domingo, 1 de junio de 2025

EN LA EDAD DE LA RAZÓN por OCTAVIO BEARES

 ¿Un nuevo cómic?


Tras la crisis de los años noventa, una nueva generación de autores, que se consolidó en el siglo XXI, encontró de qué y cómo hablar en la novela gráfica. Y lo hizo además de manera global, ya que se puede rastrear desde Estados Unidos hasta Europa 

LA NOVELA GRÁFICA ha sido el último gran movimiento, tendencia y dinamizador del cómic moderno. En los años noventa, la historieta estaba en crisis: las revistas de cómics que habían triunfado en los ochenta cerraban una tras otra. Los autores tenían solo la vía de lo marginal o el férreo mercado mainstream. Pero una nueva manera de entender de qué hablar desde los cómics y cómo editarlos resultó exitosa y renovadora. También discutida, aunque esa discusión tiene mucho de galgos o podencos y poco de análisis sustancioso. Lo importante es constatar una nueva generación de autores y obras consolidada en el siglo XXI. Lo hizo además de un modo global, ya que la novela gráfica la podríamos rastrear desde Estados Unidos hasta Europa.

DIBUJANDO UN ORIGEN

Habría que comenzar un texto como este, dedicado a la novela gráfica actual, preguntándonos qué es la novela gráfica. Y partiendo de lo obvio, que la definición es múltiple y que hay escuelas diversas de opinión, me gustaría quedarme con dos signos fundamentales que en el fondo son los que han calado en el imaginario colectivo actual: cómics con contenidos maduros, para lectores maduros. Añadamos que con predilección por ser editados en formato de libro. Por eso mismo, lo más habitual es que se trate de obras narrativas autoconclusivas.

Esta es mi premisa para comentar la evolución de lo que podríamos llamar “última ola de la novela gráfica”. Porque sí, podemos decir que cuando Art Spiegelman publicó la primera entrega de Maus en su revista Raw (y ello sucedió en diciembre de 1980) daba comienzo la edad de la novela gráfica (hay ilustres antecedentes, por supuesto, de Will Eisner al Gekiga japonés, un subgénero de temática costumbrista y social). Que en fin, no hablamos de la última moda de la jerigonza periodística, sino de un hecho consumado, una vía más para transitar por el mundo del cómic. Quede claro: la novela gráfica es cómic, y nada más que cómic. Con sus particularidades ya explicadas, pero un tebeo. Y la novela gráfica definió a la historieta del siglo XXI, al menos a una tendencia dentro del vasto panorama de la historieta actual.

NUEVAS PROPUESTAS

Aquí el fenómeno comenzó tímidamente, y de la mano de Astiberri, un editor hoy consolidado que a principios del siglo XXI buscaba la fórmula para asentar su propuesta. Posiblemente la edición de Blankets, de Craig Thompson (Michigan, 1975), fue ese “algo” distintivo. Una apuesta casi inédita por un tipo de cómic autoral, de contenido maduro (en plata, recuerdos de una infancia reprimida, confesiones del propio Thompson) que se publicaba, y esto era, créanme, muy osado en 2001, en un único tomo de 592 páginas. Su éxito no fue fulminante pero sí paulatino, y se convirtió en lo que llamamos un long seller (un producto cuyas ventas más que despuntar, se mantienen con cierta constancia un lapso de tiempo amplio). Historias personales, primacía de la voz personal y formato (un libro, para entendernos): teníamos la fórmula... y pronto también a los autores nacionales que querían practicarla.

Arrugas, de Paco Roca (Valencia, 1969), tuvo una gestación interesante. Su primera edición fue francesa. En España el mercado nacional no estaba preparado para algo así: un tebeo otoñal y amargo, también con un suave humor berlanguiano, sobre el alzhéimer. El autor valenciano probó suerte en un mercado más fuerte. Conseguida esta meta, rápidamente fue editado en España, en 2007, por la editorial Astiberri, y el resto, usando topicazos, es historia. Arrugas es la novela gráfica más famosa de nuestro mercado, un best seller.

Otro autor a destacar como padre de todo esto es Miguel Gallardo (1955-2022), que ya era una firma fundamental del tebeo. Él fue el padre del personaje Makoki (mano a mano con Juanito Mediavilla), médula espinal del comix underground de los años ochenta, aquella contracultura macarra, joven, antisistema y excesiva que aglutinó la revista El Víbora (1979-2005). Pero en 2007 Gallardo era un autor renovado, maduro y con nuevas inquietudes. Las que plasmó en María y yo (editado, una vez más, por Astiberri). Firmado con su hija María y profundizando con humor y delicadeza exquisita en el Trastorno de Espectro Autista, este cómic es otra piedra angular de nuestra moderna novela gráfica.

LA AVALANCHA CHRIS WARE

Hemos acotado lo que podemos entender por una novela gráfica, pero la realidad escapa a simplificaciones semejantes. El cómic, como todo arte, es un medio en constante transformación, genera ramificaciones, evoluciona. También la novela gráfica. De hecho, desde los ya lejanos años noventa publica un autor estadounidense señalado como epítome del “novelagrafismo”. Y realmente su obra carece de una regla como el empleo de un formato concreto. Chris Ware (Nebraska, 1967) lleva décadas jugando con la forma en el medio: cualquier formato es válido, sea un libro apaisado, un gran álbum al estilo del cómic franco-belga (como Tintín, para entenderlos) o lo que sea. Por valer, hasta vale una asombrosa caja con apariencia de juego de mesa (Fabricar historias, se llama esa obra maestra, editada en España por Random House) en la que se contiene casi de todo. Desde una suerte de cómic impreso en un tablero desplegable hasta minúsculas tiras grapadas.






De arriba a abajo, El fotógrafode Emanuel Guibert, Frédéric Lemercier y Didier Lefèvre, 2019, Astiberri. Retrato de Art Spiegelman como Maus, 1989. Blankets, de Craig Thompson, 2004, Astiberri, y Arrugas de Paco Roca, 2007, Astiberri.


 María y yo, de Miguel Gallardo, 2007, Astiberri.


Ware es uno de esos autores que, sin dejar jamás las viñetas, ha trascendido los márgenes del sector. Como muestra, recordemos que este año fue invitado por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (los días 10 y 11 de oc- tubre de 2023), y por el Centro de Cultura Contemporánea La Madraza de la Universidad de Granada, el 13 de octubre. Templos del arte plástico re- cibiendo a un autor de cómics y se rindieron a la evidencia: su universo estético y narrativo es excepcional. Su dibujo sintético no puede esconder un virtuosismo evidente, que se manifies- ta, antes que en un acabado realista (al contrario, es muy minimalista), en un diseño de la página fascinante ca- paz de causar síndrome de Stendhal. Sus cómics retratan la realidad con- temporánea con una sensibilidad que ha llamado la atención al The New Yor- ker, que contó con su firma para una ya famosísima portada en los tiempos Covid. Para muchos, Ware es el más excepcional autor de cómics actual, y a varias cabezas de distancia del resto.

Sin embargo en ese supuesto “resto” el lector curioso va a encontrar muchos otros grandes maestros de la novela gráfica.

OBRAS DESTACABLES

Además de las ya mencionadas, todas novelas gráficas de referencia, hay muchos autores y obras que merecen ser reconocidas. Una de ellas es El fotógrafo (Astiberri). En esta joya del cómic, Emmanuel Guibert (París, 1964) es el autor principal, guionista e ilustrador. Frédéric Lemercier (Ruan, 1962, responsable del servicio gráfico del Museo de Orsay entre 1988 y 1991) aporta el color, fundamental, y la maquetación. Y Didier Lefèvre (París, 1957-2007) es... el fotógrafo. Lefèvre, fotógrafo de prensa, acompañó a Médicos Sin Fronteras a Afganistán en julio de 1986, en plena guerra entre soviéticos y muyahidines. Su obra fotográfica, testimonio vibrante de las acciones de la ONG allí, se conjuga de un modo inédito con las viñetas en este fascinante documento, un cómic capaz de navegar entre artes y aprovecharlos, maridando fotografía y narrativa gráfica en un trabajo sin par.

Mezcla también, en este caso cómic con literatura, el fundamental Lo- renzo Montatore (Madrid, 1983) en La mentira por delante (Astiberri), una biografía entre el verismo y la invención del poliédrico y fascinante Paco Umbral. El universo del escritor se mezcla con el de Montatore: su estilo se mueve entre la escuela Bruguera y el underground de la Transición. Entre Pumby y Peter Pank ha relatado la vida, y sobre todo el paisaje interior, de Umbral, con un dominio valleinclanesco y travieso de la lengua que ofrece diálogos inimitables.

El cómic, y por tanto la novela gráfica, es un arte que, como todo arte, busca, explora y se deja impregnar por corrientes de aire fresco. Hasta hace una década podríamos decir que bajo la etiqueta se publicaban trabajos de diverso pelaje visual, pero casi siempre en pos de una narración ortodoxa (presentación-nudo-desenlace) para ilustrar temas sensibles (de toque social y denuncia, autobiografías y hasta obras de carácter periodístico). Pero la realidad actual ha conjugado la mirada de novísimas firmas, cercanas a la exploración experimental del me- dio, que abordan con cero prejuicios cualquier tema, porque el medio es en sí mismo el mensaje. Esto debe de pensar Lale Westvind (Nueva York, 1987) a la luz de su fascinante Grip (editado por Apa Apa). En esta novela gráfica sin palabras, una mujer recibe poderes: sus manos adquieren la capacidad de cambiar las cosas, de manipular la realidad como si se tratase de un ampuloso héroe Marvel de los años setenta. En realidad lo que Westvind nos ofrece es un festival cinético y psicodélico en el que cabe una lectura social y feminista. Pero jamás explícito. Lo que se lleva a primer plano es lo formal, en un cómic sensorial que lanza guiños a la historia del medio, al menos al underground.

Y en este último empuje al cómic a través de la mirada autoral sobre- sale una creadora española, María Medem (Sevilla, 1994). Podríamos decir que Medem forma parte de una corriente de novísimos (sobre todo novísimas, autoras) que han jugado a placer con el medio: Ana Galvañ, Begoña García-Alén, Conxita Herreros y un generoso etcétera, que quizá en Por culpa de una flor (publicada conjuntamente por Apa Apa Cómics y Blackie Books), último trabajo de Medem, encuentra un cénit. Obra de esas que se percibe fundamentales, con peso y poso, el tour de force de la autora (336 páginas) conjuga un grado de experimentación muy sugerente, madurado a lo largo de trabajos previos, con una narración concreta (aunque acaso levemente surreal, onírica) cargada de mensajes profundos de fondo. Por culpa de una flor es un relato hermoso, sensible, poético sobre la soledad y la necesidad de compañía y amistad. Y de sororidad entre mujeres.

¿Y EL FUTURO?

Como un modo de entender el cómic en un momento determinado, la novela gráfica puede tener una acotación concreta. Pero para el cómic toda incorporación viene para quedarse, para marcar al medio. Quizá el futuro de las publicaciones de cómic no se encuentre en el papel, y tengamos que hacernos tiktokers para seguir consumiendo narrativa gráfica. Quizá no. Pero lo que es seguro es que el impacto de la novela gráfica, del cómic autoral, adulto, ha sido enorme (por otro lado, algo que no es nuevo: en todas las épocas hubo intentos de hacer cómic para lectores maduros). El enfoque de la generación que estamos ilustrando, de Craig Thompson a María Medem, tan plural pero al tiempo reconocible, ya es irrebatible. Décadas de aplicar unos modos de entender el cómic, apoyados además por la industria (quien edita) y el lector (que lo compra), han creado una sensibilidad inquieta, cambiante y con mucho futuro.

Y por cerrar con otra recomendación: si hay que destacar una obra de última hornada que, apostamos, va a quedar como nuevo referente del cómic de autor contemporáneo, esa es Mónica, la nueva novela gráfica de Daniel Clowes (Fulgencio Pimentel, 2023). Lo cual es, para estas líneas, como cerrar un círculo que ata lo consolidado con el futuro. Criado en la sensibilidad contracultural y el poso underground, Clowes es una firma ya clásica del medio, con títulos de referencia como Ghost World (1993, editado por La Cúpula en España y trasladado con acierto al cine por Terry Zwigoff en 2001). Desarrolló su carrera desde mediados de los años ochenta, destacando la creación en 1989 de una revista propia llamada Eightball (la bola 8 negra del billar, símbolo de mala suerte). En sus historietas se conjuga un análisis de una sociedad en descomposición, la occidental capitalista hija del modelo neoliberal estadounidense, y un gusto por la cultura popular (tebeos clásicos de los cincuenta, sesenta, música punk, coleccionismo compulsivo, ciencia ficción, querencia por personajes frikis y perdedores..., un apego inquebrantable por la cultura weird, si se permite el anglicismo). Mónica conjuga todos los Clowes posibles en una obra pluscuamperfecta, densa en su lectura casi fragmentaria y de final anonadante.

Seguramente en diez años, en fin, podamos volver a abordar el fenómeno, encontrando nuevos clásicos de la novela gráfica que están todavía por llegar. Esta es la más grande excitación que nos puede dar todo arte: tenemos la seguridad de sus clásicos, pero también el entusiasmo de un apasionante futuro asentado en un presente vibrante. 






De arriba a abajo, Mónica, de Daniel Clowes, 2023, Fulgencio Pimentel, y Por culpa de una flor, de María Medem, 2023, Apa Apa Cómics y Blackie Books.



     

LECTURAS RECOMENDADAS

[1] La trilogía de Contrato con Dios, de Will Eisner, 2017, Norma Editorial.

[2] Maus, de Art Spiegelman, 2007, Reservoir Books.

[3] Blankets, de Craig Thompson, 2004, Astiberri.

[4] Arrugas, de Paco Roca, 2007, Astiberri.

[5] María y yo, de Miguel Gallardo, 2007, Astiberri. 

[6] Fabricar historias, de Chris Ware, 2014, Random House.

[7] El fotógrafo, de Emmanuel Guibert, Frédéric Lemercier y Didier Lefèvre, 2019, Astiberri.

[8] La mentira por delante, de Lorenzo Montatore, 2021, Astiberri.

[9] Vapor, de Max, 2012, La Cúpula.

[10] Ventiladores Clyde, de Seth, 2019, Salamandra Graphic.

[11] Lo que más me gustan son los monstruos, de Emil Ferris, 2019, Reservoir Books.

[12] Persépolis, de Marjane Satrapi, 2020, Reservoir Books.

[13] Grip, de Lale Westvind, 2021, Apa Apa Cómics.

[14] Por culpa de una flor, de María Medem, 2023, Apa Apa Cómics y Blackie Books.

[15] Mónica, de Daniel Clowes, 2023, Fulgencio Pimentel.


Descubrir el arte 26/12/2023

Edita: Art Duomo Global, S.L.

Madrid





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