domingo, 2 de diciembre de 2018

Variaciones infinitas

En 'Batman: Yo soy Gotham' descubrimos la llegada de un misterioso dúo de personajes con poderes análogos a los de Superman que, claro está, no resultan ser lo que parecen


JAVIER FERNÁNDEZ
28 Noviembre, 2018



'Batman: Yo soy Gotham' VV.AA. ECC. 192 páginas. 19,5 euros.

Renacimiento fue el título del evento de DC Comics destinado a devolver al universo de Superman, Batman y Wonder Woman el legado perdido después de Flashpoint. Bajo este paraguas se reiniciaron (por enésima vez) las series de la compañía, y una de las principales incógnitas era conocer el nombre del equipo creativo que sería cargo de Batman, que, recuerden, venía de dos sonados tour de forcé consecutivos: la larguísima y muy original reinterpretación del Hombre Murciélago firmada por Grant Morrison, y el adictivo trabajo de Scott Snyder y Greg Capullo. El especial Batman: Rebirth apareció en junio de 2016 y contó con guion del propio Snyder y Tom King y con dibujos de Mikel Janin y, acto seguido, vio la luz el primer número de la nueva cabecera Batman, escrito por King y dibujado por David Finch, dos nombres que son garantía de éxito. El primero tiene en su currículum una ristra de tebeos de primer nivel: El sheriff de Babilonia, Omega Men, Míster Milagro, La Visión, y el segundo, muy conocido por su trabajo con Los Vengadores o La Patrulla-X, ya había dibujado a Batman con acierto, por ejemplo en el grueso número 700.

Batman: Yo soy Gotham reúne el citado especial y los primeros seis números de la serie de King y Finch (al que sustituye Iván Reis en el sexto capítulo), y además de conocer el nuevo statuo quo del personaje, sabemos aquí de la llegada de un misterioso dúo de personajes, Gotham y Gotham Girl, con poderes análogos a los de Superman que, claro está, no resultan ser lo que parecen. El nutrido apartado de extras se compone principalmente de portadas alternativas (de artistas como Jim Lee, Neal Adams, Lee Bermejo, Tony S. Daniel o Tim Sale, por nombrar los más vinculados a la franquicia), algunos diseños de personajes (incluyendo el del nuevo traje de Batman, obra de Greg Capullo) y algunos lápices de Finch.



Y ya que les hablo de Batman, y de las mil variaciones posibles sobre el personaje, aprovecho para recomendarles la reimpresión del tercer volumen de Batman: Black and White, la serie de tomos de historietas cortas en blanco y negro realizadas por una amplísima nómina de autores. En total, son cuatro tomos imprescindibles, que compilan material tanto de la serie homónima como de Batman: Gotham Knights, como es el caso de este tercero. Van aquí páginas de los números 17 a 49 de la citada cabecera, esto es, un total de 33 episodios, y basta echar un vistazo al apartado creativo para quedarse con la boca abierta: en el lado de los guionistas, nombres como Brian Azzarello, Mike W. Barr, Ed Brubaker, Geoff Johns, Joe Kelly, Don McGregor, Ann Nocenti o John Ostrander, entre muchos otros; y en el lado de los dibujantes (o autores completos), Chris Bachalo, John Bolton, Darwyn Cooke, Alan Davis, Mike Kaluta, Dean Motter, Sean Phillips, Whilce Portacio, Ryan Sook, Jill Thompson o Mike Wieringo. El libro se abre con portada de Mike Mignola y se cierra con una galería de bocetos y fotografías de la colección de estatuas del Caballero Oscuro basadas en Batman: Black and White.

Malaga Hoy


Un Errol Flynn a la italiana

'El Escorpión' (2000), obra de Stephen Desberg y Enrico Marini, es la historia de un espadachín del siglo XVIII cuya muerte es ordenada por un poderoso cardenal de Roma


GERARDO MACÍAS
28 Noviembre, 2018

'El Escorpión: La marca del diablo'. Guion: Stephen Desberg. Dibujos: Enrico Marini. Norma Editorial, 2005.

Fue en el año 2000 cuando Enrico Marini y Stephen Desberg realizaron un acercamiento al subgénero de capa y espada, publicando en la editorial Dargaud la serie El Escorpión.

La serie se desarrolla en Roma, hermosamente retratada por Marini, dotándola de un carácter propio, a veces siniestra y amenazadora, otras alegre y colorista, pero siempre bella, y convertida en una protagonista más de la historia. Desberg retrata a la perfección el telón de fondo histórico, con las luchas de poder del Vaticano, los pactos entre familias poderosas, etc. La acción transcurre en el siglo XVIII, en una época en la que corren por toda Europa vientos de enciclopedia y revolución. El Escorpión es un espadachín, un aventurero que, ejerciendo de arqueólogo, se gana la vida buscando tumbas de santos y desenterrando reliquias, que vende a la nobleza y al alto clero. Es un mujeriego impenitente, de gustos refinados, que se mueve por tabernas y palacios con la misma desenvoltura y que lleva una agitada existencia al lado de su compañero de correrías, el fiel Húsar, hasta que se ve envuelto en una conspiración que pondrá patas arriba su forma de vida y pondrá en solfa los cimientos de la Iglesia Católica.

De dicha conspiración forma parte el cardenal Trebaldi, que pondrá precio a la cabeza del El Escorpión, con la excusa de que la marca que lleva en su omóplato con forma del animal que le ha hecho merecedor de su sobrenombre, es en realidad la marca del Diablo.

Según avanza la trama, se relata el pasado del protagonista, que nació del semen del Papa (aunque no se dice cuál es de los ocho papas que hubo en el siglo XVIII, está dibujado con las facciones de Pío VI). Su madre fue acusada de usar magia para seducir al Papa y eso convierte al Escorpión en perseguido por el cardenal Trebaldi, que ansía el papado.

Acompaña al protagonista su leal Húsar, contrapunto humorístico, al que el guionista dota de personalidad propia, con detalles como su obsesión con tener una granja e incluso llegando a gozar de los placeres de la carne, aunque sea con mozas que rechaza su jefe.

El verdadero nombre del protagonista es Armando Catalano, en homenaje al nombre real actor italoamericano que usaba el nombre artístico de Guy Williams, estrella de la teleserie El Zorro (1957).

El guionista y el dibujante toman elementos del subgénero de capa y espada, como la representación gráfica del héroe: sus altas botas de cuero, su ajustado pantalón de montar, su blusón y su chaleco, nos recuerda a espadachines de los libros de Dumas, Salgari o Sabatini y a los grandes que los interpretaron en el cine: Douglas Fairbanks, Errol Flynn, Tyrone Power, Stewart Granger.

Los personajes femeninos de la trama son los mejor construidos: hermosas mujeres, sensuales, bellas, de armas tomar, modernas, peligrosas, independientes, saliendo solas de cualquier situación y utilizando cualquier tipo de armamento, incluida la seducción, cuando lo necesitan.

Stephen Desberg nace en Bruselas en 1954. Publica por primera vez en 1976 en la revista Tintín y dos años después lo hace de forma habitual en la revista Spirou, trabajando en diferentes títulos de la casa hasta centrarse en Billy The Cat dibujada por Colman. En 1996, realiza su primera colaboración con Enrico Marini en La estrella del desierto, ambientada en el Oeste Americano, obra premiada en el Salón de Angulema.

Enrico Marini, aunque de nacionalidad italiana, nace en Suiza en 1969, debutando como profesional en 1990 en la editorial Alpen Publisher con Les Dossiers d'Oliver Várese, serie de la que dibujo cuatro álbumes hasta 1993. Allí inicia su colaboración con Thierry Smolderen, guionista de su siguiente trabajo, Gipsy. Es Rapaces, con guiones de Dufaux, una serie de temática vampírica, la que le consagra definitivamente como dibujante estrella.



El Escorpión forma parte de la Ruta del Cómic, un camino a lo largo de paredes y edificios de Bruselas, donde se exhiben murales de gran tamaño de los personajes más populares del cómic francobelga, como Tintín, los Pitufos, Astérix, Lucky Luke, Gaston, Gil Pupila, etc. El proyecto, que comenzó en 1991, fue iniciado por las autoridades locales en colaboración con el Centro Belga del Cómic para celebrar la larga historia de Bélgica con los cómics.


Malaga Hoy

Viaje a través de la viñeta

'Máculas', el nuevo cómic de Jordi Pastor y Danide se publica bajo el sello de Spaceman Project, que está revolucionando el panorama nacional



JOSÉ LUIS VIDAL
28 Noviembre, 2018



Máculas, el nuevo cómic de Jordi Pastor y Danide, viene a refutar la buena salud creativa del tebeo patrio. Y lo hace con una propuesta que pienso, hubiera sido prácticamente imposible de publicar hace unos años, cuando la Historieta en nuestro país aún se medía según unos parámetros que por fin han quedado enterrados y no hay miedo por parte de los autores y, sobre todo, los editores, a la hora de explorar nuevos terrenos.

La "pareja" de autores lo consigue, y cómo. Con una larga trayectoria a sus espaldas, Jordi Pastor tiene ya un largo curriculum que lo ha llevado a publicar, como autor completo, guionista o dibujante en la principales editoriales de nuestro país (Ponent mon, Edicions de Ponent, Norma, La Cúpula…).

Danide, que se encarga en esta ocasión de la parte gráfica, es un ilustrador que también ha realizado múltiples obras, que han sido editadas en nuestro país y en Francia (Fagocitosis, Potlatch) además de participar en diversas antologías (Rubor, Tales of the end of the world…) y forma un dúo artístico con su hermano Raúl, como los Deamo Bros. (Serie B).

Pero, ahora que los conocemos un poquito mejor, toca hablar de Máculas, una obra que han conseguido publicar bajo el sello Spaceman Project, una editorial que está revolucionando el panorama nacional con su planteamiento, en el cual tanto la producción de la obra en sí (impresión, traducción, etc) como el sueldo de los autores se financia a través de un crowdfunding, consiguiendo así la cifra necesitada para que el equipo creativo pueda percibir una remuneración a la altura de su esfuerzo. En esta obra en particular, nos sumergimos, y nunca mejor dicho, en el mundo de los cómics, de la viñeta. Conoceremos, por una parte, a un personaje de ficción, Dott Spot, un tipo que vive obsesionado por obtener poderes, y para ello se ha convertido en concursante de Hermano Ojo, un reality donde varios cazarrecompensas obtendrán nuevas habilidades a medida que vayan apresando a villanos.

Pero las cosas no le van a resultar fáciles al muchacho, ya que además de su carácter apocado, el resto de personas que lo rodean (incluidos sus compañeros de piso) no se lo toman nada en serio, además del peligro que suponen, competidores como el expeditivo Gun Man Joe…

En paralelo a esta historia nos trasladamos a la "realidad", en la que a Scott De Meester, el guionista y dibujante de la serie protagonizada por Dott Spot le dan la peor de las noticias, y es que debido a las bajas ventas de ésta, va a ser cancelada. Desesperado, emprenderá un viaje lleno de sobresaltos y misterios junto a la colorista (por la que bebe los vientos) Mina Shepperd, en busca del creador del personaje.

Al mismo tiempo, en las páginas del comic-book, otro personaje, el profesor Gedanken tratará de explicar a los lectores que no existe una sola realidad, sino que hay un multiverso con infinitas versiones del nuestro (en este caso el "mundo" reflejado en los tebeos).

Iremos avanzando en la trama, en la que los hechos se van desarrollando con gran rapidez. Por un lado, el joven Dott Spot descubrirá que es la clave de un misterio, en el que están involucrados un viajero de otro mundo, una versión mucho más heroica de él, y una entidad extraña, una gran mancha de colores, mácula, que lo va a embarcar en un alucinante viaje a través de la historia de los cómics, con diversos guiños por parte de los autores, que van a recrear con gran talento las páginas protagonizadas por personajes de sobras conocidos y a los que e lector puede tratar de identificar en un juego de ¿Quién es quién?.

El destino que le espera a Scott es bastante oscuro, ya que tras recurrir a la ayuda del creador del personaje, el desquiciado Spinelli, regresará a su ciudad para ir al lugar donde todo empezó, La General, donde conocerán a alguien que parece tener las claves de lo que está ocurriendo.

Los autores nos llevan por este increíble periplo narrativo utilizando la metaficción, recurso en el que se utiliza el propio medio (en este caso, el cómic) y se le enfrenta a la realidad, creando un juego de autorrefencias (las hay tanto por los temas, las situaciones, como cantidad de guiños gráficos. Sirva como ejemplo la figura de IBÑ, que a todos nos va a recordar a cierto personaje, un auténtico clásico de las viñetas españolas) y los protagonistas, en ciertos momentos, se sienten "observados", por la mirada del lector.

Y si el guión de Jordi Pastor es de lo más original que he leído en los últimos tiempos, qué decir de la labor gráfica de Danide, que se marca un auténtico tour de force creativo, con un trazo potente, que va adaptándose a las diferentes historias que se narran en paralelo, pasando del color al blanco y negro, y de paso homenajeando a diversos autores del medio.

Una auténtica maravilla. Una obra ésta que reflexiona, de manera extremadamente amena, sobre este medio que todos los lectores amamos, el Cómic.


Malaga Hoy


sábado, 1 de diciembre de 2018

El inicio del personaje

JAVIER FERNÁNDEZ
28 Noviembre, 2018


'Wonder Woman: Juegos mentales'. George Pérez y otros. ECC. 320 páginas. 30,5 euros.

Con Juegos mentales, se completa la recuperación de la larga etapa de George Pérez al frente de la serie Wonder Woman. El tomo en cuestión contiene los números 46 a 57 (1990-91), que enlazan el recopilatorio La guerra de los dioses, ya publicado por ECC. Por entonces, Pérez se encargaba solo de los guiones, y el apartado gráfico quedó principalmente en manos de Jill Thompson, a la que acompañan aquí Colleen Doran, Cynthia Martin y Joe Phillips. A estas alturas, supongo que no quedará nadie que ignore la importancia y el alcance de la Wonder Woman de Pérez, en todo caso, no está de más recordar que este es el inicio de la era moderna del personaje, y que todo lo que se ha hecho después le debe algo en menor o mayor medida.


Malaga Hoy


Nieve en verano

JAVIER FERNÁNDEZ
28 Noviembre, 2018


'Una mujer en la era Shôwa'. Kazuo Kamimura, Ikki Kajiwari. ECC. 272 páginas. 18,95 euros.

El manga sigue siendo un universo inagotable para el lector occidental, y no hay año que no aparezca un talento desconocido que nos asombre o se recupere una figura histórica que nos deje ansiosos de enviar una nueva sonda a las profundidades del espacio nipón. De esto último, resulta reseñable el esfuerzo que está haciendo ECC por recuperar la obra de Kazuo Kamimura (Yokosuka, 1940-1986), maestro del mismísimo Jirô Taniguchi y dibujante de la conocida Lady Snowblood. Después de ofrecernos dos títulos tan jugosos como Historia de una geisha y el díptico El club del divorcio (ganadora del premio del patrimonio del Festival de Angoulême 2017), ha aparecido recientemente en librerías la hermosísima y terrible Una mujer de la era Shôwa, en la que Kamimura colaboró con el escritor Ikki Kajiwara.

Publicada por entregas en la revista Apache de Kodansha, en los números 7 a 23 de 1977 y 1 a 23 de 1978, esta joyita quedó inconclusa, pero contiene elementos argumentales más que suficientes para poder ser disfrutada como una novela gráfica en sí misma. El manga cuenta la historia de Shôko Takano, hija de un político contrario al sistema que, nada más comenzar, se suicida con un rito de seppuku, y de una bella geisha del barrio de Yanagibashi que es apaleada por la policía y muere en los bombardeos de Tokio de 1945. La niña comienza entonces su vida en la calle, enfrentándose a diario a la crueldad, la violencia y el desprecio de los personajes inmundos que pueblan la posguerra japonesa. Putas que se ajustician entre ellas, soldados estadounidenses que abusan de menores de edad, profesores y compañeras maltratadores en el reformatorio, esta es la fauna que retratan Kajiwara y Kamimura y que acaban convirtiendo a Shôko en una auténtica fiera, carente casi de emociones y maestra en el arte del lanzamiento de cuchillo. Pero más allá del horror, Una mujer en la era Shôwa es un canto a la vida y a la supervivencia, narrado con la ternura y la elegancia de un maestro de la narración gráfica. Un tebeo emocionante y excepcional.

Malaga Hoy

La Era del Homo Superior

Dos obras, una clásica y otra totalmente novedosa, que retratan las primeras andanzas de ese grupo de mutantes conocidos como La Patrulla X


JOSÉ LUIS VIDAL
26 Noviembre, 2018

Mutantes, seres con extraordinarios poderes. Temidos y perseguidos aquellos que los odian. Desde su nacimiento, el grupo formado por el profesor Charles Xavier no solo se ha enfrentado a temibles oponentes con capacidades sobrehumanas, sino que sus peores enemigos han sido esos que han hecho uso de la fobia mutante para tratar de borrarlos de la faz del planeta.



No recuerdo la primera vez que tuve un tebeo (probablemente uno de aquellos tomitos Vértice con los que nos criamos los que ya de pequeños leíamos cómics) de La Patrulla X en mis manos, pero enseguida empaticé con Cíclope, La Bestia, el Hombre de Hielo, El Ángel y La Chica Maravillosa, Jean Grey. No había número en los que no se vieran atacados por Magneto y sus peligrosos acólitos, con el rimbombante nombre de La Hermandad de Mutantes Diabólicos (¡daba miedo solo de escucharlo!).

Pues bien, para esos completistas, los coleccionistas o, simplemente los que amamos esas ya lejanas aventuras, Panini acaba de publicar dos obras imprescindibles: la primera de ellas es el segundo volumen dedicado a recopilar la colección original de The X-Men, creada, cómo no, por Stan Lee y Jack Kirby, que ya en el anterior tomo pasaron la antorcha creativa a otro grande de las viñetas marvelitas, el guionista Roy Thomas que, junto al dibujante Werner Roth, siguió trazando las aventuras del grupo que, como continuó siendo costumbre, no iba a tener ni un solo segundo de respiro.

Entre clase y clase, y sesión en la Sala del Peligro, Scott, Jean, Warren, Hank, Bobby y Charles se las van a ver, número a número, con una auténtica legión de coloridos malos malosos y con temibles planes de dominación mundial o simple destrucción (así son los villanos, ¿qué le vamos a hacer?).



Bajo el ominoso título ¿Quién desafía a los Semi-Hombres?, el grupo se va a ver las caras (agarraos, que viene curvas) con el Amo de las Marionetas, Banshee (sí, al principio del todo era malvado), el Ogro, el Superadaptoide, el Brujo, el Hombre de Cobalto, Juggernaut, los Santos del Diablo (¡), Paria, Tyrannus, el Topo, Mekano, la misteriosa organización Factor Tres (con los que colaboran la Mole, Unus El Intocable, Mente Maestra y el Desvanecedor), Frankenstein, Grotesco, Magneto (hombre, él no podía faltar), Cuer
vo Rojo, Maha Yogi, Cómputo, Semi-Hombres, Mesmero, Erik el Rojo y Blastaar… Y seguro que me dejo alguno por el camino.

Con nombres así, cómo no íbamos a engancharnos a sus aventuras, en las que conoceremos la verdadera identidad del brutote que se oculta tras el casco de Juggernaut, o el papel que juega la joven llamada Lorna Dane en el futuro del grupo, por no hablar del terrible plan de Factor Tres, una misteriosa organización…

Ah, por cierto, en este tomo, además de Roth, entre otros, podremos disfrutar de las páginas de Jim Steranko y un jovencito Barry Smith… Igual os suenan de algo.

En fin, aventuras y diversión en una serie clásica por méritos propios.




Y de ahí saltamos, sin abandonar el tema, a la otra novedad. Se trata de X-Men Grand Design, y en ella, su autor Ed Piskor, que se ha criado entre las viñetas de los tebeos de superhéroes, se convierte en meticuloso archivista de la historia de La Patrulla X original, y lo hace de una manera única, utilizando una narración lineal que nos lleva al principio de los tiempos y constata que los mutantes nos son producto de la Era Atómica, sino que siempre han existido.

El encargado de registrarlo todo es Uatu, el Vigilante, que desde su privilegiada visión va a partir del nacimiento de Charles Xavier y Magnus, las dos caras de la misma moneda mutante. Uno siempre abogará por la paz y el entendimiento entre el homo sapiens y el homo superior, y el otro más bien todo lo contrario, ya que ha sufrido en sus carnes el odio más descarnado.

Piskor, que proviene del mundo del comic underground, y comenzó a ser conocido por ilustrar la experiencia cinematográfica de uno de los grandes del tebeo independiente norteamericano, Harvey Pekar, en American Splendor: Our Movie Year y con el que volvería a trabajar en más ocasiones (Macedonia, The Beats: A graphic story).

Creador de Hip Hop Family Tree, en el que repasaba exhaustivamente la historia de este género musical, utiliza los mismos recursos narrativos y colocar en orden toda la información y hechos acaecidos en la ya larga historia de los mutantes.

Visualmente, Ed Piskor se confiesa fan irredento de Robert Crumb, por lo que no esperéis ver aquí poses superheroicas. El autor tira de un estilo gráfico que proviene del underground, en unas páginas amarillentas que rememoran a aquellas baratas con papel de baja calidad.





Y lo hace con un formato gigante, convirtiendo a su obra en un 'libro objeto', una obra artística tanto por el contenido como por el continente. Vuelves a leer la historia que ya conoces, pero de una forma totalmente diferente, he ahí su acierto. Como complemento a esta primera parte, el número 1 original de X-Men, coloreado por el propio Piskor, junto a la prueba irrefutable de que aquel jovencito Eddie era un friki de los tebeos, como pueden atestiguar una buena cantidad de páginas dibujadas por el chaval. ¿Os gustan los mutantes? ¡Pues no os lo penséis más y corred a la librería más cercana!

Malaga Hoy


jueves, 22 de noviembre de 2018

Antes de la tormenta


La obra maestra de Jason Lutes, 'Berlín, 3. Ciudad de luz', ganadora de cinco premios Eisner, avisa de cómo una sociedad liberal puede acabar abrazando el fascismo




JAVIER FERNÁNDEZ
21 Noviembre, 2018





'Berlín, 3. Ciudad de luz'. Jason Lutes. Astiberri. 176 páginas. 22 euros.

Veintidós años y veintidós capítulos después, la trilogía de Berlín llega a su conclusión con Ciudad de luz, continuación de Ciudad de piedras y Ciudad de humo. Elegida en 2005 como una de las mejores novelas gráficas de todos los tiempos por la revista Time, ganadora de cinco premios Eisner, dos Ignatz y un Harvey, la obra maestra de Jason Lutes retrata la vida de un conjunto de personajes en el Berlín anterior a la Segunda Guerra Mundial, y sirve como aviso de cómo una sociedad liberal puede acabar abrazando el fascismo. Con un estilo gráfico sereno y ordenado, de narrativa limpia, Lutes se aleja de los hitos históricos (a los que dedica solo algún plano suelto, alguna pincelada) y se recrea en las pasiones, las esperanzas, las frustraciones y los fracasos de un periodista desencantado, una aspirante a artista, una mujer que se disfraza de hombre, una niña que defiende la revolución comunista, una familia de judíos; máscaras olvidadas por la historia con las que es fácil identificarse. Y como protagonista absoluta, como deja claro el inicio y el final de Ciudad de luz, la propia Berlín, la urbe que asiste impertérrita al teatro humano y lo devora todo. Poco puedo añadir sobre Berlín que no se sepa, solo me sumo a los que consideran esta larguísima novela gráfica una de las experiencias más gratificantes del medio en sus últimas décadas.





Repasando otras obras norteamericanas del catálogo de Astiberri, les recomiendo la lectura de Un tipo duro, del siempre sobresaliente Jeff Lemire. El canadiense ha demostrado una solvencia inusitada dentro y fuera del tebeo independiente, pues sus trabajos comerciales resultan tan apreciables como los, digamos, más personales, aunque reconozco que son estos últimos los que me hacen considerarlo uno de los nombres imprescindibles del panorama actual (si aún no han leído Black Hammer, no sé qué esperan para hacerlo). En esta onda se enmarca Un tipo duro, la historia de un antiguo jugador de hockey que malvive en una remota comunidad del norte, bebiendo sin parar y desahogando su rabia a base de puñetazos. Hasta allí llega la hermana del protagonista, escapando del maltrato al que le somete su novio, y los dos hermanos se refugian en una casucha aislada en medio del bosque. Secretos familiares y personales, tensiones no resueltas, violencia contenida, la amenaza de la autodestrucción son algunos de los elementos de este ejemplo del mejor Lemire.





Por último, les recomiendo que se acerquen a La joven Frances, novela gráfica de debut del también canadiense Hartley Lin (que ya había ganado diversos premios por su serie de comic-books Pope Hats). Frances es una asistente jurídica cuya mejor amiga decide trasladarse de costa para trabajar en una serie de televisión, lo que le llevará a replantearse su vida monótona. El grafismo de Lin sigue la estela de otros paisanos (qué se yo, Chester Brown, Seth) y su poética tiene también ese poso intimista y el talento para observar lo cotidiano que se opone, gracias a dios, a la tendencia dominante allende los mares.


Malaga Hoy