jueves, 30 de diciembre de 2010

Sin viñetas ni papel

El comic está en plena revolución. Distribución por Internet, nuevos géneros, creciente interés por la técnica...
¿Que futuro le espera?
Texto: Andrés Padilla

El Pais de las Tentaciones Viernes 1 de Marzo de 2002


A IBÁÑEZ le bastó con tener papel, lápi­cA IBÁÑE


A IBÁÑEZ le bastó con tener papel, lápi­ces, una plumilla y poco más para contar la primera historieta de Mortadelo y Filemón. Dibujar tebeos puede ser muy barato, pero conseguir que lleguen a los lectores, por el contrario, siempre ha sido caro. Se necesi­tan imprentas, editores, distribuidores y tiendas minoristas. Todos se llevan un por­centaje que dispara el precio del producto.

Distribuir los cómics a través de Internet —una revolución todavía en pañales— permi­te sortear todos esos pasos y abarata la obra de forma rotunda. El autor, además, recupera el control sobre su trabajo y se pone en con­tacto directo con su público.

No sólo eso: la distribución cibernética puede suponer el fin de la ya larga dictadura de los superhéroes. Un dibujante que quiera hacer un cómic sobre, por ejemplo, la vida de Bob Marley, puede seducir a gente que no suele leer tebeos enlazando la historieta con webs especializadas en estos asuntos.

Esto es precisamente lo que ha hecho Scott McCloud, un autor estadounidense que saltó a la fama hace una década al publicar el primer libro de teoría sobre el cómic en forma de tebeo. McCloud, un maniático del ajedrez con gusto por la poesía, ha colgado en su propia página web varias historietas que de otra forma difícilmente se habrían publicado. Son cómics algo extraños: como se prescinde del papel, el autor tampoco se ve constreñido por el espacio siempre limitado de una página. Sus cómics avanzan ahora en diagonal o en vertical caprichosamente. No es que haya una razón clara para hacerlo —un criterio estético definido—, pero es una licencia que se le per­mite a los pioneros. Sobre todo si no cobran por dejar leer sus experimentos.

Hay otras posibilidades que McCloud no ha explorado todavía, pero que menciona en una obra recién publicada en España por la edito­rial Norma: La revolución de los cómics. Una historia circular, como la de un oficinista gris que todos los días hace lo mismo, puede contarse mediante un anillo de viñetas en el que el último dibujo es también el primero. También pueden dibujarse tebeos con finales diversos en los que el lector decide qué cami­no seguir. Por ejemplo, eligiendo entre dos hipervínculos si la protagonista debe aceptar el soborno o no.

McCloud se plantea piruetas aún más_ extravagantes: tras abandonar el papel y el tamaño siempre fijo que imponen las pági­nas, tampoco hay razones para continuar utilizando viñetas. La pregunta, claro está, es si seguiremos llamando tebeos a eso.

El fenómeno se ha extendido con rápidez en EE UU. Autores como Demian5, Tristan Farnon o David Gaddis se han hecho un nom­bre publicando unos cuantos cómics insolen­tes concebidos para leerse en la pantalla.

Más reciente es Nowhere girl, de Justine Shaw, una historia en la que la protagonista ¡se besa con otra chica! (algo que complica encontrar a una editorial dispuesta a publi­car el tebeo en EE UU).

En España también han empezado las prue­bas. Carlos Giménez, uno de los autores mejor valorados por la crítica y el público, ha puesto a la venta en su página web un cómic de aventuras de 70 páginas (o de 140 pantallas, según se mire) que en un principio estaba destinado a publicarse en papel. "La única forma de saber si el lector de tebeos es capaz de abandonar el papel, si le interesa leer un tebeo en la pantalla, guardarlo en un disco, si lo va a imprimir en papel, si está dispuesto a pagar por ello y cuánto, si va a haber mucha o poca piratería, si va a llegar a enterarse de que esto existe, y muchos, muchos etcéte­ras... era coger el toro por los cuernos y col­gar en Internet la primera historieta. En eso estamos". El tebeo se vende por un precio más que razonable, tan sólo tres euros.

En el sitio web www.dreamers.com, que acumula unos 4 millones de visitas al mes, más de setenta jóvenes creadores españoles están colgando sus obras. El administrador del sitio, Nacho Carmona, reconoce que toda­vía los autores no han abandonado el esque­ma del papel. "La técnica digital es un asunto pendiente", comenta.

El inconveniente final de los cómics digi­tales es el largo tiempo de conexión telefóni­ca necesario en algunos casos para descar­gar toda esa información. Gutenberg revolucionó el mundo de la historieta sin saberlo hace casi seis siglos. Ahora el futuro depende del ancho de banda.

Una fecha: hace 3.000 años que se hizo el primer tebeo-mural en Egipto. Cuenta la siembra y recolección del cereal que luego se entregaba a los funcionarios del faraón. iBasta ya de pensar que esto también lo inventaron en Estados Unidos!

Un dato (aproximado): cuatro de cada cinco lectores de cómics son varones menores de 30 años. Las pocas chicas que leen tebeos se aferran al manga mientras esperan que algún día termine la dictadura de los superhéroes repletos de testosterona.

A DÓNDE IR

El estadounidense Scott McCloud es el gran promotor de esta revolución. Su sitio

scottmccloud.com ofrece además enlaces muy buenos. Carlos Giménez ha sido el primer autor español en colgar un cómic en Internet (www. carlosgimenez com). A la mayoría de los jóvenes autores españoles se les puede encontrar en dreamers.com. Y para quienes quieran aprender están las páginas dreamcomics. com/escuela y también www. dibujando. com, que se especializa en manga.

En cuanto a los autores extranjeros, Una fecha: hace 3.000 años que se hizo el primer tebeo-mural en Egipto. Cuenta la siembra y recolección del cereal que luego se entregaba a los funcionarios del faraón. iBasta ya de pensar que esto también lo inventaron en Estados Unidos!

Un dato (aproximado): cuatro de cada cinco lectores de cómics son varones menores de 30 años. Las pocas chicas que leen tebeos se aferran al manga mientras esperan que algún día termine la dictadura de los superhéroes repletos de testosterona.

destacan Tristan Farnon

(www.leisuretown. com) y otros sitios como www. demian5.com, davidgaddis. com o el cómic Nowhere girl, de Justine Shaw, en nowheregirlcom. Los aficionados a los superhéroes pueden visitar www.marvel.com

MÁS GÉNEROS

Joe Sacco, un corresponsal de guerra con dotes para el dibujo que ha cubierto los conflictos de Bosnia y Palestina, ha des­arrollado un nuevo tipo de cómic: el tebeoperiodismo. Sus viñetas han trascendido el ámbito de los lectores habitua­les de historietas y ahora apa­recen habitualmente en la revista Time. Sacco ya ha publicado dos libros: Gorazde. Zona protegida (Planeta DeAgostini) y Palestina, que en España se editará durante el mes de abril. El estadounidense Scott McCloud se ha hecho famoso gracias a dos tebeos sobre teo­ría de la historieta: Cómo se hace un cómic, publicado en España por Ediciones B, pero ya descatalogado, y La revolu­ción de los cómics (Norma).Las historias de ficción siguen siendo mayoría, pero los auto­res acuden cada vez más a la realidad para encontrar buenos temas. Los franceses Dupuy y Berberían tienen traducido Dia­rio de un álbum (Planeta DeA­gostini), un cómic intimista y conmovedor que se fue dibu­jando mientras creaban la últi­ma entrega de su serie Mon­sieur Jean. n A. P.


LA TÉCNICA Los lectores adolescentes, la cante­ra de dibujantes del futuro, parece preocupada por alcan­zar un buen dominio de la téc­nica. Así lo atestiguan las altas ventas de un buen número de manuales de dibujo. Puede que termine así una larga tempora­da en la que ha florecido el gusto por los monigotes y las imágenes esquemáticas. Entre los más recientes y destacables se encuentran Cómo dibujar anime y el tercer tomo de la serie Cómo dibujar manga, ambos publicados por Norma. A nadie debería escapársele que el tantas veces maldecido cómic japonés tiene mucho que ver con esta preocupación. En Internet, el sitio www.drea­mers.com tiene abierto un foro en el que intercambian técni­cas o comentarios y una escuela donde se encuentran tutoriales para dibujantes y guionistas. También existe una web específica para el manga (www.dibujando.com). n A. P.

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