Prisionero de la lona

Diez años han pasado desde que Luis Bustos llevó a las viñetas el relato de Jack London. Es hora de conmemorarlo

José Luis Vidal

12 de abril 2025 

El enfrentamiento pugilístico mezcla la brutalidad, la violencia, los golpes, puñetazos, con el manejo de la técnica. No por ser un autentico tanque humano se tiene garantizada la victoria, hay que saber, entre finta y finta, observar al contrincante, cuáles son sus defectos y, por supuesto, virtudes como luchador.

Versus

Autor: Luis Bustos

Tapa dura

Blanco y negro

88 págs.

21 euros

Astiberri

Resistir un embate tras otro, esperando ese momento, en el que todo parece detenerse, tan solo escuchas los latidos de tu corazón, acelerados, y saboreas esa sangre que te cubre el anestesiado rostro. Es entonces cuando, con un último empujón, encuentras ese hueco, esa falla en el método de tu enemigo, y lanzas todo lo que tienes concentrado en tu puño, que se convierte en un ariete, dispuesto a abrirse camino.

Esta es la historia del último combate de Tom King, que antaño fue famoso, un púgil adorado por sus seguidores, pero que ahora, el peso de los años lo ha condenado a aceptar combates por unos pocos dólares. Un dinero necesario para que su mujer, Lizz, y sus dos hijos, puedan llevarse a la boca algo que no sea gachas.

Sueña con un humeante filete, poder masticar y saborear una comida decente. Pero todo dependerá de su papel en esta nueva cita sobre la lona, enfrentándose a un joven púgil negro llamado Jesse Sandel.

La cosa parece fácil, tan solo deberá soportar algo de castigo del chico, y entre puñetazo y puñetazo, ir elaborando una táctica con la que vencer al muchacho de 17 años.

Pero claro, Tom ya no es el que era, y su cuerpo de cuarentón puede que no soporte el autentico vía crucis que supone llegar a los diez asaltos. Es entonces cuando su promotor le ha prometido un dinero que le sacará una sonrisa a su familia…

Los minutos pasan, los asaltos parecen eternos, Tom resiste pero los recuerdos le nublan al mente y tal vez, solo tal vez, la victoria comienza a alejarse.

Luis Bustos, autor de esta adaptación del relato de Jack London Por un bistec, demostró ya con su segunda obra su maestría como narrador gráfico. Como lector, te mete dentro del cuadrilátero, donde el sudor te salpica, embotado por los gritos del público, con esos puñetazos que resuenan en tu cabeza una y otra vez. Contemplar un combate de este deporte tiene una cualidad casi hipnótica, que no te deja apartar la mirada, pese a la brutalidad del momento.

Pero Bustos también sabe transportarnos a aquellos primeros años del siglo veinte, y muestra lo dura que eran las vidas de algunas personas, como la de los protagonistas, Tom King y su familia.

Pero la versatilidad del autor no se detiene aquí, e incluso nos regala algunos momentos de divertimento, como esa escena que Tom comparte con sus dos pequeños, sus mejores admiradores.

Y cómo no podía ser de otra manera, esta edición que conmemora el décimo aniversario de la publicación de Versus, contienen un regalo para los lectores, que hasta ahora ha permanecido inédita. Unas páginas que muestran la historia del jovenzuelo Jesse Sandel, dibujadas con un estilo que homenajea a uno de los grandes del noveno arte, E. C. Segar.

Diario de Cadiz