La hora del bocadillo
Regresa a las librerías españolas la magistral obra creada por Alberto Breccia y Juan Sasturain
Ilustración de portada.
José Luis Vidal
09 de noviembre 2025
Os propongo un ejercicio de imaginación para todos aquellos y aquellas que tengáis la intención de disfrutar de este cómic.
Imaginad por un momento que podéis colocar todas las páginas magistralmente ilustradas por Breccia sobre una superficie horizontal, formando lo más parecido a un enorme mosaico en blanco, negro y gris. Una vez superado el inevitable stendhalazo, sentiremos como una puerta se abre, un pasaje al pasado, a los ya lejanos años ochenta y dejándonos llevar, aterrizaremos en Santa María, urbe que se parece extremadamente a ese Buenos Aires que fue pisoteado por la cruel bota militar.
Una vez allí conoceremos al protagonista de esta apasionante historia, un hombre que carga con una invisible mochila de dolor y remordimiento. Tan solo el olvido consigue que su expresión cambie, así como ese nombre que se diluyó en las nieblas de la memoria perdida, y que ahora adopta uno nuevo visto en la etiqueta de un gabán, Perramus.
En los cuatro capítulos de esta obra, su protagonista no parará quieto un segundo, y a bordo de un carguero va a conocer a uno de sus eternos acompañantes, un tipo que con el tiempo se convertirá en uno de sus mejores amigos. Su nombre es Washington Sosa, al que todos conocen como ‘Canelones’.
Y así, en el mar, comienza esta aventura, en la que arribarán a una isla ocupada por los intereses (¿cómo no?) de un yanqui, el siempre sonriente Mr. Whitesnow, cuya presencia tendrá bastante importancia en algunos pasajes del argumento.
Y allí, huyendo del lugar, conocerán a la tercera pata de esta peculiar mesa, Ezequiel Gurriti, ‘Enemigo’, hábil aviador que de aquí en adelante los sacará de problemas en más de una ocasión.
En este cómic, Breccia y Sasturain vuelcan con acierto una cantidad ingente de temas, siempre con una mezcla única de crítica e ironía. Nos vamos a encontrar con directores de cine norteamericanos al frente de inexistentes westerns, a los revolucionarios de la Triple V (no hay que ser muy avispado para recoger el guante…) y, sobre todo a un personaje, real, que existió, y tendrá un papel vital en esta trama que, a estas alturas, ya nos ha atrapado.
Jorge Luis Borges, escritor ciego pero tan lúcido como si a través de la negritud pudiera ver esa realidad que le rodea a él y al inefable trío, a los que meterá en una curiosa misión para devolver a la ciudad ese espíritu que parece desvanecerse por culpa de los terroríficos milicos, esas calaveras que no podían haber sido mejor representadas por el Maestro Breccia, en su plenitud artística.
Pues bien, una estrella de seis puntas servirá como guía sobre el plano de la urbe, y en su misión se cruzarán con una puta, la última batalla de Rengo, un muñeco, ‘Falo’ Juárez, mujeres, el zoológico, un gato, un partido de fútbol y un renegado…
Tal vez esta parte del argumento os parezca ya interesante, pero como aquel decía, esto no ha hecho más que empezar, ya que la crítica a la eterna apropiación de las riquezas y recursos ajenos regresa con una nueva visita al siempre sonriente Mr. Whitesnow y su fábrica de reciclado de guano (léase mierda de pájaro), donde los protagonistas, sin pensárselo dos veces, tomarán las armas de un grupo de revolucionarios y liberarán a un surreal circo y sus enanos.
Pasará el tiempo, y los uniformes, las medallas y los taconazos con botas militares empezarán a convertirse en algo del pasado, como una triste tonada que saliera de la garganta única del gran Carlos Gardel, cuya figura (y dentadura) van a tener una importancia vital en el último tramo de la historia, donde el intrépido trío de protagonistas, bajo la supervisión de Borges y otro grande de las letras sudamericanas, Gabriel García Márquez, se embarcarán en un periplo a lo largo y ancho del globo terráqueo para reunir las diez piezas dentales del aclamado intérprete de tangos. Una aventura única en la conocerán al crooner número uno, con el que tendrán más que palabras, a Fidel “fumador de puros” Castro, a dos primas rubias, a un chaval nacido en Las Malvinas…
En fin, me quedo sin aliento y casi palabras para definir el increíble viaje que muchos de vosotros estáis a punto de realizar, donde el tándem de autores nos sumergen en un relato donde el realismo mágico tendrá vital importancia, así que despojaos de ideas preconcebidas, porque junto a este simpar trío de personajes vais a vivir una y mi peripecias, todas increíbles, experiencias que le sirven a los autores como altavoces, creativas armas para no quedarse callados y poder protestar.
Y es gracias a la editorial Astiberri, que en los últimos años se ha preocupado por recuperar buena parte de la impresionante obra de Breccia junto a pesos pesados del cómic como Carlos Trillo, Héctor G. Oesterheld o el propio Sasturain, que podemos volver a disfrutar, en un enorme formato, de este Perramus.
Diario de Cadiz

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