domingo, 1 de diciembre de 2019

1.000 velas de cumpleaños

Aunque no es muy amante de las celebraciones, a Batman le toca soplar con fuerza en este, su aniversario.


JOSÉ LUIS VIDAL
29 Noviembre, 2019

Y es que el hecho de que una colección de cómic, Detective Comics, cumpla las mil entregas no es cosa que se vea habitualmente, pero claro, la protagonizada por el Caballero Oscuro es ya un auténtico clásico de las viñetas.

Ha pasado por varios cambios gráficos pero siempre, siempre, mantiene esa oscura silueta que nos es tan reconocible.

Batman: Especial Detective Comics 1000
VV.AA.
Cartoné
168 págs.
19,95 euros
ECC Ediciones

En mi caso particular, creo recordar, si no me engaña la memoria, que mi primer contacto con el Murciélago fue a través de aquellos cuadernillos de pequeño formato que nos llegaban de México, publicados por la editorial Novaro, en los que a Bruce Wayne le habían cambiado el nombre por Bruno Díaz.

Y sí, quedé atrapado por la personalidad del protagonista, sus aventuras y, sobre todo, por esa magnífica, diría que única, galería de enemigos a los que se enfrentaba una y otra vez en sus historias.

Pero el verdadero recuerdo que atesoro fue cuando, en un mercadillo, observé atónito aquella portada de una edición prestigio. En ella el dibujante, un tal Miller, había brutalizado al estilizado personaje, convirtiéndolo en un auténtico tanque humano, una máquina de guerra, cuyo cuerpo estaba surcado por heridas y que me dejó parado en seco ante aquella imagen.

Obviamente compré el cómic y todo cambió. Frank Miller y su Caballero Oscuro transformaron la percepción que por entonces tenía del personaje, por lo que, en cuanto pude me dispuse a hacerme con todo lo que pude encontrar sobre él: La magnífica etapa firmada por Mike W. Barr y Alan Davis, el Año Uno, una vez más del genial Miller…

¿Y qué es lo que más me gusta de este personaje? Pues dejando de lado los magníficos argumentos de la mayoría de sus historias, la fuerza interior que este posee. Un terrible trauma lo convierte con el paso de los años, a base de entrenamiento y fuerza de voluntad, en el adalid de su ciudad. Su mundo es una batalla interminable, obsesiva, contra el Mal.

ECC Publica un volumen especial que recoge el número 1000 de la colección norteamericana, una auténtica fiesta para los sentidos protagonizada por todos aquellos guionistas y dibujantes que se han cruzado en el camino de Batman: Scott Snyder, Greg Capullo, Kevin Smith y Jim Lee, Paul Dini y Dustin Nguyen, Warren Ellis y Becky Cloonan, Denny O´Neill y Steve Epting, Christopher Priest y Neal Adams, Brian Michael Bendis y Alex Maleev, Geoff jones y Kelley Jones, James Tynion IV y Álvaro Martínez Bueno, Tom King, con Tony S. Daniel y Joëlle Jones.

Pero esto es solo el principio, porque acompañados por una serie de impresionantes portadas alternativas, Fran San Rafael realizará un recorrido histórico por la vida y quehaceres de Batman.

Y dejo para el final la aportación de dos grandes nombres, dos artistas españoles, cineasta y autor de cómic, que han aportado su pequeño gran granito de arena para esta celebración. Se trata de Nacho Vigalondo, con una divertida introducción y la portada, increíble ilustración realizada por David Rubín, que viste como nunca a este volumen único. Un regalo para todos aquellos que llevamos años siguiendo las aventuras del Caballero Oscuro de Gotham.

¡Qué la Bat- Señal se encienda una vez más en su honor!


Malaga Hoy


¿Qué pasó después?

El Caballero Oscuro se ve inmerso en una pesadilla de la que parece imposible escapar

JOSÉ LUIS VIDAL
28 Noviembre, 2019

Todo comenzó, como siempre, en Gotham. Ciudad oscura. La lluvia caía a raudales y aquel parecía un caso más, un misterio que resolver, para el mejor detective del mundo, Batman. Pero, de pronto, todo se tornó diferente y un fundido en blanco atrapó al héroe…

Batman. El último Caballero de la Tierra. Libro 1
Scott Snyder – Greg Capullo
Cartoné
56 págs.
10,95 euros
ECC Ediciones

Cuando abrió los ojos se dio cuenta, paulatinamente, que todo había cambiado y se encontraba dentro de un extraño sueño.

Amarrado a una cama, la verdad se le presentaba, pero él, obstinado como pocos, se negaba a admitirla, por lo que utilizando esa fuerza de voluntad que lo caracterizaba, exigió la verdad, la única posible.

Y así se vio solo, de nuevo, embarcado en una nueva cruzada. El paisaje había cambiado. Rodeado de destrucción, su único acompañante es un viejo conocido, cuya voz y risa le taladra el cerebro cada vez que este, entre insinuaciones, le advierte que a partir de ahora todo va a ser diferente, como ya está empezando a darse cuenta.

Esta historia de Batman sirve como epílogo a la magnífica etapa de dos profesionales de la viñeta como son el guionista Scott Snyder y el dibujante Greg Capullo. Ambos vuelven a unir sus talentos para ofrecernos a los lectores una historia muy diferente protagonizada por el Caballero Oscuro, que aquí se verá inmerso en un mundo apocalíptico, donde ya no parece tener aliados ni respuestas a sus preguntas.

¿Cómo ha llegado allí? ¿Qué o quién ha provocado la total destrucción de todo el mundo que le era conocido?

La imaginación de Scott Snyder nos plantea un misterio, tal vez uno de los más grandes a los que haya tenido que enfrentarse el detective y, como si fueran trocitos de miga de pan, va dejando a través del periplo que este hará pequeñas pistas que nos conducirán hacia la verdad, la única respuesta válida.

¿Qué decir del arte de Greg Capullo? Si su evolución como dibujante fue brutal en las páginas de la colección de Batman, en esta miniserie publicada por ECC vamos a disfrutar aún más de sus ilustraciones, en las que se pondrá a prueba su capacidad para representar este mundo de pesadilla en el que se ve atrapado el protagonista.

Así que preparaos, avezados lectores, seguidores del Murciélago de Gotham, porque en esta ocasión las cosas no se le van a poner fáciles a vuestro héroe favorito, convirtiendo esta historia en un adictivo viaje en el que junto a su protagonista, iremos desgranando poco a poco el misterio en el que se ve envuelto, que tal vez sea el más complicado de su ya larga carrera.



Malaga Hoy


La sombra de la tijera

El Noveno Arte ha sido víctima, a lo largo de la historia, de repetidos ataques censores. Estos hechos son reflejados en este imprescindible volumen publicado por Tebeosfera

JOSÉ LUIS VIDAL
28 Noviembre, 2019

Cada vez que en una misma frase coinciden las palabras 'cómic' y 'censura', a la mayoría de los lectores de este medio (sobre todo los más talluditos) nos viene a la memoria la terrible, y temible, campaña que los desacreditó en los Estados Unidos en la década de los cuarenta, alentados por las mentes bien pensantes de los periodistas, escritores, médicos… Entre todos ellos sobresalió el nombre del doctor Fredric Wertham y su polémico libro La seducción del inocente, en el que se dedicaba a menoscabar las virtudes de la lectura de tebeos en pos de una serie de acusaciones que la relacionaban la criminalidad juvenil.

El pueblo contra los cómics. Historia de las campañas anticómic (De Norteamérica a Europa)
Ignacio Fernández Sarasola
Rústica
520 págs
B/N
39.95 euros

Aquellas viñetas eran pozos en los que las frágiles mentes de los niños y jóvenes se deformaban, introduciéndose en ellas, como si de un virus se tratase, comportamientos muy reprobables.


Y es que claro, aquellos comic-books eran un oscuro escaparate que solo ofrecía sexo, violencia, terror…

¿Pero sabíais que esta campaña no fue, ni por asomo, la primera?

El pueblo contra los cómics, estudio escrito por el abogado Ignacio Fernández Sarasola, es un extenso texto en el que el autor nos va a llevar de la mano a lo largo de la historia, en este primer caso de los Estados Unidos, en el que la desconfianza hacia el medio impreso comenzó con las dime novels, posteriormente las strips, siguieron las publicaciones pulp y culminaron en los comics books. Todo un camino en el que se utilizó a los niños como excusa para ejercer la censura, extrema en algunos casos, que haría palidecer al protagonista de la inmortal novela de Ray Bradbury y que, años después, desembocaría en aquel sello que marcó una época, el Comic Code, que garantizaba la “limpieza” del contenido de las páginas de los vilipendiados comic-books.

Pero, por desgracia, este fenómeno no fue únicamente norteamericano, y como bien nos aclara este volumen a lo largo de sus más de quinientas páginas, los niños franceses también fueron peones, a través de publicaciones autóctonas de derecha o izquierda, así como el odio que se generó hacia todo el material que provenía de los Estados Unidos y pretendía “corromperlos”…

Obviamente, ciertos pensamientos políticos, como el fascismo, utilizaron las publicaciones para mostrar la heroicidad y patriotismo de sus protagonistas, aunque hubiera que cambiarles el nombre, y el color de la camisa, como ocurrió en la Italia de Mussolini.

Curiosamente, una nación con una larga y fructífera tradición en las viñetas como es el Reino Unido también tuvo su página negra, ya que llegó un momento en el que se pensó que aquellas viñetas multicolores podían llegar a afectar gravemente a los jóvenes lectores.

Y, finalmente, nuestro país, España. En que la feroz censura de la dictadura aleccionó a las generaciones más jóvenes, dejando una herida que ha tardó mucho en sanar.

De todos estos hechos se habla con rigor en este libro que, como todos los publicados por la Asociación Tebeosfera, es una herramienta imprescindible para los estudiosos del Noveno Arte, así como una lectura amena, super documentada y con muchos ejemplos gráficos.

Tras su lectura, hay una frase que no por muchas veces repetida se hace menos actual, y es aquellas que nos alerta de que los pueblos que olvidan su pasado están condenados a repetirlo. Y es que en estos tiempos de corrección política, la tijera censora aguarda, lista para surgir en cualquier momento…


Malaga Hoy


jueves, 28 de noviembre de 2019

El alma de Sorolla no tiene luz ni color

El museo del pintor inaugura una exposición con un centenar de piezas, que descubren los dibujos en cuadernos que sacaba como si fueran una cámara fotográfica para inmortalizar la escena

PEIO H. RIAÑO
Madrid 25 NOV 2019


Clotilde, esposa de Sorolla, en el lecho, en un dibujo de 1888. FUNDACIÓN MUSEO SOROLLA

Nunca dejó de dibujar. Allá donde estuviera, allá donde fuera, con lo que tuviera a mano, dibujaba. En los tiempos muertos entre lienzo y lienzo, dibujaba. Si en el teatro le colocaban en primera fila se molestaba porque no podía “entretenerse” haciendo bocetos en su cuaderno. Si se encontraba con una escena que le interesaba sacaba su cuadernillo del bolsillo; mientras comía, en la hoja del menú del restaurante. Incapaz de detenerse, ni de aspirar a nada que no fueran estampas de la vida moderna que jamás llevará a sus cuadros, porque él era un pintor de la vida burguesa. El dibujo es como el tono de voz, cada cual tiene el suyo. El de Joaquín Sorolla (1863-1923) es eléctrico y vibrante.


El pintor valenciano no dejó de producir hasta que dio su última pincelada, en julio de 1920, mientras pintaba el retrato de Mabel Rick, mujer de Pérez de Ayala, director del Museo del Prado, cuando sufrió un derrame cerebral que lo condenó a la hemiplejia hasta su muerte, tres años después. También fue un “dibujante sin descanso” y así se titula la exposición que se inaugura este lunes en el Museo Sorolla de Madrid. “Dibuja lo que pasa constantemente delante de sus ojos”, comenta Mónica Rodríguez, comisaria de la muestra junto a Inés Abril. “Es muy fácil cogerle cariño y ver el mundo como lo vio él”, añade.


Han cribado un centenar de piezas -entre los 5.000 dibujos que conserva la institución- para componer un friso biográfico dibujado, con sus viajes a París, sus estancias en Nueva York o Chicago y su descubrimiento de Velázquez, entre otros acontecimientos vitales. “El dibujo como canal de experimentación y disfrute parece alcanzar su máxima expresión en 1911, durante el segundo viaje del pintor a EEUU, en la serie de vistas de la ciudad de Nueva York, que realiza al gouache o en las escenas que recoge en los restaurantes de los hoteles en los que se hospeda”, explican las comisarias, que mostrarán por primera vez los 12 gouaches que conserva el museo de aquellas vistas a Manhattan desde la habitación de su hotel. El acontecimiento urbano es uno de sus asuntos favoritos para los dibujos, que no exploró en sus lienzos. Los interiores de su vida íntima con su familia fueron otro de los motivos que más trabajó con papel y lápiz. Y los colgaba en las habitaciones de cada uno.

Pintura Vs. dibujo
En la exposición se exhibe uno de sus cuadernos, más pequeños que nuestros smartphones, en el que es imposible apoyar la mano y con el que practica la destreza y la seguridad del trazo. No son dibujos académicos, son escenas de un mundo flotante. Trazos leves sin intención de trascender o ser enmarcados, simples destellos en los que vive cuando vive fuera del lienzo. Basta ver el retrato de María Figueroa vestida de Menina (1901), escondido en los almacenes del Prado, para comprender que el dibujo es un calentamiento ajeno al cuadro. Tenía suficiente con el pigmento casi líquido para descubrir lo inmediato y construir los volúmenes sólidos de sus figuras, sin atender tanto al contorno o los perfiles.

Hace de la pintura su dibujo, fiel a la tradición española. Goya, Velázquez y Sorolla demostraron que lo más verdadero no tiene que ver con los cimientos de la arquitectura pictórica, sino con el desbordamiento del color. La tradición italiana dicta lo contrario, el dibujo es irrenunciable. Pero en Sorolla, como explican las comisaras, convivieron las dos caras, la del pintor y la del dibujante. “Son complementarias”, asegura Rodríguez. En la exposición queda patente como el pintor necesita al dibujante, pero también cómo uno termina por rechazar al otro, como si fueran dos seres autónomos. Cuando lleva el lienzo al aire libre tantea y tienta a ciegas, a base de mancha y gesto, rematados en una sesión. A ese ritmo de producción el dibujo es un estorbo.

“A las ocho de la mañana entrábamos en clase; pues bien, a esa hora, Sorolla venía ya de recorrer las afueras de Valencia, donde pintaba paisajes. Su actividad era extraordinaria; nos asustaba a todos”, cuenta Cecilio Plá en sus memorias. El paseante que caza impresiones es un pintor portátil, que junto a su caja de apuntes con pinceles y tubos de pintura, carga sus cuadernillos de dibujo, el lápiz y el carboncillo. “En esa “rivalidad” entre color y dibujo, Sorolla mostró desde muy temprano amplias aptitudes para ambos, siempre dentro del naturalismo”, escribe Inés Abril en el catálogo de la muestra. “Papel y lápiz le permitieron una aproximación más directa al natural que la propia pintura, captar el instante con mayor rapidez, sin lo engorroso de preparar las pinturas en la paleta o las tablillas en las que iba a pintar”, añade la especialista. Un pintor menos conocido, más íntimo, un alma sin luz ni color.


El Sorolla que dibuja es el pintor que observa. Incansable. “Como si fueran solo recuerdos de calles o rincones que le llaman la atención: enseguida saca su cuaderno, como si fuera una cámara fotográfica, e inmortaliza de manera rápida la escena”, dice Abril. Se conservan bastantes cuadernos de diferentes épocas y tamaños, pero el que más llama la atención de las comisaras es el fechado en 1891, que contiene un viaje dibujado a Alemania, con escenas de Berlín y Colonia. Son bocetos alejados de todo clasicismo, hechos a pluma, aguada en tinta negra y manchas de las que emergen formas y reflejos. Si el Sorolla en lienzo no necesita dibujo para su color, el Sorolla en papel no requiere color para su dibujo.


EXPOSICIÓN
Los cuadernos secretos de Sorolla
14 fotos
El museo del pintor inaugura una exposición con un centenar de dibujos, que descubre la atracción del artista por el momento fugaz y el uso de sus libretas como si fueran una cámara fotográfica
PEIO H. RIAÑO
Madrid 22 NOV 2019

 Joaquín y Elena estudiando 
Carboncillo y lápiz rojo sobre papel continuo, de 1905. FUNDACIÓN MUSEO SOROLLA

Labrador 
Carboncillo y tiza, de 1903. COLECCIÓN SIMARRO

En la orilla 
Carboncillo y clarión sobre papel Bristol, Valencia, 1900. MUSEO SOROLLA


Pareja preparada para salir 
Lápiz compuesto y lápiz rojo sobre cartulina, en Chicago, 1911. FUNDACIÓN MUSEO SOROLLA

Clotilde leyendo 
Lápiz compuesto sobre papel continuo, de 1888. FUNDACIÓN MUSEO SOROLLA


Hombre y mujer en un sofá 
Lápiz compuesto sobre cartulina, de 1911 FUNDACIÓN MUSEO SOROLLA


Elena en Jávea 
Carboncillo y clarión sobre papel Bristol, de 1901 FUNDACIÓN MUSEO SOROLLA


Preparando la barca 
Carboncillo sobre papel continuo, en Valencia, 1894. MUSEO SOROLLA

En la barca 
Lápiz compuesto y clarión sobre papel Bristol, 1894-1896. FUNDACIÓN MUSEO SOROLLA


En la terraza de un café 
Carboncillo sobre papel continuo, en 1890 FUNDACIÓN MUSEO SOROLLA


Estudio para El baño 
Carboncillo sobre papel continuo, de 1899 FUNDACIÓN MUSEO SOROLLA
Carboncillo y clarión sobre papel continuo, de 1907 FUNDACIÓN MUSEO SOROLLA


Conversando 
Lápiz compuesto y lápiz azul sobre cartulina, en Chicago, 1911

Escena de café 
Lápiz compuesto y lápiz rojo sobre papel continuo, en Nueva York, 1911

El 'Dragon Ball' del siglo XXI

'Naruto' (1999), de Masashi Kishimoto, narra la historia de un aprendiz de ninja adolescente llamado Naruto Uzumaki, quien sueña con llegar a ser el Hokage, máximo líder de su aldea


GERARDO MACÍAS
28 Noviembre, 2019


'Naruto nº 1'. Guion y dibujos: Masashi Kishimoto. Planeta Cómic, 2013.

La serie japonesa de cómics Naruto cuenta la historia de un mundo dividido en diferentes países, cuyo poder militar se basa en el arte marcial del ninjutsu, y se centra en pequeñas aldeas, aparentemente pacíficas, en las que se entrena a poderosos ninja. Naruto Uzumaki es un pequeño huérfano aspirante a ninja. Sin padres ni amigos, es repudiado por todos por ser el recipiente del Kyubi no kitsune, zorro demonio de nueve colas (aunque él no lo sabe). El zorro demonio de nueve colas es una criatura mitológica que, en la vida real, figura en muchas culturas del Asia oriental. Esta criatura atacó la aldea de Konoha, matando a muchos habitantes y guerreros ninja, entre ellos, al Cuarto Maestro Hokage, líder de la aldea, que dio su vida para contener a la bestia, y la selló en el cuerpo de Naruto recién nacido.

El sentimiento de soledad convierte a Naruto en un polvorín que hace todo tipo de trastadas para llamar la atención, hasta el punto de proclamar que, en el futuro, él se convertirá en el más grande Maestro Hokage, y todos le respetarán.

Naruto va a la escuela de ninja, donde Iruka, su profesor, le enseña las principales técnicas que tiene que aprender un ninja. Naruto no pasa el examen de graduación, y Mizuki (ayudante de Iruka) le desvela un secreto para que se gradúe.

Naruto deja inconsciente al Tercer Maestro Hokage, que, cuando despierta, llama a todos los ninja del pueblo para que busquen a Naruto, que se ha marchado con un documento secreto.

Mizuki destapa sus verdaderos planes: quiere hacerse con el documento secreto, y, de paso, matar a Naruto y a Iruka. Pero Naruto lo vence, y de este modo, consigue graduarse.

Al día siguiente, todos los ninja que han pasado la prueba se dividen en grupos. El grupo de Naruto es el nº 7, acompañado de Sakura Haruno (chica de la que está enamorado), y de Sasuke Uchiha (su rival por ella). Lo que debería ser una rivalidad sana se malogra a causa de los fantasmas del pasado de Sasuke.

Sasuke es un niño de la misma edad que Naruto, y último superviviente de su clan, que al contrario que Naruto, es un auténtico prodigio que consigue dominar las diferentes técnicas del ninjutsu con una facilidad pasmosa.

La chica que le gusta a Naruto, Sakura, está colada por Sasuke, lo que pone aún más tensa su relación. Todo cambia cuando los tres se ven obligados a formar equipo bajo las órdenes del ninja Kakashi Hatake. Bajo su tutela, descubrirán el significado del compañerismo.Les toca hacer la prueba final para poder emprender misiones. La prueba consiste en quitarle un cascabel a Kakashi. Naruto lo intenta, pero no puede. Sasuke casi se lo arrebata. Sakura solamente se preocupa de Sasuke. Y Kakashi da por finalizada la prueba.Existen miles de artículos de merchandising sobre el mundo de Naruto y sobre todos los personajes secundarios de la serie, que van desde libros, discos y videojuegos, a figuras, estatuas, joyería, cosplay...

Naruto consta de dos series animadas. La primera, de 220 episodios, comenzó en 2002, y cuenta la historia del manga hasta el final del tomo nº 27. La segunda, denominada Naruto Shippuuden, comenzó a emitirse en 2007. A esto, hemos de sumar las nueve películas y las cuatro OVA (Original Video Animation).

El final de la serie dejó en bandeja una continuación en forma de spin-off en 2016, Boruto, el hijo de Naruto; una serie de manga escrita por Ukyo Kodachi e ilustrada por Mikio Ikemoto.

Pero antes, Mashashi Kishimoto vuelve a la carga en 2015 con su propio spin-off, un manga sobre el personaje original, titulado Naruto: El séptimo Hokage y el mes de la primavera escarlata.Naruto es la primera serie de Mashashi Kishimoto, y también su obra cumbre, con la que consiguió un enorme éxito, comparable al de los años ochenta de Dragon Ball, de Akira Toriyama. Debutó en la revista Akamaru Jump, de la Editorial Shueisha, en 1997, en un episodio aislado. Su popularidad se disparó y, en 1999, comenzó a serializarse en el semanario Shonen Jump.

Masashi Kishimoto crea un concepto moderno de ninja que convierte la historia en éxito mundial. Ha vendido más de 200 millones de ejemplares en Japón. Kishimoto recibió el Hop Step Award y el Premio al Novato del Año por la Agencia para Asuntos Culturales de Japón.


Malaga Hoy


Buenos días, tristeza

Regresamos a Royal City, para conocer el pasado de la familia Pike


JOSÉ LUIS VIDAL
26 Noviembre, 2019


'Royal City Vol.2: Sonic Youth'. Jeff Lemire. Astiberri. 136 págs. Cartoné. 18 euros.

En el anterior, y primer, volumen de esta serie conocíamos a todos los miembros de esta familia, marcados por la tragedia de la muerte del benjamín, Tommy. Cada uno tiene encuentros con diferentes versiones del fallecido. Su madre, Patti, lo ve como un sacerdote, ya que ella, a raíz de lo que ocurrió, se ha refugiado en la religión. Sin embargo, para su hermana Tara es un niño, mientras ella lidia por intentar reflotar la economía de una ciudad que se hunde irremediablemente; Pat, el escritor que vuelve al lugar que abandonó, lo siente como un joven sin rumbo y, finalmente, el bala perdida de Richie se pega juergas interminables con él, mientras esquiva a los tipos a los que debe pasta.

¿Y Peter, el padre? Un hombre gris, que se refugia en su coleccionismo de radios, y a través de una de ellas oirá la desesperada voz de su hijo desaparecido, momentos antes de sufrir un ictus…

¿Qué ha llevado a esta familia a este estado? Jeff Lemire, en esta obra como autor completo, nos acompaña en un viaje temporal a los años noventa, concretamente al 93, donde el grunge reinaba en las cadenas de radio norteamericanas.

Tommy escribe en su diario, volcando sus sentimientos en las hojas de papel, así como lo que piensa sobre sus padres y hermanos. Unos terribles dolores de cabeza le atenazan cuando menos se lo espera, convirtiéndolo en un auténtico zombi, llevándolo a lugares premonitorios de lo que le va a suceder… Y solo hay una manera de aliviarlos.

Patti se da cuenta de la soledad que la rodea, con un matrimonio roto por lo repetitivo, la cotidianidad que lo mata todo, lentamente. Su marido, atrapado en un trabajo que odia, encontrará de la manera más casual una manera de evadirse.

Exceptuando a Richie, cuya existencia pasa por fiestas, sumergirse en alcohol y drogas, al resto de la familia no es que le vaya demasiado mejor. Tara, que ya sale con su futuro marido, Steve, se va a encontrar de pronto, sin aviso, con una situación en la que deberá tomar una radical decisión.

Mientras, Pat, el futuro escritor casado con una estrella del celuloide, se ha rendido. No universidad, no escribir, tan solo el sonido de las máquinas de la factoría en la que trabaja.

El creador de esta serie, Jeff Lemire, al que supongo que ya conoceréis, sabe llevar a la viñeta los sentimientos de sus personajes, los dramas que viven, haciéndolos casi reales. Ya lo ha demostrado en sus otras series, que ha ido publicando Astiberri (Descender, Black Hammer, Gideon Falls…) en las que jugando con los géneros con auténtica maestría, se ha convertido en uno de los mejores, y más prolíficos, guionistas del panorama comiquero actual.

¿Queréis saber qué le ocurrió a Tommy? Aquí tenéis las respuestas.



Malaga Hoy


viernes, 22 de noviembre de 2019

Presencias

No mires por el rabillo del ojo, o podrás notar que está junto a ti, a tu lado, observándote…

JOSÉ LUIS VIDAL
22 Noviembre, 2019

El título de la última obra de Anabel Colazo es perfectamente aplicable a cualquier título del género terrorífico, especialmente a las películas. Una situación diría que clásica, que podemos recordar sucede en infinidad de filmes y nos pone siempre en tensión. Esa huida constante, notando como a tu espalda surge una imparable amenaza que no va a cejar en su persecución hagas los que hagas, logrando lo que se propone en la mayoría de ocasiones. Puro y auténtico miedo.


No mires atrás
Anabel Colazo
130 páginas
Rústica
16,50 euros
La Cúpula Ediciones

Pero no, no nos encontramos ante una historia así. O al menos, no totalmente.

Blanca es una chica que carga con un peso invisible, un suceso del pasado que la atenaza y al que regresa una y otra vez. Ni siquiera la presencia de sus amigos logra que este doloroso recuerdo se borre de su cabeza en el solitario pueblo en el que reside. Un lugar en el que parece solo haber vida y agitación en la época estival.

Pero la llegada de una antigua amiga, Sam, hará que las cosas comiencen a cambiar, ya que un inesperado y nocturno baño en la playa terminará siendo el descubrimiento del cadáver de una chica.

Cansada de ocultar su secreto, Blanca se sincera con la aspirante a guitarrista. Desde la infancia se han ido repitiendo varios 'encuentros' con una presencia, un ser mudo, una especie de fantasma, que la observa, siempre el mismo. Y ahora ha vuelto a ocurrir…

¿Tiene este hecho algo que ver con la muerte de la chica?

Al principio del texto hacía referencia al título del cómic, que también puede entenderse como un grito para olvidar las cosas pasadas, las dolorosas, las que hacen que la protagonista se refugie en su cama, sintiéndose aliviada solo cuando cierra los ojos y duerme. O bajo el agua de la piscina, el único lugar en el que se encuentra a salvo.

Si en sus anteriores obras, Anabel Colazo utilizaba la fantasía (El cristal imposible) y el fenómeno de los avistamientos de OVNIS (Encuentros cercanos), en esta ocasión, recurriendo al fenómeno Creepypasta como tema de fondo, nos ofrece un retrato de un personaje agobiado por sus fantasmas, los personales, en un entorno creíble, con unos amigos que trataran de ayudarla, sobre todo la persistente Sam, que será la única que la acompañe en un momento decisivo, la prueba definitiva de que esa 'presencia' puede ser real y no una invención…

Con un estilo de dibujo muy naif, la autora, que se confirma con esta obra como uno de los jóvenes talentos de la nueva viñeta española a seguir, nos sumerge en una historia en la que introduce con acierto los datos necesarios para que sepamos los profanos qué es el Creepypasta, surgido en internet y los videojuegos (incluso hay una terrorífica serie de televisión, Channel Zero, que recurre a estos relatos) que le da el punto de género a la historia, que ya de por sí es interesante si seguimos el deambular de Blanca, su protagonista, que carga con su particular, dolorosa e invisible mochila…


Malaga Hoy