Se reedita 'La Cosa del pantano', la primera obra maestra de
Alan Moore
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La
serie acumuló numerosos premios e hizo al cómic más adulto
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Y
Moore encabezó una oleada de guionistas británicos en EE.UU.
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Una
etapa que se reedita en seis estupendos volúmenes
JESÚS JIMÉNEZ 11.03.2014
La Cosa del Pantano (ecc ediciones), de Alan
Moore, es uno de los mejores cómics americanos de la historia, uno
de los más premiados y además el
inicio de una nueva época, en el mundo del cómic, por dos
razones.
La primera:
significó el desembarcó de Alan
Moore en Estados Unidos, como punta de lanza de una generación de guionistas británicos que
crearían historias más adultas y tramas más complejos, dando lugar a obras
como Watchmen, del propio
Moore, o Dark Night de Frank Miller.
La segunda: el género
del terror experimentaría una revolución, con historias más oscuras pero
también más intensas e
interesantes. No olvidemos que John Constantine (Hellblazer) nació como un personaje
secundario de la etapa de Moore en esta colección. Y La línea de Vértigo (cómics para
adultos con títulos imprescindibles como Sandman o Predicador),
no existiría sin La Cosa del pantano y Alan Moore.
Ahora ecc ediciones
reedita esta etapa, al completo, en seis
estupendos volúmenes.
Portada del primer tomo de ’La Cosa del Pantano de Alan Moore’ecc ediciones |
Si
no te convence el personaje: ¡Mátalo!
La cosa del pantano
fue creada en 1972 por el guionista Len
Wein y el dibujante Bernie Wrightson, que realizaron una decena de números
que ya son clásicos del cómic. En ella nos contaban la historia de Alec
Holland, un científico que era asesinado en el pantano, envuelto en productos
químicos, y regresaba a la vida como un monstruo.
Pero cuando
abandonaron la colección esta languideció enseguida hasta desaparecer. Y no
habría resucitado si no fuese por Wes
Craven (Pesadilla en
Elm Street, Scream)
que se empeño en hacer una película sobre el personaje (bastante floja, todo
hay que decirlo)
Pero no podía haber
una película sobre un personaje que no tenía colección, así que la Cosa volvió al pantanoso terreno de los cómics en
una serie bastante correcta. Pero a la altura del número 20, Len Wein decidió
contratar a un guionista que estaba despuntando en Inglaterra, con series
como Miracleman o V de Vendetta (Aunque no había
terminado ninguna de ellas).
¡Y lo primero que hizo
Moore fue matar al personaje!
Página de ’La Cosa del pantano’, de Alan Moore, Steve Bisette y John Totleben |
Una
lección de... como hacer un cómic
Tras matar al
personaje en el primer episodio, Moore decidió empezar de cero e hizo una autopsia literal y figurada de
la Cosa del
Pantano.
En La lección de anatomía, su segundo número
como guionista, sentó las bases para lo que sería la colección, un relato de
terror pero también una historia
de amor de la
Cosa con el pantano y con su novia, Abby Arcane.
Lo primero que hizo
Moore fue despojar al personaje de sus órganos internos y con ellos de su humanidad. Aunque La Cosa del Pantano creía ser
Alec Holland, se equivocaba. No se trataba de un hombre convertido en monstruo
sino de mucho más, aunque su nuevo estatus en el Universo DC lo iríamos
descubriendo poco a poco. Pero podemos asegurar que se convirtió en "el
campeón de lo verde", en una
auténtica fuerza de la naturaleza.
Y la colección entró
en una parcela del terror que pocas veces se había estudiado antes, con
episodios realmente espeluznantes, como esta Lección de anatomía. Pasó del
terror gótico de los episodios de Len Wein al terror psicológico.
Aunque Moore sabía
mezclar el horror con la defensa
de la ecología, la crítica a las desigualdades sociales y otros
temas de actualidad.
Página de ’La Cosa del pantano’, de Alan Moore, Steve Bisette y John Totleben |
Imágenes
que ya forman parte de la historia del cómic
Durante su etapa en La Cosa del Pantano, Moore se arriesgó a ir más allá en
cada episodio, sin temer la caída en picado en lo ridículo. Y así consiguió
llevar las historias hasta sus últimas consecuencias, como nunca antes se había
visto en un cómic.
Para ello fueron
fundamentales Steve Bisette y John Totleben, cuyo abigarrado
dibujo, se compenetraba a la perfección con los mundos de pesadilla y los demonios interiores y exteriores de
Alan Moore, consiguiendo páginas en las que la vegetación se adueña por
completo de la escena y logrando imágenes absolutamente terroríficas, como los
sueños de Abby, la novia de la
Cosa del Pantano.
Un equipo creativo que
tras unas primeras historias cortas se embarcó en una macrosaga, American Gothic en la que recuperó a
casi todo el panteón de personajes sobrenaturales y mágicos del Universo DC,
que estaban acumulando polvo, como Demon,
El Fantasma, Dead Man, Zatanna y una nueva creación, John Constantine, con el rostro de Sting y su sempiterna
gabardina. Un secundario que enseguida tendría su propia colección.
Pero para leer esa
saga tendremos que esperar a los siguientes volúmenes de esta estupenda
recopilación de una de las mejores
colecciones de la historia del cómic americano y que ya
presagiaba otras obras fundamentales de Moore como Watchmen.
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