PACO ROCA
Premio Nacional de Cómic 2008
"El cómic se está haciendo adulto porque hay autores que hemos conseguido al lector de la literatura"
Entrevista de Héctor Márquez | Foto de Vicente Miña/Hellophoto.es
Confiesa que el Premio Nacional de Cómic esconde "una maldición": no puede parar de hablar. "Si esto fuese así siempre, acabaría con tu vida laboral". Pero no, Paco Roca (Valencia, 1969) está encantado con este reconocimiento que le ha descubierto, no ya a la mayoría del público que no tenía ni idea de quién era, sino a muchos lectores de cómics a pesar de su dilatada trayectoria como autor de cómics, ilustrador o diseñador gráfico. Roca, que ha sucedido al gran Max en este premio que ha contribuido a darle un estatus creativo al cómic en España, tiene ya unos cuantos tiros de autor de viñetas a sus espaldas en revistas como Kiss Comix o El Víbora. Otros álbumes suyos -algunos publicados en Francia o Italia y aún inéditos aquí- han sido Gog, El Juego lúgubre, Las aventuras de Alexanderk Ícaro: hijos de la Alhambra (Planeta De Agostini) y El Faro. Pero este premio ha resultado más estimulante. En realidad esta obra, Arrugas (Astiberri), un multipremiado, sencillo y conmovedor relato gráfico sobre la enfermedad de Alzheimer y sobre la situación que los ancianos sufren en las residencias, "me ha permitido conectar con todos los que jamás leían un tebeo, personas mayores, como mi madre", confiesa.
Y lleva 17.000 ejemplares vendidos, que para sí los quisieran muchos novelistas.
Sí, es una pasada. Hay temas que, sin saber por qué, tienen mayor difusión y actualidad. Alzheimer y la vejez son dos de ellos.
El protagonista de su historia es una persona real muy cercana.
Emilio era el padre de un amigo de la infancia. Un hombre que siempre me había impresionado por su culturay su gran memoria. Pude ver cómo le afectaba y era impactante. De todas las enfermedades que conozco ésta era la más misteriosa porque te va borrando la identidad. Y encima te das cuenta. Es aterrador.
Se ha documentado a conciencia.
Cambiando nombres y situaciones, todo lo que cuento es real. Me pasé meses yendo a residencias de ancianos, hablando con ellos y observándolos. Recuerdo que mi amigo me contó una anécdota de su padre que me conmovió. Una noche a las tres de la mañana mi amigo se despertó por el sonido de una maquinilla de afeitar. Era su padre, afeitándose en el cuatro de baño. "¿Qué haces papá?", le dijo. "Qué voy a hacer, hijo, preparándome para irme a trabajar". "Pero, papá, si son las tres de la mañana y hace diez
Fotografías de internos de una residencia geriátrica y bocetos utilizados por Paco Roca para el proceso creativo de Arrugas.
años que no trabajas". Me contó la cara de terror de su padre en el espejo al darse cuenta de que su hijo tenía razón.
¿Qué le conmovió más de su trabajo, el abandono al que sometemos a las personas mayores o la pérdida progresiva de la identidad que supone la enfermedad?
Las dos cosas son muy duras. Me ha preocupado que lo que entendemos por realidad depende de sutilezas químicas. Si somos lo que hemos acumulado, si lo que hemos vivido nos define como individuos, esa enfermedad nos deja sin nada. No sólo no sabes quién eres. No sabes qué es ser. Es la más devastadora. Y las residencias son terribles también. Son monumentos a la soledad. Son necesarias en muchos casos, la gente que trabaja en ellas hace labores maravillosas, por eso no juzgo a nadie en el cómic. Pero debemos cambiar de mentalidad. Son ghettos para el olvido. No es ésa la solución.
¿Los hijos de Bruguera ya hemos enterrado a Peter Pan?
Sí, yo también crecí leyendo Bruguera. En nuestra generación muchos empezamos con Mortadelo o Zipi y Zape. De allí, saltamos a Tintín. Luego a los superhéroes. Luego a Carlos Giménez, luego a Hugo Pratt y su Corto Maltes. Creces con los cómics porque hay cómics para cualquier edad.
¿Qué le diría al que sigue pensando que el cómic es un arte menor?
Lo mismo que a la gente que cree que toda la literatura es Código da Vinci. Si somos tan incultos como para no saber que existen Auster, Borges o Cortázar, no es problema de la literatura. No es problema del cómic que tú no sepas que además de manga existe el Maus o el Watchmen.
Tengo entendido que su próximo cómic está basado en El libro de arena de Borges.
Hace referencia al libro, sí. Borges, Kafka o Cortázar, poseen ese surrealismo mágico con el que puedes parodiar a la sociedad. Habla sobre la memoria y la capacidad de predecir el destino.
¿Por qué tantos escritores desprecian el cómic?
Creo que es envidia porque el cómic es muy accesible a todo el mundo. Un libro exige siempre un pequeño esfuerzo. Esa facilidad de lectura hace que gente que se dedique a la literatura crea que es inferior, como si fuera el esfuerzo del público lo que validara el arte o la capacidad comunicativa de una obra. Un cómic puede llegar a tocar temas y de forma más profunda que la literatura de manera asequible. Leí un estudio que probaba que el cómic era el medio que más atención lograba del público en temas médicos de prevención, más que cualquier, folleto, spot publicitario o novela.
Le voy a preguntar por algunos autores españoles de cómic. ¿Carlos Giménez?
Es el Will Eisner [autorestadounidense del personaje Spirit, uno de los más grandes creadores de la historia del cómic] español. Ha creado el cómic para adultos en España. Paracuellos es un master sobre cómo contar una historia.
Ibáñez [autor de Mortadelo, Sacarino, Rompetechos...].
Me sorprende que alguien siga conectando años después con las distintas generaciones y hacerlas reír. Un maestro.
Max [ganador de la edición 2007 del Premio Nacional de Cómic].
Es uno de mis autores favoritos y parte de la historia moderna del cómic en España. Alguien capaz de reinventarse cada vez. El innovador. Un espejo donde mirarse.
Salvador Larroca y Carlos Pacheco [dibujantes españoles que triunfan en Marvel y DC].
Admirables. Ahora con Internet es más fácil. Pero ellos fueron pioneros. Aparte de su calidad como dibujantes su energía les ha llevado a conseguir su sueño y ser números uno mundiales.
¿Un menú de viñetas para iniciarse a los 40?
Obviamente, el Maus de Spiegelman (Reservoir Books); María y yo, de Gallardo (Astiberri); Crónicas birmanas de Guy Delisle (Astiberri), para quienes gusten la literatura de viajes; Barrio lejano de Taniguchi (Ponent Mon) y No pasarán de Vittorio Giardino (Norma).
¿Es de los que desprecia a los superhéroes?
Quien desprecie a los superhéroes, que son la base de la industria del cómic, junto con el manga, sólo está tirándose piedras a su tejado. Hemos crecido con ellos y nos han educado con muchas cosas positivas. Además tienes obras maestras, como Watchmen, que trasciende el género. En todo caso, hay cómics que sólo son para entretener y eso ya es suficiente. Son como el cine de acción o los bestsellers en literatura: entretener es difícil y respetable.
Usted creció en el mundo de las revistas de cómics. Ahora han cerrado casi todas. Sin embargo, se editan muchos más cómics books que antes.
Sí. Las pequeñas editoriales hacen el trabajo que antes hacían las revistas. Autores que entonces eran difíciles de publicar ahora lo consiguen en Astiberri, Bang, La Cúpula, Sinsentido... El cómic se está haciendo adulto porque hemos conseguido al público de literatura. En un encuentro de cómics reciente se reveló que el 90% de los lectores adultos de cómics tenía estudios universitarios. Un dato comparativamente muy superior al de los lectores de libros o espectadores de cine. Quiere decir que somos un público muy culto. Somos la delicatessen de los lectores.
Mercurio nº107 enero 2009
Premio Nacional de Cómic 2008
"El cómic se está haciendo adulto porque hay autores que hemos conseguido al lector de la literatura"
Entrevista de Héctor Márquez | Foto de Vicente Miña/Hellophoto.es
Confiesa que el Premio Nacional de Cómic esconde "una maldición": no puede parar de hablar. "Si esto fuese así siempre, acabaría con tu vida laboral". Pero no, Paco Roca (Valencia, 1969) está encantado con este reconocimiento que le ha descubierto, no ya a la mayoría del público que no tenía ni idea de quién era, sino a muchos lectores de cómics a pesar de su dilatada trayectoria como autor de cómics, ilustrador o diseñador gráfico. Roca, que ha sucedido al gran Max en este premio que ha contribuido a darle un estatus creativo al cómic en España, tiene ya unos cuantos tiros de autor de viñetas a sus espaldas en revistas como Kiss Comix o El Víbora. Otros álbumes suyos -algunos publicados en Francia o Italia y aún inéditos aquí- han sido Gog, El Juego lúgubre, Las aventuras de Alexanderk Ícaro: hijos de la Alhambra (Planeta De Agostini) y El Faro. Pero este premio ha resultado más estimulante. En realidad esta obra, Arrugas (Astiberri), un multipremiado, sencillo y conmovedor relato gráfico sobre la enfermedad de Alzheimer y sobre la situación que los ancianos sufren en las residencias, "me ha permitido conectar con todos los que jamás leían un tebeo, personas mayores, como mi madre", confiesa.
Y lleva 17.000 ejemplares vendidos, que para sí los quisieran muchos novelistas.
Sí, es una pasada. Hay temas que, sin saber por qué, tienen mayor difusión y actualidad. Alzheimer y la vejez son dos de ellos.
El protagonista de su historia es una persona real muy cercana.
Emilio era el padre de un amigo de la infancia. Un hombre que siempre me había impresionado por su culturay su gran memoria. Pude ver cómo le afectaba y era impactante. De todas las enfermedades que conozco ésta era la más misteriosa porque te va borrando la identidad. Y encima te das cuenta. Es aterrador.
Se ha documentado a conciencia.
Cambiando nombres y situaciones, todo lo que cuento es real. Me pasé meses yendo a residencias de ancianos, hablando con ellos y observándolos. Recuerdo que mi amigo me contó una anécdota de su padre que me conmovió. Una noche a las tres de la mañana mi amigo se despertó por el sonido de una maquinilla de afeitar. Era su padre, afeitándose en el cuatro de baño. "¿Qué haces papá?", le dijo. "Qué voy a hacer, hijo, preparándome para irme a trabajar". "Pero, papá, si son las tres de la mañana y hace diez
Fotografías de internos de una residencia geriátrica y bocetos utilizados por Paco Roca para el proceso creativo de Arrugas.
años que no trabajas". Me contó la cara de terror de su padre en el espejo al darse cuenta de que su hijo tenía razón.
¿Qué le conmovió más de su trabajo, el abandono al que sometemos a las personas mayores o la pérdida progresiva de la identidad que supone la enfermedad?
Las dos cosas son muy duras. Me ha preocupado que lo que entendemos por realidad depende de sutilezas químicas. Si somos lo que hemos acumulado, si lo que hemos vivido nos define como individuos, esa enfermedad nos deja sin nada. No sólo no sabes quién eres. No sabes qué es ser. Es la más devastadora. Y las residencias son terribles también. Son monumentos a la soledad. Son necesarias en muchos casos, la gente que trabaja en ellas hace labores maravillosas, por eso no juzgo a nadie en el cómic. Pero debemos cambiar de mentalidad. Son ghettos para el olvido. No es ésa la solución.
¿Los hijos de Bruguera ya hemos enterrado a Peter Pan?
Sí, yo también crecí leyendo Bruguera. En nuestra generación muchos empezamos con Mortadelo o Zipi y Zape. De allí, saltamos a Tintín. Luego a los superhéroes. Luego a Carlos Giménez, luego a Hugo Pratt y su Corto Maltes. Creces con los cómics porque hay cómics para cualquier edad.
¿Qué le diría al que sigue pensando que el cómic es un arte menor?
Lo mismo que a la gente que cree que toda la literatura es Código da Vinci. Si somos tan incultos como para no saber que existen Auster, Borges o Cortázar, no es problema de la literatura. No es problema del cómic que tú no sepas que además de manga existe el Maus o el Watchmen.
Tengo entendido que su próximo cómic está basado en El libro de arena de Borges.
Hace referencia al libro, sí. Borges, Kafka o Cortázar, poseen ese surrealismo mágico con el que puedes parodiar a la sociedad. Habla sobre la memoria y la capacidad de predecir el destino.
¿Por qué tantos escritores desprecian el cómic?
Creo que es envidia porque el cómic es muy accesible a todo el mundo. Un libro exige siempre un pequeño esfuerzo. Esa facilidad de lectura hace que gente que se dedique a la literatura crea que es inferior, como si fuera el esfuerzo del público lo que validara el arte o la capacidad comunicativa de una obra. Un cómic puede llegar a tocar temas y de forma más profunda que la literatura de manera asequible. Leí un estudio que probaba que el cómic era el medio que más atención lograba del público en temas médicos de prevención, más que cualquier, folleto, spot publicitario o novela.
Le voy a preguntar por algunos autores españoles de cómic. ¿Carlos Giménez?
Es el Will Eisner [autorestadounidense del personaje Spirit, uno de los más grandes creadores de la historia del cómic] español. Ha creado el cómic para adultos en España. Paracuellos es un master sobre cómo contar una historia.
Ibáñez [autor de Mortadelo, Sacarino, Rompetechos...].
Me sorprende que alguien siga conectando años después con las distintas generaciones y hacerlas reír. Un maestro.
Max [ganador de la edición 2007 del Premio Nacional de Cómic].
Es uno de mis autores favoritos y parte de la historia moderna del cómic en España. Alguien capaz de reinventarse cada vez. El innovador. Un espejo donde mirarse.
Salvador Larroca y Carlos Pacheco [dibujantes españoles que triunfan en Marvel y DC].
Admirables. Ahora con Internet es más fácil. Pero ellos fueron pioneros. Aparte de su calidad como dibujantes su energía les ha llevado a conseguir su sueño y ser números uno mundiales.
¿Un menú de viñetas para iniciarse a los 40?
Obviamente, el Maus de Spiegelman (Reservoir Books); María y yo, de Gallardo (Astiberri); Crónicas birmanas de Guy Delisle (Astiberri), para quienes gusten la literatura de viajes; Barrio lejano de Taniguchi (Ponent Mon) y No pasarán de Vittorio Giardino (Norma).
¿Es de los que desprecia a los superhéroes?
Quien desprecie a los superhéroes, que son la base de la industria del cómic, junto con el manga, sólo está tirándose piedras a su tejado. Hemos crecido con ellos y nos han educado con muchas cosas positivas. Además tienes obras maestras, como Watchmen, que trasciende el género. En todo caso, hay cómics que sólo son para entretener y eso ya es suficiente. Son como el cine de acción o los bestsellers en literatura: entretener es difícil y respetable.
Usted creció en el mundo de las revistas de cómics. Ahora han cerrado casi todas. Sin embargo, se editan muchos más cómics books que antes.
Sí. Las pequeñas editoriales hacen el trabajo que antes hacían las revistas. Autores que entonces eran difíciles de publicar ahora lo consiguen en Astiberri, Bang, La Cúpula, Sinsentido... El cómic se está haciendo adulto porque hemos conseguido al público de literatura. En un encuentro de cómics reciente se reveló que el 90% de los lectores adultos de cómics tenía estudios universitarios. Un dato comparativamente muy superior al de los lectores de libros o espectadores de cine. Quiere decir que somos un público muy culto. Somos la delicatessen de los lectores.
Mercurio nº107 enero 2009
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