domingo, 20 de octubre de 2019

El Vértigo de una mujer que cambió la historia del cómic

Las jornadas del cómic de Avilés homenajearon al sello esencial del cómic americano que ensalzó a Alan Moore, Neil Gaiman o Grant Morrison

Una viñeta legendaria del 'Sandman' de Neil Gaiman editado por Vertigo.

17 SEP 2018

Todo empezó con una película terrible. La cosa del pantano, dirigida por un intocable del terror, Wes Craven, el padre de Freddy Krueger. Aquella lamentable adaptación hizo que DC Comics desperezara al personaje y que lo pusiera en las manos de un veintiañero con fama de virtuoso llegado de las islas británicas. Aquel veintiañero se llamaba Alan Moore y lo que hizo con el maltratado hombre-planta es historia indeleble del cómic.

Lo que es menos historia es la mujer que estaba tras ese hito, la que movía los hilos para iniciar una revolución que, como reconocía Frank Miller o Paul Levitt el año pasado a este periódico en conversaciones informales, fue cambiar el cómic norteamericano para siempre. Iniciar una revolución en temas, hondura y calidad artística que es perfectamente comparable a la Nouvelle Vague o su explosiva mímesis en el Nuevo Hollywood de los setenta, capitaneado por Coppola, Scorsese, De Palma, Lucas, Spielberg y cía.

Esa revolución se llamó igual que otro mito de la cultura, el Vértigo de Alfred Hitchcock, y fue capitaneada por la editora Karen Berger. Vivió con esplendor veinte años, los noventa y la primera década de los 2000, ofreciendo tebeos inolvidables como lo fueron Los libros de la magia, 100 balas, La fuente y más que ninguno Sandman, amén de reediciones de clásicos como la etapa de Alan Moore de La cosa del pantano o V de Vendetta o los propios de Grant Morrison, Animal man y Doom patrol.

La segunda década de los 2000 y los múltiples cambios que han sacudido —aún en pleno seísmo— al mundo del cómic tambaleó a Vértigo. Hasta muy reciente fecha, en la que se ha anunciado un auténtico renacimiento del sello con un buen puñado de nuevas series. Pero Vértigo fue y es lo que Berger soñó hace 25 años, en un mundo de viñetas poblado por superhéroes y sus eternas batallas, un paréntesis para aquellos lectores que buscan otra clase de hondura en los tebeos sin renunciar por ello a un imaginario de envergadura.

Portada de uno de los tomos integrales de 'Lucifer', con guion de Mike Carey.

Esta pasada semana, en el marco de las XXIII Jornadas Internacionales del cómic de Avilés, dos autores de fuste de Vértigo, el guionista Mike Carey (Sandman presents: Lucifer, Sandman presents: Petrefax) y el dibujante R.M. Guerá (Scalped), homenajearon los 25 años de Vértigo y a su creadora durante una mesa redonda. Ambos llegaron a Vértigo antes como lectores que como escritores. “Yo por aquel entonces era periodista en medios pequeños y recuerdo que fue precisamente escribiendo una reseña del primer número de Sandman de Neil que me di cuenta de la enorme revolución que se estaba gestando en el medio.”

Guerá precisó más los cimientos artísticos que singularizan a Vértigo y su propuesta, asemejándola a un gusto mucho más europeo por lo artístico: “Yo tuve una infancia singular por crecer en Yugoslavia y allí está muy claro que algo interesante es mucho mejor que algo generalista. Cosas que están bien se han hecho muchas en la historia; pocas realmente interesantes. Vértigo, y por eso su supervivencia era tan importante, era uno de esos pocos lugares donde las historias siempre tenían algo interesante. Para mí, representaba lo más europeo que había en Estados Unidos.”

Vértigo, para Carey, nació de una hipérbole: “Se creyeron que en nuestras islas había 58 millones de Alan Moore, y eso, a mí también en lo personal, nos vino muy bien. Venían año a año a ver a quiénes se llevaban”. Fue así, los Berger y Levitt del momento rastrearon las huellas que explicaran una obra de la magnitud de Watchmen y se encontraron con lo que Berger describió, en una entrevista para el canal televisivo Syfy, como una “vibrante escena underground”. Revistas como 2.000 A.D. o Warrior eran las trincheras en las que autores de la talla de Garth Ennis, Neil Gaiman, Grant Morrison, Mike Carey o el propio Moore se batían el cobre. Un filón a explotar por un mercado americano sobresaturado de superhéroes. Y una oportunidad de DC Comics para ofrecer algo que su competidora de siempre, la Gran M, nunca ha logrado sublimar: el tebeo de autor con alcance de fenómeno de masas. Guéra lo define de manera sucinta: “En Vértigo hubo corazón. Todo el mundo lo daba todo. Es algo que en Marvel no ha pasado mucho.”

Portada de uno de los números de 'Scalped', de R. M. Guéra y Jason Aaron.

Pero no fue algo inmediato, como recuerda Carey. “Los primeros cómics de Vértigo [como La cosa del pantano de Moore] llevaban el sello de DC Comics porque el sello en sí no existía. Fue Karen Berger la que se dio cuenta de que estaban publicando una serie de cómics que compartía un espíritu, una sensibilidad entre sí. Y ello le llevó a crear el sello que podía englobarlas a todas. Karen creó Vértigo por entero, era su visión”. Carey abundó en el papel esencial de esta editora en pavimentar una continuidad en una apuesta tan experimental, tanto por el trabajo que hacía en primera persona como por la cultura que transmitía a sus compañeros de edición: “Si nos fijamos en la lista de los grandes editores de Vértigo, nos damos cuenta de una cosa: todos empezaron como asistentes de Karen Berger. Axel Alonso, Will Dennis, Shelley Bond… Todos aprendieron sus instintos editoriales de ella. Era una suerte de linaje”.

El legado de Berger ha dejado un poso palpable que ha tenido una continuidad incluso más allá de Vértigo. Guéra ve en la editorial indie del momento, Image, la gran heredera de este espíritu: "Para mí es el futuro del cómic. Es una editorial de pocas personas, infinitamente menos que DC Comics o Marvel o, si nos vamos a Europa, Glénat. Ellos se encargan de dos cosas, marketing y distribución. Como autor, desde luego, incurres en muchos más gastos, pero también ganas luego mucho más. Yo creo que tienen mejor futuro que DC o Marvel porque en estas editoriales se siguen usando ideas porque en el pasado funcionaban. Jamás he creído en eso. Nadie puede tener certezas en el cómic sobre qué va a funcionar. Lo único que se puede poner es el esfuerzo." Además, Image coincide con la estrategia multicultural de gigantes como Netflix, apostando por equipos de guionista-ilustrador inusuales como el que conforman por ejemplo la española Emma Ríos como guionista y la malaya Hwei Lim en Mirror.

El cómic atraviesa por un momento particularmente tumultuoso. En ventas y en cuestionamiento ético, con una terrible tormenta bajo el hashtag Comicsgate amenazando en el horizonte, un colectivo de exaltados de extrema derecha que quieren dinamitar la diversidad en cómics y crear una industria paralela que lleve a la praxis sus ideas retrógradas. Entre otras cosas, ridiculizando a las mujeres que se dedican a la viñeta, como hicieron acosando a un grupo de editoras de Marvel por subir una foto a Instagram para celebrar su compañerismo. No está mal recordar que el momento más crucial de la historia del cómic contemporáneo se le debe a una mujer. Una mujer con una visión muy clara, que recordó en el día más duro, hace seis años, cuando dejó marchar su Vértigo tras 20 años de maternidad: "Estoy increíblemente orgullosa de haber creado un hogar para que guionistas y dibujantes puedan contar historias progresistas y provocadoras que ampliaron los horizontes del tebeo". Exactamente eso es lo que hizo.


El Pais



Superman vuelve a pegarle al Ku Klux Klan medio siglo después

Ka-BOOM COORDINADO POR
ENEKO RUIZ JIMÉNEZ Y ÁNGEL LUIS SUCASAS

Un cómic oficial del superhéroe recupera un serial de radio de los años 40 para enfrentarlo a la hermandad de supremacistas

El detalle de una viñeta de 'Superman smash the Klan'.

ÁNGEL LUIS SUCASAS

Madrid 17 OCT 2019

Allá por 1946, un escritor concienciado, Stetson Kennedy, le daba un golpe de gracia al Ku Klux Klan. Tras infiltrarse en la hermandad, desveló los secretos de la misma a la prensa y a un medio más poderoso que los periódicos para lograr el retrato que marcó a Hanna Arendt: el de la banalidad del mal. Kennedy habló con los guionistas del tremendamente popular show radiofónico de Superman. Juntos, maquinaron un arco argumental que enfrentaba al hombre de acero con la Hermandad de la Cruz Furiosa. Esto es, el Ku Klux Clan.

Ahora, medio siglo después, los autores Gene Lueng Yang y Gurihiru (seudónimo artístico del dúo de ilustradores japoneses: Chifuyu Sasaki y Naoko Kawano), han resucitado a la Hermandad de la Cruz Furiosa y han llevado esta historia por primera vez a las viñetas. "Ese show radiofónico le dio un enorme mamporro publicitario al Ku Klux Klan [Kennedy llegó a desvelar códigos secretos de la hermandad que se airearon en la ficción]; demostró por qué las historias importan. Lo leí, no sé, hace como 10 años, y se me ha quedó clavado en la memoria desde entonces", confesaba Lueng en una reciente entrevista a Polygon.

Que Lueng se quedara marcado por la historia no es casualidad. El lector de 2019 asumirá que los personajes chinos que protagonizan esta historia, amén de Superman, son invención de Lueng; a fin de cuentas, el guionista es hijo de dos emigrantes taiwaneses, por lo que su propia biografía parece el combustible perfecto para dichos personajes. Sin embargo, resulta que el show de radio partía precisamente de ese punto, de la mudanza de una familia china a Metrópolis y cómo el caldo racista hervía ante su llegada. Al autor, como señala en dicha entrevista, le sorprendió sobremanera este hecho: "No estaba acostumbrado a encontrarme con gente china en una historia de Superman".

El cómic tiene un estilo de dibujo y de personajes que recalca la inocencia, por lo que, cuando la violencia del clan se hace presente resulta peculiarmente aterradora. En una escena también recobrada del show de los 40, la hermandad quema una cruz en el jardín de la familia china. La pareja de hermanos preadolescentes que protagoniza el tebeo, contemplan abrazados y temblorosos la escena.


Portada del primer número de 'Superman smashes the Klan'.

Es particularmente brillante como Lueng y Gurihiru, recuperando la vivacidad e inocencia de la Edad Dorada del cómic, manifiestan también los rasgos de la nueva ficción pop. El chaval que es hijo del líder del clan está retratado con la misma humanidad que las víctimas. De hecho, tras una escena que lo describe como racista, cuando pierde humillantemente al béisbol con el recién llegado muchacho chino, tiene otra escena que lo redime. Su cara de horror cuando su padre le muestra el uniforme de la hermandad y le dice que, siempre que lo lleve puesto, se dirija a él como: "Señor Escorpión".

Tras 70 páginas que rematan con un... Continuará, y Superman salvando el día, a uno le queda claro, nuevamente, que el tebeo de superhéroes contemporáneo se está convirtiendo en uno de los canales más políticos de la ficción presente. En las páginas finales de este primer número de Superman machaca al Klan (el segundo llegará el 18 de diciembre, Lueng escribe una anécdota conmovedora. Cuando era un chaval, inventó un relato de G.I. Joe que leyó en voz alta en su clase, para deleite del alumnado. Un chaval en concreto, Danny, muy popular, lo aplaudió copiosamente. Después de que terminaran las clases, volvió a felicitarlo. "G.I. Joe, una historia muy molona. ¡Choca los cinco!" , pero cuando el joven Lueng intentó hacerlo, le dijo "No voy a tocar a un...". Y Lueng describe que la palabra omitida ahí rimaba con stink (pestazo). Es decir, que el Danny en cuestión lo había insultado con la palabra humillante dedicada a los asiáticos, dink, popularizada tras la guerra de Vietnam.


Doble splash page de 'Superman smash the Klan'.

Superman machaca al Klan es un cómic de su tiempo. En él se lee un relato de trinchera en esa guerra cultural que se libra en lo pop, esa que alinea a los bandos retrógrados ligados al supremacismo, la alt-right y la subcultura incel (para que lo que nos ocupa, #comicsgate es su hashtag) con la defensa de la diversidad en los contenidos y en los creadores, un grupo que ha sido ridiculizado por los primeros bajo las siglas SJW (social justice warrior; guerrero de justicia social). Pero la falta de ira que manifiesta Lueng contra ese chico de su cómic que tanto se parece a ese chico de su vida, el hijo del racista, da esperanzas para que la guerra pueda llegar a un punto de alto el fuego donde el contacto humano se recupere sin antorchas de por medio.

Ángel Luis Sucasas es director narrativo del estudio de videojuegos Tequila Works y novelista en sellos como Planeta, Dolmen Editorial y Nevsky Books.


El Pais

Antes de Águila Roja

'Las 7 vidas del Gavilán' (1983), de Patrick Cothias y André Juillard, es un cómic lleno de intrigas políticas, justicieros enmascarados, amor y muerte en la Francia de Enrique IV


GERARDO MACÍAS
16 Octubre, 2019



'Las 7 vidas del Gavilán.' Guion: Patrick Cothias. Dibujos: André Juillard. Norma Editorial, 2004.

En 2009 se estrenó en La 1 de TVE la serie Águila Roja, ambientada en el Madrid del Siglo de Oro durante el reinado de Felipe IV, y protagonizada por Gonzalo de Montalvo, maestro de escuela de la Villa y héroe enmascarado.


Águila Roja bebe del cómic Masquerouge (1978), de Patrick Cothias y André Juillard, publicado en Pif Gadget, revista del Partido Comunista Francés. La acción comienza en 1624: Richelieu gobierna Francia junto al rey Luis XIII (el de Los tres mosqueteros); mientras la baronesa Ariane de Troïl toma la identidad de Máscara Roja, que lucha por los necesitados. El contrato acaba en 1981 y fichan por Glénat, donde hacen una precuela: Las 7 vidas del Gavilán.

Águila Roja se inspira aún más en Las 7 vidas del Gavilán: el enmascarado es masculino. Además, coinciden en la conspiración contra los reyes: Enrique IV de Francia (el de "París bien vale una misa") muere asesinado; y su hijo Luis XIII tiene en contra una logia como la que maquina contra Felipe IV de España en la teleserie. Otro nexo entre teleserie y cómic es que Felipe IV de España fue yerno de Enrique IV de Francia.

Las 7 vidas del Gavilán son siete álbumes: La muerte blanca (1983), El tiempo de los perros (1984), El árbol de mayo (1986), Hyronimus (1988), El señor de los pájaros (1989), La parte del diablo (1990) y La marca del Cóndor (1991). El último álbum se desarrolla tras Masquerouge.

Las 7 vidas del Gavilán generó multitud de precuelas y secuelas, todas escritas por Cothias con distintos dibujantes. El Ciclo de las 7 vidas del Gavilán incluye nueve series, que suman más de cincuenta álbumes. Ninguna de ellas es necesaria para disfrutar de este Integral.

Asistimos al relato de una bruja sobre los destinos de sus siete gavilanes, siete aves, relacionadas con siete testigos de la época previa a la Revolución Francesa, los verdaderos protagonistas.

Las 7 vidas del Gavilán comienza el 27 de septiembre de 1601, con el nacimiento de Luis XIII en la corte; y de Ariane de Troïl en un bosque nevado, donde muere su madre, que huye de su marido, el barón. En ese instante, María de Médicis da a luz al futuro Luis XIII de Francia. En Auvernia, ocho años más tarde, El Gavilán, un enmascarado vestido de rojo incita al pueblo a la sublevación contra el conde Thibaud de Bruantfou y despierta la admiración de Ariane.

En 1610, el anciano Leonard Lengua Ágil aterroriza a Enrique IV con la predicción de su muerte. La aparición de Leonard Lengua Ágil y de la bruja dan un elemento sobrenatural a la serie, que recuerda a la obra de Shakespeare.

En el mismo año 1610, María de Médicis, esposa de Enrique IV, se prepara para su coronación como reina de Francia. El Gavilán es motivo de conflicto entre Ariane de Troïl y su padre, quien lo odia. Thibaud de Bruantfou intenta utilizar a Ariane para llegar hasta su enemigo. El rey Enrique IV cree cada día más en la profecía de que su muerte sería en atentado, como finalmente ocurre.

Nombran regente a María de Médicis, que gobierna el país con la ayuda del italiano Concino Concini. El Gavilán ha perdido su brazo derecho en combate contra la Inquisición. En 1617, Luis XIII ordena la muerte de Concini y toma el mando. Aquí termina el sexto álbum, La parte del diablo. Antes del séptimo álbum, La marca del Cóndor, se sitúa toda la serie Masquerouge, creada por los mismos autores.

Tras Masquerouge, el álbum La marca del Cóndor sitúa la acción en París, en 1625. En la corte de Luis XIII, nadie sabe que Ariane de Troïl es Masquerouge, el justiciero enmascarado. Para ponerle fin, llaman al Cóndor, espadachín tuerto y manco exiliado en América, que en realidad es el Gavilán original, Gabriel de Troïl, hermano del barón y verdadero padre de Ariane.

Patrick Cothias (1948) es un guionista francés. En sus inicios también era dibujante pero enseguida lo dejó para dedicarse al guion. Sus trabajos más destacados fuera del Ciclo de Las siete vidas del Gavilán son Las Aguas de Mortelune y El viento de los dioses.

André Juillard (1948) es un dibujante francés. En 1974, comienza su carrera en el cómic dibujando La longue piste de Loup Gris. Ha colaborado con guionistas tales como Pierre Christin en Lena; Jacques Martin en Arno; Yann en Mezek; Yves Sente en Blake y Mortimer.



Malaga Hoy

miércoles, 16 de octubre de 2019

Verne, Holmes y Tarantino

JAVIER FERNÁNDEZ
16 Octubre, 2019

'Grandville'. Bryan Talbot. Astiberri.104 páginas. 16 euros

Grandville es una deliciosa serie de aventuras retrofuturistas protagonizadas por el inspector de Scotland Yard Archie LeBrock y ambientadas en un mundo de animales antropomórficos en el que, doscientos años atrás, Francia ganó las guerras napoleónicas e invadió Gran Bretaña y el resto de Europa. Publicados originalmente entre 2009 y 2017, son cinco los volúmenes que componen esta virguería steampunk, todos ellos servidos en español por Astiberri: Grandville, Grandville: Mon Amour, Grandville: Bête Noire, Grandville: Nöel y Grandville: Fuerza mayor, un conjunto que se ha descrito como "un cruce entre Julio Verne y Sherlock Holmes dirigido por Quentin Tarantino" y que muestra el lado más ingenioso del irrepetible Bryan Talbot.


Malaga Hoy


Conan, como nunca

'La espada salvaje de Conan', tomo espléndido de principio a fin, reproduce los nueve primeros números del mítico magazine, fechados entre 1974 y 1975


JAVIER FERNÁNDEZ
09 Octubre, 2019

'La espada salvaje de Conan: La etapa Marvel original, 1'. Roy Thomas y otros. Panini. 536 páginas. 45,95 euros.


A comienzos del presente año, Conan el bárbaro regresó a Marvel, la editorial que había sido su casa entre 1970 y 2000, y los viejos aficionados se frotaron las manos imaginando un retorno a la grandeza. A decir verdad, el personaje acababa de atravesar uno de sus periodos creativos de mayor grandeza en una esquina del catálogo de Dark Horse, de la mano de Timothy Truman, Tomás Giorello y José Villarrubia, pero no es menos cierto que la editorial de Milwaukie se había columpiado bastante con algunos de los últimos títulos protagonizados por el héroe de ficción creado por Robert E. Howard. Pues bien, hace ya más de nueve meses del reencuentro entre el cimerio y la Casa de las Ideas y aún es pronto para evaluar los resultados, aunque se palpa el desencanto entre los puristas por la sobreexplotación a la que se está sometiendo al personaje y por la falta de eso que se llama respeto al espíritu original (ahí lo tienen, empuñado su espada en Savage Avengers junto al Punisher, Elektra y Lobezno).

Lo que sí ha generado un aplauso generalizado es la política de reediciones del material clásico por parte de Marvel. Dark Horse nos dejó una ristra de tomos de Conan The Barbarian con los colores innecesariamente reinterpretados, otros tantos de King Conan, una pésima edición de las tiras de prensa y una reedición barata de The Savage Sword of Conan, en tanto que Marvel se ha desmarcado con una línea de Omnibus que reproducen con fidelidad el coloreado original o presentan una calidad inédita en los grises, según el caso, al tiempo que incluyen artículos, anuncios, correos de los lectores, algunas historietas de complemento originales, portadas a color y una nutrida sección de extras. No es un edición perfecta, pero sí la mejor que ha conocido este material hasta la fecha (incluyendo cuestiones como la rotulación).

Siendo puntillosos, y refiriéndonos a La espada salvaje de Conan, los tres o cuatro defectos que saltan a la vista son los marcos añadidos a las páginas (afortunadamente eliminados en la edición española), la falta de algunos materiales de complemento protagonizados por otros héroes de Howard (por problemas de derechos), el elevado precio (cuestión que Panini ha resuelto dividiendo el material en varios tomos, de modo que el precio de cada uno por separado resulte más asequible) y, claro está, el propio peso de los volúmenes, que convierte la lectura de estos libros en una experiencia un tanto fatigosa (sin ser precisamente liviana, la edición española, que usa un papel distinto, es más ligera y cómoda que la original).

No sé cuántas veces habré recomendado los cómics de Conan escritos por Roy Thomas para Marvel, y estoy dispuesto a seguir recomendándolos tantas como haga falta. Son una de las cumbres de la producción de la editorial neoyorquina a lo largo de su historia, muy especialmente el material de La espada salvaje de Conan. Los primeros nueve números del mítico magazine (fechados entre 1974 y 1975) están contenidos en el presente tomo, espléndido de principio a fin.


Malaga Hoy


Los tigres de la ira

JAVIER FERNÁNDEZ
16 Octubre, 2019

'Las aventuras de Luther Arkwright'. Bryan Talbot. Astiberri. 256 páginas. 26 euros

Este verano ha saltado la noticia de que Bryan Talbot está preparando un tercer volumen de la serie de Luther Arkwright, su trabajo más emblemático, considerado como uno de los grandes hitos de la historieta británica. El nuevo libro tendrá más de 200 páginas, se llamará The Legend of Luther Arkwright y verá la luz en 2022, esto es, cuatro décadas y media después del debut de Arkwright. Por si alguien no lo sabe, la cosa va de universos paralelos y, más concretamente, de uno en el que el Imperio Británico, en un futuro alternativo al que se ha llegado después de que Cromwell ganase la guerra civil inglesa, ha impuesto su ley en el mundo. Arkwright es un agente de una organización interdimensional que trata de evitar el colapso de la realidad a manos de las fuerzas oscuras. Tiene poderes psíquicos y la capacidad de moverse a su antojo por las realidades, pues sólo existe un Luther Arkwright en todo el multiverso.

A día de hoy, la serie se compone de dos partes, ambas publicadas en edición integral por Astiberri, Las aventuras de Luther Arkwright y El corazón del Imperio, esta última ambientada veintitrés años después del final de la primera parte y realizada con un estilo gráfico significativamente distinto. "Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la instrucción", reza el verso de William Blake pintado en el muro de una viñeta de Las aventuras de Luther Arkwright, y Talbot hace buena la cita en esta asombrosa saga de ciencia ficción. La intuición, la improvisación, la imaginación desbocada y la búsqueda (exitosa) de una estructura que lo unifique todo hacen de Las aventuras de Luther Arkwright uno de los tebeos más singulares y gozosos que se puedan imaginar. Talbot no le tiene miedo a nada, y se crece página a página, con un grafismo puntillista que remite a los mejores momentos del Métal Hurlant (¿se acuerdan de Dionnet?) y que nunca ha lucido mejor como en esta edición integral, con sus escaneos mejorados y su multitud de extras.


Malaga Hoy



Entre olas y arena, los ocultos recuerdos

La guionista francesa Séverine Vidal y el dibujante español Victor L. Pinet componen en 'La casa de la playa' una historia sutil en la que prima lo visual



JOSÉ LUIS VIDAL
15 Octubre, 2019


'La casa de la playa'. Séverine Vidal y Víctor L. Pinet. Nuevo Nueve Editores. Cartoné. 22 euros, 176 páginas.

Regresar a aquella casa va a reavivar los recuerdos de los miembros de una familia, el que ha sido un cálido hogar para ellos durante muchos veranos.

La joven Juls es la primera en pisar el lugar, imborrable recuerdo de tantos buenos momentos que ahora están a punto de ser cortados, ya que su tío Albert, necesitado de una inyección económica va a ejercer presión sobre sus hermanos, viéndose estos obligados a pensar en la venta de esta casa.

Pero este no es el único hecho que hace que, de vez en cuando, la tristeza se enmarque en el rostro de la joven embarazada, ya que carga con una invisible mochila de dolor que solo se mitiga, y hasta a veces se diluye, respirando la brisa que viene de la cercana playa, en que aún puede disfrutar y, sobre todo, relajarse.

Entre comidas, cenas, risas, largas siestas, Juls se va a dar de bruces con un hecho inesperado, un misterio que guarda la casa y que solo nosotros, los lectores, vamos a poder desentrañar a través de los diferentes saltos en el tiempo que da la narración.

Ya que si esta comienza en el año 2018, como si en una imaginaria máquina del tiempo se tratara, de un salto nos vamos a encontrar, en forma de flashback, en 1968, cuando los abuelos de Juls adquirieron la casa, hicieron una promesa y se convirtió en el primer verano de otros…

Pero claro, todo tiene un principio, y el porqué de aquellas palabras emborronadas en la pared comenzó aquí, con la joven Françoise, la joven hija de un matrimonio, primeros ocupantes de la casa en la playa. Un lugar en el que la tímida niña va a encontrarse con algo, y alguien, inesperado, que dará un vuelco a su corazón.

Pero la vida, en ocasiones, es injustamente cruel, y la inocencia de la niña se verá golpeada por la duda, las preguntas que la acechan acerca de un hecho, una cita que no se cumple y que la va a marcar por el resto de sus días…

La guionista gala Séverine Vidal y el dibujante español Victor L. Pinet componen una historia sutil, en la que lo visual prima en esos momentos importantes, en los que los lectores, mudos testigos de lo que ha ocurrido, deberemos desentrañar el misterio de aquellos lejanos suceso que conmocionaron al tranquilo pueblo.

Pero también es un acertado retrato de las relaciones familiares, con sus más y sus menos (¿Quién no las tiene?), de cómo la buena voluntad puede arreglar los más irresolubles problemas y, sobre todo, del nuevo camino que puede emprenderse después de que una vida se rompa en mil pedazos. Siempre hay esperanza.

Segunda novela gráfica publicada con acierto por la editorial Nuevo Nueve, que ya va marcando con claridad los parámetros, el perfil, en los que se va a mover la nueva aventura editorial emprendida por Ricardo Esteban.

Si como al que suscribe, esta historia te va a rememorar esos recuerdos de largos días de sol, playa, diversión y salitre, no dudes en sumergirte en su lectura.


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