Ha retratado a Michael Jackson, Leonardo DiCaprio es su coleccionista número uno y Lady Gaga le roba las ideas.
El padre del surrealismo pop inaugura en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga su primera retrospectiva europea.
POR BORJA BAS / FOTOGRAFÍA DE LUPE DE LA VALLINA
Esta porcelana hecha carne y el lienzo de Dangerous, de Michael Jackson, se exhiben en la muestra que acoge el CAC de Málaga hasta el 5 de marzo.
HAY DOS personas por las que Mark Ryden (Medford, Oregón, 1963) prefiere que no le pregunten: Michael Jackson y Lady Gaga. El primero propulsó su carrera al encargarle la portada del disco Dangerous (y le hizo firmar una cláusula de confidencialidad); la segunda copió la idea del vestido de chuletones de un cuadro suyo (sin citar la autoría de Ryden). Sin pretenderlo, este singular artista salido del underground ha visto su nombre unido al de innumerables celebridades.
Abraham Lincoln es una aparición recurrente en el universo entre inocente e inquietante del artista.
Intentar acotar en unas pocas líneas todos los referentes que integra en su obra resulta complicado. Ryden traslada a las fronteras de un mundo onírico plagado de lecturas sobre la inocencia, la ecología, la carne o la muerte. Incluso deja espacio para la fe o la política, con la aparición recurrente de Jesucristo (perdido en un cuarto de niños o pedaleando sangrante sobre una bicicleta) y Abraham Lincoln (regentando una carnicería o conduciendo un tren de juguete). Él prefiere dejar las metáforas al espectador. "¿Para qué poner palabras a lo que alguien puede experimentar ante una pintura?".
Ryden y su mujer, la también artista Marión Peck (presente en la entrevista), acaban de abandonar Los Ángeles para instalarse en Portland. "Para el arte son mejores los días lluviosos: enciendes un fuego, haces un té y te pones a pintar", sonríen. Estuvieron tres meses empacando las antigüedades y cachivaches que pueblan su gabinete de curiosidades y muestran orgullosos en un vídeo en su iPhone los dos camiones gigantes que contrataron para la mudanza.
En este tiempo no solo ha cambiado su paisaje cotidiano, sino el de todo su país. Casi no hace falta ni preguntar por Donald Trump. "No conozco a una sola persona que lo aprecie. Hablamos del 11-S como el peor día de la historia de EE UU, pero para mí es aún peor el pasado 11 de noviembre, cuando desperté y Trump era presidente. Es una pesadilla para todo el planeta. Ese discurso suyo de 'Hagamos América grande otra vez'... ¿Adonde quiere volver?, ¿a cuando las mujeres no podían votar, a la segregación...? Su retórica es peligrosa. Como artista, te preguntas qué cartas tomar, si incorporar su personaje a tus obras o no. He pensado mucho en esto y aún no sé cómo canalizarlo; lo que si sé es que frente a un mundo de horrores es esencial ofrecer una ventana al asombro y a la imaginación".
Alaska y Mario Vaquerizo flanquean la escultura Wood Meat Dress.
Queen Bee explora otra de sus obsesiones: las abejas.
Aurora, un lienzo de tres metros de alto, evoca su pasión por El Bosco.
Ryden reinventa la era victoriana en obras como The Parlor, que abre la visita al CAC de Málaga.
El Pais Semanal Nº 2.104 / Domingo 22 de enero 2017
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