miércoles, 20 de marzo de 2019

Borrón y cuenta nueva

Llega a las librerías el primer volumen de las nuevas aventuras del trepamuros favorito de los cómics, Spiderman

Spiderman, de nuevo en acción.

JOSÉ LUIS VIDAL
27 Febrero, 2019

Me tengo que sincerar con vosotros, no hay otra. Llevo años, muchos años, que no me llevo a la retina un tebeo protagonizado por Peter Parker. Y es curioso que esto me haya pasado, ya que dentro del universo superheroico de la Casa de la Ideas, Spiderman siempre ha sido, y será, mi personaje favorito desde que no levantaba un palmo del suelo y mi primo me permitía leer los ya vetustos tomitos publicados por editorial Vértice, con aquellas apasionantes historias creadas por Stan Lee, Steve Ditko, John Romita…

Tramas enrevesadas, la discontinua continuidad, personajes que morían y volvían, resucitados en la siguiente página y, sobre todo, una pérdida total de empatía con aquel personaje. Para mí, Peter Parker siempre ha sido un loser, un perdedor que iba saltando (eso sí, con mucha agilidad) de un problema a otro. Y no solo me refiero a la legión de supervillanos que acechan a la ciudad de New York, sino también a la vida personal: su relación con los amigos, sus amores, el trabajo en el Daily Bugle… En resumidas cuentas, esa 'otra existencia', la real, que estaba fuera de la que el protagonista veía a través de las lentes de su traje de superhéroe.


Y os preguntareis cuál ha sido el motivo para volver a sumergirme en las páginas de un tebeo de Spiderman. Pues la verdad es que dos muy importantes: en primer lugar, que la colección de El asombroso Spiderman comienza, digamos, de cero. Tras la finalización de la larga, larguísima etapa del guionista Dan Slott al frente de ésta (con sus aciertos y desbarajustes) llegan nuevos aires. Y estos son traídos por Nick Spencer que, tirando de humor e ironía, va a hacerse cargo del timón en la colección, llevando a Peter Parker a un nuevo status, que en principio me resulta de lo más atractivo. Peter ya no es profesor en la universidad, ni el propietario de una empresa de tecnología, sino que, por una serie de desgracias se queda sin trabajo en el periódico para el que ha conseguido a lo largo de los años las mejores instantáneas del trepamuros, en el que ahora ejercía las labores de editor y, por si esto fuera poco, sus estudios universitarios son borrados de un plumazo, ofreciéndosele la oportunidad de volver a convertirse en estudiante…

Solo, teniendo que compartir piso con Randy, el hijo de Robbie Robertson y otro tipo más al que conoce demasiado bien. Así es su vida ahora, un auténtico desastre.

Y aquí solo comenzarán sus problemas, ya que tras la máscara continúan sus peripecias, tratando de defender a la ciudad de una temible invasión de alienígenas que pueden hasta con la imparable fuerza de Los Vengadores.

Sin apenas tiempo para tomarse un respiro, deberá hacer frente a toda una legión de villanos que intentan hacer de las suyas en la ciudad que nunca duerme: Bumerang, El Rino, Electrolina, Misterio, La Hormiga Negra, El Supervisor…

Aunque todos estos solo serán una distracción comparados a los planes que está maquinando un resentido maloso que se oculta entre las sombras y que, casi sin proponérselo, le va a causar más de un dolor de cabeza al ocupadísimo Spiderman.

¿Os parecen pocos motivos para engancharos a sus nuevas aventuras?

Pues bien, os voy a dar una última y muy importante en esta apasionante trama: ¿Qué pasaría si Peter Parker fuera separado de Spiderman? ¿Que cómo ocurre eso? Ah, para saberlo tendréis que sumergiros en este primer arco argumental.

Pero claro, un buen cómic no es solo guion, sino que debe de estar acompañado, como es el caso, de unos dibujos espectaculares. Y amigos, aquí hay que quitarse el sombrero, porque recién llegados de la colección Invencible, publicada por la editorial Image, sube al bordo el tándem compuesto por el dibujante Ryan Ottley (Grizzly Shark) que, junto al entintador Cliff Rathburn van a seguir demostrando porqué son la mejor elección para plasmar gráficamente las aventura de El Hombre Araña.

Ottley tiene esa mezcla personal e intransferible que hace que sus personajes, muy expresivos, puedan saltar de la pose más dramática y violenta a la caricaturesca, por lo que su estilo es el indicado para llevar a la página en blanco los guiones de Nick Spencer (Thief of thieves, Action Comics, Antman, Superior foes of Spider-Man…).

¿Y qué decir de esos colores de Laura Martin, que parecen salirse de la página?

Peter Parker se encuentra ante una encrucijada, sin el apoyo de su tía May, sin pareja, obligado a volver a estudiar esos apuntes que Dios sabe dónde estarán, con un profesor que hace que un sudor frío le recorra la espalda, un alcalde al que mira de reojo, desconfiado y, sobre todo, tratando de meter algo de cordura en la cabeza de ese tipo, idéntico a él, que se balancea por la ciudad vistiendo el uniforme de Spiderman.

Mientras tanto, muy lejos de allí, en la sabana africana, una pesadilla del pasado en forma de villano regresa…

Os puedo confesar que después de tanto tiempo sin leer sus aventuras, gracias a este cómic, he recuperado las ganas de volver a leer al aventura de El Asombroso Spiderman.


Malaga Hoy


El buen ladrón

'El caco Bonifacio' (1957), de Enrich, es un peculiar ladrón buenazo que debutó en el primer número de 'Tío Vivo', el semanario creado por dibujantes disidentes de la Editorial Bruguera


GERARDO MACÍAS
27 Febrero, 2019

'Clásicos del humor: El caco Bonifacio'. Guion y dibujos: Enrich. RBA Coleccionables, 2009.

Se conoce como El buen ladrón a uno de los dos malhechores que, según los Evangelios, fueron crucificados al mismo tiempo que Jesús de Nazaret. En el Evangelio de San Lucas se relata que Jesús dijo al buen ladrón durante la crucifixión que antes de que acabara el día, estaría con él en el Paraíso, por lo que se convirtió en el primer santo de la historia, San Dimas, canonizado directamente por Jesús. Su festividad se celebra el 25 de marzo.

En la historieta española también existe un personaje que se puede considerar como un buen ladrón: El caco Bonifacio, de Enrich, que debutó en el año 1957 en el nº 1 de la revista Tío Vivo, un semanario creado por dibujantes disidentes de la Editorial Bruguera que formaron el colectivo DER (Dibujantes Españoles Reunidos).

El caco Bonifacio, el protagonista de la serie, es fácilmente reconocible por su gorra de visera, antifaz (que no se quita nunca), pantalones desgastados, y una pañoleta alrededor de una enorme papada. Este personaje es un ladrón que resulta muy peculiar, pues, como su propio nombre indica, tiene muy buen corazón, algo que muchas veces se le vuelve en contra.

Para recalcar aún más si cabe la bondad de Bonifacio, la serie cuenta con un secundario habitual: Pancracio, otro caco algo más joven y de menor estatura que él. Pancracio hace de contrapunto del protagonista, y sólo se preocupa por robar, no como el propio Bonifacio. Su vestimenta es similar, pero sin antifaz. Aparentemente es más novato que Bonifacio, pero demuestra ser más hábil en el arte delictivo que él, y también más cruel y despiadado.

El caco Bonifacio nació como gag de una sola viñeta en la contraportada del semanario Tío Vivo, compartiendo espacio con otros chistes de viñeta única, como El profesor Tenebro, de José Escobar, entre otros.

El caco Bonifacio salió ganando con la absorción de Tío Vivo por parte de Bruguera: la viñeta única pasó a ser una historia a página completa, aunque durante un tiempo se publicó simultáneamente en ambos formatos en Tío Vivo. El caco Bonifacio permaneció en sus páginas durante de dos décadas, manteniéndose en la cabecera hasta 1966, tras lo cual reapareció en diversas publicaciones de Bruguera en forma de reediciones.

Como es habitual en las series de la Editorial Bruguera, el protagonista termina con la situación fuera de control, y acaba casi siempre recibiendo palos por su torpeza. Sus actividades le llevan con frecuencia a la cárcel, o, incluso, termina siendo engañado por sus supuestas víctimas.

En 1958, el personaje era tan popular que llegó a protagonizar algunas portadas del semanario donde nació. Especialmente quedó en el recuerdo una portada encabezada por un billete de mil, que desde 1951 llevaban impreso el busto del pintor Joaquín Sorolla.

En los inicios de 1966, la casa Guisval lanzó un reloj con El caco Bonifacio colocado en él, solamente unos meses antes de que Enrich dejara de producir páginas inéditas.

El autor, Enric de Manuel González (Vénissieux, Francia, 1930), artísticamente conocido por Enrich, comenzó su andadura en los cómics en 1950 en la revista Trampolín, para más tarde colaborar también en Jaimito, terminando en Bruguera, donde fue muy prolífico.

Algunos años atrás, Enrich había ideado otro personaje de corta existencia, para la revista Chicolino (1951) de Editorial Símbolo: El caco Delito, que puede considerarse antecedente de El caco Bonifacio. Otra creación de Enrich en los años setenta explora la pugna entre un policía y un ladrón: Ganzúo y Pesquisón. Éste último vive obsesionado con la captura de aquel, mientras Ganzúo se divierte burlando al gendarme. Pese a todo, la relación entre ambos es respetuosa y las ingeniosas situaciones ideadas por Enrich se resuelven antes por la inteligencia y los diálogos de los personajes que por la acción física.

Cuando se dejó de publicar, El caco Bonifacio cayó en el olvido. Ni Bruguera ni ninguna otra editorial había publicado hasta 2009 un recopilatorio de El caco Bonifacio, por lo que este volumen se convierte en la primera reedición que se publica del personaje, debido a que la Colección Olé llegó algunos años después de la desaparición de esta serie. Mencionar que este volumen reúne la totalidad de las páginas publicadas de El caco Bonifacio.


Malaga Hoy


Páginas imborrables

'Conociendo a Jari' se centra en la vida y obsesiones de un finlandés de 50 años que viaja a España para ver jugar a Larry Bird y se queda en el país


JAVIER FERNÁNDEZ
20 Febrero, 2019

'Conociendo a Jari'. José Ja Ja Ja. Fulgencio Pimentel. 176 págs. 21,95 euros.

Es lo que tienen las mudanzas, que siempre hay algo que se pierde. O que se recupera mucho tiempo después. En mi caso ha sido una caja que ha aparecido detrás de otras tantas cajas apiladas apresuradamente en el garaje. Fue buscando otra cosa, y harto de mirar una y otra vez en los mismos sitios, que me dio por mirar en el rincón donde estaba seguro de que no estaría lo que buscaba. Claro que no estaba, pero sí esa caja inquietante que no recordaba que debiera estar ahí. Y bueno, la abrí. ¿Que qué había en su interior? Un tesoro, diez o quince cómics extraviados, algunos aún retractilados. Entre ellos, tres de Fulgencio Pimentel. Lo dicho, un tesoro.

El primero de ellos es Conociendo a Jari, del ciudadrealeño José Quintanar, más conocido como José Ja Ja Ja. El dibujante con apellido de risa ha publicado otros dos libros, también con Fulgencio Pimentel, Culto Charles y Fartlek, de los cuales solo he leído el primero, y me encanta. Ya lo escribí en su día, allá por 2014: "un tebeo oblicuo, preciosista y singularísimo, que bebe del cómic tanto como de la ilustración y que merece figurar entre las publicaciones más hermosas del año". Del segundo, insisto, no sé nada, pero lo que he bicheado por internet me hace pensar que ha de ser una maravilla. En cuanto a Conociendo a Jari, el que les habla no es un lector impresionable, digamos que soy más bien un lector de pellejo duro. Y, sin embargo, esta especie de docudrama medio surrealista sobre la vida y las obsesiones de un finlandés de cincuenta años que se vino a España para ver jugar a Larry Bird y se quedó, me ha dejado boquiabierto. Es uno de esos escasos libros en los que importa la forma tanto como el fondo, no, en los que brilla la forma tanto como el fondo. Y no sé por qué, me ha traído a la cabeza al gran Micharmut, no porque haya semejanzas (que igual), sino por una misma actitud valiente, descarada, contracorriente y un talento gráfico descomunal. Vamos, que me he quedado cuajado. Lo pueden comprar con los ojos cerrados.



Luego está Beverly, del historietista de moda, Nick Drnaso, elevado a los altares del ahora por haber logrado que una novela gráfica fuese nominada por primera vez al prestigioso Man Booker Prize. Me refiero a Sabrina, su segunda novela gráfica. Esta que editó Fulgencio Pimentel fue su primera, y dice mucho del olfato de los editores riojanos que ellos se dieran cuenta antes del talento del de Illinois. Ciertamente, Drnaso tiene la mirada de un novelista contemporáneo, y su narrativa lenta, ordenada, monótona, engrandecida por una línea singular y un coloreado exquisito, no tiene nada que envidiar al novelista más pintado.



Y por último, Melancolía es una nueva estación del tren de alta velocidad conducido por el australiano Simon Hanselmann, el de Hechizo total, Bahía San Búho, Hail Satan! y etcétera. Ácido, irreverente, divertido, indie como él solo, basta probar un bocado de las desventuras de Megg, Mogg y Búho para quedarse atrapado en un universo irrepetible, que es a lo que aspira cualquier obra de arte.


Malaga Hoy


martes, 19 de marzo de 2019

Extraterrestre busca humano

JAVIER FERNÁNDEZ
20 Febrero, 2019


'Intensa'. Sole Otero. Astiberri. 176 páginas. 16 euros.

Una extraterrestre de nueve pechos y ojos grandes como platos, de viaje en su nave espacial, decide copular para vencer el aburrimiento. Consulta a Xoxo, el ordenador de a bordo, y estudia las opciones a su alcance (elefantes, conejos, palomas...) hasta que finalmente opta por abducir a un hombre y descubre, para su sorpresa, que los seres humanos están menos desarrollados de la cuenta, pues conservan algo tan primitivo como los sentimientos. Intrigada por el enamoramiento y sus consecuencias, la extraterrestre tomará forma humana, bajará a la Tierra e iniciará una relación amorosa y carnal con el sujeto de estudio, practicando sexo a mansalva. Intensa es la nueva novela gráfica de la bonaerense Sole Otero, autora de La pelusa de los días y Poncho fue, realizada durante una residencia otorgada por la Maison des Auteurs de Angoulême en el año 2017.


Malaga Hoy

¿Quién está ahí?

JAVIER FERNÁNDEZ
20 Febrero, 2019


'Buenas noches, planeta'. Liniers. Impedimenta. 36 páginas. 18 euros.

En estos tiempos de novelas gráficas para adultos, tebeos sofisticados y lecturas serias y densas, tiene uno que recordarse que el cómic es un medio tradicionalmente infantil, y es que, mirando la mesa de novedades, a veces, no se sabe bien qué ofrecerle a un niño. Por fortuna, hay álbumes como Buenas noches, Planeta, esta delicia de Liniers, primorosamente editada en nuestro país por Impedimenta, que devuelven al medio toda su ingenuidad, su gracia y su capacidad de maravilla.

El dibujante argentino afincado en Vermont tiene en su maleta virguerías como Macanudo, Conejo de viaje o Cosas que te pasan si estás vivo, y su libro The Big Wet Balloon fue seleccionado como mejor libro de 2013, antes de alzarse el año pasado con el premio Eisner al Mejor Cómic Infantil. Su estilo, heredero de los grandes clásicos, de línea juguetona y eficaz storytelling, se ha ido refinando con el tiempo, acercándose, cuando la ocasión lo exige, a ese otro mundo gráfico que es la ilustración. Buenas noches, Planeta cuenta la historia del muñeco homónimo, un tierno peluche que pasa el día de la mano de una niña, con quien juega a saltar al montón de hojas secas, se sienta con ella en el jardín o en el sofá, mientras leen un cuento, y no la abandona mientras se baña, come, se lava los dientes o, claro está, cuando se va a la cama. Pero todo cambia cuando la dueña se queda dormida. Peluche se pone entonces de pie y sale al mundo a correr sus propias aventuras. Primero andurrea por la casa, junto a Elliot, el perro de la familia, que lo lame, lo zarandea o le ayuda a subir al mueble para coger una galleta. Y luego, acompañado también por otro simpático habitante de la casa, un ratón, sale al jardín, se sube al árbol y salta con los brazos abiertos para tratar de alcanzar la luna. Amable y hermoso en su sencillez, Buenas noches, Planeta es un auténtico regalo para los más pequeños, pero también para los adultos, que reconocen la maestría de Liniers y se quedan embobados contemplando la belleza de las páginas.


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Un final para Federik Freak

JAVIER FERNÁNDEZ
20 Febrero, 2019

'Limitado y especial'. Rubén Fdez. Astiberri. 112 pág. 18 euros.

Limitado y especial, de Rubén Fdez., es el título del quinto y último libro recopilatorio de la serie protagonizada por Federik Freak, después de Onanist Life-Sytle, ¡Para ti que eres virgen!, Piraña social y Subnormal emocional (los dos primeros editados por El Jueves, y los otros dos, como este quinto, por el sello ¡Caramba! de Astiberri). Van aquí historietas publicadas originalmente en el semanario El Jueves entre 2015 y 2018, tan cachondas como cabe esperar de Fdez., que hace mofa de la cultura popular, de las redes sociales y, muy especialmente, de los adictos a una y otras. Más de cien hilarantes páginas que ponen punto final a las desventuras del friki más entrañable de nuestra historieta. Lo echaremos de menos.


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sábado, 16 de marzo de 2019

Por la mañana yo me levanto...


'La encrucijada' es un cómic-disco que traslada la música al lenguaje del género en una colaboración entre el historietista Paco Roca y el grupo musical Seguridad Social




GERARDO MACÍAS
20 Febrero, 2019



'La encrucijada'. Guión y dibujos: Paco Roca. Música: Seguridad Social. Astiberri, 2017.

Con el verso Por la mañana yo me levanto... comienza la canción Chiquilla (1991), interpretada por Seguridad Social, un grupo español de rock formado en 1982 por José Manuel Casañ en Valencia, que es un referente en la Movida de los 80.

Su origen levantino hermana al vocalista del grupo musical Seguridad Social, José Manuel Casañ (Valencia, 1963), con el dibujante Paco Roca (Valencia, 1969), uno de los historietistas más importantes de España actualmente, cuya obra es una garantía de calidad: El faro, Arrugas, El invierno del dibujante, Los surcos del azar, La casa, Confesiones de un hombre en pijama...

Paco Roca y José Manuel Casañ coinciden habitualmente en un programa radiofónico y de ahí surge esta colaboración, porque les apetecía unir sus talentos. Durante cuatro años, Paco Roca y José Manuel Casañ se citaron en un restaurante de Valencia para charlar sobre música, creación, el mercado discográfico, el de los cómics...

La encrucijada es un cómic-disco que pone en viñetas y música esas conversaciones. Tras cuatro años de esfuerzo, vio la luz un trabajo en el que las once canciones, todas inéditas, están hechas para leerse y el cómic pensado para ser oído.

La combinación de ambos campos artísticos demuestra que se pueden transmitir sensaciones similares con música e imágenes. Las canciones y los micro-relatos han sabido llegar al cruce de caminos entre expresiones artísticas para expresar sentimientos. Las encrucijadas están por todos sitios en este proyecto: en la evolución de los autores; en las historias que cuentan...

Paco Roca y José Manuel Casañ tuvieron animadas conversaciones sobre música y cómic que Roca hace hilo conductor de las historietas. Es la historia de cómo se embarcaron en el proyecto, pero mientras hablan de sus trayectorias se dan cuenta de los puntos en común: cómo los éxitos afectan en la carrera, cómo vivir de lo que hacen, cómo las discográficas o editoriales manejan sus productos, cómo se evoluciona y cómo se intentan superar adversidades.

Casañ da testimonio del panorama musical de los últimos treinta y tantos años. Seguridad Social ha sido testigo del mercado musical español, desde el boom de la Transición hasta la caída de las discográficas con internet. Su propia experiencia es el leitmotiv.

Es esa sinceridad la que llega al lector, al que Roca engancha como si estuviera sentado con los creadores durante el diálogo sobre los problemas de la creación musical y de cómics. También es un repaso a los claroscuros de la música de España en los últimos treinta y tantos años.

En La encrucijada, Paco Roca se aleja de los temas intimistas que le han dado fama para adentrarse en los impulsos creativos, y usa sus diálogos con José Manuel Casañ como trampolín para zambullirse en los vericuetos de la creatividad, el arte y el comercio, el amor por la música y los cómics. La encrucijada es un retrato de treinta años de cultura pop en España, es historia de la música y del cómic y, sobre todo, es una charla entre amigos.

La idea inicial era la de hacer un repaso de la historia de la música a lo largo de sus géneros, pero finalmente decidió centrarse en diez que son parte de la historia del propio grupo Seguridad Social, pues han tocado todos ellos: afro, blues, country, rockabilly, son cubano, soul, rumba catalana, psicodelia, rock latino, heavy y reggae.

Roca desarrolla historias cortas en las que no adapta las letras de Casañ, sino que ilustra cada género musical. Estas historietas se intercalan en el diálogo de Paco y José Manuel para crear un retrato de más de treinta años de cultura pop y homenajear diversos géneros musicales. Para el afro, imita las litografías; un dibujo en bitono para el son cubano; un estilo de historia noir para el soul; para la psicodelia, un dibujo que recuerda a la película Yellow Submarine de los Beatles; con la rumba catalana homenajea a José Escobar.

El resultado es un cómic que se puede disfrutar sin necesidad de escuchar el disco, pero que gana si se escucha, disfrutando de la experiencia cruzada. Además, se complementa con un documental sobre la creación de este proyecto: Crossroads, que se puede ver en Vimeo e incluye testimonios de diversos personajes de la vida cultural valenciana.



Malaga Hoy