Durero, Rembrandt y Goya, entre los autores de los 40 grabados antiguos que expone la Universidad de Barcelona
JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS Barcelona 14 FEB 2015
COLECCIÓN FURIÓ
Del pintor y grabador francés del siglo XVII Claude Mellan se han perdido la mayoría de sus obras. Por suerte, se conserva una que habla de su maestría y dominio del buril sobre el metal: la imagen del rostro de Cristo que creó en 1649 con una sola línea en espiral que, empezando en la punta de la nariz, se desarrolla hasta alcanzar un conjunto de 159 líneas que nunca se cruzan. El mérito de Mellan está en controlar el grosor que debe tener la línea, y por lo tanto la cantidad de tinta que debe entrar en el cobre para dar forma a la nariz, los ojos, la boca o la barba. Admirada por su virtuosismo esta estampa fue un reto para los que querían demostrar su destreza en el arte del grabado. Una de estas imágenes únicas puede verse, junto a otras 39 creadas por artistas de la talla de Durero, Rembrandt, Piranesi, Tiépolo o Goya, en la exposición El arte del grabado antiguo instalada hasta el día 20 en el vestíbulo principal y en la biblioteca del edificio histórico de la Universitat de Barcelona.
'El paseo', de Alberto Durero, realizada alrededor 1498. (192 x 120 mm).
COLECCIÓN FURIÓ
'Fiesta flamenca', de Nicolaes de Bruyn, a partir de la obra desaparecida de D. Vinkboons. De 1602. (443 x 708 mm.).
COLECCIÓN FURIÓ
'El jugador de golf' de Rembrandt, 1654. Aguafuerte (95x143 mm.) COLECCIÓN FURIÓ
Pero otras se crearon exprofeso. Entre ellas, algunas de las que se pueden ver en la exposición de autores tan conocidos como Rembrandt, del que se puede ver uno de sus autorretratos, de 1638; Durero, con obras como El paseo y El cocinero y su esposa, pintados entre 1496 y 1498 o Modo de volar, de Francisco de Goya, creado para la serie Los disparates entre 1815 y 1919. “A Goya se le considera el último autor de grabados antiguos”, comenta el experto junto a su imagen. También otros autores menos conocidos como Hendrick Goltzius, creador de La Anunciación (1594), o Aegiduis Sadeler, que realizó La Sabiduría vence a la Ignorancia, imagen de la exposición que preside la fachada principal del edificio de la Universidad que construyó Enric Sagnier. “La más adecuada para ser expuesta en un centro como este”, explica el experto.
'Santa Tecla intercede para la liberación de la peste', de Lorenzo Tiepolo. alrecedor de 1760. Aguafuerte y punta seca.
Furió no destaca a ninguna de las imágenes como su preferida, pero si señala la estampa La fiesta flamenca de Nicolaes de Bruyn (1620) basada en una pintura perdida de David Vinkboons. “El interés no radica ni en el diseño ni en la sintaxis del grabador, sino en la acumulación de personajes y situaciones además de su valor como testimonio histórico de la cultura flamenca”. Se entretiene en El jugador de golf, un aguafuerte realizado por Rembrandt en 1654 en el que se ven tres planos e intensidades de diferentes y destaca, por su rareza, el grabado Joven dibujante de Gilles Demarteau realizado en 1767 en dos colores.
'Joven dibujante', de Gilles Demarteau a partir de François Boucher. Alrededor de 1767. Grabado a la manera de lápiz en dos colores (201x140 milímetros).
El volumen publicado junto a la exposición no es una historia del grabado y su evolución. Es un libro para acabar apreciando estas obras creadas entre los siglos XVI y XVIII; una “divulgación especializada”, bellamente ilustrada que permite apreciar estas pequeñas joyas con gran lujo de detalles. “Los grabados antiguos son los que van del siglo XV al XIX. De cada grabado se imprimían unos centenares de copias que no eran infinitas porque las matrices se desgastaban”, explica Furió delante de algunas de sus estampas; trabajos muy poco vistos en Barcelona ya que, explica, en los museos y centros catalanes con colecciones, como el MNAC, la Biblioteca de Catalunya y Montserrat, “tan solo conservan dos o tres de estas estampas”.
El Pais 14.02.2015
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