco Roca; El arte de volar y El ala rota, de Antonio Altarriba y Kim, o Paracuellos, de Carlos Giménez, para explicar a los estudiantes el país donde viven. O de El príncipe y la modista de Jen Wang, para reflexionar sobre la identidad. El profesor y divulgador Pedro Cifuentes ha ido incluso más allá: repasará el mismo la Historia de España en cómic, después de hacer los mismo con el arte. Su primer volumen, lanzado el 5 de octubre, se centra en la Prehistoria.


El Cid, por Antonio Hernández Palacios


Cultura visual

Por otro lado, en los pupitres también ha habido cambios. Hot Tik Tok es una fuente clave de información, el manga domina entre las lecturas favoritas y, en general, la mezcla de imagen y texto es pan de cada día. Terreno fertilísimo, pues, para el cómic. "El alumnado del siglo XXI quiere una información más breve, a veces incluso telegráfica", destaca Gómez Trigueros. "Es muy fácil que chavales con una cultura visual tan apabullante entren a través del tebeo", amplía Pons. De hecho, sellos editoriales como Cascaborra se están especializando en novelas gráficas de rigor histórico y divulgativo y ECC lanzará en 2023 "una línea para uso formativo, por ejemplo, para aprender matemáticas", como anuncia su director general, Beni Vázquez.

Una mayor participación institucional en su fomento es la petición más recurrente. "Aún estamos en una fase en qué incluirlo en clase depende mucho de la implicación personal", lamenta David F. de Arriba. Los entrevistados también echan en falta más formación para sensibilizar a los profesores. Y, además de asignaturas o cursos de estudios propios, normalizar que los tebeos puedan usarse en cualquier materia. "No con un protagonista especial, sino igual que el resto de herramientas educativas", tercia Pons. Hace nada, el cómic en la educación se parecía a un papel en blanco. Ahora, ya hay un esbozo de futuro prometedor. Sin embargo, las mejore viñetas de esta historia todavía están por dibujar.



Cátedra con financiación editorial

En el comunicado que anunció el nacimiento el nacimiento en España de la cuarta cátedra universitaria dedicada al cómic, en Alcalá de Henares, se destaca que también es pa primera financiada íntegramente por una editorial. ECC aportará 30.000 euros anuales, al menos durante tres años, ampliables. ¿Un acto parecido al mecenazgo o se esconde algún retorno detrás? Beni Vázquez, director general del sello, responde: "Los proyectos de la cátedra los decide única y exclusivamente el director de la misma, y el resto de las personas que la componen. No participamos en ese proceso. Nuestro papel se limita a financia y a colaborar donde se considere que podemos ser útiles".


El País, sábado 15 de octubre de 2022

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