miércoles, 13 de noviembre de 2019

Una obra sobre la tragedia del metro de Valencia gana el Premio Nacional de Cómic

'El día 3’, dibujado por Cristina Durán y escrito por Miguel Ángel Giner y Laura Ballester, relata la pelea social para reabrir el caso

TEREIXA CONSTENLA

TOMMASO KOCH

Madrid 13 NOV 2019




Una viñeta de 'El día 3'. ASTIBERRI
Cristina Durán fue, casi con seguridad, la última persona de su entorno que se enteró de que había ganado el Premio Nacional de Cómic por El día 3 (Astiberri), novela gráfica que ella ilustró con el trazo grueso y geométrico que la caracteriza sobre el accidente de metro en Valencia que le costó la vida a 43 personas el 3 de julio de 2006. Fue su pareja, y coguionista de la obra, Miguel Ángel Giner, el encargado de atender la llamada del Ministerio de Cultura diez minutos después de que Cristina Durán entrase en el quirófano para ser intervenida de un cáncer de mama. Lo bueno y lo malo así de juntos. Una compensación azarosa que no cambia la realidad, pero ayuda a sobrellevarla.


A Durán le ha distraído esta semana de vísperas inciertas saber que su libro sonaba como candidato al galardón. “Al menos se ha entretenido pensando en el premio y no en la operación”, comentaba Giner, horas después de que todo hubiese acabado bien para la pareja (el quirófano y el premio). Durán y Giner son autores también de obras con gran carga autobiográfica como Una posibilidad entre mil o La máquina de Efrén, donde relataban la llegada a sus vidas de sus hijas Laia (afectada por una parálisis cerebral desde su nacimiento) y Selam, adoptada en Etiopía.


Una viñeta de 'El día 3'. ASTIBERRI

Es la primera vez que el Premio Nacional de Cómic va para una obra periodística, uno de esos caminos que explora desde hace años la novela gráfica. Giner y Durán decidieron adaptar al lenguaje de las viñetas el libro que había escrito la periodista del diario Levante Laura Ballester sobre los entresijos más turbios y dolorosos del accidente de Valencia. Coguionista del cómic junto a Giner, Ballester responde al teléfono nada más terminar otra llamada con uno de los afectados por el accidente del metro. “Sin ellos no se habría podido contar esta historia y esta obra no existiría. Se alegran del premio, aunque tienen una sensación agridulce. Algo así te marca de por vida”, asegura.

La periodista cree que el galardón “supone un reconocimiento brutal a la lucha de las víctimas, que se prolongó durante nueve años y que siguen viviendo los afectados por otros accidentes de transporte público, como los de Alvia o Spanair. Como decía su pancarta, es un país de cero responsables”. El contacto con los familiares de las víctimas o con supervivientes ha sido un aspecto duro, aunque gratificante, para Giner. Afloró el dolor pero también la dignidad de la pelea. “Una de las cosas más interesantes ha sido el relato de una lucha social de nueve años de una gente menospreciada por la Administración, que logra con tesón que se reabra el caso y que la sociedad civil les apoye”, explicaba.

Para el jurado, la obra fue capaz de “realizar desde el respeto la crónica de un drama social con una narrativa en la que se equilibran la emoción, la excelencia gráfica y el uso de potentes metáforas visuales”. El tebeo fue editado por Astiberri por primera vez en febrero de 2018 en castellano, y más tarde en valenciano. El formato gráfico, según Laura Ballester, le permitió ampliar su investigación original y llevarla a más lectores. “La novela gráfica puede ser un instrumento de denuncia masiva. Hubo gente que me decía que el libro, con sus componentes técnicas y judiciales, se le hizo un poco pesado. El tebeo lo explica de forma sencilla, con metáforas visuales”, reconoce.

La portada del tebeo retrata la estación de metro de Jesús, en Valencia. Entre colores opacos y sobrios, una mancha roja de sangre recuerda que allí, el 3 de julio, se quedaron 43 vidas, después de que un vagón de la Línea 1 descarrilara. El accidente de metro más grave de la historia de España. En sus páginas, la obra afronta además el doble drama que supuso el siniestro, ya que los afectados también vieron cómo el Gobierno de la Comunidad Valenciana [en manos del PP] intentaba echar tierra sobre el accidente. El caso sufrió el archivo judicial, al que la asociación de familiares AV3J respondió con sus protestas reiteradas el día 3 de cada mes.


El Pais



Paco Giménez, premio Nacional de Ilustración

El jurado destaca su "calidad y frescura a lo largo de una trayectoria de más de cuarenta años"

FERRAN BONO
Valencia 13 NOV 2019


Una de las ilustraciones del libro '¡¡¡Mamááá!!!', de Carles Cano y Paco Giménez.

El valenciano Paco Giménez, de 65 años, es el distinguido con el Premio Nacional de Ilustración 2019, que ha fallado este miércoles el Ministerio de Cultura y Deporte. El veterano ilustrador y dibujante, muy apreciado entre los profesionales, ha estampado su personal depuración geométrica en más de un centenar de libros, muchos de ellos infantiles y juveniles. El premio, dotado con 20.000 euros, le permitirá disfrutar "sin prisas ni agobios" y sacar adelante un proyecto personal alejándose de los encargos, según ha declarado a EL PAÍS.

El jurado ha distinguido al ilustrador "por mantener la calidad y la frescura a lo largo de una trayectoria de más de cuarenta años con un estilo característico". Además, destaca "por su lealtad a la línea y la geometría asimilada de algunas de las vanguardias históricas de las artes visuales, impulsando así la profesión y la ilustración infantil y juvenil", señala el comunicado. El ministerio concede este premio con el objetivo de reconocer el conjunto de la labor de un ilustrador en el ámbito del libro y en cualquiera de las lenguas españolas.

El ilustrador cree que existe mucha "precariedad" en la profesión y está convencido de que "la gente joven que quiere dedicarse a esto lo tiene crudo". "Se publica mucho y de muy buena calidad, pero paralelamente no se puede vivir de ello", ha señalado.

Él mismo lleva varios años retirándose porque con el estallido de la crisis, "los encargos se han reducido mucho y la mayoría se realizan en condiciones contractuales" que no le interesan "lo más mínimo".

Giménez ha dedicado la mayor parte de su carrera a la ilustración infantil y juvenil, un ámbito que le gusta mucho y uno de los pocos, según reconoce, que permite desarrollar la profesión, aunque reconoce que está "peor pagado" de lo que lo han estado otros sectores, como la publicidad.

En cuanto al mundo digital, Giménez ha indicado que se incorporó "relativamente pronto" y trabaja "a medias": hace "manualmente algunos dibujos" y termina el color con el ordenador. Sin embargo, reconoce que se resiste a entrar en las "redes sociales", que no le atraen, a pesar de ser consciente de que los clientes se mueven en este ámbito.

Nacido en Valencia, en 1954, de formación autodidacta, Giménez inició en 1974 su labor como ilustrador y diseñador gráfico. Desde 1982 su trabajo se centra principalmente en el sector infantil y juvenil, con la elaboración de ilustraciones para cuentos y novelas, así como juegos, cuadernos didácticos, historietas, carteles, exposiciones, mesas redondas, conferencias, talleres... Además de cómics, ha ilustrado más de 125 libros y materiales didácticos. Paco Giménez forma tándem habitualmente con el escritor Carles Cano.

Antes del Nacional, Giménez ya había obtenido varios galardones, entre ellos, el Premio Lazarillo, en 1989, del Ministerio de Cultura por Historia de una receta (editorial Anaya); el Premi al Llibre en Valencià Millor Il·lustrat de 2002, de la Generalitat Valenciana, por Els dos gegants de Sant Marcel·lí (Denes).

Además, ha participado en las exposiciones más importantes del sector, como la Bienal de ilustración de Bratislava, A todo color. 23 ilustradores españoles de libros infantiles y juveniles, Ministerio de Cultura; Cuento y figura. Ilustradores españoles de libros infantiles y juveniles, también de Cultura; Ilustrísimos. Panorama de la ilustración infantil y juvenil, Bolonia 2005; y Kipling ilustrado, Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat, 2011. También ha sido jurado de premios de ilustración, entre ellos el Nacional de ilustración. Finalmente, Giménez ha sido cofundador y presidente de la Associació Professional d’Il·lustradors de València y cofundador y secretario de la Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales.

Ha actuado como presidenta del jurado Begoña Cerro Prada, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, y como vocales: por la Asociación Profesional de Ilustradores de Cataluña, Clara-Iris Ramos Navarro; por la Asociación Profesional de Ilustradores de Valencia, Víctor García Visa; por la Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid, Enrique de la Rubia Kozlowski; por la Asociación Gallega de Profesionales de la Ilustración, Brais Rodríguez Verde; por la Asociación Profesional de Ilustradores de Euskadi, Ruth Juan del Rosal; por la Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales, Ricardo Blanco Blanco; por el Centro de Estudios de Género de la UNED, Sagrario Aznar Almazán; por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Estrella de Diego Otero; y por la Organización Española para el Libro Infantil (OEPLI), Marta Higueras Diez.


El Pais



martes, 12 de noviembre de 2019

ALAN DAVIS y EXCALIBUR


Alan Davis, británico, dibujante, y posiblemente uno de los autores más interesantes del panorama mundial. Busco todos sus trabajos con ahínco y devoción. Su larga estancia en la serie de Marvel “Excalibur”, logra que, posiblemente, sea una de las mejores sagas de los últimos veinte años, y ocupa un lugar especial en mis estanterías.

Serie de historietas publicada entre 1987 y 1994. Comics Forum hizo un trabajo digno con la edición de este comic de superheroes. Incluyó en la contraportadas los personajes de la serie. Tan solo me hice con los comics del dibujante Alan Davis, que en un primer momento trabajaba con el guionista Chris Claremont y un tiempo después volvió como dibujante y guionista.

Una rara avis, con un buen dibujo y un guión interesante.
















































El dibujo contemporáneo, en seis líneas

El CAB de Burgos acoge una exposición que recorre las principales tendencias actuales del arte sobre papel a través de la obra de media docena de creadores

'Sin título' (2019), de Raúl Artiles.

SILVIA HERNANDO

Burgos 11 NOV 2019 -

A lo largo de la historia, el dibujo no siempre ha sido entendido como una obra de arte en sí misma: las palabras boceto, esquema, estudio o preparación han precedido innumerables veces la presentación de piezas sobre papel. No es el caso de la creación a día de hoy, según explica Mónica Álvarez Careaga, directora de Drawing Room –la única feria de dibujo contemporáneo de España– y comisaria de la muestra Drawing Positions, abierta en el CAB de Burgos hasta el 26 de enero de 2020. “El dibujo siempre ha formado parte del trabajo de los artistas, pero ahora se presenta como obra final: ha perdido la condición de obra preparatoria, porque el arte contemporáneo no tiene prejuicios hacia las disciplinas”, explica, para abundar que, en su evolución más reciente, esta forma de arte tiende a mezclarse con otros medios de expresión: “Se hace dibujo performativo, dibujo animado, fotos intervenidas…”.

Seis de esas propuestas actuales copan tres salas del museo burgalés, cada una de ellas representativa de las tendencias que definen el momento. “Se trata de una panorámica de aproximación al dibujo contemporáneo inspirada en una exposición que se celebró en el MoMa de Nueva York en 2002, en el que la comisaria Laura Hoptman, directora del Drawing Center de Nueva York, planteó ocho propuestas en relación con el tema que trataban los artistas: dibujo científico, arquitectónico, cómic, moda…”, abunda Álvarez Careaga. “En mi caso, más que los temas, he querido centrarme en cómo se conjuga la práctica del dibujo con lo que se quiere contar”.



1. Bel Fullana (Mallorca, 1985). Fullana practica un dibujo que remite a la idea del cartel. “Tiene que ver con la comunicación rápida e impactante, e incluye textos explicativos”, apunta la comisaria. Desentendidas del virtuosismo técnico, las obras que se exponen en el CAB –y que la artista creó casi recién salida de la universidad– materializan una expresividad al mismo tiempo “desaliñada” y directa.


'Alitas de pollo' (2017), de Bel Fullana.

2. Diogo Pimentao (Lisboa, 1973). El planteamiento de expandir el dibujo más allá de sus propios límites se hace patente en las piezas de Pimentao expuestas en Burgos: papeles rayados con grafito que, al plegarse, adoptan formas y volúmenes escultóricos. El portugués también explora los aspectos performativos de esta disciplina: en su última acción, realizada en la galería Cristina Guerra de Lisboa, usó su cuerpo, y el de los espectadores, para dibujar sobre una superficie y sobre el propio espacio expositivo.


'Engels', de Gonzalo Elvira.

3. Gonzalo Elvira (Neuquén, 1971). Los trabajos del argentino representan el papel del testigo. En las piezas que se exhiben en el CAB, esta idea se hace realidad en dibujos que recrean las portadas de libros considerados como peligrosos por la dictadura argentina, con los que se formaron los intelectuales de aquel país en los años setenta y ochenta del siglo XX: Allende, el fin de una aventura, de Lautaro Silva; El capital, de Karl Marx; Antropología estructural, de Claude Lévi-Strauss… “Su labor se asemeja a la de los dibujantes que tienen la función de documentar los juicios”, ilustra Álvarez Careaga,

4. Ignacio Uriarte (Krefeld, 1972). Del mismo modo en que uno garabatea rayas sobre un papel en los momentos de aburrimiento o despreocupación, este artista alemán de origen español ha ido creando un corpus de obras que de algún modo recogen y representan el paso del tiempo a través de sus trazos. Conceptos como el tedio, la repetición, la perseverancia o la dedicación se concentran en los dibujos de Uriarte, realizados con bolígrafos o rotuladores.

5. Raúl Artiles (Las Palmas de Gran Canaria, 1985). A base de grandes trazos de grafito, casi sin fijar sobre la superficie, Artiles crea “un dibujo neorromántico”, como lo define la comisaria, de carácter expresivo y monumental, centrado en temas como el turismo excesivo y la degradación medioambiental.



Vista de la exposición en el CAB, con una obra de Raúl Artiles, a la derecha.

6. Sabine Finkenauer (Rockenhausen, 1961). Combinando dibujos y collage, la artista alemana practica un arte cercano al de “los primeros experimentos de los niños”. Sus trazos, que forman siempre un número limitado de figuras, adquieren sentidos y significados a través de la percepción del espectador.


 'Las mantas' (2013), de Sabine Finkenauer.


El  Pais