lunes, 10 de marzo de 2014

El Salón del Cómic reivindica la función social y crítica del humor gráfico

El Salón Internacional del Cómic de Granada ha mezclado hoy el valor de las viñetas como vía de protesta y reivindicación social con el 'frikismo' de cientos de jóvenes que hacían cola antes de la apertura disfrazados y dispuestos a explorar las 200 actividades de este año.

El Salón Internacional del Cómic de Granada ha mezclado hoy el valor de las viñetas como vía de protesta y reivindicación social con el 'frikismo' de cientos de jóvenes que hacían cola antes de la apertura disfrazados y dispuestos a explorar las 200 actividades de este año.

El recinto ferial de Armilla (Granada), la sede de la XIX edición del Salón Internacional del Cómic, dedicada al humor gráfico, se ha convertido desde primera hora de hoy en un hervidero de jóvenes con los atuendos más dispares mezclados con veteranos autores y editores nacionales e internacionales.
El Salón dedica su programación a destacar las aportaciones del humor gráfico, con un recorrido histórico que repasa el reflejo de la sociedad desde la España franquista que captó Andrés Vázquez de Sola, periodista, dibujante y colaborador de medios como Le Monde, a la acidez de autores como Manel Fontdevila, que firma el cartel de este año.
Fontdevila, habitual de la revista El Jueves, y su compañero de publicación Albert Monteys, han resaltado para Efe el valor del humor gráfico en tiempos convulsos y han destacado que sus obras traducen la actualidad en imágenes "como una lectura rápida pero también con humor".
"La gente tiene ganas de que se frivolice, que incluso se falte al respeto. Decir que necesitan el chiste puede sonar pedante, pero es así", ha subrayado Fontdevila, que ha apuntado el valor del humor gráfico como posibilidad de crítica.
Algunas de sus obras han provocado críticas, denuncias y hasta el secuestro de uno de los números de El Jueves, pero estos dos dibujantes han incidido en que "no somos editorialistas, somos cómicos" para explicar que, en algunas ocasiones, se les toma demasiado en serio.
"Antes, con la censura, el humor gráfico servía para decir lo que en las informaciones no estaba permitido. Antes hacía una labor muy importante, ahora se ofrece otro matiz de la realidad", han señalado Fontdevila y Monteys, que han incidido en que estas viñetas "siguen cumpliendo una función".
Armilla ha acogido además en la segunda jornada del Salón del Cómic charlas y conferencias sobre el futuro del cómic y las editoriales especializadas, como la que ha ofrecido el editor y propietario de EDT, Joan Navarro, que ha lamentado que casi el 30 % de las novelas gráficas y cómic que se consumen en el país respondan a descargas piratas.
"Hay que cambiar el modelo, ahora el autor va por ferias, librerías o salones como éste a vender originales firmados y algún libro, porque de los ejemplares ya no vive nadie", ha declarado a Efe.
El Salón ha proyectado además hoy el documental 'Trazos de una vida', que aborda la trayectoria de Andrés Vázquez de Sola y ha encontrado su lado más 'friki' en las competiciones de karaoke o el cosplay, un concurso de disfraces que ha llenado el recinto de decenas de imitadores de los protagonistas más dispares de mangas y cómics.
El director del Salón, Alejandro Casasola, ha confiado en superar este año los 30.000 visitantes de la anterior edición con una programación de doscientas actividades que incluye exhibiciones de esgrima histórico, kenjutsu o Muay Thai, talleres de iniciación al Aikido y el Ninjutsu o dieciocho microconferencias sobre proyectos exitosos.
Esta XIX edición ofrecerá además 250 encuentros entre autores y editores y estudios del sector como Animacion Happy Trails Animation (EEUU), la agencia francesa Makma o la española Infinitoons, para facilitar la incorporación laboral de artistas y la edición de sus trabajos.
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