viernes, 3 de junio de 2016

Chispazos eléctricos

Ejemplo de la juventud de espíritu de la editorial La Cúpula es 'Voltio', revista que presenta el trabajo de una nueva generación de historietistas.

JAVIER FERNÁNDEZ


VOLTIO, 1. VV. AA. La Cúpula. 124 páginas. 12 euros.

Si hay una editorial de cómic en España que haya hecho propia la frase "Renovarse o morir", esta es La Cúpula. Con casi 40 años de historia, su catálogo siempre ha procurado reflejar los límites cambiantes del arte de la historieta mediante una búsqueda incansable de las propuestas que mejor definen cada momento. No sé cuántos autores, nacionales e internacionales, han debutado en nuestro país de la mano de La Cúpula, pero son legión, y esto es algo que los lectores no podremos agradecer nunca lo suficiente. Uno de los vehículos principales de dicho escaparate de tendencias fue la revista El Víbora, que aunaba las páginas más cutres y las más sofisticadas de toda suerte de latitudes. Hubo allí cabida para la experimentación formal de, qué se yo, Art Spiegelman o Muñoz y Sampayo, y para las transgresiones éticas de Nazario o Martí; para el erotismo delicado de Cadelo o el porno de Mónica y Beatriz, por citar solo un puñado de nombres al azar.

Con un pasado tan lúcido, y dejando aparte vacas sagradas, La Cúpula hoy poco se parece a la de entonces, aunque sigue firme la voluntad de hallar joyas inéditas o menos habituales. Ejemplo de ello, y de la juventud de espíritu de la editorial, es Voltio, la nueva revista recién alumbrada. Con un formato similar a la americana Mome (que también llegó a nuestro mercado gracias a La Cúpula), Voltio presenta el trabajo de una nueva generación de historietistas: Powerpaola, Kensausage, Aroha Travé, Ana Oncina, Alex Giménez, Núria Tamarit, José Domingo, Ana Galvañ, Fran Collado, Àlex Red, Antonio Hitos, Alexis Nolla y Andrew Rae. Dice el manifiesto que abre el primer número que "las revistas de cómic no han caído, sólo esperan la vibrante y revitalizadora voz de una juventud coral, briosa, enardecida por la visión de un futuro bañado por el dulce sabor que proviene del trabajo duro y que aplaca la sed del narrador interior". Claro está que es una empresa arriesgada, que demanda el apoyo de los lectores más inquietos, pero ¿no ha sido ese siempre el objetivo de una editorial valiente como La Cúpula? Veremos cómo evoluciona la cosa, por lo pronto yo les invito a asomarse a este divertido e ilusionante ensayo general.

Otro libro que les recomiendo es Duerme pueblo, la estupenda novela gráfica de Núria Tamarit y Xulia Vicente, más madera para que el fuego no se extinga. Es una historia ambientada en el Norte profundo, en una aldea en la que la muerte de un vecino despierta los recelos de la comunidad hacia dos misteriosas mujeres, la bruja Flavia y la cazadora Julia, y que hace buena la máxima de que las cosas nunca son lo que parecen. El guión engancha desde inicio y los dibujos huyen de lo fácil en este libro realizado a cuatro manos.


Y también me gustaría que le echaran un ojo a La favorita, el llamativo libro del autor franco-brasileño Matthias Lehmann, que ya tiene una amplia trayectoria en la BD y ahora debuta en nuestro país. Confusión sexual, delirio gótico y crítica social se dan la mano en este trabajo notable, de hermosa estética.

Malaga Hoy

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