







TEXTO: MANUEL FALCES
Sante d'Orazio (Brooklyn, Nueva York, 23 de enero de 1956) es un fotógrafo que mantiene estrechas relaciones psicológicas –cámara de por medio– con el narcisismo. Sin esta complicidad, sus álbumes no funcionan. Igual puede interpretarse su obra como si fuera la de un colaborador de Playboy, o un infiltrado perteneciente a la más pura estética de la foto pomo de los sesenta –incluido culturalmente en los índices didácticos de los manuales del medio–. También sus fotos, en este capítulo, se podrían clasificar en la onda más blandita contemporánea. D'Orazio fotografía la representación del cuerpo ajeno, y lo hace desde la perspectiva de quien construye una memoria íntima. Les ocurre algo parecido a los diseñadores del mejor álbum histórico fotográfico de naturaleza narcisista, o al menos clasificado como tal hasta la fecha: el de Edmond Desbonnet, un maestro de la cultura física que registró fotográficamente la totalidad de los alumnos que pasaron por su gimnasio.
D'Orazio trabaja lujosamente para las ediciones que se interesan, directa o indirectamente, por estos temas: Vogue (inglés, francés, italiano, alemán, americano), Vanity Fair, C. Allure, Elle. Forma parte de esa tendencia común, donde participan otros cualificados autores italianos contemporáneos como Marino Parisotto Vay, que trata de culturizar lo que hace una década, fotográficamente, se consideraba una simple instantánea pornográfica, cuando no una mera ilustración propia de un taller de motos o de la cabina de un camión.
Sante d'Orazio configura la nueva pornografía fotográfica (light para muchos; pletórica de añoranzas visuales para los mirones puros y duros) que a estas alturas mantiene un toque de exquisita decadencia propio de sus producciones para Valentino, Estée Lauder, Versace, L´Oreal, o la de sus retratos de Isabelle Adjanai, Kim Bassinger, Cher y Banderas, entre otros, de las muchas celebridades que su cámara ha registrado.
Sante rez Las fotos de este reportaje proceden del libro Carnets intimes, publicado en Francia por Éditions du Collectioneur, en el que D'Orazio (arriba) reúne lo mejor de su obra.
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