Es el guionista por excelencia de la historieta francobelga actual. Polifacético, pero no metamórfico. Trabaja en cualquier género y nunca deja de ser él mismo. Es provocador, cínico, docto y trágico a la vez. Su trabajo ha enriquecido el medio y nunca deja indiferente.
Yann visto por Chaland
Hay encargos que lo cogen a uno a destiempo. «Venga chicos vamos a sacarnos una espina. Acabemos de una vez el número que dejamos inconcluso de Krazy Comics.» Cuando Tino Reguera, muy eufórico y animado, pronunció estas palabras yo debería haber cerrado mi bocaza. Fue un error mostrar públicamente mi ingenuo entusiasmo. «Tenemos que completar y actualizar el número. A ver Josep.¿Que te parece dedicar algo de sitio a Yann?Se están publicando cosas suyas y merece que le prestemos algo de atención» Pobre de mi. En que lío me había metido. Yann es una máquina, un ordenador, una cadena de montaje de historietas. Tengo que reconocer que seguir la pista de su trabajos ha sido una gesta imposible. Mi objetivo inicial era presentar a este guionista y su obra, pero la lectura de parte de sus álbumes se ha comido casi todo el tiempo destinado a escribir esta crónica. En fin, espero que estos comentarios sirvan al menos para despertar la curiosidad de algún lector.
Revulsivo de Spirou
Nacido en Marsella en 1954, entró en el mundo de la historieta a través de la revista Spirou y llegó a ser uno de los jóvenes leones que aparecieron en los años 80, cuando la veterana revista buscaba nuevas fórmulas para rejuvenecer la plantilla y los viejos laureles. Yann formaba equipo con Conrad, un conciudadano marsellés con raíces franquinianas. El tándem abrió brechas en la editorial Dupuis. Yann y Conrad parecían el dúo dinámico. Eran inseparables. Durante unos años compartieron largas temporadas en la redacción de Spirou, se quedaban a dormir en una habitación destinada a los autores de visita. Por las noches revolvían los archivos de la editorial en busca de chismes y anécdotas para realizar las parodias que publicaban como cabecera, hauts-de-page, de alguna sección
Freddy Lombard, peleando con su pasado, al rescate de Salambó. Sueño 1(EI Cometa de Cartago).
La profesionalización como guionista
Suele decirse que el roce desgasta y así fue en el caso de Conrad y Yann. La rotura llegó tras publicar un par de álbumes sobre Les innommables, un folletín de aventuras absolutament delirante y cargado de mala leche, y un par mas sobre Bob Marone, una parodia del popular Bob Morane, Infatigable héroe de la literatura y la historieta popular en Francia que en manos del dúo de Marsella se convirtió en el primer aventurero gay del comic francobelga. Tras la separación, Yann se vio muy solicitado e inició una carrera profesional que lo ha convertido en el heredero de Goscinny, Charlie o Greg, los incombustibles guionistas profesionales de los años setenta. Su capacidad para enfrentarse a cualquier género y la calidad de sus guiones han hecho del marselles un escritor imprescindible y polifórmico.
El estilo de Yann
No me parece muy correcto hablar de estilo en el caso de un guionista, sobre todo si su capacidad de trabajar en cosas muy diferentes es grande, pero existen en Yann unas constantes destacables. Los tres pilares presentes en casi toda su obra son: el humor, la tragedia y la historia. Los personajes nunca tienen una vida afectiva feliz o estable. La ideología, el carácter o los conflictos históricos tienden a separar a los amantes. En las tragedias como Sambre los sentimientos y las actitudes de los personajes rozan la pantuflada. La historia está presente en La patrouille des libellules (la ocupación alemana), en Freddy Lombard (las revueltas antisoviéticas de Budapest en 1956), en Sambre (la Comuna de París), en Célestine Speculoos (los años 60), en Tako (las guerras feudales japonesas) y en Nuit Blanche (la guerra civil rusa de 1918). Según el propio Yann la historia, y especialmente los momentos de crisis y tensión son muy interesantes para un guionista: «Destinos excepcionales pueden desinflarse como un globo y pillos convertirse en generales...» (1).
Referencias literarias
La influencia mas notable y querida por Yann es la que ha recibido del genial Tillieux y su Gil Jourdan. Es una influencia muy sana que permitió al joven guionista desarrollar dos habilidades propias del viejo maestro: una narratividad hiperdinámica, el uso abundante de gags basados en el diálogo y el recurso a la elipsis para generar muchos golpes de efecto. Pero también existen influencias literarias en la obra del marselles. En Mane Venté, el tercer álbum de las aventuras de Theodore Poussin, las referencias al mundo literario de Joseph Conrad son abundantes. Los
Theodore Poussin rebusca en la infancia las claves de su futuro. Sueño 2 (Marie Venté).
Tako, el pulpo, peleando por la consecución del destino. Sueño 3.
personajes se debaten entre sentimientos contradictorios y dan muestra de una violencia injustificada bajo la presión de la naturaleza salvaje de los Mares del Sur. Theodore recuerda a Lord Jim y a Axel Heyst, el protagonista de Victoria. Es un solitario que al intentar comunicarse con sus semejantes exacerba la violencia de los demás y ésta acaba con sus buenas intenciones. Kalitzine, el ruso blanco e idealista que protagoniza Nuit Blanche, comparte los rasgos de Theodore en Marie Venté. Es bien intencionado, pero sus intentos de salvar un mundo en descomposición, el suyo, el de la Rusia zarista, sólo conducen a una violencia sin sentido que va a acompañarlo toda la vida. Hasta en París, donde ejercerá de taxista. Kalitzine está enamorado de una mujer a la que también ama su hermano, un ruso rojo tan idealista como él, un comunista ex-aristócrata, su alter-ego. Nuit Blanche parece un homenaje a Dostojevski. El título hace referencia a Las noches blancas, una de las primeras obras del genial ruso, y el vínculo familiar de los Kalitzine recuerda el espíritu de Los hermanos Karamazov. Pero Yann sólo recoge una impresión, una manera de trabajar con los personajes , un aire. No utiliza los argumentos. El cometa de Cartago es su obra mas «posmoderna».Y pongo posmoderna entre comillas porque valdría la pena comentar mas a fondo este álbum realizado con el malogrado Chaland, cuya estructura narrativa y argumental es absolutamente atípica e imposible en cualquier historieta anterior a los años 80. Aquí Yann nos regala con una pincelada dedicada a Salambó de Flaubert, que parece un guiño al sentimiento de catástrofe que impera en la novela y que en la historieta viene dado por la presencia misteriosa del cometa destructor. Freddy Lombard se ve catapultado por un sueño a Cartago durante la guerra de los mercenarios posterior a la primera guerra púnica. Precisamente los sueños son uno de los aspectos mas curiosos de la obra de Yann. Tanto en El cometa de Cartago, como en Marie Verité o en Tako, aparecen sueños en rojo, el color fetiche de Sambre. ¿Pudiera ser Sambre una historieta-sueño, una pesadilla romántica? Lo cierto es que el guionista marsellés da a los sueños un aspecto jungiano. Según Jung el sentido de un sueño se puede buscar hacia adelante. El sueño "como todo proceso vivo, no es solamente una sucesión casual, sino también un proceso orientado hacia un fin..." (2). Los sueños de los personajes de Yann son una premonición de lo que va a suceder. «Un boceto a grandes rasgos, un proyecto de plan ejecutorio» (3) expresado en forma de símbolos. Y el rojo, el color de los sueños de Yann, es el color del fuego y de la sangre. Un color de significado ambivalente.
En Sambre, la primera obra seria de Yann, el cinismo habitual parece mitigado por el hecho de escribir un melodrama, pero si todo es un sueño es fácil relativizar su contenido e incluso tomárselo a broma. Como señala Tino Reguera en esta obra hay gestos, detalles, homenajes a Stendhal, Hugo, Balzac y otros (4), pero no hay pretensiones y sí muchas ganas de poner el listón alto y marcarse dificultades a superar. Una característica de todos los trabajos de Yann. Me parece que tiene cuerda para rato.
Josep Rom
(1). Les Cahiers de la B.D, ns 83, diciembre
1983
(2). Chevalier, Cheerbrant, Diccionario de los
símbolos, Herder 1986
(3). Chevalier, Cheerbrant, Diccionario de los
símbolos, Herder 1986
(4). E.M.M., ns 10, marzo 1993
No hay comentarios:
Publicar un comentario