Publicado por Javier Calderón Lagándara
Los cómics nos ofrecen la posibilidad de extender la duración de una historia a nuestro antojo. Al igual que en una película, una imagen amplia, un plano general de cualquier circunstancia necesitará de una mayor duración para que al espectador le dé tiempo a captar todos aquellos detalles que el autor quiere plasmar. La diferencia que separa lo audiovisual de lo meramente visual es que en el primer caso la duración nos la impone aquel que acaba el producto final, una extensión que variará según aquello que se quiere transmitir. En cambio, en una novela gráfica o cómic, el artista no puede controlar de forma tan exacta cuánto tiempo dedicará el lector a contemplar las viñetas. Una historia de tan solo un centenar de páginas puede convertirse en un fiel compañero durante una semana o incluso más. Paciencia, intriga, gusto por lo visual y el arte, son elementos que definen al público del cómic.
Para mostrar las nuevas tendencias del cómic español primero será necesario dividir las obras en dos partes, en imágenes y palabras. A simple vista, esta división puede resultar demasiado sencilla como para poder valorar y clasificar todo tipo de cómics, pero lo más simple siempre tiene un gran trasfondo que lo ampara. Lo ideal para decidir si una obra es buena y completa sería que ambas partes se complementen y convivan en armonía, pero últimamente la balanza se ha decantado por aquellos artistas cuyos guiones incorporan más elementos visuales que frases. Hay circunstancias, sensaciones y experiencias que son complicadas de expresar mediante la literatura y, si además se dispone de muy poco espacio dedicado al texto, la labor de redactar se vuelve aún más tediosa. Esta realidad ofrece al artista gráfico un mundo de posibilidades narrativas que algunos autores españoles no han tardado en explotar. Las ilustraciones se han salido de sus marcos y las hojas de los libros proyectan imágenes que se escapan de sus bordes, las historias escritas ahora parecen ser un reflejo de tiempos pasados y los terrenos inexplorados siguen abriéndose camino.
En 2020 los aficionados de los cómics han podido disfrutar de una oferta muy variada en las estanterías. Desde parodias de superhéroes hasta dramas familiares del siglo pasado, las temáticas que tratan los autores y autoras nacionales siguen ofreciendo múltiples opciones al público. A continuación se repasarán cinco de los últimos cómics y novelas gráficas que se han sacado a la venta en las librerías españolas y que representan las principales corrientes abordadas por los escritores y artistas. Cada autor se inspira en algo completamente diferente y lo expresa de una forma única para crear una atmósfera especial en cada secuencia de páginas, viajan por tierra, a través de la web e incluso en el tiempo para sumergir al lector en su realidad, en aquellos hechos que consideran relevantes para toda la humanidad.
La cólera, de Javier Olivares y Santiago García
Santiago García ya publicó la saga de cómics de El vecino, una serie de libros donde el autor demostró ser un escritor muy completo. Esta vez, junto al ilustrador Javier Olivares, se embarca en una aventura que nos remonta a los tiempos de Aquiles. Estos ya colaboraron en Las Meninas, un trabajó que vio la luz en 2014 y con el que se consagraron como un dúo excepcional. La cólera se proclamó como el cómic favorito de los libreros y ganó el premio otorgado por las librerías especializadas en este arte de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Librerías (CEGAL), el que obtuvo seguramente gracias al juego que hacen con la disposición y orden de las secuencias. En un momento de la trama, el lector tendrá que girar el libro para seguir leyendo y se dará cuenta de que esto es adrede, lo que parecía una historia de hace siglos da un vuelco y se traslada a la actualidad.
Dos ejércitos que llevan años luchando en lo que parece una batalla eterna a las puertas de Troya se debaten por el futuro de toda Europa. En un lado están los defensores de la ciudad comandados por Héctor, por otro, los atacantes que representan la alianza de griegos comandados por Agamenón. Después de diez años de continuos enfrentamientos, llegan a un punto de cansancio donde Agamenón ofrece a Aquiles como una muestra de paz para terminar con la contienda al retirar las tropas del conflicto. Como respuesta a esto, Aquiles muestra su desacuerdo y estalla la ira en él. La frase que marca un punto y aparte en la narración es en la que Agamenón le dice a Aquiles: de la cólera nacerá Europa, pero para que nazca Europa tú tendrás que morir en Troya. A partir de aquí, lo que parecía un sueño onírico se tornará en una nueva historia con tintes de actualidad, lo que se leía como un cómic occidental ahora necesita del sentido de lectura de los mangas japoneses.
El trazo del dibujante recuerda a las obras de Picasso por las extrañas proporciones que otorga a los elementos, quizá un intento de llevar al lector a un mundo pasado pero que en el libro adquirirá un matiz contemporáneo. En las primeras páginas del cómic solo hay dibujo, sin diálogos, y cada página se encarga de crear un contexto y ambiente específicos. Ficción y realidad se combinan para hacer de un clásico una obra que explica la situación por la que pasa Europa en estos últimos años.
Regreso al Edén, de Paco Roca
En este homenaje a su madre, Paco Roca nos habla de su familia a través de una foto de su madre, impresa en la contraportada. Los antepasados del autor encarnan a muchas de las familias españolas que sufrieron la posguerra, siempre bajo la sombra de una dictadura. Paco muestra una situación casi de supervivencia y la ubica en Valencia, a finales de los años cuarenta del siglo XX. Hay impreso un carácter narrativo marcado por la corriente existencialista, donde la vida solo es un fragmento de la realidad y algunas pasan por este mundo de una forma humilde y casi imperceptible. Roca quiere dar voz a una situación cruda ocurrida no hace tanto tiempo.
A través de hechos reales nos cuenta cómo esa fotografía tiene tanta importancia para su madre y da unidad y cohesión a toda la obra. Entre trazos se muestra un resquicio de realidad que hace que el lector no olvide la veracidad de estos hechos narrados. Su hermano trabaja en una fábrica bajo unas pésimas condiciones y su madre es ama de casa; se trata de arquetipos ya conocidos en otras novelas, pero que en esta ocasión tienen un rostro y una historia completa detrás. El contexto sociopolítico adquiere también gran importancia, la historia se desarrolla dando saltos de un escenario a otro, donde en cada uno se muestran diferentes situaciones: problemas familiares, la educación ofrecida, la religión imperante, el papel de la mujer en la época… Los protagonistas se sienten esclavos de las circunstancias, siempre queriendo ir hacia el paraíso prometido o hacia mejores tiempos. El comportamiento seco de los personajes ante situaciones duras refleja el contraste de lo que no se tenía entonces y de lo que se dispone ahora.
Destaca el cuidado que se le da a la narrativa en todas las páginas, con la implantación de nuevos recursos dentro de cada una y entre ellas. Se presentan nuevos esquemas de viñetas, con disposiciones y composiciones innovadoras que harán de la aventura un viaje más original. Los saltos entre diferentes tiempos y con distintos personajes ofrecen una fluidez marcada por los ritmos presentes en el relato. El uso de un lenguaje sencillo, llano y directo, la incorporación de collages y la aplicación de colores tono sepia harán que el lector se sienta inmerso en esta nueva experiencia visual.
El Murciélago sale a por birras, de Álvaro Ortiz
La pandemia también ha querido inmiscuirse en las historias contadas a través del cómic. El Murciélago sale a por birras se ha originado durante del confinamiento; Álvaro Ortiz vuelve a publicar un libro, pero esta vez animado por el éxito que consiguieron sus publicaciones en redes sociales, fueron los usuarios los que le alentaron a publicar esta obra. Se trata de una parodia-homenaje del tan conocido superhéroe de tebeos. El relato gira en torno al mito de Batman pero adquiriendo un toque dramático. El autor juega con los arquetipos del salvador y los retuerce.
El protagonista, una clara parodia del original, se encuentra sin cerveza en su casa en mitad del confinamiento, por lo que decide pedirle ayuda a su fiel compañero Rubén. En medio del trayecto se encuentra con un comisario que le informa de un asesinato, hecho que no puede ignorar y se decide a resolver. Ortiz muestra durante toda la historia un gran conocimiento de la figura del superhéroe y plasma de forma precisa todo el simbolismo que existe asociado a él, haciendo un claro guiño a los seguidores de la saga. Un lenguaje informal y atrevido, la precisión con la que cuenta los mitos y cómo los subvierte para conseguir un tono de humor hacen que este autor haya conseguido publicar una alternativa perfecta para aquellos amantes de Marvel y DC, pero a la española.
Yo, mentiroso, de Antonio Altarriba y Keko
Yo, mentiroso se presenta como el final de una trilogía que llevan elaborando durante años este fantástico dúo. Junto a Yo, loco y Yo, asesino, los autores han plasmado a la perfección tres pecados del alma humana. El último de la saga es una crítica clara a la clase política. El relato adquiere una temática adherida al thriller, con los políticos más poderosos como protagonistas. Estos se ven envueltos en una investigación por culpa de la corrupción, se muestran los tejemanejes que hay detrás de la política, despegados de cualquier tipo de sentimientos. La rabia, la furia y la ambición por el dinero es lo que hará avanzar la historia hacia un final que sorprende.
Los tonos negros de las imágenes invaden los espacios en blanco, cuando aparece algún matiz verde es para destacar los lugares o momentos importantes de la trama, donde florecen las artimañas que llevan a cabo los partidos políticos. La imagen vuelve a obtener un protagonismo abrumador para llegar a transmitir al lector lo que es en realidad este tipo de actos, vuelve a este thriller una historia conspiranoica, donde hay pocos hechos claros y otros muchos ocultos a nuestros ojos. Amantes de la política, preparaos para vivir una experiencia dentro de las cloacas del Estado.
Ocultos, de Laura Pérez
La novela gráfica más innovadora de la lista, creada por una ilustradora que se ha animado a contar sus experiencias, y las de muchos otros, a través de un guion escueto e imágenes sugerentes. Ocultos fue el relato ganador del premio El Ojo Crítico de Cómic en la edición de 2020, la primera obra que publica Laura Pérez en solitario. Junto a las ilustraciones, logradas gracias a su propio estilo, la autora sumerge al lector en sus miedos más profundos. Los hechos paranormales tratan de buscar una explicación en estas páginas, y si no la encuentran, es que no la tiene. La historia se fue desarrollando a partir de una trama principal que sucede entre otras más cortas, el caos en el que se encontró Laura cuando escribía la novela se refleja en las divisiones de cada relato. La artista encontró en la descripción de ciertos momentos la fórmula para llegar a transmitir las sensaciones que la inundaban y de las que se enriqueció entrevistando a gente de todo el mundo. La obra final es el resultado de muchas conversaciones con personas entusiastas de lo que se considera paranormal, gente que en algunos casos poseía capacidades especiales.
El libro resulta ser una colección de experiencias y sensibilidades de aquello que no se ve, que no se puede explicar. Capítulos breves para sensaciones efímeras que transportan al lector a algún momento de su vida, donde no logra entender lo que está sucediendo a su alrededor. Resulta todo un reto plasmar este tipo de experiencias en papel, pero Laura hace muy buen uso de los silencios, de las páginas sin letras, para centrarse en el trazo, en el estilo gráfico y en las secuencias de imágenes para conseguir que el lector intuya las sensaciones invisibles que dan ritmo y consistencia al relato. Se trata de una propuesta muy interesante que todavía está en fase de experimentación, pero que abre muchos caminos a la hora de presentar aquello que no se puede explicar mediante palabras.
Jot Down Magazine
