Un encuentro inesperado
Portada de Carlos Pacheco
I.POWERMANLuke Cage, Hero for Hire. Así rezaba la cabecera del número uno de esta colección, con fecha de portada de Junio del 72, cabecera que, más tarde, en su número 17, seria sustituida por la de Powerman. Héroe de alquiler. Dos términos que no parecían encajar. Pero encajaban. Dentro, Archie Goodwin al guión, y George Tuska y Billy Graham al dibujo, se encargaban de que así fuese. Goodwin no tardaría en ceder su puesto a Steve Englehart, quien no sería sino el primero de una titubeante sucesión de nombres en la que seguirían los de Len Wein, Tony Isabella, Bill Mantlo, Marv Wolfman, y, destacando entre todos ellos, Don McGregor, quien aprovecharía su breve paso para imprimir su personal sello de calidad. La colección vagó así desorientada, y, tras casi cincuenta números, seguía siendo una posibilidad, sin rumbo y sin confirmar. Quizá eso estaba a punto de cambiar.
II. IRON FIST
Corría el año 1974 cuando los Estados Unidos y, por extensión, cualquier rincón del mundo donde cupiera una maniobra comercial, se veían azotados por la imparable ola del furor por las artes marciales. Bruce Lee repartía gritos y golpes por igual en las pantallas de los cines, y David Carradine compartía generosamente sus tribulaciones y la filosofía del pequeño saltamontes desde el televisor. Como un resorte más, Marvel decidió no quedarse atrás, y se sumó al evento con notable fortuna. Con fecha de Abril del 74, el mercado USA acogía dos nuevas colecciones: Shang-Chi, Master of Kung-Fu, que había comenzado a aparecer en el nº 15 de Marvel Special Edition (Dic. 73) y se convertía ahora en titular, recogiendo la numeración a partir del nº 17, y el magazine paralelo en blanco y negro Deadly Hands of Kung-Fu; las glorias que ambas colecciones depararían, principalmente de manos de Doug Moench y Paul Gulacy, han de quedar para otro artículo. Apenas un mes más tarde, la colección Marvel Premiere incluiría en su número 15 a otro nuevo personaje de onda oriental, aunque más integrado en la costumbre superheróica: Iron Fist. En ésta su primera aparición, y merced a la labor de Roy Thomas en el guión, y de Gil Kane en el dibujo, se nos desvelaban los primeros apuntes de su origen, un origen que habría aún de continuar en el siguiente número, junto con sus más inmediatas consecuencias, pero de la mano ya de Doug Moench como guionista y Larry Hama como dibujante. Éstos conservarían la autoría de la colección hasta el nº 19, para ser sustituidos por Tony Isabella y Arvell Jones, autores que tampoco habrían de permanecer mucho tiempo en la serie. El nº 23 traería la incorporación de Chris Claremont, acompañado de Pat Broderick en las tareas gráficas, quien, por fin, en el nº 25, daría paso a quien no era -por aquel entonces- más que un recién llegado: John Byrne.Abandonando Marvel Premiere tras ese mismo número, Iron Fist consiguió el primer número de su colección propia con fecha de portada de Noviembre del 75, al tiempo que Shang-Chi le cedía su puesto en las páginas de Deadly Hands of Kung-Fu, donde el propio Claremont, apoyado para la ocasión por el dibujo de Rudy Nebres,. desarrollaría una extraordinaria saga en seis partes. La colección regular Iron Fist consiguió sobrevivir tan sólo quince números, suficientes para que Claremont y Byrne realizaran uno de sus mejores trabajos en sus respectivas carreras, a años luz de cualquiera de sus actuales producciones. Pero, al cerrar tras esos quince números, Claremont -aficionado ya a la inclusión de multitud de subtramas paralelas- dejaba más de un cabo suelto. La acción se trasladaría así, momentáneamente, a Marvel Team-Up, que, en sus números 63 y 64, reuniría al popular Spiderman con Iron Fist para el cataclísmico final de una de esas tramas inconclusas, la que enfrentaba a Iron Fist con Davos, una especie de medio-hermano de infancia que perseguía su poder. Pero aún quedaban asuntos pendientes.
Ilustración de Carlos Pacheco
III. POWERMAN & IRON FIST
La más reciente incorporación a la fluida lista de autores por los que había pasado el guión de Powerman había sido la de Chris Claremont, en su número acompañado por George Tuska. A unos meses vista alcanzar el medio centenar de números, Claremont, tan acostumbrado a dejar tramas abiertas en sus propia colecciones, decidió cerrar algunas en colección ajena. Así, a caballo entre los años 1977 y 78, aparecieron los números 48 al 50 (Dic. 77-Abr. 78) de Powerman, precisamente los que ahora tenéis entre manos. Respaldado de nuevo por Byrne, Claremont hizo de estos números la prolongación definitiva de la colección de Iron Fist,rescatando y despachando los últimos retazos pendientes de resolución -como el asunto de Misty Knight, alias "Maya Korday", introducida secretamente en la organización del poderoso hampón Bushmaster- y aprovechando para hacer lo propio con el que venía coleando desde aquel primer número de Luke Cage, Hero for Hire: La exculpación de Powerman de un crimen que no cometió, pero que lo había llevado a la prisión de Seagate, donde, precisamente, ganó sus poderes. Byrne saltaría de aquí a ilustrar The X-Men -en realidad lo hacía ya desde un par de meses atrás- y Claremont abandonaría tres números más tarde, dejando esta trilogía como el clásico que ahora os ofrecemos. ■ José María Méndez
Clasicos Marvel nº25 publicado por Planeta-DeAgostini, agosto 1990.
La más reciente incorporación a la fluida lista de autores por los que había pasado el guión de Powerman había sido la de Chris Claremont, en su número acompañado por George Tuska. A unos meses vista alcanzar el medio centenar de números, Claremont, tan acostumbrado a dejar tramas abiertas en sus propia colecciones, decidió cerrar algunas en colección ajena. Así, a caballo entre los años 1977 y 78, aparecieron los números 48 al 50 (Dic. 77-Abr. 78) de Powerman, precisamente los que ahora tenéis entre manos. Respaldado de nuevo por Byrne, Claremont hizo de estos números la prolongación definitiva de la colección de Iron Fist,rescatando y despachando los últimos retazos pendientes de resolución -como el asunto de Misty Knight, alias "Maya Korday", introducida secretamente en la organización del poderoso hampón Bushmaster- y aprovechando para hacer lo propio con el que venía coleando desde aquel primer número de Luke Cage, Hero for Hire: La exculpación de Powerman de un crimen que no cometió, pero que lo había llevado a la prisión de Seagate, donde, precisamente, ganó sus poderes. Byrne saltaría de aquí a ilustrar The X-Men -en realidad lo hacía ya desde un par de meses atrás- y Claremont abandonaría tres números más tarde, dejando esta trilogía como el clásico que ahora os ofrecemos. ■ José María Méndez
Ilustración de Carlos Pacheco
Clasicos Marvel nº25 publicado por Planeta-DeAgostini, agosto 1990.
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