Sinfonía de sangre
Manu González
#DRCL Midnight Children
Shin’ichi Sakamoto
Milky Way Ediciones
Japón
Cartoné
246 págs.
Blanco y negro
Traducción: Bernat Borràs
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El famoso conde transilvano (aunque en realidad era valaco), creado por Bram Stoker en 1897, y el monstruo-hijo indeseado del médico suizo Victor Frankenstein, creado por Mary Shelley en 1818, son las dos figuras más míticas de la literatura de terror (en el caso del monstruo de Shelley, también es el padre de la ciencia ficción). Cuando nos acercamos, de nuevo, a cualquiera de estos dos mitos tenemos que tener mucha suerte para encontrar algo nuevo o diferente que decir sobre dos criaturas que han sido analizadas culturalmente bajo mil microscopios. Por eso la revisión de Shin’ichi Sakamoto del mítico libro epistolar de Bram Stoker en manga se ha convertido en una de las grandes sorpresas de 2023. Porque es capaz de innovar sobre una historia que se ha narrado miles de veces y lo hace gracias a tres pequeños detalles. Su impresionante arte como mangaka, a años luz de sus compañeros de generación; sus referencias bastante alejadas de las clásicas adaptaciones; y los cambios de roles de sexo, que acerca el manga a la cultura LGTBi+ transgénero.
Comencemos por su arte. Cualquier lector que se haya acercado al delirio revolucionario francés de Innocent (Milky Way, 2016-2018) e Innocent Rouge (Milky Way, 2019-2021) sabe que Sakamoto es uno de los grandes artistas japoneses del siglo XXI, tan fascinante y barroco en detalles como Gou Tanabe (y sus famosas adaptaciones de H. P. Lovecraft), Q Hayashida (Dorohedoro) o el desaparecido Kentaro Miura, autor de Berserk. Sakamoto, además, es tan perfeccionista con el cuerpo humano como un escultor del Renacimiento, al que no duda en desnudar sin que importe mucho para el guion, provocando momentos verdaderamente inquietantes jugando con viñetas a toda página y movimientos irreales.
Esto nos lleva a las influencias de este relato más allá del propio libro u otras adaptaciones en cómic. En el primer número es innegable que la película de terror La cosa (1982), de John Carpenter, y el impresionante arte de los magos de los efectos artificiales Roy Arbogast, Rob Bottin y Stan Winston se ha filtrado en la monstruosa criatura que llega a las costas de Inglaterra a bordo del navío Demeter. Se trata de un ser sin forma, puro horror lovecraftiano o cronebergiano muy alejado del lobo que describe Stoker. Pero lo sorprendente es lo que ocurre después, cuando Luke-Lucy es infectado por el vampiro, porque #DRCL Midnight Children se aleja de la nueva carne para acercarse a la poesía del experimento visual de la inclasificable película de Guy Maddin Dracula: Pages from a Virgin’s Diary de 2002. El conde protagonista de este manga se manifiesta a través de la danza, como el conde protagonizado por el bailarín Zhang Wei-Qiang en el film musical de Maddin. Sakamoto crea hermosas páginas ensoñadoras del conde bailando con su víctima, incluso una en la que su forma comienza a dibujarse en la humedad de la pared y sigue a Mina Harker con algunas de las páginas más bellas en cómic publicadas el año pasado. El barroquismo de las tintas de Sakamoto unido a modernos filtros fotográficos crea imágenes impactantes.
La sorpresa es que Sakamoto se ha inspirado en el mítico Michael Jackson para el rostro y los movimientos de Drácula. En #DRCL Midnight Children, Sakamoto convierte al quinteto protagonista de la novela de Stoker en adolescentes, esos niños de la medianoche del título. Mina Murray es la narradora de la historia y no es una narradora fiable. El mangaka juega varias veces con su punto de vista cuando Mina escribe en su máquina de escribir afirmaciones que luego no resultan ser tan ciertas.
Pero quizá el punto más diferente de la novela original u otras versiones del mito de Drácula sea el personaje de Lucy Westenra. En el cómic Lucy es Luke, un bello joven que atrae románticamente a mejores amigos: el trío formado por el aristocrático Arthur Holmwood, el afroamericano Quincey Morris (tejano blanco en el libro original) y el estudioso estudiante japonés Joe Suwa (el médico John Seward). Los tres protagonistas están enamorados de Luke, quien por las noches se convierte sonámbulo en Lucy. Aunque luego por el día no recuerde nada de su cambio de género. Drácula convierte a Lucy en su alimento, siendo su víctima, pero también empodera su feminidad, surgiendo esplendorosamente mediante el baile nocturno.
Aunque Sakamoto no se desvíe demasiado del texto original en los dos primeros tomos del manga, añade suficientes pinceladas para que una historia que nos sabemos de memoria vuelva a resultar atractiva y bastante terrorífica de nuevo. El Conde ha vuelto en mejor forma que nunca. Como cantaba Michael Jackson en su tema más famoso: “Because this is thriller / Thriller night / And no one’s gonna save you / From the beast about to strike”.
Jot Down Comics 2024
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