El dibujante trabaja en una zona boscosa de A Coruña en una novela gráfica sobre la memoria como eje de la existencia.
Miguelanxo Prado trabaja en la novela gráfica Ardalén, que publicará a finales de este año.
Foto: Gabriel Tizón
AUNQUE SE DEFINE como un "niño de ciudad", el dibujante de historietas Miguelanxo Prado ,(A Coruña, 1958) encontró hace ya unos años un lugar ideal para vivir y trabajar en una zona boscosa próxima a su ciudad, pero alejada del mundanal mido. El silencio es una necesidad para este dibujante que ha sabido llevar su trabajo mucho más allá del mundo de la historieta, en el que siempre ha trabajado, para extenderlo a campos como el cine de animación. Su película De profundis es el máximo ejemplo de cómo el dibujo, la pintura y la música pueden mezclarse para convertirse en una obra cinematográfica muy original.
El estudio donde trabaja Prado está situado apenas a un centenar de metros de su casa, pero el dibujante ahora tiene claro cuál es el espacio laboral. No le pasa lo que lo ocurría cuando vivía en un piso y cada vez que pasaba delante de su despacho acababa por entrar y liarse con algún asunto relacionado con su trabajo durante un buen rato. Ahora tiene claro que cuando cierra la puerta de su estudio se ha acabado la jornada de trabajo, pero mientras está allí puede concentrarse totalmente ya que la única distracción es contemplar los árboles que le rodean. "Es maravilloso poder dibujar con un bosque delante de ti", señala.
El trabajo en solitario es lo más habitual en su caso, aunque Prado también ha formado parte de equipos como cuando pasó temporadas en Estados Unidos donde se encargó de la animación de la serie Men in Black, producida por Steven Spielberg. Su amplio estudio cuenta con partes bien diferenciadas. En un lugar se encuentra la mesa de dibujo, en otra un escritorio con varios ordenadores y también hay espacio para un caballete donde situar los cuadros que pinta. Cuando se le pide que se defina como artista, Prado señala que en el fondo lo que siempre le ha interesado es "contar historias a través de las imágenes". La historieta es un medio para hacerlo, pero hay otros, como el cine, que también le interesan.
Ahora Prado está embarcado en una nueva novela gráfica, Ardalén, que se publicará a finales de este año. El libro tiene como idea central la memoria como eje de nuestra propia existencia. Aunque este es el trabajo en el que ha estado inmerso durante los últimos cuatro años, al dibujante aún le queda tiempo para hacer otras cosas como encargarse de la dirección del salón Viñetas desde el Atlántico que se celebra cada verano en A Coruña y se ha convertido en una referencia para todos los interesados en el mundo de la historieta. Ayudar a la difusión de esta disciplina, a la que dedica tantos esfuerzos, es algo que reconforta a uno de los autores más destacados del cómic hispano. José Luis Estévez •
El Pais, Babelia 21.07.2012
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