sábado, 24 de agosto de 2013

Elogio del arte inmediato

Los dibujos de Murillo, Gutiérrez Solana, Alonso Cano o Eduardo Rosales encierran toda la belleza de la obra mayor de sus autores. La Fundación Botín recupera e inventaría esta producción única en una serie de catálogos. Por Lola Galán




BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO, uno de los máximos pintores españoles del Siglo de Oro, trazó sobre papel verjurado una infinita serie de dibujos con carboncillo, pluma de caña y tinta castaña o grisácea. Casi todos se han perdido para siempre. Mientras la mayoría de las pinturas del genial artista sevillano pueden contemplarse en el Museo del Prado, en el de Bellas Artes de Sevilla o en la catedral de la capital andaluza, solo se han conservado un centenar de sus obras sobre papel dispersas por el mundo. Así ha sido hasta ahora la historia del dibujo, un arte inmediato, lleno de vitalidad y belleza que no gozó en España de la consideración necesaria para pasar a la posteridad, ni logró interesar a los coleccionistas que hubieran permitido su supervivencia.

La Fundación Botín se ha propuesto inventariar todas esas obras consideradas menores durante siglos, rebuscando en museos y bibliotecas, contactando con coleccionistas de pintura por todo el mundo y dejando constancia de ellas en catálogos razonados, gracias al trabajo de numerosos investigadores y especialistas. La serie, iniciada en 2007, pretende incluir a los grandes nombres de las artes plásticas españolas desde el Siglo de Oro a nuestros días (excluyendo a los artistas vivos).

"La idea siempre ha sido la de escoger grandes artistas, con una producción de gran calidad", resume María José Salazar, miembro de la comisión asesora de arte de la Fundación-Botín desde 1992, y autora de dos de estos catálogos, los dedicados a Pablo Gargallo y a José Gutiérrez Solana. En todos los casos, las publicaciones han ido precedidas de una exposición de dibujos originales de los artistas glosados. "La importancia de este trabajo es enorme. La que se inauguró este año en la Fundación Botín es la primera muestra dedicada exclusivamente a los dibujos de José Gutiérrez Solana", cuenta Salazar. Como Solana, conocido básicamente por sus pinturas algo tenebrosas, el madrileño Eduardo Rosales (1836-1873) fue un dibujante de enorme talento de cuya obra en papel se sabía bien poco. La exposición de sus dibujos, y el catálogo, editado en 2007, donde se recogen 900 de estos magistrales diseños, acrecentó el valor global de este artista, glosado por José Luis Diez. Rosales, que murió de tuberculosis antes de cumplir los 37 años, fue un prolífico dibujante, aunque las penurias económicas le obligaron a utilizar papel malo, que llenaba de trazos por ambas caras. Dibuja en el reverso de facturas, programas, billetes, invitaciones, cartas, etcétera. Copia a los maestros antiguos, retrata a  personajes  literarios,   o  toma apuntes de escenas de la vida cotidiana, desnudos, paisajes con arquitecturas. Un ingente muestrario de obras que dan idea del talento impresionante del artista. Muchos eran bocetos de cuadros, pero también hay dibujos pensados como tales, y algunas exquisitas acuarelas. El artista utiliza lápiz blando y carboncillo para estudios académicos, grafito en los dibujos más propios, o diseños iluminados con clarión sobre papel de color.

¿Qué hay en común entre estos dibujos de Rosales y los de perfección clásica de Antonio del Castillo? La intemporalidad mágica del trazo desnudo. Del Castillo (1616-1668) fue un excelente pintor cordobés del Siglo de Oro que pasa por ser el mejor dibujante de esa etapa colmada de genios. El catálogo razonado de sus dibujos, realizado por Benito Navarrete y Fuensanta García de la Torre, es fruto de una investigación minuciosa en busca de sus obras en Florencia, Hamburgo, París, Londres, Nueva York. En total se catalogan 190 dibujos, de los cuales 73 formarán el corpus de la exposición que se inaugurará en Santander, en la sede de la Fundación Botín, en la primavera de 2008. Del Castillo usa pluma o caña con tinta roja o parda, a veces tinta china. Sus temas, mayoritariamente religiosos, son casi idénticos a los que trata otro contemporáneo, Alonso Cano (Granada, 1601-1667), cuyo catálogo, con la correspondiente exposición de una buena parte de la obra contenida en él, se publicó en 2009.

Máscaras con peleles, de José Gutiérrez Solana.


La familia de Carlos IV, de Mariano Salvador Maella.



Ambos artistas responden a la demanda de los principales clientes del arte de la época en España: las órdenes religiosas, las altas jerarquías de la Iglesia. Por eso los encargos versan casi siempre sobre el Antiguo y del Nuevo Testamento (vida de Cristo y de la Virgen). En el caso de Del Castillo, hay constantes representaciones de apóstoles, santos (y sus correspondientes martirios), figuras aisladas y alegóricas, ángeles y dibujos arquitectónicos, muchos de ellos sobre papel verjurado.

De los dos, es Alonso Cano el que obtendrá mayor fama y prestigio. Zahira Veliz, la autora del catálogo, precisa que según los biógrafos de Cano, que alaban también sus cualidades como dibujante, estaba considerado ya en su tiempo como "insigne en las tres facultades de la pintura, la escultura, y la arquitectura".

Esto explica que, al contrario que en el caso de otros artistas españoles, sobre Cano y su faceta de dibujante haya abundante literatura. En 2001-2002, 400° aniversario de su nacimiento, se celebran además grandes exposiciones en Granada y Madrid. El Museo del Prado consagró la suya, para la que reunió un centenar de obras, al Alonso Cano dibujante.

Cano dedicó muchos de sus trabajos a glosar la historia de los monjes dominicos con destino al convento de Santa Cruz la Real de Granada, de esa orden. Destacan también sus estudios de figuras. La dificultad de encontrar modelos y la moral puritana del momento se resumen en la escasez de desnudos. Las de Cano son obras casi siempre de pequeño formato, hechas con trazos de carboncillo, a los que se aplica, lo que parece ser tinta ferro gálica, con una pluma de ganso. Otras veces se completan con aguadas.


El catálogo reúne 121 dibujos comprobados de Cano y otros 50 canescos o sea de su estilo y quizás ejecutados por discípulos. El tiempo y la escasa consideración que merecía el dibujo en España, en esa época, han hecho estragos en el legado de Alonso Cano. Pero ¿cómo explicar que autores modernos como el escultor aragonés Pablo Cargarlo (1881-1934) llegaran a destruir no pocos dibujos? La respuesta está en la aparente facilidad de un arte inmediato que solo necesita lápiz y papel y una ventana abierta a la vida. Gargallo no se tomaba en serio los dibujos que utilizaba para hacer bocetos de sus esculturas, al menos hasta mediados de los años veinte. Por eso, los tiraba. Se conservan solo unos centenares de su etapa de aprendizaje y luego los hechos por puro placer, a veces, coloreados. "Menos mal que la hija del artista [Pierrette Gargallo] vive todavía en París, y además de guardar un buen número de dibujos, sesenta o setenta, tenía fotografías y recordaba muchas cosas de su padre", señala la profesora María José Salazar, autora del catálogo del artista y comisaria de la exposición celebrada en 2010.

Gargallo realiza, además, 19 autorretratos a lo largo de toda su vida. Muere a los 53 años, en París. "Seguir el rastro a los dibujos es difícil. La mayoría están en colecciones privadas, aunque, a veces, te llevas grandes alegrías, como cuando contactas con un coleccionista creyendo que tiene un dibujo y resulta que tiene diez", relata Salazar, que ha elaborado también el último de los catálogos editados por la Fundación Botín sobre los dibujos de un artista total: el madrileño José Gutiérrez Solana (1886-1945), gran pintor, dibujante y escritor de la generación del 98.

En ocasiones, la familia es la única salvaguarda de la obra del artista. "Pero Solana no tiene familiares directos vivos, y tuve que tirar de coleccionistas de sus pinturas, así salieron los dibujos", explica Salazar. "Siempre he pensado que era buen dibujante, pero no tan bueno".
Si Solana y Gargallo tenían siempre a mano lápiz y papel, el artista valenciano Mariano Salvador Maella (1739-1819), pintor de cámara y representante de la Ilustración, dibuja con una especie de instinto profesional. Pintor de corte de Carlos III y Carlos IV, se inspira en el disegno italiano. Hay muchísimas obras sobre papel de corte académico de este artista, de su etapa como becado de la Academia de San Fernando en Roma. Llegó a crear un taccuino (cuaderno) romano con dibujos de estatuas clásicas, que se conserva en el Museo del Prado. El que recoge sus estupendos dibujos en dos volúmenes es el quinto de los catálogos razonados, publicado en abril de 2011, fruto de la larga investigación del doctor José Manuel de la Mano, que encuentra nuevas obras sobre papel, que se añaden a las 150 que le atribuía al artista José Luis Morales en su catálogo de 1996. La nueva catalogación incluye más de 400 dibujos de Maella, en los que utiliza sanguina, lápiz y clarión, con temas que van de la cultura clásica a las inevitables representaciones religiosas.

Las líneas apenas esbozadas, las figuras en movimiento, inconclusas, sorprendentemente modernas, caracterizan el dibujo de Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682) en su etapa de madurez. Lástima que, como explica Manuela de Mena, comisaria de la exposición que organizó la Fundación Botín en 2012 y autora del catálogo, "lo que ha llegado hasta nosotros se puede definir como la punta del iceberg de lo que debió ser la ingente masa de dibujos que salieron de su mano".

Mientras en Italia los maestros guardan los dibujos para sus alumnos, o los regalan a familiares y a mecenas por considerarlos, "la plasmación más directa y genuina del genio artístico", como subraya De Mena, en España el desinterés es total, aunque Murillo tuvo al menos un coleccionista de sus obras sobre papel. Piezas hechas en su mayoría a pluma y aguada con tinta castaña, rojiza y densa en los dibujos de su primera etapa, más transparente, dorada y grisácea, en los de épocas posteriores.

Si sus dibujos rápidos a pluma fueron poco apreciados en su época, los que son un cúmulo de trazos apresurados, inconclusos y tan. modernos hoy, debieron resultar claramente marginados. Un destino al que no escaparon los dibujos más acabados. El lápiz, la pluma, el papel, eran poca cosa frente a los grandes cuadros. Y, sin embargo, en estas obras sobre papel, está todo el arte de los grandes maestros.

Siete catálogos con
la obsesión de la excelencia

CREADA EN 1964 por Marcelino Botín y su esposa para promover el desarrollo de Cantabria, la Fundación Botín es la primera fundación privada de España por volumen de inversión. Actualmente presidida por Emilio Botín, presidente del Banco Santander y sobrino del fundador, destinó, en 2012, 4,78 millones de euros solo al apartado de arte y cultura. Una parte indeterminada de esta suma anual financia la investigación de la obra sobre papel de los grandes maestros españoles, plasmada en catálogos razonados. La idea la proporcionó el profesor Alfonso Pérez Sánchez en 2003, y cuatro años después se publicaba el primero de ellos, en volumen doble, dedicado a los dibujos del pintor madrileño Eduardo Rosales (1836- 1873). Al año siguiente ve la luz el dedicado a los diseños en carboncillo y pluma del cordobés Antonio del Castillo (1616-1668), al que seguirá, en 2009, el de otro gran artista del siglo XVII, Alonso Cano (Granada, 1601-1667). El cuarto catálogo, de 2010, reúne los dibujos del escultor aragonés Pablo Gargallo (1881-1934). Como en todos los casos, el doble volumen de Gargallo viene precedido de una exposición donde se exhibe buena parte de su obra, en la sede de la Fundación Botín, en Santander. Tras Gargallo, llega el turno de los trabajos en papel del artista valenciano Mariano Salvador Maella (1739-1819), que fue pintor de la Corte, y cuyos magníficos dibujos, de estilo clásico, se exponen en Santander en 2011. Al año siguiente se organiza la muestra de los dibujos del sevillano Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682), cuyo catálogo aparecerá en 2013, junto al dedicado a la obra del artista madrileño José Gutiérrez Solana (1886-1945), último de los hasta ahora editados. La Fundación Botín, que cumple el año próximo 50 años de historia, no quiere adelantar cuáles son los siguientes artistas de la serie. "El año 2014 es muy especial para nosotros, y se dará a conocer en el momento oportuno", explica Begoña Guerrica, directora de la fundación. L. G. •


El Pais Babelia 17.08.13


jueves, 22 de agosto de 2013

Concurso de Cómic "Disfruta del sol sin dejarte la piel"

La Agencia Pública Sanitaria Costa del Sol os anima a participar en un concurso público, con el fin de diseñar tiras de cómics que permitan transmitir los valores y mensajes de la Campaña de Fotoprotección y Prevención del Cáncer de Piel “Disfruta del Sol sin  dejarte la Piel” que recorre múltiples escenarios de  la Costa del Sol en los meses estivales. Este concurso se inicia mañana hasta el próximo día 15 de septiembre. Anímate y participa.

DESCRIPCIÓN Y OBJETO DEL CONCURSO:

En los últimos 50 años, se viene observando un aumento incesante de cáncer de piel  en todo el mundo (3-8% anual), como consecuencia de la reducción de la capa de ozono y los estilos de vida de la sociedad occidental instalada en el culto al bronceado.

La Costa del Sol, cuenta con más de 300 días de sol al año y un índice de radiación solar elevado (UVI>9 de mayo a septiembre). El cáncer de piel constituye un problema de gran magnitud en la Costa del Sol, debido a su elevada incidencia, mortalidad y  costes sanitarios.

En el año 2009, el Hospital Costa del Sol en coordinación con el Distrito Sanitario iniciaron una Campaña de Fotoprotección y Prevención del Cáncer de Piel con el objetivo de sensibilizar a residentes y visitantes de la Costa del Sol de los riesgos de la exposición solar y fomentar hábitos de fotoprotección y autoexamen cutáneo, para prevenir el cáncer de piel y mejorar el estado de salud y la calidad de vida de las personas.

Con el eslogan “Disfruta del Sol sin dejarte la piel”, queremos trasmitir una visión positiva del sol (puesto que el sol también es una fuente de vitamina D y es beneficioso para nuestro bienestar físico, psíquico y social) y apostamos por una exposición solar saludable, haciendo una llamada a la responsabilidad individual a través del decálogo de recomendaciones en fotoprotección al que podéis acceder a través de disfrutadelsol.hcs.es

Este concurso tiene como objetivo encontrar nuevas herramientas de comunicación que nos permitan, de una manera rigurosa pero a la vez desenfadada, transmitir a la población la visión y mensajes educativos de la campaña  No es necesario que seas un ilustrador profesional, tan sólo que tengas inquietud creativa y desees comunicar este mensaje de salud. ¡Presenta tus propuestas hasta el 15 de Septiembre!.
Fuentes: 
 http://disfrutadelsol.hcs.es/protegete/participa-en-el-concurso-de-comic-disfruta-del-sol-sin-dejarte-la-piel/#sthash.SZcGuXvG.dpuf
http://disfrutadelsol.hcs.es/wp-content/uploads/2013/06/bases_concurso_comic.pdf 

miércoles, 21 de agosto de 2013

Otras formas de crear, opinar y disfrutar del cómic en la era digital

JESÚS JIMÉNEZ 21.08.2013 - 08:00h

Internet está cambiando nuestra vida de muchas maneras, entre ellas la forma de disfrutar de los cómics. Por ejemplo, antes podíamos pasar 20 años sin saber cómo acababa una saga de Spiderman porque conseguir los episodios atrasados era casi una utopía. Ahora, las grandes editoriales, como Marvel y DC tienen casi todo su catálogo Online. Además muchos grandes autores, como David Lloyd (V de Vendetta) crean sus cómics directamente para internet. Y otros muchos consiguen publicar sus trabajos gracias a las aportaciones de sus lectores vía crowfunding. También es la mejor plataforma para las editoriales online, la crítica especializada y los blogs de aficionados. Os proponemos algunos ejemplos del nuevo cómic digital y la crítica especializada, que pueden encontrarse en internet.

NARR8


NARR8 es una editorial digital de novelas interactivas, cómics animados y series de no ficción para dispositivos móviles, especialmente tabletas, en forma de episodios de unos 20 minutos cada uno. Una aplicación multiplataforma gratuita que permite crear, distribuir y disfrutar de contenido original. Se puede descargar en AppStore, GooglePlay y Amazon. Aunque en un futuro cercano estarán presentes también en plataformas como Windows 8, Amazon Kindle, Samsung apps y smart TV, entre otras.
NARR8 se actualiza a diario ofreciendo una amplia variedad de temas, desde cómics y novelas de terror y ciencia ficción, hasta incursiones en la no ficción con intrigantes misterios de ciencia popular e historia del mundo. Las historias se presentan como series y son actualizadas en forma de episodios que se pueden descargar gratuitamente.
Destacamos las novelas interactivas (Cazadores de miedos, Multiverso, El sentido de la libertad o La ciudad secreta) y los espectaculares cómics animados, como La última hazaña, Jam, Sujeto 9, o Caballeros del abismo. Entre sus últimos lanzamientos hay que mencionar Agencia, un divertido cómic basado en las sitcom televisivas, y Sangre Principal (Prime Blood), una historia de vampiros y hombres lobo basada en los trabajos de David Fincher, Marc Silvestri y los Hanuka Brothers, con gráficos de alta calidad y una historia sangrienta y estremecedora dirigida por Arthur Lee (podéis ver el tráiler a continuación).


CuCo, cuadernos de cómic


CuCo, cuadernos de cómic es, según sus creadores (Octavio Beares y Gerardo Vilches): "Una revista digital que abordará el cómic desde múltiples puntos de vista, pero siempre a través de artículos de investigación y ensayos extensos que profundicen en los temas con rigor. Además, la revista contará con una sección de crítica donde se analizarán en profundidad algunas de las novedades editoriales recientes que consideremos más relevantes".
En CuCo tendrán cabida "Autores clásicos y contemporáneos, escuelas, editoriales, obras de todo tipo, el cómic más minoritario y la historieta más comercial, nos parecen dignos puntos de arranque para la mirada crítica y el espíritu investigador. Buscamos un modelo de artículo basado en el rigor, estudios donde la fuente y el dato contrastados tengan el peso necesario a la hora de establecer una tesis o conclusión".
Una página que "Quiere acoger a todas las firmas posibles, de las más reconocidas y arraigadas en el estudio de los cómics pero también a las nuevas, jóvenes generaciones de estudiosos que, desde diversas disciplinas tengan algo que decir en relación a la historieta.".
Quien esté interesado en publicar en CuCo tan solo deberá conocer sus normas de estilo (descargables en el blog de la revista) y enviar sus trabajos a la dirección de correo electrónico cucocuadernos@hotmail.es, para que valoren su publicación en la revista según especifican las “Normas de publicación” (consultables igualmente en el blog)". Una oportunidad ideal para todos los que crean que tienen algo que decir sobre los cómics y no tenían una plataforma seria y profesional.

Editorial Saure


La Editorial Saure es una plataforma digital que busca potenciar las experiencias creativas del cómic educativo digital. Las instituciones y empresas presentes en este espacio fomentan la labor en los terrenos de la paz, la ecología y la cultura. Este espacio pretende hermanar los autores: guionista-dibujante-colorista, las culturas y los idiomas de los creadores.
Por eso nos proponen obras publicadas en el formato de e-comics con contenidos solidarios con un toque de humor, en diferentes idiomas. Todo esto para poder completar estas experiencias creativas en línea y leer textos relevantes; e incluso un programa educativo de cómics digitales. La editorial también organiza encuentros culturales, exposiciones, actividades presenciales y concursos, de cómic e ilustración, para favorecer el diálogo entre los autores y los lectores. Todos sus títulos pueden disfrutarse a un precio muy asequible.
Y tiene una amplía lista de colecciones de cómics de autores españoles y extranjeros, como Arte viva, Historias del arte, La familia Newton, Compadre, Aritz, Egypcios del espacio, pirata, Gran Angular, La Trattoria o Historias de un editor. Cómics para todas las edades, desde los más pequeños a los adultos, realizados por autores como Txani Rodriguez, Nacho Fernández, Verónica Rosado, Gonzalo de Antoñana, María José Beceiro, Moratha Jansain, Pablo Zerda, Edorta Corpas, Víctor Araque, Joseba Gómez o José Manuel Carrasco. Entre los títulos destacamos El editor saltamontes, de Jean-François Sauré y Esteban Hernández (Premio al Mejor Fanzine en el Salón del Cómic de Barcelona 2012 por Usted)

Un webcómic para dejar los vicios


Autoayuda Ilustrada: consejos para abandonar el lado salvaje de la vida, es un singular y divertido webcómic de Jesús Llorente y Wenceslao Lamas, en el que nos ofrecen consejos para dejar de fumar y de beber. Una terapia que podemos seguir en la web de la revista playgroundmag.net.
Con un estilo tan sencillo como eficaz, los autores nos ofrecen consejos para abandonar estos vicios en una serie que definen como: "el primer cómic por entregas de terapia underground, en tono crudo, confesional, aparentemente costumbrista y sin sermones al uso, sobre las dificultades del hombre moderno a la hora de colgar los pesados hábitos del alcohol y el tabaco y de cómo nuestro cuerpo y nuestra mente se empeñan en tirar hacia el lado contrario".
De momento llevan publicados cinco imprescindibles capítulos que, entre sonrisas, pueden hacernos reflexionar sobre por qué no controlamos nuestros vicios.

Otras recomendaciones

koomic.com es la primera web española de cómics digitales, una auténtica librería online con numerosos títulos que pueden leerse a precios asequibles. Cómics digitales en español disponibles para el iPad o el iPhone/iPod touch, Mac OS X a través de la aplicación Adobe Digital Editions y otros formatos. Una iniciativa nacida de la unión de SD Distribuciones y Estudio Fénix, dos pesos pesados de la industria del cómic, aliados bajo el nombre de Esdecómic para dar servicio a las editoriales que deseen llevar sus obras del papel a la pantalla. Ofrece títulos punteros del cómic actual como Powers, Invencible, Criminal, e incluso clásicos como El capitán Trueno, Mortadelo y Filemón o Superlópez.
Además, recomendamos estar atentos al Crowfunding, una forma de ayudar a los autores a realizar sus obras. En los últimos tiempos, incluso grandes guionistas y dibujantes han elegido este sistema que, además de darles mayor libertad, es un baremo perfecto para medir el interés de los lectores en el proyecto, antes de gastar tiempo y energías en realizarlo (como si fuera un pequeño estudio de mercado). En 2012, el cómic representaba el 9% de los proyectos de la plataforma estadounidense Kickstarter (La mayor del mundo), con una tasa de éxito del 46%.
Gracias a esta plataforma, han podido realizarse en España cómics tan interesantes como la Colección de Científicos de Jordi Bayarri o Brigada, una serie de fantasía epica/medieval de Enrique Fernández (El juego de la luna), que consiguió una recaudación de 50.063 euros (pedía 39.000). La plataforma Verkami es una de las más utilizadas en España para este tipo de proyectos.
La mejor información y crítica sobre cómics la tenéis en los blogs y páginas especializadas como Zona Negativa, Entrecomics, Ramen para dos, Blog Is War, Actualidad Comic, Es la hora de las tortas!, La Casa de El, Espacio Marvelita, Blog de Cómics, Zona Manga, La Historieta... y los propios blogs de autores, editores y críticos.
En fin, la relación entre cómic e internet no ha hecho más que empezar. Hay dibujantes que ya realizan sus cómics pensado en que van verse en las pantallas de los móviles y todo indica que en los próximos años asistiremos a una auténtica revolución en el mercado, la financiación y los formatos del cómic. Os lo iremos contando.
Fragmento de una ilustración de 'Brigada', de Enrique Fernández  
Fuente:

http://www.rtve.es/noticias/20130821/otras-formas-disfrutar-del-comic-era-digital/740942.shtml

viernes, 16 de agosto de 2013

El gato negro español que seduce a todos


‘Blacksad’ recibe dos premios Eisner y en septiembre aparece su quinta entrega

CARMEN MAÑANA Madrid 16 AGO 2013

Viñeta del primer libro de Guarnido y Canales, 'Un lugar entre las sombras'.

Blacksad (Norma editorial) es una saga de novelas creada por dos españoles que ha vendido más de un millón de ejemplares en Francia y ganado el mal llamado Oscar de su género. “Pese a ello y a haber despachado 100.000 libros en castellano tiene una repercusión mínima porque se trata de una obra gráfica: un cómic, un tebeo. Si fuera un texto al uso estaríamos hablando de fenómeno literario”, se queja el guionista Juan Díaz Canales. Pero lo que queda fuera de toda discusión es que su trabajo junto al dibujante Juanjo Guarnido alcanza la categoría de extraordinario. Entre otras cosas, porque aúna la devoción del público y el respaldo de la crítica. En los últimos premios Eisner, que se concedieron el pasado julio en el Comic-Con de San Diego, Guarnido fue reconocido como el mejor artista plástico / multimedia, y El infierno, el silencio, la cuarta entrega de la saga, como la mejor edición estadounidense de material extranjero.

El dúo español ha alcanzado el éxito, además, con un producto tan inesperado como su propia historia: una novela negra antropomórfica protagonizada por un gato con gabardina y propensión a poner en peligro sus siete vidas. “Decidimos ambientarla en Estados Unidos y en los años cincuenta por razones emocionales y estéticas”, explica Díaz. “Es la década en la que arranca la historia moderna y eso nos permite seguir unos hilos argumentales muy ricos y, contando de lo que pasó entonces, hablar de lo que sucede ahora”.

De hecho, aunque Un lugar entre las sombras —el primer capítulo, publicado en 2000— reproduzca los códigos policiacos más referenciales, los siguientes volúmenes ahondan en temas como la segregación racial (Artic-Nation), la caza de brujas durante la guerra fría (Alma Roja) o las adicciones (El infierno, el silencio). Amarillo, el quinto álbum que llegará a las librerías en septiembre, se articula como una road movie y promete “seguir el espíritu de la generación Beat”, adelanta Guarnido.

Vehicular estas aspiraciones intelectuales y sociales a través de personajes antropomórficos resulta poco menos que osado. Pero Blacksad ha sorteado el peligro a juzgar por sus diez traducciones y sus numerosos galardones, entre los que se cuentan tres premios del Festival de Angulema, la cita más importante del tebeo europeo. “Es cierto que las historias con animales polarizan mucho al público. Hay quien odia el género per se. Pero el arte de Guarnido marca la diferencia: su tratamiento de la morfología de los personajes es muy realista, su entintado está a la altura del trabajo de un director de fotografía y domina la elipsis como pocos”, enumera Díaz.

La editorial francesa Dargaud debió de apreciar las mismas cualidades en Blacksad que el guionista cuando hace 12 años compró sus derechos a dos dibujantes entonces noveles. Guarnido trabajaba como animador para los estudios Disney en París y Díaz Canales, para un estudio madrileño. Decidieron ofrecer su proyecto en el país vecino porque “el mercado francófono es simplemente el único digno de ser llamado así en Europa”. Diez veces más grande que el español en cuanto a número de lectores, conforma una industria pujante y valorada. “Si hubiésemos publicado con una editorial española y esta hubiese vendido los derechos a Francia, aunque consiguiésemos despachar el mismo número de libros en este idioma ganaríamos menos dinero y casi no podríamos vivir de esto”, argumenta Guarnido.

Pero el sector español ha progresado cuantitativa y cualitativamente en esta última década, según Díaz Canales. Obras “como Arrugas, de Paco Roca” y la instauración del término novela gráfica —que tan poco gusta al guionista— han ayudado a superar prejuicios y a devolver el tebeo al gran público. “En Francia, el cómic se entiende como un producto cultural popular y todo el mundo lo consume. En España también fue un entretenimiento de masas: detrás de los 600.000 ejemplares del Guerrero del antifaz que se vendían en los años cuarenta no había solo críos”.

Guarnido maneja una teoría para explicar por qué ambos mercados evolucionaron de formas tan distintas. La tradición de los cómics en tapa dura que inauguraron Uderzo y Goscinny con Astérix convirtió a las series de tebeos en colecciones relevantes que no se tiraban —como sí sucedía en España con las de cubierta blanda— sino que se heredaban. Formaban parte del patrimonio familiar como el resto de la biblioteca. Se valoraban como un libro más. “Quizá por eso los niños franceses que leían a Tintín y Spirou saltaron al cómic adulto con Moebius haciendo que floreciese el género, mientras que en España se dio una fractura y perdimos también ese tren”.

El Pais 16.08.13

Auguste Rodin baja a los infiernos


La Academia de Bellas Artes de San Fernando expone las visiones del autor de ‘El pensador’
Se trata de 140 grabados inspirados en la obra de Dante Alighieri
BORJA HERMOSO Madrid 15 SEP 2012 






Una de las obras del 'Album Fenaille' de Rodin expuestas en las salas de la Calcografía Nacional.

Los mecenas son gente muy suya, pero necesaria. Indispensable, si lo que se pretende es que los creadores de obras de arte puedan seguir ejercitándose en sus estudios sin ser molestados por las moscas cojoneras del prosaico y mundanal ruido. Cuidado: no es que el mundo del arte esté precisamente ante unos señores cuya vocación y acción se deslicen por los caminos del puro altruismo. No. El mecenas siempre pide algo a cambio de su generosidad, que a veces es sincera y otras hipócrita. Por ejemplo, reconocimiento social. Por ejemplo, favor político. Por ejemplo, el acceso meteórico a ciertas esferas del arco social en teoría vedadas al común de los mortales, un poco como si fueran el Julien Sorel parido por Stendhal en su Rojo y negro: el acceso a un mundo que, en teoría, no nos toca.

Pongamos por caso Maurice Fenaille. Este señor, además de pionero y magnate de la industria petrolífera en la Francia de finales del XIX, fue miembro de la Academia de Bellas Artes. ¿El motivo? Su condición de coleccionista impenitente y de amigo de los artistas, entre ellos, y sobre todo, aunque no solo, Auguste Rodin.

Entre viaje y viaje a lo largo y ancho del mundo y entre invención y comercialización de lubrificantes, saxoleínas, oleonaftinas y todo tipo de aceites de petróleo (lo que le hizo rico) Fenaille fue comprando obra a Rodin, le encargó unas Bañistas para decorar la piscina interior de su mansión de Neuilly, se dedicó a entender por igual al genio y al ogro y, en el caso que nos ocupa, sufragó los gastos de lo que desde 1897 es conocido como el Album Fenaille, cuyos 139 estremecedores grabados cuelgan desde ayer y hasta el 11 de noviembre en las salas de la Calcografía Nacional, Academia de Bellas Artes de San Fernando, según se entra a la izquierda, en la exposición Figuras de sombras.

Son los popularmente conocidos como dibujos negros de Rodin, inquietante saga gráfica edificada a lo largo del tiempo por el creador de El pensador y Los burgueses de Calais. Su relación con las Pinturas negras de Goya transcurre, en el caso de esta exposición, por una doble vía: sus propias concomitancias temáticas y el hecho de que, en noviembre, los Desastres de la guerra propiedad de la Academia de Bellas Artes de San Fernando viajarán hasta Burdeos para ser expuestos en el Museo de Aquitania, que es justo de donde proceden las estampas del Album Fenaille.

El álbum fue editado en 1897 por la casa Goupil, firma pionera en las nuevas técnicas de reproducción de imágenes artísticas. Eran los balbuceos de la democratización del arte: la multiplicación y comercialización de obras de arte mediante la técnica del fotograbado, creada en 1870 por Henri Rousselon, permitió a muchos acceder a un universo que hasta entonces había sido exclusiva o fundamentalmente cosa de aristócratas y demás adinerados. Las obras ejecutadas por Rodin en el Album Fenaille encuentran su inspiración en el Infierno de Dante, y fueron creadas por el artista de forma paralela a una de sus creaciones mayores, Las puertas del Infierno, obra inacabada y colosal (seis metros de alto por cuatro de ancho) que pueden contemplarse en un lugar de honor del Museo Rodin de París, una suerte de respuesta a las Puertas del Paraíso esculpidas cuatro siglos antes en Florencia por Lorenzo Ghiberti. Las visiones de origen bíblico expresadas por Rodin resultan estremecedoras: espectros condenados al suplicio, amantes arrastrados por la tempestad, violentos acosados por centauros, herejes (Mahoma incluido) destripados, blasfemos como pasto de las llamas, ladrones convertidos en reptiles, corruptos ahogados en pez...

El visitante potencial a las salas de la Calcografía Nacional ha de saber que la exposición que verá, que solo ha visitado Tokyo, Roma y Florencia, apenas tiene precedentes en España, si nos referimos a la dimensión de Auguste Rodin (París, 1840-Meudon, 1917) como dibujante: solo la muestra celebrada hace diez años en Salamanca sobre los Arrepentimientos del artista puede servir de referencia.

Pero, lo que son las cosas, puede que una exposición así acabe pasando por Madrid sin pena ni gloria. Porque no habrá vallas publicitarias que la anuncien ni en calles ni en autobuses ni en prensa. Tampoco el visitante podrá adquirir el catálogo. No lo hay. Y no lo hay porque no ha habido dinero para editarlo. Y no lo ha habido porque todos los hipotéticos patrocinadores a los que se dirigieron los responsables de la Calcografía Nacional, con su responsable Juan Bordes a la cabeza, se toparon con un innegociable “no”. “Es increíble, solo pedíamos 8.000 euros, pero hoy las entidades financieras prefieren indemnizar a sus directivos salientes que ayudar a la cultura”, lamenta Bordes.

Los mecenas son gente muy suya, etcétera, etcétera...

Arte, genio, amor, tormento

Auguste Rodin. / JERRY TAVIN/EVERETT COLLECTION (CORDON PRESS)

François-Auguste René Rodin (París, 1840-Meudon, 1917) es uno de los nombres capitales en la historia de la escultura. El primer moderno, como le llamaron algunos críticos, estudió con obsesión la anatomía del cuerpo humano antes de lanzarse a interpretarlo —y deformarlo— desde postulados impresionistas y poco académicos, lo que le valió la inquina inicial de parte del mundillo artístico de la época.
Sus obras fundamentales son El pensador, Los burgueses de Calais, el Monumento a Balzac, Las puertas del Infierno y El beso.
Genial y dueño de un carácter explosivo, el artista mantuvo una intensa y tormentosa relación sentimental con la también escultora Camille Claudel, que fue su pupila y a la que acabaría abandonando, siendo esta ingresada en una institución psiquiátrica. Una película, Camille Claudel, protagonizada por Gérard Depardieu e Isabelle Adjani, cuenta aquella historia.

El Pais 15.09.12


jueves, 15 de agosto de 2013

Un viaje a Caravaggio


Desde años vengo cumpliendo un proyecto: ver todos y cada uno de los cuadros del pintor italiano

ANTONIO MUÑOZ MOLINA 1 JUN 2013

'La resurrección de Lázaro' de Caravaggio.

Desde hace unos años vengo cumpliendo de manera intermitente un proyecto: ver todos y cada uno de los cuadros de Caravaggio. El proyecto incluye viajes premeditados y también casualidades benéficas. El año pasado, en Roma, a principios de un verano tan caluroso que los turistas invadíamos las calles con una densidad de ciénaga, tenía preparada una lista de los caravaggios que ya había visto y quería ver de nuevo y los que me faltaban por ver, pero yendo por la Piazza Navona, camino de San Luis de los Franceses y de la Conversión de San Mateo me encontré con un regalo más asombroso todavía porque era inesperado. La resurrección de Lázaro, que suele encontrarse en Messina, estaba en esos días en Roma, en un museo de la ciudad, porque acababan de restaurarla.

Subí por escalinatas de mármol con urnas funerarias y estatuas clásicas en los descansillos; atravesé salones sucesivos con frescos mitológicos en los techos y tediosos cuadros manieristas y barrocos en las paredes; por fin, al fondo de un salón en penumbra en el que no había nada más, encontré lo que venía buscando. Allí estaba el cuadro, La resurrección de Lázaro, mucho más alto de lo que yo había imaginado, con una crudeza y una presencia que no sugieren ni de lejos las reproducciones, con esos negros de Caravaggio en los que la mirada va encontrando poco a poco tantas veladuras como en los campos de color de Mark Rothko. Sólo estando delante de él se recibe el impacto de sus dimensiones, el desequilibrio audaz entre la parte inferior que ocupan las figuras y todo el espacio en negro que queda por encima de ellas. Recién sacado de la tumba después de varios días en ella Lázaro no es el emblema esperanzado de la resurrección sino un cadáver de una rigidez y una palidez pavorosas, un despojo que en ese instante de recobrar la vida no puede ser más que la inminencia de un monstruo. El roce de la mano de Cristo parece que lo sacude con una corriente eléctrica más propia del laboratorio del doctor Frankenstein que de una escena evangélica.

En Berlín aproveché un rato libre entre compromisos editoriales para escapar del hotel, saltar a un taxi y visitar a toda prisa la Gemäldegalerie, que es un museo con una atmósfera admirablemente contemplativa, en una plaza en la que hay también un edificio de elegancia ática de Mies van der Rohe. Allí está nada menos que el Triunfo del Amor, con toda su desvergüenza sexual intacta después de cuatro siglos, más franco y visualmente mucho menos relamido que cualquier foto erótica de Robert Mapplethorpe. Un desnudo de Caravaggio traspasa sin ningún miramiento las convenciones tranquilizadoras de la alegoría. Ese Cupido exhibe un arco, unas flechas, unas alas, como es reglamentario, pero su simbolismo evidente resulta una trivialidad por comparación con su inmediata realidad carnal: no es el diosecillo evanescente y juguetón que administra flechazos, sino un niño desnudo en el filo de la pubertad que se ofrece sin pudor y con algo de burla a la mirada del deseo.


En París, un domingo invernal, crucé a toda prisa uno de los puentes del Sena, aterido de frío, para aprovechar en el Louvre unos minutos antes del cierre delante de La muerte de la Virgen, con sus colgaduras rojas de teatro y su austeridad de velatorio campesino, y también el retrato de cuerpo entero del gran maestre de la orden de Malta, que irradia toda la arrogancia y al mismo tiempo toda la vacuidad de los grandes poderes masculinos. Cuando Caravaggio lo pintó ya era un fugitivo condenado a muerte. En Malta encontró un refugio temporal. Muy poco después lo habían encerrado en prisión por un motivo oscuro, aunque escapó de ella con una audacia como del conde de Montecristo, y tardó muy poco en volver a Italia y en seguir huyendo y pintando.

En cuanto pueda viajaré a Malta para ver en la catedral la terrible Degollación del Bautista, donde la misma sangre que brota del cuello del santo es la firma en cursivas rojas de Caravaggio. En Madrid tuve que sumarme, más bien ignominiosamente, a una amplia excursión de turistas en la visita guiada por el Palacio de Oriente, ya que esa era la única forma de acceder a la sala en la que se guarda una de las dos versiones de Salomé con la cabeza del Bautista que pintó Caravaggio en los años últimos de su vida.

La otra, algo inferior, está en la National Gallery de Londres, pero yo la vi hace unos días en el Wadsworth Atheneum Museum de Hartford, Connecticut. En Estados Unidos, toda forma de viaje colectiva que no sea el avión resulta vejatoria. Por amor a Caravaggio me vi una mañana en un autobús lleno de gente y casi tan incómodo como los autobuses en los que viajábamos los estudiantes pobres en los años setenta, con la única ventaja apreciable de que en éste de ahora no estaba permitido fumar. Entre las recomendaciones que hizo el conductor por un micrófono al principio del viaje estaba la de no tirar al suelo los restos de comida. El olor a comida barata inducía al mareo tan eficazmente como las entrañables nubes de tabaco negro de nuestra juventud.

Pero en Hartford, Connecticut, y en ninguna otra parte del mundo, está el Éxtasis de San Francisco de Asís, que yo llevaba tanto tiempo queriendo ver, y además ahora, en préstamo, esa Salomé de Londres, y el gran San Juan Bautista que ha venido de un lejano museo de Kansas, y la Marta y María, que está en Detroit. Cuándo habría tenido yo otra oportunidad de verlos juntos. En la atracción de la pintura está la pintura misma y el viaje gradual que hemos hecho hacia ella igual que está también la historia casi siempre desconocida de todos los viajes que a lo largo de siglos ha hecho un cuadro hasta llegar al lugar donde está. La única razón de mi viaje en autobús era encontrarme allí, en esa sala tranquila de un museo menor, sentado con mi cuaderno y mi bolígrafo delante de cuatro caravaggios formidables, dejando a la mirada ir de uno a otro, levantándome a veces, para observar de cerca algunos detalles, esas cosas que van emergiendo del fondo a medida que se observa más, el reflejo de una mano de mujer en un espejo convexo, el brillo de la claridad en el pomo de una espada, la luz de luna filtrada en las nubes de un cielo nocturno, las margaritas dispersas entre la hierba sobre la que se ha desmayado san Francisco de Asís, un peine de marfil, los filos deshilachados de un gran manto rojo.

Tenía tiempo por delante. Tiempo y sosiego. Había muy poca gente en el museo. Hasta las cinco no salía mi autobús de vuelta. Había estallado una tormenta y la lluvia redoblaba en las claraboyas de la sala. Fijándome en el modo en el que Caravaggio moldea los hombros, las manos, las rodillas, los brazos desnudos de sus figuras, hombres o mujeres, me acordaba de algo que decía Willem de Kooning: que la pintura al óleo se inventó para pintar la carne humana.


El Pais Babelia 01.06.13

Atrapar lo invisible

Anton Corbijn lleva 35 años fotografiando a Tom Waits. El músico californiano se siente cómodo en el papel de bufón. De sus fotos se desprende teatro, poesía y humor. Estas se mezclan con imágenes y textos del propio músico que nos acercan a su personalidad.

Por Eduardo Lago

ANTÓN CORBIJN (Strijen, Holanda, 1955) empezó a fotografiar a Tom Waits en 1977, cuando el músico tenía 27 años. Desde entonces y a lo largo de los 35 años siguientes, el fotógrafo y cineasta holandés no dejó nunca de seguir de cerca la trayectoria artística y vital del cantante californiano. Waits-Corbijn ('77-'ll) es un volumen de 272 páginas de gran formato en el que se efectúa un impresionante recorrido visual por los momentos esenciales de la carrera de Tom Waits. El libro se divide en dos partes claramente diferenciadas. La primera reúne un total de 145 fotografías del músico tomadas por Corbijn, la inmensa mayoría en blanco y negro. La segunda, titulada Curiosidades, consta de 53 páginas en las que es el propio Waits quien a través de un sorprendente conjunto de textos e imágenes nos permite asomarnos a los aspectos más recónditos de su personalidad creadora. El viaje fotográfico propuesto por Corbijn tiene dos vertientes. La primera es un trayecto de signo cosmopolita con parada en ciudades como Amsterdam, Nueva York, Londres o París. El segundo trayecto, con California como telón de fondo, presenta dos facetas contrapuestas del paisaje esencial del cantante: los parajes urbanos del sur (Hollywood, Los Ángeles) de un lado y, de otro, los del norte rural, donde el músico fijó su residencia en un lugar cuyo paradero, exacto solo conocen sus más allegados. Un puñado de nombres no muy distantes entre sí configuran Una constelación topo-fotográfica que ahonda el misterio: Santa Rosa, Dillon Beach, Sebastopol, Petaluma. Las fotos de Corbijn, de una teatralidad que extrañamente no está reñida con un alto grado de espontaneidad (el histrionismo de Waits es un factor fundamental en esto), logran extraer del fondo de su personaje una sorprendente variedad de registros, aunque al final, el verdadero sentido del viaje de que levantan testimonio las fotos es el inexorable proceso de envejecimiento del personaje retratado a lo largo de tres décadas y media. Como se dice de los vampiros, es cierto que lo único que no envejece son los ojos.

El libro incluye un prólogo del conocido crítico musical Robert Christgau, un texto lúcido que remite sin rodeos al centro de la poética de Waits. Si hay que reducir su oficio a uno solo, este sería "contador de historias". No son otra cosa sus canciones: relatos breves envueltos en un ropaje teatral que Waits encapsula en las ásperas modulaciones de su voz. Christgau enumera unas cuantas favoritas, a sabiendas de que son decenas las que podrían figurar en lugar de ellas: Postal de Navidad enviada por una prostituta de Minneapolis, Invitación al blues, Chica de Nueva Jersey, Halcones nocturnos en el diner. El último título remite a Hopper y a Carver a la vez, aunque son muchos más los ecos que asoman.

Uno de los momentos mágicos del volumen es el brevísimo texto de presentación escrito por Jim Jarrmusch, apenas media página. Intenso y fugaz como un relámpago, de las fotos de Corbijn afirma: "No sabría muy bien cómo describirlas. Es como si alguien le hubiera dado una cámara fotográfica a Hamlet o a Baudelaire, o incluso a Harpo Marx". El acierto es triple: teatro, poesía y humor silencioso, aunque no está claro si vale más para el personaje que para quien lo retrata. Ciertamente, Waits se siente cómodo en su papel de bufón.- ¿Qué hace si no encaramado en un tejado, con un paraguas abierto, como si fuera Mary Poppins? ¿O subido a un árbol sin hojas, imitando los gestos de un primate? ¿O apuntando al espectador con una pistola de agua? ¿O caminando por la arena con una silla a la espalda, y la bocina de un gramófono y un violín en las manos?

No sería posible de no haber preparado el terreno la portentosa foto-biografía de Corbijn, pero el libro se catapulta a dimensiones insospechadas en las páginas que están a cargo del propio Tom Waits. Démosle de nuevo la palabra a Jim Jarmusch: "De las innumerables y heterogéneas criaturas que pueblan nuestro planeta, mi favorita es Tom Waits. Me parece un privilegio haberlo conocido y trabajado con él, así corno haber compartido algunas aventuras altamente extrañas e ilógicas. En mi vida faltaría algo absolutamente esencial sin sus creaciones, que son verdaderamente únicas. Sus transmisiones musicales son chispas en mi conciencia y en mi cerebro, donde a veces logran despertar sinapsis que llevaban tiempo aletargadas. La mera presencia de Tom en ciertos filmes sumamente interesantes reverbera en ciertos paisajes que estaban adormecidos en algún lugar dentro de mí. La verdad, Tom, es que siempre tengo la sensación de que andas merodeando por las calles oscuras del patio trasero de mi mente". 

Nadie lo ha dicho como él, pero Jarmusch no es el único a quien le ocurre algo así con Waits. Su contribución en Curiosidades resulta crucial en más de un sentido. La clave de todo lo que hace Waits está en sus cuadernos. En el largo encuentro que mantuve con él hace algún tiempo en un bar de carretera cerca de Petaluma, fue lo primero que sacó a relucir. Grabé entonces muchas más palabras de las que caben en un reportaje. Algunas cobran pleno sentido ahora. Waits describió así el contenido de las libretas que lleva consigo a todas partes: "Hay de todo. Listas de la compra, cosas qué tengo que hacer y cosas que no tengo que hacer. Lo escribo todo sin seguir ningún plan. Las palabras tienen que encontrar su propia lógica por su cuenta". Una expresión le hizo detenerse: "Mosca negra", leyó. "Quería escribir una canción protagonizada por una mosca negra.
Al final del verano su cuerpo ha aumentado mucho de tamaño. Pesan más y se mueven con dificultad. Andan merodeando por donde hay restos de comida y resulta muy fácil cazarlas. Saben que van a morir pronto".

Los cuadernos que entreví entonces aparecen aquí abiertos de par en par. Primero los fotografía Corbijn. En la página 195 hay una imagen que recoge este rincón secreto del laboratorio de Tom Waits: seis cuadernos en total, tres abiertos, con las páginas llenas de trazos, y cuatro cerrados, con tapas de distintos colores. Otro segundo componente de la técnica compositiva del cantante, tan afín al collage, son los periódicos. Instigado por Kathleen Brennan, su mujer, íntima colaboradora del proceso creativo llevado a cabo por el músico, Waits suele recortar noticias y guardarlas. En Petaluma explicó el proceso contestas palabras: "Muchas veces, si uno se fija bien descubre que no hay que escribir ninguna canción. Ya está hecha, completa, terminada, delante de tus narices, en el periódico, por ejemplo. Por eso estoy siempre tan atento a lo que veo".

En la foto de Corbijn por debajo de los cuadernos asoma la portada amarillenta del Lincoln Evening News, publicado en Lincoln, Nebraska, el 19 de abril de... el año no se distingue, solo el precio, 5 centavos. El titular, hacia la parte inferior de la página, dice: "Asesino. San Petersburgo, 18 de abril. Un desconocido abate a disparos a un oficial ruso de alto rango y se da a la fuga". ¿Cuántas canciones de Tom Waits nacieron así?

En las últimas fotos, Waits tiene 61 años, pero aparenta más. Hacia el final de la serie hay dos retratos escalofriantes. En uno de ellos el cantante está en su estudio, rodeado de libros, leyendo con la ayuda de unas gafas de lentes gigantescas que le dan aspecto de abuela. En otra está ante el teclado, pero no del piano, sino de una ancestral máquina de escribir. La foto guarda relación con uno de los trabajos visuales más impactantes del libro: Semillas. Es en esta máquina donde tecleó los nombres de los héroes personales qué figuran en su pieza.

Las piezas que integran Curiosidades incluyen, además del material visual, numerosos textos: el contenido vivo de los cuadernos, liberados del formato en que estaban aprisionados. Abundan las listas, así como los poemas. Con palabras o sin ellas, se trata de atrapar lo invisible. Hay una foto que capta la imagen de un ser que el común de los mortales considera que no tiene existencia real, como les ocurre (pongamos por caso) al monstruo del lago Ness o al yeti: el mítico conejo de oro (la criatura aparece en la página 227, y según Waits es la única imagen jamás captada del quimérico animal. Unas páginas después asistimos a un vivo diálogo que mantienen entre sí dos cuervos. Entre las listas, unas son absurdas, otras poéticas, y en muchos casos las dos cosas a la vez. Llaman la atención una que registra la búsqueda de metas disparatadas, un póquer de poemas dedicados a animales personificados, el listado de todas las estaciones de un trayecto ferroviario, o una nómina de suicidas históricos célebres, junto con el método elegido para poner fin a sus vidas. La imagen que pone fin a Curiosidades es la más desconcertante de toda la serie. En ella se ve a cuatro ancianas, todas con el rostro de Tom Waits. Son cuatrillizas y comparten el apellido del cantante. Las hermanas cuatrillizas Waits, reza una línea abruptamente mecanografiada, nunca se alejararon demasiado del agua. La foto es de color sepia y las cuatro hermanas, tres de ellas tocadas con sombrero, miran fijamente a la cámara, subidas a una barca que flota inmóvil sobre un río de aguas estáticas. Unos trazos dibujados a tiralíneas conectan el texto que cuenta la forma en, que perdió la vida cada una de las hermanas Waits con su imagen. La primera, de nombre Placentia, murió al tragarse un enjambre de abejas durante un festival de apicultura. La segunda, sor Sharpella Waits, monja de toda la vida, murió envenenada al ingerir una hostia rancia, dice literalmente el texto: La tercera, mantuvo una larga lucha contra el cáncer de pulmón durante muchos años, aunque lo que causó la muerte de Peoría Waits fue un cenicero que alguien le arrojó certeramente a la cabeza. Por último, Clamedia murió como consecuencia de los cortes que se infligió con los bordes de papel de su propio testamento cuando se disponía a firmarlo.

Son muchas las imágenes que tienen una fuerza especial en la inclasificable serie de curiosidades concebidas por Tom Waits. Una de las más poderosas lleva el título de Semillas. Es un collage en el que aparecen mecanografiados los nombres de personajes por los que el cantante siente una devoción particular. Me tomé la molestia de separarlos en dos grupos, en función de lo cerca que me parecía estar de ellos:

a) Thelonious Monk, Jack Kerouac, James Brown, Cantinflas, Gregory Corso, Nina Simone, Stravinski, Ike y Tina Turner, Alfred Hitchcock, Samuel Beckett, Charles Bukowski, Ray Charles y Houdini.
b) Reverendo Gary Davis, Nelson Algren, Fisk Jubilee Singers, Harry Partch, Big Joe Turner, Hank Ballard, Mabel Bercer, Sticks McGee, Charley Patton, Skip James, Alvin Cash, reece DJ Pancake, Frank Stanford, Roland Kirk, Bernard Herman, Chester Burnette y Litlle Water.

Un mapa perfecto, histórico, de la mente del artista. Músicos, literatos, un payaso inesperado (Cantinflas), un mago (Houdini). Otro (Hitchcock), y así sucesivamente. Seguir la pista de los nombres menos conocidos fue un ejercicio fascinante. •

Waits-Corbijn (´77-´11). Anton Corbijn, Tom Waits. Schirmer / Mosel-Verlag GmbH, 2013. 272 páginas. 179 dólares. Edición limitada de 6.600 copias.






El guardián de las semillas
Por Tom Waits
CUANDO UN SER humano decide trasladarse a otro habitat hay dos cosas que jamás se olvida de llevar consigo: las canciones que más le importan y un puñado de semillas. Esta pieza responde a la intención de despertar en quien la ve el deseo de convertirse en el guardián de sus propias semillas. Se trata de un proceso fácil, divertido y gratificante: elige una fruta, una flor, un vegetal o cualquier otra criatura y exprímela; recoge lo que cae con una máquina de escribir y aguarda a que se sequen las palabras; haz después una serie de etiquetas con los nombres de tus héroes y colócalas junto a las semillas. Entierra después el mapa en tu jardín de iconos y espera a que germine. Tu relación con los misterios de la vida se hará mucho más profunda. •

El Pais Babelia 01.06.13