miércoles, 20 de julio de 2016

Entre el pincel y la fotografía por Gabriel Nardelli

 La protagonista de La señal (1899), de John William Godward, de visita en La Pedrera de Barcelona.

Uno de los integrantes del cuadro Los alegres barqueros (1846), de George Caleb Bingham, en el Brooklyn Bridge Park de Nueva York.

Una pintura, una fotografía y dos épocas distintas fusionadas en una imagen con la pasión de quien quiere ver más allá. La postura, la actitud, la vestimenta..., todo influye a la hora de integrar el arte del pasado en espacios públicos del presente. De Millais a Rousseau, de Londres a Nueva York, el artista Gabriel Nardelli propone un mundo lleno de contrastes.

 POR CARMEN GURÍ

DECÍA LEONARDO da vinci que el ojo recibe de la belleza pintada el mismo placer que de la belleza real. Así, como si se tratase de un espejismo, el artista brasileño Gabriel Nardelli integra con técnica y desenfado a los protagonistas de cuadros de diferentes épocas pictóricas en escenarios cotidianos. No son pinturas, no son fotografías, son collages. Las imágenes creadas por Nardelli en su trabajo The Canvas Project son composiciones digitales en las que la ingenuidad de los personajes de Rousseau pasea en calesa por las calles de Barcelona, las exóticas bailarinas de Ziesenis se convierten en inesperadas acróbatas de supermercado, o los encantadores niños de Millais hacen turismo por Londres. Descubrir qué lienzo esconde cada imagen o qué realidad se percibe en cada cuadro es parte del encanto de este proyecto. Un viaje a través de la imaginación del autor, que un día decidió volar entre pinceladas del pasado al presente con Photoshop como máquina del tiempo. -EPS


La mujer en En el reloj de sol (1890), de Henry John Yeend King, sobre una imagen del metro de Nueva York.

El personaje de Tarde de verano nórdico (1900), de Richard Bergh, fija su mirada en el Parque das Ruinas de Río de Janeiro.

La calesa del padre Junier (1908), de Henri Rousseau, en el paseo de Gracia de Barcelona.


La niña del lienzo Patitos (1889), de John Everett Millais, en los Kensington Gardens londinenses.



La bailarina Annette Kobler, retratada por Bartholomeus Ziesenis en 1812, en un pasillo del supermercado británico Asda.



La bañista (1879), del pintor francés William-Adolphe Bouguereau, trasladada a la medina de Marraquech.



La crucifixión con la Virgen y San Juan (sobre 1924-1925), del holandés Hendriok ter Brugghen, en la orilla del rio Támesis (Londres).

El Pais Semanal nº2.076 / 10.7.2016

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