domingo, 16 de marzo de 2025

Tiro al negro



Camino a Selma

Berthet y Tome

Colección Libros de Co & Co.

Ediciones B

P.VP.: 2.200 Ptas.


CARLES SANTAMARIA

El tiempo camina hacia el pasado en los estados del profundo sur de la Union. La lucha por los derechos civiles de la minoría negra fue un espejismo de los sesenta que en los noventa se ha desvanecido totalmente. Los negros no juegan, pero siempre pierden. Clement Brown es uno de estos jugadores sin cartas ni fichas. Va camino a Selma, Alabama. Es un autoestopista negro en una noche de perros, con lluvia y canes incluidos. Una mujer blanca detiene su camioneta y le invita a subir. Su destino va a cambiar.

Mis padres aún conocieron la época en que era peligroso para un negro acercarse demasiado a una chica blanca, le dice Clement a Tracy Lee, la amable, rubia y seductora automovilista. Un peligro, por lo visto, aún vigente. CAMINO A SELMA es un álbum para leer con calma, disfrutar de sus imágenes y de su estudiado montaje de viñetas. Pero también es un cómic que incita a la reflexión sobre la situación de las minorías raciales, por muy mayoritarias que sean, en los territorios del hombre blanco. El prólogo del escritor y periodista norteamericano Marc Cooper enmarca el contexto actual en el cual se desarrolla la historia: la minoría negra, tras la contrarrevolución reaganiana, se encuentra al borde de la marginalidad social, con estallidos puntuales de violencia generalizada y cotidianos crímenes con cadáveres de púberes afroamericanos.

La trama de este álbum pertenece a esta segunda situación. La vida de un negro cotiza poco en Clinton, la última ciudad del estado de Iowa antes de llegar a otro estado de resonancias racistas, Alabama.

La historieta empieza con el linchamiento de un negro llamado Stu y finaliza con el de Clement Brown. Sin embargo, este último no se resigna al papel de víctima y acaba erigiéndose en el verdugo de una panda de racistas descerebrados liderada por Kyle Lansky, el cacique local. La única autoridad que se respeta en la ciudad y sus contornos es la suya. El perfil despiadado de Kyle Lansky evoca a Paris Trout, personaje de novela encarnado en el cine por Dennis Hopper.

Ambos tratan a los negros como si fueran basura, dignos de ser explotados, estafados y, finalmente, tiroteados. El trato que dispensan a las mujeres no es mucho más considerado, ya que ambos las manosean como una mercancía que, una vez adquirida, se puede hacer con ella cualquier cosa.

El tándem formado por el guionista Tome, seudónimo que utiliza Philippe Vandevelde, autor de los guiones del El pequeño Spirou, y el dibujante Philippe Berthet, autor junto a Rivière y Bocquet de la serie sobre el detective privado Hyppolyte Fynn titulada Privé d'Hollywood, funciona como una máquina bien engrasada en CAMINO A SELMA. La fuerza de la historieta reside en un guión elaborado, casi de hierro, que no deja un cabo suelto por dibujar. Los andares de Clement Brown y Kyle Lansky transcurren en principio paralelos, aunque pronto encuentran algunos puntos de conexión hasta converger hacia un final violento. El dibujo de Berthet consigue una precisa profundidad de campo a base de utilizar con rigor las luces y las sombras. Los contrastes cromáticos definen cada situación, del rojo encendido que mancha las viñetas del apasionado encuentro de Clement y Tracy en un motel a los contraluces que convierten a los personajes en sombras en los prolegómenos del desenlace. Nadie consigue escapar a su destino en CAMINO A SELMA.


Revista Viñetas nº 5 Mayo 1994

Ediciones Glenat

Barcelona




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