viernes, 2 de noviembre de 2018

¿Y si solo quedara un hombre en la Tierra?

ECC Ediciones recupera en una colección de cinco números uno de los cómics más interesantes de este siglo



Una de las portadas de la serie 'Y, el último hombre'. / ECC EDICIONES

JON SEDANO Málaga
Viernes, 2 noviembre 2018

Para muchos, un sueño, para otros, una pesadilla. Pero de lo que no hay duda, es de que la raza humana pendería de un minúsculo hilo. Todos los hombres y mamíferos, dotados del cromosoma Y, fallecen a la par. De repente, sin aviso previo, empiezan a sangrar y a caer inertes al suelo. Pilotos de aviones, conductores y demás profesionales que tienen sobre sí gran responsabilidad fallecen, y con ellos por consecuencia directa, mueren miles de mujeres en toda la Tierra. Nadie sabe qué ha ocurrido, pero la catástrofe se ha expandido a nivel global. Salvo en un apartamento de Nueva York, donde un joven escapista, Yorick, disfruta de un aburrido día junto a su mono macho Ampersand. Para ellos no ha pasado nada. Para el resto del mundo, se han convertido en la última oportunidad para la raza humana.

El guionista Brian K. Vaughan y la dibujante Pia Guerra son los responsables de dar vida a uno de los cómics más interesantes de este siglo. Publicado bajo el sello Vertigo de DC Comics entre 2002 y 2008, la serie, que duró 60 números, se encargó de tener a los lectores pegados cada mes a los quioscos para tratar de descifrar el enigma. Un enigma que desde el minuto uno tiene muchas variables y posibilidades, pero lo mejor de la novela gráfica no es la respuesta al por qué del generocidio, sino el viaje de los personajes.


Yorick, al margen de todo lo que ha ocurrido, tiene una misión clara: dar con su novia Beth, que se encontraba en el momento del desastre en Australia. Está a 15.000 kilómetros de distancia y lo que en otras ocasiones pudiera haber supuesto un vuelo de unas cuantas horas, aquí serán meses. Pero lo más importante es el mundo posmasculino que se ha quedado, con grupos de mujeres convencidas de que ha sido la mediación de dios, otras en cambio, se convertirán en transexuales para suplir los deseos de algunas compañeras, mientras que algunas, tirarán de la sociedad para levantar un nuevo mundo sin hombres. En mitad de ese panorama, Yorick se convierte en deseo para unas, y amenaza para otras. Algo con lo que tendrá que lidiar en su peligroso viaje. Agentes del gobierno estadounidense, espías israelíes y científicas son algunos de los personajes que acompañarán, o perseguirán, al joven en la aventura.

Con varias ediciones en España, no ha sido hasta ahora, con la decisión de ECC Ediciones de satisfacer a los coleccionistas, cuando hemos podido contar con la colección completa en formato tapa dura (cartoné).


Diario Sur


martes, 30 de octubre de 2018

Un reportero de medio pelo en un diario de medio pelo

Cifré crea en 1946 'El repórter Tribulete' en una sociedad española sin libertad de expresión





Detalle del sello de Correos dedicado en su día al repórter tribulete.

GERARDO MACÍAS
24 Octubre, 2018

En 1946, en el primer número del renacido Pulgarcito, se publicó la primera historieta de El repórter Tribulete, que en todas partes se mete, personaje creado por el historietista español Guillermo Cifré (Barcelona, 1921-1962).

Una norma no escrita de Editorial Bruguera fue que los títulos de las series tuviesen un ripio, que para este personaje se eliminó en 1955, quedando la serie en El repórter Tribulete.

Tribulete es un personaje de pequeña estatura, de largo flequillo dibujado con unos simples trazos, de rostro afable y sonriente, y con una larga nariz apuntando hacia arriba.

La historieta trata de forma satírica el ambiente en la redacción de un periódico imaginario, El Chafardero Indomable, y las conflictivas relaciones entre el reportero Tribulete y su jefe, el director del periódico, cuyo nombre nunca se menciona. Como es habitual en las historietas humorísticas de Bruguera, el protagonista suele terminar recibiendo golpes de su jefe como castigo por sus tropelías.

Tribulete se tira todo el día en la calle, pero la mayor parte de las veces con resultados infructuosos, ya sea porque sigue pistas falsas, y eso hace que sus crónicas falten a la verdad, o porque se topa en sus propias narices con una noticia fabulosa y no es capaz de verla.

Aparece de vez en cuando un personaje en la redacción el típico pelota del jefe, que se llama significativamente señor Cepillo. Por cierto que el competidor de El Chafardero Indomable, no puede tener otro título más gráfico, es El Chismoso Insumergible.

De Tribulete no trasciende vida social, y confunde a veces el domingo con un día laborable, día que decide en un dechado de valor llamar al director para decirle que ese día no va a ir a trabajar, o cuando se encuentra la noticia más fabulosa que reportero alguno pudiera imaginar y ese día no puede teclear su máquina.

Las de Tribulete son historietas de humor absurdo, como queriendo recalcar la época en que se hicieron, en la que no existía libertad de prensa. Por eso, Tribulete se limita a dar noticias como un robo, un animal que se escapa del zoo, la llegada de incógnito de una estrella al país…, es decir, lo que era la prensa del régimen.La figura de un reportero, en busca continua del reportaje, era en sí misma un contrasentido en la sociedad dictatorial y sin libertad de expresión en la que apareció el personaje. Por esta razón, la actividad profesional de Tribulete se movía más cerca del absurdo que del costumbrismo, lo contrario de lo que ocurría con sus relaciones laborales con su "amado dire", que respondían a un modelo autoritario muy realista por aquel entonces, aunque humorísticamente exagerado. Durante muchos años, Tribulete fue sinónimo de periodista en España. De hecho, este nombre sigue asociado a la figura de un reportero que trota la calle entre una amplia generación de españoles, evidencia clara de la popularidad del personaje.

Cifré moriría prematuramente en 1962, con tan sólo cuarenta años de edad. El repórter Tribulete era una serie muy popular, por lo que los directivos de Bruguera buscaron a otros autores para continuar con nuevas entregas al tiempo que publicaban reediciones de las páginas originales firmadas por su creador. El primer nuevo dibujante de la serie fue Enrich, cuñado de Cifré, que escribió y dibujó muchas historietas de la serie en la década de los sesenta y algunas en los años setenta, pero no fue el único. Ya en los setenta, y sin firmar, El repórter Tribulete fue realizado por Antoni Bancells, por entonces miembro del estudio de dibujantes y guionistas de Blas Sanchís. Otro de los dibujantes sin firma de la serie fue Ayné, un veterano y gran historietista que ya había participado en el Pulgarcito de finales de los años cuarenta, y que es recordado como una de las firmas puntales de TBO. Entre los años setenta y mediados de los ochenta otros muchos dibujantes participaron en la concepción de nuevas páginas de El repórter Tribulete.

En 1995, el autor de cómics español Miguel Ángel Gallardo, en cuya obra son numerosas las referencias a la escuela Bruguera, creó un personaje que parodia a Tribulete, llamado Perico Carambola. Al año siguiente, en 1996, Tribulete tuvo su homenaje en un sello de Correos.

Malaga Hoy


sábado, 27 de octubre de 2018

Danger Girl por J. Scott Campbell/Andy Hartnell/Alex Garner









Portadas de los números 0 al 4 de la serie Danger Girl publicados en España de septiembre de 1999 a enero de 2000 por Planeta De-Agostini

Ilustración para la portada alternativa del número 1 de la serie regular.

Poster promocional de Danger Girl para la Convención Internacional de Comic de San Diego, en 1997

Portada alternativa del número 3 de la serie regular a cargo de Adam Hughes

Ilustración para una portada alternativa del número 3 de la serie regular, a cargo de Travis Charest

Arriba y abajo páginas de publicidad anunciando la aparición de la serie











Bocetos aparecidos en Danger Girl, The Dangerous Collection #1 y #2, recopilatorios de la serie regular.

¡Con él nació el Manga!

Planeta Cómic edita dos de las más importantes obras del conocido como 'Dios del Manga', Osamu Tezuka, que abrió los cómics japoneses al exterior

JOSÉ LUIS VIDAL
24 Octubre, 2018

Nacido a mediados del siglo XIX y principios del XX, el manga como tal nace de una fusión de la influencia gráfica de occidente con la tradición del grabado japonés. Pero para darle sentido al título de esta reseña deberemos dar un salto en el tiempo, justo tras la derrota del ejército nipón en la segunda gran contienda mundial. El pueblo se hundió en una profunda depresión nacional que padecería durante muchos años…



Portada del volumen dedicado a Astroboy.

Y es entonces cuando un joven dibujante que acababa de cumplir veinte años comenzó a trabajar en el medio y lo transformó completamente. En primer lugar, Osamu Tezuka, creó las hasta entonces desconocidas long stories. O sea, historias de larga duración. Tanta, que durante toda su carrera profesional dibujaría más de 150.000 páginas, una auténtica labor de titán, siendo creador de 700 obras.

El Manga se convirtió, en aquellos años grises, en una forma de evasión, convirtiéndolo en el poderoso medio gráfico que es hoy en día en el país del Sol Naciente.

Tezuka, gran conocedor, y admirador, de los dibujos animados de Disney, creó una nueva forma de narrar (esos "ojos grandes" tan característicos del manga son su creación) que nos sumergía, en su primera etapa, más luminosa, en un sinfín de aventuras.

Y ahora, en nuestro país, estamos de suerte ya que dentro de la magnífica línea dedicada al tebeo japonés del sello Planeta Cómic, se comienza con la publicación de las más famosas obras del mangaka. Si hace pocos meses se comenzó con una antología de historias cortas y el celebérrimo Black Jack, este mes de octubre tendremos la suerte de leer las peripecias de dos de sus personajes más conocidos, el robot Astroboy y La Princesa Caballero.

Tetsuwan Atom, o cómo es más conocido, Astroboy, nació en 1951, y en sus páginas vamos a ser testigos de, narrado por el propio Tezuka, la creación de los robots y como estos se hicieron imprescindibles para la raza humana.

Pero se centrará sobre todo en el terrible destino del joven Tobio y la obsesión de su padre, el ministro Temna, por hacerlo regresar a su lado. Para ello crea un robot a su imagen y semejanza, el inocente y a la vez poderoso Astroboy, que va a vivir mil aventuras junto a sus amigos, el Sr. Mostacho y el doctor Ochanomizu.

Estas peripecias, pese a estar destinadas a un público joven, son de los más divertidas, y van a enfrentar al pequeño robot a un extraño ejército de ciborgs, comandados por la Duquesa Anta María, que tienen un plan secreto. Si a este ataque mezclamos el amor de una persona por su perro, seremos testigos de una historia de la que no podrás despegar los ojos hasta que no termines su lectura, ya que muchos misterios van a ser revelados como, por ejemplo, ¿cuál es la relación entre el peligroso Agente nº 44 y la desaparecida mascota de Mostacho?

Pero ésta nos esa la única aventura contenida en este primer tomo (de tres). En ellas, el protagonista se las verá con gran cantidad de robots, la mayoría letales, y estará a punto de perder la "vida" en más de una ocasión, pero siempre saldrá victorioso, ya que ante todo es un héroe. Metálico, sí. Pero héroe al fin y al cabo. Y con sentimientos muy humanos.

Tal vez esta sea la obra más conocida del autor en occidente, la que hizo que el manga traspasara las fronteras de Japón.



Portada del volumen dedicado a La Princesa Caballero.

Saltemos ahora a la otra novedad de la Biblioteca Tezuka, recopilada en un solo volumen, que recoge la simpar historia de La Princesa Caballero. Todo comienza en el Cielo donde, por culpa de un error, el recién nacido príncipe Zafiro recibe un corazón masculino y uno femenino, lo que, desde el minuto uno hará que su vida vaya a convertirse en un auténtico culebrón. El misterio sobre su verdadero sexo -pese a convertirse en el príncipe del reino de Silverland, dentro de su pecho late una fuerte presencia femenina- va provocar más de un equívoco, sobre todo, cuando aparece en escena el gallardo Franz, heredero del reino de Goldland, que automáticamente se enamora de la chica rubia bajo la que se esconde Zafiro.

Pero, ¿qué sería de una heroína sin sus enemigos? Desde su nacimiento, la sospecha nace en el malvado Duque Durlamin y su mano ejecutora, el Sr. Nylon, que una y mil veces van a intentar desenmascarar a la noble.

Y, por si esto no fuera suficiente, la desgracia llegará a la vida de la muchacha y ya nada será igual, ni para ella ni su madre, la reina, junto a la que terminará padeciendo mil y una humillaciones cuando caiga el telón y se descubra la verdad. En este auténtico culebrón, la protagonista tendrá que lidiar también con la temible amenaza que supone Madame Hell, una bruja que quiere a toda costa poseer el corazón femenino de Zafiro para introducírselo a su hija…

Menos mal que, en todo momento, la protagonista contará con la ayuda de un ángel de la guardan, Tink.

Osamu Tezuka creó una historia maravillosa, de exquisito trazo, para todos los públicos, que se convirtió en el primer shojo manga, tebeo dirigido a las lectoras.

Ahora tenemos la oportunidad de disfrutar de ambas obras y refutar porque todos llaman a Tezuka el Dios del Manga.


Malaga Hoy



viernes, 26 de octubre de 2018

Historia del género negro


JAVIER FERNÁNDEZ
24 Octubre, 2018



'FATALE INTEGRAL 2' Ed Brubaker, Sean Phillips.Panini. 432 págs. 34 euros.

Mitad género negro, mitad terror (con la alargada sombra de H. P. Lovecraft sobrevolando las páginas), Fatale es una de esas virguerías a las que nos tienen acostumbrados Ed Brubaker y Sean Phillips, autores de títulos como Sleeper o Criminal. La historia de la inmortal Josephine, epítome de la mujer fatal a lo largo de los tiempos, alcanza su conclusión en este tomo que alcanza el número 24 de la serie original (publicada en inglés por Image) y que contiene un abultado apartado con material extra. El propio Brubaker revela en el epílogo que cierra el volumen cómo esta serie supone un punto de inflexión en la trayectoria de un equipo creativo que ha hecho historia en el desarrollo reciente de la historieta de género negro.


Malaga Hoy


El cierre de una etapa

JAVIER FERNÁNDEZ
24 Octubre, 2018



'La increíble Patrulla-X, 2'. Joss Whedon, John Cassaday. Panini. 360 págs. 32 euros.

El segundo volumen integral de La increíble Patrulla-X de Joss Whedon y John Cassaday contiene el final de la intervención del dúo creativo, esto es, los números 13 a 24 de Astonishing X-Men (2006-08) y el Giant-Size Astonishing X-Men 1 (2008). Son dos arcos creativos completos (Desgarrada e Imparable), más el cierre de la etapa, en los que los mutantes se las verán, entre otras cosas, con amenazas galácticas en la onda de lo que Whedon venía planteando ya en la televisión. Si Grant Morrison agitó la franquicia a comienzos de la década con sus New X-Men, Whedon y Cassady demostraron con solvencia que la fórmula refinada por Chris Claremont y John Byrne 30 años antes seguía teniendo completa validez. Como extras, el volumen incluye comentarios a detalles que pueden pasar desapercibidos en la lectura, así como una entrevista al célebre guionista.

Malaga Hoy


Terror en el planeta de los simios


JAVIER FERNÁNDEZ
24 Octubre, 2018



'Archivos de El Planeta de los Simios. Volumen 1'. Doug Moench, Mike Ploog, Tom Sutton y otros. Panini. 368 páginas. 39,95 euros.

Para los que nos criamos leyendo cómics en la década de 1970, las revistas para adultos publicadas por Marvel siempre tendrán un lugar especial en nuestro corazoncito. Títulos como Tales of the Zombie, Vampires Tales o Dracula Lives se plantearon en su día como respuesta al renacer del género de terror auspiciado por la editorial Warren, y la propuesta muy pronto se amplió a otros territorios como la fantasía, las artes marciales o la ciencia ficción. Dentro de esta última temática, los lectores veteranos recordarán las estupendas adaptaciones al cómic de la saga fílmica de El planeta de los simios, que se acompañaron de nuevos arcos argumentales de la mano de autores tan interesantes como el guionista Doug Moench o los dibujantes Mike Ploog y Tom Sutton. Estos tres son los artistas principales del volumen que nos ocupa, primero de Archivos de El planeta de los simios, que Panini pone a disposición de los lectores en un formato y características similares a los de la colección Marvel Limited Edition, y que traduce al castellano el rescate emprendido en idioma inglés por Boom! Studios.

En lugar de apostar por una reedición cronológica y completa de cada una de aquellas revistas, lo que tenemos aquí es una de las sagas, seguramente la mejor, que se fueron serializando en los distintos números del magacín: Terror en el planeta de los simios, una delicia a la que le faltó el cierre, tal como explica Rich Handley en el epílogo. A falta de más, Handley, quien también firma el prólogo, nos cuenta los planes de Moench para el futuro (frustrado) del serial. Más allá de sentimientos nostálgicos, estas páginas se sostienen en el tiempo por la solidez del trabajo de Moench y, sobre todo, por la belleza de los lápices de Ploog y, en menor medida, por los de Sutton. Frank Chiaramonte, Herb Trimpe y Virgil Redondo completan el apartado gráfico de un volumen que incluye también las espectaculares portadas pintadas por Bob Larkin, Gray Morrow y Malcom McNeill, impresas sin elementos tipográficos para mayor disfrute visual.


Malaga Hoy