jueves, 8 de junio de 2017

Una máquina de matar

La colección Marvel Limited Edition ofrece un tomo de mayor tamaño dedicado al vigilante más violento del género de superhéroes: El Castigador.

JAVIER FERNÁNDEZ
07 Junio, 2017
'Marvel Limited Edition: El Castigador'. VV. AA. Panini. 88 páginas. 22 euros.

La colección Marvel Limited Edition se sale puntualmente de su formato habitual para ofrecer un tomo de mayor tamaño y menor número de páginas, dedicado al vigilante más violento del género de superhéroes: El Castigador. Se recoge aquí material procedente del número 2 de Marvel Preview (1975) y el número 1 de Marvel Super Action 1 (1976), dos revistas clásicas impresas originalmente (y del mismo modo reproducidas en esta edición) en blanco y negro. Son dos historietas del Castigador dibujadas por el gran Tony de Zúñiga, la primera escrita por el propio creador del personaje, Gerry Conway, y la segunda, por un guionista tan apreciable como Archie Goodwin.

El Castigador, o Frank Castle, que así se llama cuando no lleva puesto el traje con la calavera en el pecho, nació en el número 129 de The Amazing Spider-Man (1974) como reflejo de una época convulsa de los Estados Unidos, la del final de la guerra de Vietnam. Fue entonces cuando, en palabras de Eduardo Salazar, "surgieron personajes con una identidad más cínica y realista, más alejada del idealismo del superhéroe tradicional y más común a los sentimientos del hombre de la calle y, por ello, más cercana, más violenta"; no por casualidad, como también nos recuerda Salazar, el héroe Marvel más emblemático de aquellos años era Conan el bárbaro. Así, el Castle ideado por Conway es un veterano de Vietnam que regresa a casa, sale a disfrutar de un día de campo con su familia y se topa accidentalmente con la mafia. Los criminales están ejecutando a uno de los suyos y no dudan en asesinar brutalmente a los Castle para eliminar testigos. Claro está que Frank se libra por los pelos y jura venganza ante el cadáver de su mujer y sus hijos. Ha nacido el Castigador, un antihéroe expeditivo que no lleva a los malos ante la justicia, sino que él mismo les aplica la pena de muerte.

Además de las dos historietas del Castigador, el tomo se completa con los complementos originales de las revistas antes dichas, y ya solo por ellas merece la pena comprarlo. Se trata de dos aventuras de otro estupendo personaje de los setenta, que los viejos del lugar recordarán por su inclusión en Aventuras Bizarras: Dominic Fortune. Este es un héroe de aventuras pulp ambientadas en los años 30, agraciado por los magníficos dibujos de Howard Chaykin, al que acompaña el guionista Len Wein en la primera historieta.

Y ya que he comenzado hablando del Castigador, les recuerdo que siguen publicándose los episodios de la línea MAX escritos por Garth Ennis, que aquí aparecen recopilados en la colección Marvel Saga. El quinto tomo se titula Arriba es abajo y negro es blanco y contiene los números 19 a 24 de MAX: Punisher (2005). Con dibujos del argentino Leandro Fernández y un tono extremadamente duro y sangriento, Ennis desgrana aquí el regreso del gánster Nicky Cavella, que se atreve nada menos que a profanar las tumbas de la familia del protagonista. Hay que ser idiota para tocarle las narices al Castigador, máxime al de Garth Ennis, que es lo que se dice una máquina de matar.


Malaga Hoy

La amazona esmeralda

JAVIER FERNÁNDEZ
07 Junio, 2017





'Marvel Héroes: La sensacional Hulka de John Byrne'. John Byrne. Panini. 760 páginas. 45 euros.

De todos los cómics que realizó John Byrne para Marvel en su regreso a la Casa de las Ideas a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990, The Sensational She-Hulk (la sensacional Hulka, en castellano), es uno de los más apreciados por los lectores. Mezcla de comedia y tebeo de superhéroes, la Hulka de Byrne no es una obra maestra, pero sí un tebeo estupendo, superior a la media de aquellos años, cargado como está de inventiva y situaciones absurdas y con una constante ruptura de los recursos narrativos convencionales.

El personaje fue creado por Stan Lee y John Buscema en 1979, a rebufo de la enorme fama de Hulk por aquellos años, y tuvo una serie que duró apenas 25 números. Autores como David Anthony Kraft y Mike Vosburg fueron los encargados de narrar unas aventuras desiguales, que nunca acabaron de despegar del todo ni encontraron un tono propio. Fue precisamente Byrne quien demostró que la superheroína verde podía dar mucho juego en el universo Marvel cuando la adoptó en su larguísima etapa en Los 4 Fantásticos y en la posterior novela gráfica de 1985, en la que alteró para siempre el statu quo del personaje. Vista la gran influencia que ha tenido el trabajo de Byrne en el desarrollo moderno del personaje, no es exagerado afirmar que la suya es la versión definitiva. Como recuerda Julián M. Clemente en su introducción, Hulka "ha seguido siendo una de las más interesantes superheroínas de Marvel, con ocasionales momentos de grandeza, como la etapa desarrollada por Dan Slott, que en gran medida bebía de la de Byrne".

Malaga Hoy

El tomahawk roto

Jason Aaron y R. M. Guéra ponen punto y final a 'Scalped', una de las series del sello Vértigo más aclamada tanto por la crítica como por los lectores.

JOSÉ LUIS VIDAL
07 Junio, 2017




La editora norteamerica Karen Berger, a principios de los años noventa, se convirtió en el alma mater del sello Vértigo, un auténtico cajón de sastre donde la variedad de géneros era lo que imperaba: Desde la Ciencia Ficción hasta la Fantasía, pasando por el Terror, el Western o la Serie Negra. Grandes nombres del cómic de hoy en día iniciaron susg carreras bajo el amparo de la hábil Berger, que poseía un refinado olfato para detectar cuando una obra sobresalía. Grant Morrison, Peter Milligan, Neil Gaiman, Eduardo Risso, Mike Carey, Garth Ennis, Brian Azzarello… y así un buen, y largo, listado de guionistas y dibujantes.

Los años pasan, y las políticas editoriales varían, a veces para mal. La salida de Berger del sello supuso un punto y final a un modo personal de hacer las cosas, aunque una de las últimas obras a las que dio luz verde, supuso un auténtico soplo de aire fresco, ya que se trataba de una aproximación al género noir que mezclaba con genialidad la crítica social.

Hablo, por supuesto, de la serie Scalped.

A lo largo de sesenta números hemos sido testigos de traiciones, secretos inconfesables, asesinatos, tradición, violencia, muerte…

Lincoln Caballo Terco regresa a la reserva Lakota que lo vio nacer, sita en Dakota del Sur. La mano del hombre blanco se posó sobre el orgulloso pueblo indio y lo emponzoñó con el peor de los venenos: Drogas, prostitución, corrupción, robos… La vida en este lugar es dura para todos, excepto para los que viven bajo el ala del Jefe Cuervo Rojo, que además de ser el representante oficial de la reserva, guarda un lado oscuro en el que se encarga y dirige todos los asuntos turbios, además de hacer realidad el sueño de toda una vida, levantar un próspero casino, cuyos cimientos se han construido a base de actividades criminales.

La presencia de Caballo Terco tiene mucho que ver con esta situación, ya que en realidad él es un agente encubierto del FBI, cuyo superior, el detestable agente Nitz, casi ha obligado a volver a este agujero infernal del que el joven no quería saber nunca nada más, aunque en él aún viva su madre, Gina…

Este es un lugar construido a base de rencor, un odio soterrado que esconde muchas historias del pasado, de grupos muy activos que luchaban con métodos de guerrilla para recordar al hombre blanco que los Lakotas aún seguían siendo un pueblo orgulloso, aunque pareciera todo lo contrario.

Pero lo que surge del amor puede acabar atrayendo el desastre y, años después, cuentas impagadas terminan con el cadáver de una mujer tirado en el campo. Se trata de Gina, la madre de Lincoln.

En este thriller vamos a encontrarnos con una galería de personajes que componen una historia coral. Jason Aaron, el guionista de esta maravilla de historia, sabe hacer encajar cada historia en su momento adecuado, saltando al pasado con una facilidad pasmosa. Todos tendrán su momento y conoceremos sus sueños, aspiraciones, dramas: Carol, la rebelde hija de Cuervo Rojo; Shunka la mano derecha de éste, una máquina de matar que esconde un secreto, un anhelo, que nadie debe conocer; Catcher, el viejo loco que subido a su caballo Festus, parece tener las claves de todo lo que ocurre en la reserva; sheriff Karnow, que buscará la redención después de una vida de corrupción; el agente de policía Caído, que será una pieza esencial en el desenlace de la historia…

Pero no todos los méritos son atribuibles a Aaron, al que no imagino narrando esta historia sin el aporte gráfico de un auténtico genio de las viñetas como es el dibujante yugoeslavo R.M.Guéra, que ejecuta un tour de force, dibujando la mayoría de los sesenta números que componen la serie, y sorprendiendo con su estilo oscuro, ágil, detallado cuando es necesario y brutal. Aunque el primer número que abre este tomo trae una agradable sorpresa gráfica, ya que al ser el 50 de la colección, varios grandes dibujantes dejaron su sello en ella: Tim Truman, Igor Kordey, Jordi Bernet, Jill Thompson, Denys Cowan, Dean Haspiel, Brendan McCarthy y Steve Dillon. ¡Casi nada!

En el sexto y último volumen de la serie, tal como ha sido recopilada en su edición definitiva en nuestro país por ECC Ediciones, las piezas de este complejo puzzle estarán alineadas y el final se puede vislumbrar, una conclusión que no va a dejar a nadie indiferente, ya que si has llegado hasta aquí, estarás ansioso por saber quién mató a Gina Caballo Terco, si finalmente Lincoln obtendrá las pruebas suficientes para que el agente Nitz lo deje en paz y poder encarcelar a Cuervo Rojo por todos sus crímenes…

Pero en una serie como ésta no esperéis un final apacible. La sangre, los disparos y la violencia van a llevarnos de la mano. Algunos personajes expiarán sus pecados, otros simplemente morderán el polvo de estas áridas tierras.

Si tuviera que recomendar en estos momentos un buen cómic, sin duda sería éste. Seguro que no os va a decepcionar.


Malaga Hoy

Viaje al Oeste

El cómic de Akira Toriyama 'Dragon Ball' nació inspirado en una novela china anónima de iniciación del siglo XVI y es el claro antecedente de la popular serie de animación.

GERARDO MACÍAS
07 Junio, 2017


'Dragon Ball Ultimate Edition nº 1'. Guion y dibujos: Akira Toriyama. Planeta DeAgostini Cómics, 2006.

Hacia el año 1590, vio la luz por primera vez Viaje al Oeste, una de las grandes novelas de la literatura china, publicada de forma anónima. Este libro narra el mito de Chen Hsüan-Tsang, monje budista que hace amistad con tres inmortales: Sun Wukong, el Rey Mono; Sha Seng, Duende Sintoísta del Agua; y el cerdo Zhu Wuneng, y juntos viajan a la India a buscar los sutras sagrados. Viaje iniciático en el que el protagonismo pasa de Chen Hsüan-Tsang a sus acompañantes, especialmente al Rey Mono.

Viaje al Oeste se ha adaptado en numerosas ocasiones al cine y la televisión en dibujos animados, películas y series, dentro y fuera de China. Si sustituimos los sutras por siete esferas mágicas, es fácil suponer que hablamos de Dragon Ball, célebre manga de Akira Toriyama.


Las Bolas de Dragón están repartidas por todo el mundo. Cuando se reúnen, se puede invocar al dragón Shenron, que concede un deseo. Después de cumplirse dicho deseo, las esferas se esparcirán de nuevo. El dragón Shenron pertenece realmente a la mitología oriental, y su nombre es también un apodo de Jackie Chan.

Bulma es una joven que ha construido un radar que detecta dónde se encuentran las siete Bolas de Dragón. El nombre de Bulma deriva del inglés bloomers (bragas).

Bulma se encuentra con un niño inocentón, con cola de mono y una gran fuerza: Son Goku. La palabra goku significa aire en japonés. Personaje basado en Sun Wukong, el Rey Mono de Viaje al Oeste.

Son Goku posee una de las Bolas de Dragón, regalo de su abuelo fallecido, y la usa para hablar con él. Bulma le dice para qué sirven las Bolas de Dragón y Goku la acompaña.

Ya iniciada su marcha, Goku ayuda a una tortuga que tiene problemas para llegar a la isla donde vive su amo, el Tortuga Duende. Este les concede regalos en agradecimiento. A Bulma le da una Bola de Dragón. A Son Goku le regala la Nube Kinton, en la que sólo pueden montar las personas de buen corazón.

La Nube Kinton de Goku lo relaciona con otros personajes que también son los únicos dignos de ciertos objetos: la alfombra de Aladino, la espada Excálibur del Rey Arturo, el anillo de Green Lantern, el martillo Mjolnir del dios Thor, etcétera.

Llegan a un pueblo donde Oolong, un cerdo que tiene la capacidad de cambiar de forma, amenaza a sus habitantes. Goku derrota a Oolong y Bulma decide llevárselo con ellos. Oolong es el nombre chino del té azul. Personaje basado en Zhu Wuneng, el cerdo de Viaje al Oeste.

Llegan a un desierto donde los asalta Yamcha, personaje basado en Sha Seng, el Duende Sintoísta del Agua de Viaje al Oeste. El nombre de Yamcha procede del cantonés yum cha, que significa beber té.

Yamcha cae derrotado, ya que pierde su fuerza cada vez que ve a una chica. Yamcha intenta robar las Bolas de Dragón para cumplir su deseo: superar su timidez con las chicas.

No consigue efectuar el robo, así que les sigue de lejos. Según el radar de Bulma, la siguiente Bola la podrán encontrar en la montaña de Gyumaoh, un gigante amigo del abuelo de Goku y de Tortuga Duende.

Bulma encuentra la Bola, pero su coche queda destruido por un incendio, aunque consiguen sofocarlo. Gyumaoh les presta otro coche y Yamcha les acompaña.

Bulma y Yamcha parecen enamorados, ambos han realizado su deseo sin pedírselo al dragón. Goku acepta la oferta de Tortuga Duende para ser su nuevo discípulo de artes marciales.

Posteriormente aparecen el Ermitaño Grulla, maestro de artes marciales y rival de Tortuga Duende; y su discípulo Ten Shin Han, que acaba siendo amigo de Goku. Este personaje está inspirado en Chen Hsüan-Tsang, el monje budista de Viaje al Oeste. El nombre de Ten Shin Han proviene de un plato asiático, el arroz de Tianjin.

En Dragon Ball hay torneos de artes marciales, pero dando relativa importancia al concepto de competir contra el otro, que es occidental. En Asia se entienden las artes marciales como una forma de vida, abarcando lo físico, espiritual y moral con un enfoque de superación y crecimiento personal. Este espíritu de superación se ve reflejado en la evolución de Goku y otros personajes desde Saiyajin a Supersaiyajin, pasando por diferentes fases.

El cómic Dragon Ball ha sido adaptado a serial de dibujos animados y también tiene varios largometrajes, tanto de animación como con actores reales.


Malaga Hoy



miércoles, 7 de junio de 2017

Alack Sinner: una joya recuperada del género negro


Salamandra publica el compendio de aventuras de este clásico creado por Muñoz y Sampayo

JUAN CARLOS GALINDO

7 JUN 2017




No soy un gran lector de cómics, novelas gráficas y demás. No tengo nada en contra del género, simplemente no recalo en él lo suficiente. Pero he aquí que llevo meses viendo en mi estantería de pendientes el inmenso ejemplar, en todos los sentidos, en el que Salamandra Graphic ha reunido las historias de Alack Sinner, creadas por José Muñoz (Buenos Aires, 1942) y Carlos Sampaio (Carmen de Patagones, 1943).

¿Y bien? Pues desde la primera historia me pregunté dónde había estado este personaje toda mi vida, cómo me había perdido este homenaje a Chandler imbuido de jazz, mala vida y mala suerte, un tipo honrado y perdido en un mundo que no le acompaña, un hombre herido, atractivo, pendenciero y luchador.

¿Quién es Alack Sinner? Un expolicía que dejó su trabajo porque no aguantaba el fascismo de sus compañeros. Whisky en Joe’s, cigarro en la boca, jazz en Trane’s son sus rituales. Un detective privado que viste traje negro, camisa blanca, todo old school. Es el perfecto antihéroe al estilo Marlowe pero por encima de todo es la excusa de sus creadores para retratar la sociedad de las décadas que les ha tocado vivir. Desde los devastadores efectos de la droga en la población negra de Estados Unidos a los oscuros prolegómenos del 11-S, pasando por el abandono de los veteranos de Vietnam, las miserias de la guerra de Irak y más.

En ocasiones, Sinner se enfrenta a los casos que le proponen oscuras familias de la clase alta, tan desestructuradas ellas, tan cenagosas cuando el foco se apaga. Ahí se parece más a Lew Archer, la creación de Ross Macdonald en los albores del hard boiled. Los finales de las historias son sencillos, directos, en ellos se dispara sin misericordia, sin preámbulos, todo muy punk. En Viet Blues hay un momento en el que unos negros revolucionarios que no entienden nada le preguntan al blanco Sinner por qué se la juega por ayudar a su amigo, genio del jazz y yonqui. Su respuesta es perfecta: “¿Por qué lo hacía? ¿Quién podía explicarlo? Simplemente porque él lo necesitaba. Y menos simplemente porque creo en la amistad”. Para enmarcar.

La vida no es una historieta, baby, es una aventura llena de ironía sobre la creación literaria, sobre el género y sobre los creadores, Muñoz y Sampaio, que se pasean alegremente por los rincones del relato. Hay otro montón de historias reseñables, pequeñas parcelas de una vida en la que vemos como el protagonista se desgasta, en las que sentimos cómo envejecemos con él.

En la última etapa se vuelven más esquemático, pero igual de preocupados por los temas sociales y Sinner no pierde ni una pizca de agudeza. En todo momento, el dibujo de Sinner nos muestra la crueldad de la vida, el paso de los años, el castigo que reciben quienes no se están ni quietos ni callados. El rostro, casi como un paisaje, nos cuenta toda una existencia.

El caso USA, último relato, es el compendio perfecto de todo. Mafia en las calles y en los despachos próximos al poder, un Sinner crepuscular que después de ser taxista vuelve al trabajo de detective más relajado, sin su adicción al tabaco y con otra cara y una historia con ritmo y conclusiones desalentadoras. Como siempre, los que están cerca del antihéroe sufren; el protagonista, busca la redención y, si no, al menos la paz. Y, como la vida, termina como si al día siguiente fuera a seguir todo. Qué buena es, qué pena me da que se me hayan acabado sus 700 páginas.


El Pais

martes, 6 de junio de 2017

El libro gordo de la humanidad

El historietista Miguel Brieva aborda en La aventura humana (Reservoir Books) un "quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos" en un imaginativo ejercicio de reflexión que invita también a ella

ALEX SERRANO




Aunque en ocasiones
por su comportamiento
pudiera parecerlo,
recuerde,
usted no es
ninguna máquina.

La especialidad de Miguel Brieva pasa por facturar una narrativa gráfica no exenta de humor que plantea, mediante ácidos universos paralelos, una llamada de atención sobre la sociedad de consumo o la condición humana en el mundo moderno. En sus colaboraciones en EL PAÍS, Rolling Stone o Diagonal, y en obras como Dinero o Memorias de la tierra, plasma, por un lado, su compromiso como autor ante el panorama sociopolítico y, por otro, sus propias inquietudes como individuo.

¿Cómo se integra un proyecto compuesto de materiales preexistentes publicados en medios tan distintos?
Casi todos mis libros han sido mezclas de colaboraciones en distintos medios a los que he dado forma. Es como un puzzle cuyas piezas tienen que encajar, y el secreto para que esto ocurra es que, en el fondo, todas están rondando las mismas preocupaciones: tratar de entender o de mostrar cómo funcionamos.

Es casi inevitable utilizar el adjetivo conceptual para hablar de tu obra.
Si tuviera que definir de dónde sale mi trabajo diría que es un poco autoayuda, la necesidad de explicarme el mundo a mí mismo. Traslado esa incertidumbre a los libros, confiando que algunas respuestas a esas incógnitas estén ahí. Parten de una necesidad personal y luego acaban encontrando este formato enciclopédico.

¿Te ha preocupado alguna vez que ese espíritu analítico pueda ser acusado de dogmático? 
Vivimos en un mundo tan dogmático y dictatorial que, en el fondo, lo que hago es bastante naif. En ese sentido, creo que soy honesto. No aspiro ni a predicar desde ningún pedestal académico ni desde ninguna objetividad. De lo que se habla en este libro es de algo delirante y hasta temerario, en el sentido que coge el formato de lo consensuado, de lo académico, y lo usa para darle la vuelta desde el prisma de una persona.

¿Te has planteado la posibilidad de que tu fórmula se agote?
Ahora hay una obsesión con la novedad, y es curioso porque todas las cosas realmente profundas ya se han formulado, la historia de la humanidad es muy larga. Como mucho, lo que vamos haciendo es reformular conceptos adaptados a la idiosincrasia de cada momento. Lo que sí me preocuparía es que el contenido fuese repetitivo, que no hubiese nada nuevo.

¿Hay en tu obra algo de desencanto?
Todo lo contrario. Sí creo que para entender el mundo hay que abrir los ojos y eso es algo doloroso, más en una sociedad como la actual, que probablemente no tiene parangón en cuanto a crueldad y violencia sistémica. Habría que pensar hasta qué punto nuestra sociedad y los medios desvían el foco sobre las cosas realmente importantes. Cuando lo único que importa es pasarlo chupi y tener muchos likes, que te echen un jarro de agua fría no mola nada. Pero para ser optimista y crear esperanza tienes que conocer el entorno que hay.

Unes el undergound americano con la tradición española del esperpento. ¿Cómo sucedió esta conexión?
El mundo ahora es una enorme coctelera. Vas a Albacete y hay un tío que te toca blues de la hostia o a Japón y hay uno tocando por bulerías. Las influencias en el mundo global son una cosa muy loca. Yo soy una víctima o un beneficiario más de esa mezcla.

¿Estamos viviendo un momento de cambio o solo es la resaca de la ilusión de cambio? 
Estamos en un momento de cambio impepinable, lo vamos a ver durante las próximas dos o tres décadas. Hemos entrado de nuevo en la historia, frente a esta fantasía de Francis Fukuyama del fin de la misma. Además, estamos modificando las condiciones de vida en el planeta, lo cual va a poner a la humanidad contra las cuerdas. Hay dos cambios: uno es el colapso de la sociedad occidental y del mundo global, y otro es el que se atisba en España, que es que nos anticipemos a ese cambio para que cuando vaya sucediendo seamos los que llevemos las riendas.


Tentaciones, El Pais, número 25- Junio 2017