domingo, 3 de agosto de 2025

Una advertencia para Occidente

"Llegada de Hernán Cortés a México". Cromolitografía impresa por la editorial Kurz and Allison de Chicago y fechada a finales del siglo XIX

Alamy / CORDON PRESS

Por Manuel García

En un momento en el que la geopolítica global se reconfigura y el futuro de las democracias parece amenazado, mirar hacia las ruinas del pasado es siempre una forma de entender mejor los riesgos de cada presente. Viajar a ese país extraño nos puede enseñar a no tropezar tantas veces con las mismas piedras. En El fin de todo, el historiador y analista militar estadounidense Victor Davis Hanson se adentra en los momentos de crisis y colapso de las grandes civilizaciones, desde la Cartago púnica hasta la Constantinopla bizantina, pasando antes por Grecia y por el imperio azteca después. Su enfoque es deliberadamente conservador, muy en la línea de otros clasicistas norteamericanos que han hecho de la guerra un terreno fértil de estudio. Aquí reconstruye el instante en que la historia de un imperio se quiebra, cuando sus pueblos que parecían invencibles sucumben bajo el peso de su arrogancia imperialista. Más que un ensayo sobre el pasado, sobre Alejandro y el final de las ciudades-Estado griegas, Escipión y Aníbal, la caída de Constantinopla o Hernán Cortés en la destrucción de Tenochtitlán, el libro se revela como una reflexión sobre nuestro frágil presente de liderazgos fallidos.

Cada capítulo narra la caída de una ciudad, el desplome de un imperio: la Tebas arrasada por Alejandro, la Cartago aniquilada por los romanos, la conquista de Constantinopla que marcó el inicio de la expansión otomana como potencia mundial y la expansión infinita del imperio español tras la conquista de Cortés del imperio azteca. No le interesa sin embargo a Hanson la guerra o la derrota militar en sí mismas, sino la invisible decadencia que precede al colapso de los imperios. Su tesis es que las grandes civilizaciones no sucumben súbitamente; se erosionan desde dentro a causa de la corrupción, la fragmentación multicultural, la decadencia moral y la pérdida de voluntad para defender su identidad, en su tendenciosa visión conservadora. Su lectura moralizante de la historia no responde a una preocupación académica: es política, un grito de alarma de que el mundo de occidente atraviesa una fase de declive que recuerda a las agonías pasadas. Los síntomas son reconocibles: desafección ciudadana, polarización extrema, desconfianza hacia las élites, relativismo cultural, liderazgo débil. Elementos que, combinados, pueden volver vulnerable incluso a la civilización más avanzada. Como Roma o como el imperio azteca. Su insistencia en los factores morales -virtud, disciplina, orgullo cívico- como claves del destino histórico discrimina, sin embargo, otras variables igual de determinantes en el cambio histórico, como las dinámicas económicas, los conflictos internos estructurales o los factores medioambientales o tecnológicos.

Pese a ello y a un título apocalíptico, es verdad que El fin de todo plantea una pregunta que hoy nos hacemos todos en el mundo occidental: ¿estamos viviendo los síntomas de colapso y no les hacemos frente? En tiempos de crisis institucional, guerras en Europa y en Oriente Próximo, desafíos globales y choque de civilizaciones, el libro quiere brindarnos una advertencia de ecos clásicos: nada garantiza la supervivencia y continuidad de los grandes imperios, ni siquiera la fuerza. Es verdad, como sugiere Hanson, que las civilizaciones no mueren solo por enemigos externos, sino por olvidarse de sí mismas; pero no es menos cierto que la supervivencia de una civilización no puede ser a costa de la aniquilación y el genocidio, de la renuncia al Estado del bienestar de la socialdemocracia o al multiculturalismo, porque poner el valor en la diferencia y en la igualdad, el patriotismo cosmopolita, ha hecho siempre grandes a las civilizaciones. Sencillamente porque pureza cultural es un oximorón y aunque quizás tenía tristemente razón Heráclito cuando afirmaba que "la guerra es el padre y el rey de todas las cosas", nos asaltan dudas más que razonables ante la fiebre cesarista y el si vis pacem, para bellum.

El fin de todo. Cómo las guerras conducen a la aniquilación

Victor Davis Hanson

Traducción de Joan Eloi Roca

Ático de los Libros,  2025. 368 páginas. 25,95 euros


El Pais. Babelia núm. 1.757. Sábado 26 de julio de 2025


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