sábado, 17 de abril de 2021

En pocas palabras: Max

 El ilustrador Max (Barcelona, 1956) inició en 2014 la serie de tiras Trampantojo, en la que desenmascara con humor ácido los vicios de la cultura. Ahora publica una recopilación Saboteando a Shakespeare (Salamandra Graphic).




¿Por qué Saboteando a Shakespeare? Buscaba un título sonoro y chocante (en el sentido de excitar la curiosidad). Pero, sobre todo, que reflejara la esencia de las tiras, así que tenía que ser también irreverente.

En estas tiras desmonta los tópicos de la cultura y los artistas. ¿Hay alguno que le irrite especialmente? Lo que realmente me irrita de la cultura es esa solemnidad con la que gusta de revestirse, esos aires que se da. De ahí la irreverencia: la está pidiendo a gritos.

¿Y cuál le divierte más? Esos artistas tan encantados de haberse conocido.

¿El mayor vicio de la cultura contemporánea? Yo diría que la tendencia al gigantismo, a lo espectacular.

¿Qué o quién le llevó a convertirse en dibujante? Los cómics de Robert Crumb.

¿Qué cómic le ha impactado más últimamente? Romeo muerto, de Santiago Sequeiros.

¿Y su favorito? Krazy Kat, de George Harriman.

¿Qué viñeta ajena le habría gustado firmar? Las viñetas de El reyecito (The little king), de Otto Soglow.

¿Qué libro tiene en su mesilla de noche? Acabo de terminar El santo, de César Aira, y justo debajo está Hamnet, de Maggie O´Farrell.

¿Cuál no pudo terminar? El manuscrito encontrado en Zaragoza, de Jan Potocki. La primara parte es genial, pero después no hay quién se lo trague.

¿En qué película se quedaría a vivir? En cualquiera de los hermanos Marx.

¿A quién le daría el próximo Premio Nacional de Cómic? Post mortem, a Micharmut.


El Pais. Babelia, Nº 1.534, sábado 17 de abril de 2021

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