lunes, 25 de septiembre de 2017

Vance / Van Hamme XIII


Jordi Sánchez

XIII Vance/Van Hamme


Grijalbo-Dargaud

No es improbable que el lector receloso, cegado por lo evidente, caiga en la tentación de juzgar al prolífico Jean Van Hamme como «uno de esos autores que, aunque con cierta gracia, siempre escriben la misma historia». Y es seguro que es el propio autor belga el culpable del dislate: su reino no es de este mundo. La apuesta narrativa de Van Hamme chirría a menudo en un medio en el que la parca imaginación parece generalizada, y las urgencias arguméntales son moneda común. Ante este mundo de argumentos fabricados con anécdotas despachadas a vuelapluma, Van Hamme aboga por la resurreción de materiales nobles, por el trazado de nuevas geometrías para elementos ya conocidos. Y, no hace falta decirlo, todo ello desde los estrictos dominios de la ortodoxia.

Oigo voces exaltadas que acusan al belga de tramposo; tienen razón: la trampa es el combustible (¿inagotable?) de su literatura más característica; escamotear información al lector, jugar con él, si se hace bien, puede ser un bello recurso. Van Hamme lo hace condenadamente bien.

He hablado de la literatura característica de Van Hamme, lo cual es, probablemente, un concepto erróneo. Intentar hallar una literatura verdaderamente característica entre toneladas de papel (el belga lleva cerca de veinte años escribiendo novelas, guiones de cine, historieta y televisión), acaso sea un trabajo tan arduo como finalmente infructuoso. Aunque, desde luego, no sería gratuito aplicar lo anteriormente dicho a dos de las obras que han convertido a Van Hamme en uno de los maestros indiscutibles de la historieta actual; dos seriales modélicos cuyos últimos volúmenes aparecieron casi simultáneamente el presente año: XIII y Largo Winch.

Como cabía suponer, Por María, el noveno título de XIII, es una nueva vuelta de tuerca en el angustioso periplo vital de Jason MacLane, alias Jason Fly, alias mil personas más. MacLane, definitivamente proscrito tras haber despechado al corrupto presidente Sheridan, aparece en el punto de mira de una ignominiosa organización secreta, que pretende sus servicios, a la par que es codiciado por el Padre Jacinto, líder espiritual de un grupo de rebeldes centroamericanos, quien le asegura que su verdadera identidad es la de Kelly Brian, un tránsfuga del IRA, casado con la hija del presidente electo y derrocado de Costa Verde. XIII cae, así, de nuevo en una demencial espiral de revelaciones, en un nuevo capítulo del inclemente juego de espejismos en el que se ha convertido su vida. La genial arquitectura escénica de Van Hamme alcanza un nuevo cénit en esta Por María, embrión de otro desfile de piezas clave que no llevan a ninguna parte. El último, por el momento, capítulo de una soberbia tragicomedia policial, eterna metáfora de una indagación en la incordiante, dolorosa, deriva vital del ser humano.

El boceto argumental de Largo Winch es similar al de XIII; el problema no es ahora la identidad de un hombre, sino los contúrbenos enemigos que un joven, un heredero multimillonario aterrizado súbitamente en el mundo de las altas finanzas, se ve obligado a encarar con gallardía.
Tras haber acabado con el conspirador de los dos primeros álbumes de la serie, Largo se enfrenta, en O.P.A., a serias complicaciones: irrumpen en escena un presunto psychokiller; la decadente actriz Lizza-Lu, un prodigioso producto del lifting capaz de todo por casarse con el dinero de Largo, y la inquietante y bella Melly, una mujer que se debate entre una creciente atracción por Largo y su deber, que parece ser acabar con él.

O.P.A. dibujado por Philippe Francq, abre una linea cuya intriga puede llevar al joven millonario (y al lector) a una suerte de paraíso del suspense hi-tech. Aviso: si Van Hamme se desmelenara y el público apreciara de verdad la historieta, James Bond podría acabar en el ingrato asilo que el último rincón de la memoria reserva para los mitos periclitados.


Un Año de Tebeos 1993. Editorial Glenat


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