Crecieron con las lágrimas de Heidi y los puños de Mazinger Z. No se apellidan Yakamoto, sino Ferrer o Sánchez. Barcelona rinde homenaje a la primera generación española de artistas 'manga'.
Texto: Jaume Vidal
La prehistoria de la afición al cómic japonés, el manga, comenzó en España con las series de dibujos animados. A mediados de los años setenta, las lacrimógenas historias de Marco y Heidi se incorporaron al universo visual de los niños de la época. Los enormes ojos de los personajes y las eternas escenas ralentizadas se convirtieron en un nuevo modo de ver dibujos animados. Con Mazinger Z y su "puños fuera", la animación japonesa mostró su gusto por la tecnología, las violencia y la lucha del bien contra el mal.
El Salón del Manga y el Videojuego se celebra en la Estación de Francia de Barcelona del 11 al 13.
Los títulos se sucedieron. La serie Candy, Candy incorporó el público femenino a la nueva y creciente estética. Algunas editoriales se aventuraron tímidamente a editar las versiones en cómic de las obras en dibujos animados. Tras los capítulos de Campeones, que provocaron un auténtico efecto hipnótico entre los jóvenes telespectadores y, sobre todo, Dr. Slump, de Akira Toriyama, llegó Bola de dragón (Dragón ball), también de Toriyama. El fenómeno superó todas las previsiones, ya que el público juvenil se lanzó a comprar todo tipo de productos de importación, incluso los cómics originales en japonés. La generación manga había nacido.
Otro punto de referencia fue Akira, de Katsuhiro Otomo, que se convirtió en un gran éxito, tanto sobre papel como en la versión en dibujos animados. A partir de ese momento se produjo el despegue editorial. Planeta-DeAgostini editó la versión española de Bola de dragón. Ediciones La Cúpula lanzó Gon y el resto de las editoriales decidieron mirar hacia el país del sol naciente. Mientras, una pequeña editora de fanzines, dirigida por gente muy joven, apostó por los primeros dibujantes españoles que expresaban con su trazo la influencia japonesa. Camaleón Ediciones puso en el mercado a todos aquellos jóvenes herederos de la estética y la narración japonesas: los mangakas, los primeros artistas españoles del género.
Como culminación a este clima, del 11 al 13 de octubre se celebra en Barcelona la segunda edición del Salón del Manga y el Videojuego, que contará con la participación de las principales editoriales japonesas, algunas de ellas con cifras de venta de seis millones de ejemplares. También se presentará una exposición dedicada a los mangakas españoles y se dedicarán diversos espacios al aprendizaje y realización de mangas.
Ninguno pasa de los 25 años. En nómina figuran varias chicas, algo inhabitual en el mundo de los tebeos. Son una pesadilla para los puristas. Y lo más fuerte: alguno supera en ventas a autores consagrados
Vanesa Duran (Santiago de Compostela, 1972), ganó un premio en la primera edición del Salón del Manga. La editorial Camaleón le dio una oportunidad. "A los 11 años me pasaba el día frente a la televisión. Grababa todas las series de dibujos, paraba el vídeo y dibujaba las escenas".
Ismael Ferrer (Sabadell, 1971) es un caso raro: se interesó por el manga en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona. Su objetivo era, sin embargo, dedicarse al cine. En la universidad conoció a un grupo de locos autodenominado La Penya, con los que creó Mondo lirondo, un innovador fanzine. Es el padre de la revista Neko (gato, en japonés) y ha obtenido mucho éxito con un manga erótico (Yoko).
Javier Sánchez (Valencia, 1974) está considerado como el primer dibujante español de manga. Con su obra Sueños (Glénat) puso en alerta al mundo editorial español. Un tebeo erótico realizado al modo japonés por un chaval español vendía más ejemplares que prestigiosos y mitificados autores extranjeros. Como a otros, la afición al manga le llegó de las series de televisión. Del cómic japonés adora el exotismo de sus escenarios y el estilo narrativo.
José Miguel Alvarez (Granollers, 1971) tiene una visión del manga poco ortodoxa. Su estilo bebe de series japonesas (Mazinger Z, Dr. Slump, Akira...), los primeros trabajos de Disney, los personajes de la Warner, Ren y Stimpy, cómics japoneses, los primeros números de El Víbora, Cimoc, Metal Hurlant... Su gran éxito manga ha sido la serie Chichi Squad, publicada por la editorial Glénat.
Nacho Fernández (Bilbao, 1973) y Alvaro López (Vito¬ria, 1975) forman un tándem revolucionario en el manga español. Con el nombre de Hi No Tori Studio crearon Dragón fall, un tebeo con una tirada de 10.000 ejemplares mensuales. Según ellos, hay dos tipos de consumidores: "Los locos encerrados en su mundo de papel y los visionarios y/o eruditos que venden al resto del mundo su biblia en viñetas".
Nuria Peris (Mataró, Barcelona, 1972) forma parte del grupo de mujeres que el manga reclutó para el cómic. Comenzó ilustrando merchandising de productos relacionados con los tebeos japoneses, lo que le llevó a dibujar historietas de manga. Empezó tarde, con 22 años. "Me encuentro entre esa generación que hace 20 años se sentaba frente al televisor extasiada con Mazinger Z". Entre sus trabajos más destacados se encuentra el cómic de 28 páginas Akuma, realizado junto a Roque González y publicado por Ediciones Camaleón.
EL PAÍS DE LAS TENTACIONES Viernes 11 de octubre 1996
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