martes, 9 de abril de 2019

La carrera espacial


La tira de prensa 'Sky Masters of the Space Force' (1958), de Dave Wood y Jack Kirby, narra las aventuras de un astronauta norteamericano en la carrera espacial contra la URSS


GERARDO MACÍAS
03 Abril, 2019



'Sky Masters of The Space Force. Las planchas dominicales a color 1959-1960'. Guion: Dave Wood. Dibujos: Jack Kirby y Wally Wood. Ferrán Delgado, 2017.

La tira de prensa Sky Masters of the Space Force fue creada por Jack Kirby y los hermanos Dick y Dave Wood; y entintada por Wally Wood (sin relación familiar con los anteriores). Se trata de una tira diaria publicada entre el 8 de septiembre de 1958 y el 25 de febrero de 1961 a la que acompaña una tira dominical a color con argumentos independientes que se publicó desde el 8 de febrero de 1959 al 14 de febrero de 1960, poco antes de que Kirby abandonase lo que entonces era National (la futura DC Comics) para recalar en Marvel y crear Los 4 Fantásticos.

Jack Kirby es conocido como el creador gráfico de X-Men, Los Cuatro Fantásticos o Los Vengadores, pero a lo largo de su dilatada carrera trabajó en muchos otros proyectos.

Sky Masters of the Space Force no tiene que ver con lo que poco después ofrecerá Kirby en Marvel y DC: que nadie espere rayos cósmicos que alteran el ADN, ni un surfista plateado que sirve de avanzadilla a un devorador de mundos, ni Nuevos Dioses. Lejos también de la space opera tan bien representada por Flash Gordon, la obra pretende un desarrollo realista y para ello presenta al comandante Sky Masters, astronauta que vive los inicios de la carrera espacial de los Estados Unidos de América en los años sesenta, con una ambientación real en cuanto a la forma de las astronaves, las estaciones espaciales y los trajes usados por los astronautas, aunque muy fantasiosa en cuanto a la velocidad con la que se preparan los lanzamientos. Son historias que combinan la dosis justa de aventura y datos científicos. La obra se produjo en plena Guerra Fría, cuando la rivalidad en ese campo entre los USA y la URSS era frenética.

En 2008, la desaparecida editorial Glénat presentó al lector español Sky Masters of the Space Force, una de las obras más desconocidas de Jack Kirby. El cierre de la editorial dejó inédito un tercer volumen donde se iban a publicar las planchas dominicales de la serie. En 2017, nueve años después, salió al mercado el esperado tercer volumen, editado por Ferrán Delgado, quien se había encargado de restaurar las tiras diarias para Glénat.

Ferrán Delgado continúa la edición que comenzó con Glénat, publicando en primicia mundial todas las planchas dominicales a color, remasterizadas con un nivel de calidad raramente visto en el panorama del cómic español.

Sky Masters of the Space Force. Las planchas dominicales a color (1959-1960) es un testimonio gráfico para entender, no solamente el arte de Jack Kirby, sino la historia del cómic como medio artístico y de comunicación. Este libro no solamente contiene las cincuenta y cuatro planchas dominicales que completan la serie, sino que por primera vez se reeditan todas las viñetas que se usaban de comodín al adaptar el cómic a los diferentes formatos de los periódicos. Estas viñetas formaban la sección Cuadernos de notas, donde se explica, con más veracidad todavía que las tiras si cabe, los preparativos de la era espacial. Además, contiene una selección de guías de color pintadas por Kirby, originales, un artículo que nos explica como Jack Kirby se fue a Marvel a consecuencia de los sucesos que rodearon la realización de Sky Masters, notas a pie de páginas, enlaces al blog del propio Ferrán Delgado y a los de otros autores donde se desarrollan otros aspectos de la obra... En fin, complementos que hacen que el tomo se pueda releer descubriendo nuevos detalles.

La fusión entre los lápices de Jack Kirby y las tintas de Wally Wood, dio como resultado una obra de una gran calidad. Cuando Wally Wood abandona las tintas, tras la tira número 264, le sustituye Dick Ayers, quien se convertiría en uno de los entintadores favoritos de Kirby y trabajaría mucho con él en Marvel, pero, poco a poco, la serie empieza a decaer.

Ferrán Delgado (Barcelona, 1969) es técnico editorial con una dilatada carrera como rotulista y diseñador gráfico en Planeta DeAgostini. En Glénat/EDT fue coordinador y restaurador de la edición española de Sky Masters of the Space Force. En los años ochenta, fue colaborador en fanzines como El Clan y Plot y en el siglo XXI fue responsable de la revista de información Plot 2.0. Prepara una reedición de las tiras diarias de Sky Masters a mayor tamaño que Glénat.


Malaga Hoy

sábado, 30 de marzo de 2019

Destellos cotidianos

JAVIER FERNÁNDEZ
27 Marzo, 2019

'Archivos cósmicos'. Flavita Banana. Astiberri. 208 páginas. 19 euros.

Astiberri vuelve a deleitarnos con una antología de viñetas de Flavita Banana, publicadas dentro del sello ¡Caramba! y en el formato de otras obras de la artista (pasta dura, lomo redondeado, hueco en portada, tamaño casi cuadrado). Banana se autodefine como viñetista y pensadora (algo no muy diferente de lo que le escuché una vez decir de sí mismo a El Roto), y, para probarlo, aquí tienen doscientas y pico páginas de chistes dibujados con la soltura y el estilo idiosincrático de la autora de Las cosas del querer y Archivos estelares. Algunos ya habían visto la luz previamente en El País, Mongolia, BCN Més, S Moda y La Maleta de Portbou, aunque la experiencia de leer seguidos estos destellos cotidianos no tiene comparación.


Malaga Hoy


Un despliegue gráfico

JAVIER FERNÁNDEZ
27 Marzo, 2019

'Pop'. Luis Bustos. Astiberri. 72 páginas. 20 euros.

A Luis Bustos lo hemos visto en las más distintas faenas, y en todas ellas mantiene un nivel excelente. No son muchos los que pueden presumir de algo así. Quiero decir, que lo mismo le da a la novela gráfica que al cómic book que al humor, y es que el historietista de Madrid maneja con maestría distintos registros. Recuerdo ahora, por ejemplo, el magnífico álbum Versus, tan esteticista, o el no menos interesante Puertadeluz, tan eficaz, y me quedo también con la boca abierta leyendo este Pop, "un despliegue gráfico", en palabras de la propia editorial (Astiberri, claro está, y su sello ¡Caramba!), "que repasa los artistas, géneros, formatos y principales tendencias que han marcado la música pop". El libro se presenta en elegante formato cuadrado, reversible, con su cara A y su cara B, impreso mayormente en bitono. Una pasada, sentimental y divertido.


Malaga Hoy


Estado de shock

JAVIER FERNÁNDEZ
27 Marzo, 2019

'La noche polar'. Marcos Prior. Astiberri. 104 páginas. 15 euros.

La noche polar se lee como un libro de relatos, y es que Marcos Prior tiene madera de narrador mutante. De los buenos. Pero, ojo, Prior es un dibujante como la copa de un pino, y uno bien inquieto, de los que mezclan recursos e inventa soluciones en cada página, de modo que la lectura de la presente novela gráfica se convierte en una experiencia visual de primer nivel. Ocho historietas que son otros tantos personajes de características bien distintas (comenzando por el pequeño Vladimir, de ocho años, en estado de shock tras asistir al atentado sufrido por el zar Nicolás II en 1881), situados en épocas diferentes, más una conclusión que cose el conjunto y un epílogo, digamos, luminoso, conforman un cóctel de lo más sorprendente. Astiberri ha colocado en contracubierta un texto de mi buen amigo Eloy Fernández Porta, y me van a permitir que lo comparta con ustedes, porque Eloy siempre sabe bien qué decir para hacerle a uno la boca agua: "Bienvenidos al gran show conspiratorio del espionaje bizarro, el periodismo inmersivo, los terrorismos más pintorescos y el síndrome de la cabeza explosiva, la de Marcos Prior, que una vez más despliega su repertorio de disfraces creativos -el de Bill Sienkiewicz, el de Thomas Pynchon, el de Mike Ibáñez- sin dejar nunca de ser él mismo: el showman gráfico del Apocalipsis nuestro de cada día. Enjoy".

Ya puestos, les recomiendo también, y mucho, otra novedad de Astiberri: Balthus y el conde de Rola, publicada a santo de la exposición retrospectiva que, sobre el pintor francés, acoge el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. El álbum de Tyto Alba, encargado por el propio museo, usa algunos diálogos de las memorias de Balthus y da cuenta de su obsesión con la juventud, motivo central de una obra pictórica enigmática, sensual y polémica. Alba realiza un trabajo impactante, de gran belleza, especialmente en el coloreado de las páginas, y deja al lector con ganas de saber más del personaje, pero, sobre todo, de admirar otros trabajos del veterano historietista.


Malaga Hoy


viernes, 29 de marzo de 2019

Viajando por Ether

Matt Kindt y David Rubín embarcan a su protagonista en un nuevo y peligroso periplo por este fantástico mundo



JOSÉ LUIS VIDAL
27 Marzo, 2019

Si viajáis a la ciudad de los canales, Venecia, tal vez tengáis la oportunidad de conocer a un viejo vagabundo, un tipo barbudo y desaliñado al que encontraréis más de una vez royendo un trozo de pan o una porción de pizza rescatada de la basura.

Pero Boone Dias, que es su nombre, no es lo que parece. Él podría contaros docenas de historias sobre ese país al que para llegar hay que ejecutar un "salto de fe", dejando todo atrás… Para llegar a Ether, un lugar distinto, donde los colores son más llamativos y sus habitantes parecen salidos de un libro creado por un escritor con una imaginación desbordante.

Pero es real, totalmente real. Y Boone lo sabe porque ha traspasado la barrera docenas de veces para resolver misterios. Con su mente racional, ya que no cree en lo místico, ha viajado a lo largo y ancho de estas curiosas tierras, ayudando a algunos habitantes, pero también creándose peligrosos enemigos, villanos que actúan en la sombra y que desean la destrucción de esa otra gris realidad, la de la Tierra.

Para los que hayáis tenido la suerte de leer el primer volumen de esta serie publicada por Astiberri, ya sabéis quiénes son sus principales protagonistas, ya que además de Boone, vamos a conocer a Glum, el guardián de paso, un enorme simio que, sin proponérselo, se convierte en la mano derecha del investigador, una especie de Watson peludo. Pero no será el único, ya que en el país de las hadas reside una muy especial, con bastante mala baba, Violeta Campana. En este segundo volumen conoceremos, a base de flashbacks, como ella y el protagonista se conocieron, y el luctuoso suceso que tendió entre ellos un abismo.

Pero regresemos a Venecia, donde Boone pasa los días, ahogado por los errores y pérdidas que ha sufrido a consecuencia de esa otra "vida" en Ether, ya que un solo día allí son meses en nuestro mundo, por lo que su matrimonio con Hazel, su esposa, se rompió para siempre, dejando a dos hijas abandonadas por el camino.

Un suceso inexplicable, y terriblemente peligroso, acecha. Una serie de agujeros, portales, se están abriendo a lo largo y ancho del planeta, tendiendo un camino entre los dos mundos. Y lo que puede venir de Ether no lo hace precisamente en son de paz. La amenaza de los Gólems de cobre acecha a la humanidad (en el anterior tomo ya pudimos ver el caos que solo uno de ellos pudo crear).

Reclutado por la agente de una organización secreta, Boone regresará a Ether, pero esta vez la ayuda de Glum y Violeta no será suficiente, así que deberá reclutar a Grandon Cuerposado, un tipo al que le gusta el peligro y que es el único que puede localizar y anular los pasajes. Pero antes tendrán que liberarlo de la letal prisión en la que se encuentra encarcelado.

Y aquí se inicia esta extraordinaria aventura que los va a llevar a parajes lejanos y extremadamente peligroso, y en ellos conocerán a nuevos personajes, como la maga Agripa, al Narrador Supremo, Gail Animin, que en alguna ocasión les va a poner las cosas muy difíciles al cuarteto de héroes que, sumando la racionalidad de Boone, más la total y absoluta locura de Grandon, puede que logren a acabar con la letal amenaza. Pero no va a ser cosa fácil, os lo aseguro.

El guionista norteamericano Matt Kindt ha creado una fantasía en la que se mezcla un mundo habitado por personajes imposibles, pero donde el Mal está latente, y lo enfrenta a la realidad, un lugar oscuro, triste, deprimente, donde Boone se consume poco a poco, y al que está condenado a regresar cada vez que su cuerpo se desgastas, quedándose sin la energía que le proporciona la comida, alimentos que su cuerpo rechaza en Ether.

Me pregunto si llegará el día en el que varias de las mejores creaciones de Kindt, publicadas en el mercado estadounidense, llegarán a nuestro país. No comprendo por qué los lectores españoles aún no han podido disfrutar de MIND MGMT, Dept H o Grass Kings, tres maravillas, dibujadas las dos primeras por él mismo y la tercera junto a Tyler Jenkins, en las que este genial guionista nos presenta organizaciones secretas, poderes mentales, aventuras submarinas y los misteriosos asesinatos que se cometen en una curiosa localidad.

Pero volviendo a Ether, esta serie no existiría sin el mágico y potente trazo de su cocreador, el autor español David Rubín, que mes a mes deja constancia de su arte en su exitosa carrera en los USA y lo hace no solo en estas páginas, repletas de ingenio y originales diseños, sino que junto a el guionista John Arcudi, acaba de completar el segundo volumen de otra serie, Rumble (cuyo primer arco está siendo publicado también por Astiberri).

Rubín explora todas las posibilidades de la página de cómic, regalándonos un auténtico tour de force visual, una delicia para la vista, constatación y golpe en la mesa para esos agoreros que manifiestan de vez en cuando que este medio, el Cómic, está agotado.

Si os gusta la aventura, la fantasía más desbordante, éste es vuestro cómic. Eso sí, tened en cuenta una cosa. Los que se internan en Ether ya nos será los mismos a su regreso…



Malaga Hoy


Una buena cosecha

'Black Hammer', obra de Jeff Lemire y Dean Ormston, devuelve la magia y el sentido de la maravilla al género de superhéroes y se suma a otros tomos ya publicados


JAVIER FERNÁNDEZ
27 Marzo, 2019


'Black Hammer. La edad sombría. Parte I'. Jeff Lemire, Dean Ormston. Astiberri. 144 páginas. 16 euros.


Ya les he dicho otras veces lo que me gusta la selección de títulos comerciales estadounidenses del catálogo de Astiberri. Desde su inicio, la editorial vasca ha tenido buen ojo para escoger obras independientes (véanse los tomitos de Grendel o Bone), y, de las últimas series, tengo sobre la mesa tres que me tienen enganchado.

La edad sombría. Parte I es el subtítulo del nuevo volumen de Black Hammer, esa virguería de Jeff Lemire y Dean Ormston (con la inestimable aportación del colorista Dave Stewart) que devuelve la magia y el sentido de la maravilla al género de superhéroes. El presente tomito se suma a los tres que ya han visto la luz (los dos de la primera serie, más el spin-off Sherlock Frankenstein, ilustrado por David Rubín), y compila los episodios 1 a 5 de Black Hammer: Age of Doom (2018), en donde continúan las desventuras de este puñado de héroes atrapados en una misteriosas granja de la que no encuentran modo de escapar. La melancolía y un sofisticado análisis de las relaciones personales se mezclan con la reflexión sobre la propia naturaleza narrativa del género, con profusión de referencias y homenajes a motivos y personajes clásicos. Lemire es uno de los guionistas más interesantes del panorama actual, sobre todo cuando, como aquí, está en plena forma, y el estilo de Ormston es de los que atrapa desde la primera página. La serie original tiene el tono de los productos de Dark Horse, y los cómics se acompañan de un cuadernillo de bocetos y notas, para mayor disfrute.



También de Lemire, esta vez con Dustin Nguyen en el apartado gráfico, es el fenomenal serial de ciencia ficción Descender, que alcanza el desenlace con su sexta entrega, titulada Máquina de guerra. Son los números 27 a 32, publicados originalmente por Image en 2018, y obtendremos aquí las respuestas a los interrogantes planteados desde el inicio por esta space opera de robots buenos y malos y guerras estelares. Digo que es el desenlace, pero los autores ya están preparando las siguientes aventuras ambientadas en este peculiar universo creativo, por lo que tampoco tiene mucho sentido ponerse triste. En palabras de Lemire: "Vi que no hacía falta terminar Descender como lo había planeado; podíamos seguir adelante. Iríamos más allá de mi final original y llegaríamos hasta el futuro, de modo que convertiríamos la serie en un híbrido de fantasía/ciencia ficción. Esta nueva dirección nos permitiría hacer una serie que fuera completamente fresca y nuevo, pero también continuar con la saga de Descender. La historia final de Descender siempre tuvo el título previsto de Ascender, de modo que ese título encajaba perfectamente con la nueva serie, que empezará a principios de 2019".



Y para rematar, solo unas líneas para recomendarles el volumen cuatro, Cuatrorgía, de Sex Criminals, el premiado serial de Matt Fraction y Chip Zdarsky protagonizado por una pareja capaz de detener el tiempo cuando alcanza el orgasmo. Ojo, porque suceden cambios inesperados en este volumen, pero no quiero reventarles el final...


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Con licencia para matar, pero de risa

'El sulfato atómico' (1969), del historietista español Francisco Ibáñez, es la primera historia de larga extensión de su serie 'Mortadelo y Filemón' y es una parodia de la Alemania nazi



GERARDO MACÍAS
27 Marzo, 2019



'Mortadelo y Filemón: El sulfato atómico'. Guion y dibujos: Francisco Ibáñez. Penguin Random House, 2018.

A mediados de los sesenta, el espionaje internacional se puso de moda en la ficción y Editorial Bruguera no dudó en subir al carro a Mortadelo y Filemón, que habían debutado como simples detectives en 1958. En 1962, se estrenó la película Agente 007 contra el Dr. No, protagonizada por Sean Connery; en 1963, La pantera rosa, película dirigida por Blake Edwards y protagonizada por Peter Sellers en el papel del Inspector Clouseau; en 1965, Superagente 86, teleserie humorística protagonizada por Don Adams, en el papel de Maxwell Smart, agente que trabaja para Control, una agencia de espías de Estados Unidos; en 1966, la teleserie estadounidense Misión Imposible...

En 1969, Editorial Bruguera pide a Francisco Ibáñez que adopte un estilo francobelga; más elaborado. La idea era que los personajes tuvieran aventuras largas y que fueran recopiladas en álbumes para su venta en el extranjero. Siguiendo la estela de la moda cinematográfica y televisiva del espionaje, la editorial introduce a los dos protagonistas en la T.I.A., en referencia a la C.I.A. Dos nuevos personajes serán imprescindibles: el superintendente Vicente y el profesor Bacterio (éste último, culpable de la calvicie de Mortadelo). Filemón sigue siendo el jefe, pero ambos rendirán cuentas al superintendente.

Por imposición editorial, Ibáñez toma como modelo a Franquin (dibujante de Spirou y Fantasio). La salida al mercado de esta historia, amén de su posterior publicación en álbum con un formato parecido al del mercado francés, cambió el concepto de historieta juvenil española.

Tras el apoyo del régimen franquista a Alemania durante la II Guerra Mundial, España quedó aislada internacionalmente. La Guerra Fría y la posición estratégica de España, hicieron que USA se interesara por retomar relaciones. En 1955, España entró en la ONU. Eisenhower visitó España en 1959. El régimen franquista abandonó el aislamiento internacional, lo que facilitó los planes de Bruguera de exportar sus historietas al resto de Europa.

A pesar del final del aislamiento, España seguía bajo la dictadura franquista. Sin embargo, la primera historia larga de Mortadelo y Filemón parodia la Alemania nazi, haciendo un guiño a las democracias occidentales: El sulfato atómico trata sobre un elixir para el control de plagas inventado por el profesor Bacterio, que, por error, vuelve gigantes a los insectos. Mortadelo y Filemón son enviados a recuperar un bote de sulfato robado por la República de Tirania, país gobernado por un dictador de ansias expansionistas, que planea utilizarlo como arma para conquistar el mundo.

El sulfato atómico tiene 46 páginas. Se publicó en forma de serial del 27 de enero al 30 de junio de 1969 en la revista Gran Pulgarcito, nº 1 a 23, a razón de dos páginas semanales.

Ibáñez da continuidad a determinadas situaciones, de manera que los agentes conservan sus chichones hasta el final de la historia; y puede verse también que Filemón cambia de ropa y se pone otra (sin su característica pajarita), que conserva hasta la última viñeta. Esta característica se perderá en futuras historias largas.

Ibáñez no estaba a favor de invertir tanto tiempo en una aventura y, poco a poco, las siguientes aventuras llevarán menos elaboración en los dibujos, se perderá la influencia de Franquin y tenderán al estilo con el que Ibáñez se siente más cómodo.

El sulfato atómico se recopiló en Ases del Humor nº 1, de 1969; en la primera edición de Colección Olé nº 139 en 1977; en Magos del Humor nº 1, en 1984, 1987 y 2018; en Colección Olé nº 100 de la cuarta edición (tercera de Ediciones B) en 1995; en Súper Humor nº 21 de Ediciones B; y en Las mejores historias de Mortadelo y Filemón nº 1, en 2001.

Este álbum ha sido adaptado en 1995, en un episodio de la teleserie de animación de Antena 3; en 1998, la empresa española de videojuegos Alcachofa Soft lanzó una aventura gráfica para ordenador con título homónimo; la película realizada con actores reales La gran aventura de Mortadelo y Filemón se hace eco de la historieta en detalles como el destartalado autocar de la compañía El Avión; el cartel Visite Tirania; y el discurso de Rompetechos, creación favorita de Ibáñez, que suele hacer cameos en todas sus series.



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