sábado, 8 de agosto de 2020

Retrato de un prisionero

JAVIER FERNÁNDEZ

05 Agosto, 2020 


'Yo, René Tardi. Prisionero de guerra en Stalag IIB: 2. Mi regreso a Francia'. J. Tardi. Norma. 192 págs. 24 euros.


En una bibliografía repleta de obras maestras como es la del francés Jacques Tardi, la trilogía Yo, René Tardi. Prisionero de guerra en Stalag IIB impresiona por lo ambicioso del proyecto y por la implicación personal del autor, que narra aquí la historia de su propio padre como prisionero en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Estos álbumes, imprescindibles como documento y realmente emocionantes, se suman a otros tebeos bélicos (mejor dicho, antibelicistas) como La guerra de trincheras, El último asalto o ¡Puta guerra!, con los que Tardi se ha convertido en un auténtico referente del género, seguramente el que más y mejor nos ha acercado a los horrores (sobre todo) de la Primera Guerra Mundial.


Malaga Hoy



El Nikola Tesla barcelonés

'Los grandes inventos de TBO' (1943), de Ramón Sabatés, fue una sección presentada por el ficticio profesor danés Franz de Copenhague, cuyos proyectos funcionaban aun siendo absurdos

GERARDO MACÍAS

05 Agosto, 2020


'Los grandes inventos del TBO'. Guion y dibujos: Ramón Sabatés. Ediciones B, 2017.


Nikola Tesla (Smiljan, 1856-Nueva York, 1943) fue un ingeniero eléctrico, mecánico y físico croata que afirmó: "No creo que haya emoción más intensa para un inventor que ver sus creaciones funcionando".

Las palabras de Nikola Tesla parecen definir a Ramón Sabatés (Llinás del Vallés, 1915-San Justo Desvern, 2003), historietista español activo durante siete décadas. Comenzó sus estudios en 1921 en el Colegio La Salle, donde se graduó como perito mecánico. En 1930, un amigo de la familia le enseñó los fundamentos de la pintura. Poco después, inició su carrera humorística en Cholito, seguida en 1932 de las revistas Pocholo y Jordi. En 1934, publicó por vez primera en la revista TBO, y en 1935 trabajó para la futura Bruguera, y en el suplemento infantil Mapamundi del diario barcelonés El Día Gráfico. En los 40, colabora en tebeos de Bruguera, Gerpla, Valenciana y Toray, y en libros infantiles de editoriales italianas. Antes de la Guerra Civil Española, hizo exposiciones en Barcelona y una en París en 1935, con su padre, Ramón Sabatés y Malla. Su hija, María de los Ángeles Sabatés (Barcelona, 1947), también dibujante, creó la serie Maribel en TBO.

En 1941, realiza cuadernillos monográficos, tanto de dibujo humorístico como realista. En 1943, retomó su relación profesional con TBO, que duraría hasta el final de la revista, aunque lo más recordado fue cuando en los 60 Sabatés se hizo cargo de una famosa sección: Los grandes inventos de TBO, que, se suponía, eran creación de un sabio danés bajito, calvo y de grandes gafas llamado Profesor Franz de Copenhague, creado por Joaquim Buïgas. Por esta sección ya habían pasado 11 dibujantes cuando se la encargaron a Ramón Sabatés, pero su larga etapa tuvo dos particularidades: por un lado, los títulos de los inventos eran, en su mayoría, sugeridos por su esposa, Enriqueta Hernáez; por otro lado, Ramón probaba cada invento, y al ser perito mecánico, tenía la certeza de que funcionaban, aunque fuesen absurdos. A alguno de estos inventos se le dio uso habitual, como a los melones cuadrados, con forma de cajas para embalaje. Llegó a dibujar más de 1.000 inventos. Otra serie suya en la revista, aparecida en 1973, fue Casimiro Noteví, agente del TBI.

Para Editorial Bruguera realizó, en formato de cuadernillos, la serie El capitán Microbio en 1944. En 1947 colaboró en el semanario Pulgarcito, creando la serie Sindulfo Sindetikon (1948). Ese año publicó, en Pocholo, las series El abuelo y La familia Tragaperas. En 1949, creó, para la revista Trampolín, la serie La familia Sulfamida. En Florita dibujó las aventuras de Pepe el Gitanillo. Colaboró con revistas como Jaimito, Tío Vivo, Nicolás, Lupita y Paseo Infantil.

Sabatés colaboró también con algunos diarios. Desde 1960 publicó en La Vanguardia una viñeta diaria y, desde 1989, en El Periódico de Cataluña, compaginando con su colaboración en TV3 y la revista Montsalvat, para la que realizaba parodias de divos de la ópera.

Tras cerrar la revista TBO primigenia, y vender a Editorial Bruguera todas las marcas y el fondo de originales que acumulaba desde 1917, el antiguo editor de TBO vendió algunos originales sustraídos del archivo de la revista, entre ellos, también de Sabatés. Una venta realizada para lucro personal y de la que no recibieron ni una peseta los autores de las historietas vendidas.

En 1988 vino el TBO de Bruguera, y más tarde el de Ediciones B, que aprovecharon páginas originales del viejo TBO. Ediciones B incluyó un encarte central con historietas de archivo, entre ellas también las de Ramón Sabatés, que se encontró publicando nuevas páginas de historietas, realizadas por encargo, y viejas historietas, por cuya reedición no cobró nada.

En 2001, el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona, tal vez influido por el hecho de que Ramón Sabatés tuviese estudios de perito mecánico, le procuró al historietista una ayuda económica de dos millones de pesetas, al mismo tiempo que emprendió acciones encaminadas a evitar que la obra de Sabatés se dispersase. Fruto de estas acciones, algunos inventos e historietas de Sabatés están expuestos en el Museo de Ideas e Inventos de Barcelona y en el Museo del Juguete de Cataluña, situado en Figueras.


Malaga Hoy


jueves, 30 de julio de 2020

El Maquinista y EMM (El Maquinista Mensual)

Otra hornada de revistas de información sobre la Historieta, dos revistas diferentes aunque parecidas publicadas entre noviembre de 1990 y octubre de 1993. 
Debo decir que las numerosas revistas de información, o revistas de comics y fanzines que poseo fueron adquiridos tiempo después de publicarse. Y aunque hoy día la información fluye como un verdadero océano en las redes e internet, hace unos años era muy poca y de difícil acceso. Siempre son curiosas y la mayoría muestran mucho esfuerzo en su realización.

















El Principe de Egipto: Zarza ardiente

THE PRINCE OF EGYPT. A New Vision in Animation. Charles Solomon








 Publicado en 1998 por Harry N. Abrams, Incorporated, New York
Dreamworks Pictures

VIDA MOSTRENCA: Justicia poética

El Pais de las Tentaciones, viernes 29 de junio de 2001

Texto: Jordi Costa Ilustración: Darío Adanti

Hablemos de Mel Brooks: es el cómico judío que, en La loca historia del mundo, transformó el espesor metafísico de 2001, una odisea del espacio en una aparatosa oda a la masturbación. Un tipo capaz de imaginarse a los pájaros de Hitchcock cagando o de preguntarse cómo la tendría de larga el monstruo de Frankenstein. En suma, alguien que le ha perdido el respeto a toda idea de cultura oficial y que ha sido considerado durante años la quintaesencia de la zafiedad y el mal gusto. Un bruto. Un bruto que acaba de deshancar a Hello, Dolly! en la historia de los premios Tony con su montaje Los productores, adaptación al musical de su primera película como director. Lo que demuestra que un bruto puede subir a la cima del glamour y conquistarla sin dejar de ser fiel a sí mismo. Los productores, la película, contaba cómo dos picaros diseñaban un perfecto bluff -el musical neonazi Primavera para Hitler, escrito por un zote nacionalsocialista, dirigido por una locaza megalómana y protagonizado por un führer amanerado-, con la intención de que durase un solo día en cartel y, así, poder huir con la taquilla y los excedentes de producción. La estrategia funcionaba mal; Primavera para Hitler se convertía en un gran éxito de público y crítica. Los productores era, como toda gran ópera prima, un manifiesto, una declaración de intenciones: una poética del arte basura, entendido como algo atroz que fascina. Brooks quiso ser fiel a ese programa: se abismó en el mal gusto, pero no encontró a un público fascinado al otro lado del esfínter cultural. Hasta hoy: que Los productores, el musical, sea el fenómeno de la temporada tiene algo de justicia poética. Que el sofisticado público de Broadway aplauda un número de claque bailado por lujuriosas abuelas con caminadores es un triunfo histórico. Una victoria de la cultura basura.