sábado, 23 de enero de 2021

Los superhéroes ya somos todos

 Los cómics de Marvel y DC lanzan nuevos personajes o modifican a sus iconos para incluir etnias, géneros o religiones diversas y conquistar nuevos públicos.


Portada de un comic de America Chavez



Tommaso Koch, Madrid

En un grupo de superhéroes, volar no es ninguna sorpresa. America Chavez también es invulnerable y su fuerza resulta devastadora. Es decir, talentos comunes entre sus amigos disfrazados. Pero la joven suma otro superpoder: no tiene miedo de ser distinta. Además de enemigos, tumba estereotipos. Hija de dos madres, latina, lesbiana. En una viñeta, reivindicó que "no hay que avergonzarse de estar asustados". En otra, corrigió a una compañera: "Princesa, he visto cómo me miras. No eres tan hetero". Con sus golpes, abre portales a dimensiones alternativas. Pero muestra que otro mundo real es posible.

Su historia encarna una revolución en los tebeos de Marvel y DC. Desde hace una década, el musculitos caucásico no es el único capaz de salvar el planeta. El traje de Spiderman ahora no oculta solo a Peter Parker, sino también a Gwen Stacy o al afroamericano Miles Morales; un nuevo Superman chino surca los cielos igual que Clark Kent; Ms. Marvel cree en Alá y Flash no se deja encerrar en géneros binarios. "Si los héroes solo salen de una categoría reducida, le estás diciendo a la mayoría que nunca podrá serlo. Se trata de personajes aspiracionales: si lo único deseable es ser un hombre blanco hetero, los demás se sentirán de segunda clase. En el mundo hay más gente", resume Marguerite Bennett, guionista queer aplaudida por series como Batwoman o A-Force, donde aparece America Chavez.

"En los treinta, las grandes editoriales creían que su público eran los niños. En los sesenta, los chicos blanco. Y en los noventa, los hombres blancos. Ahora, se dan cuenta de que su audiencia en global y mayor de lo que imaginaban", agrega Bennett. En 2015, las mujeres rozaban la mitad de los lectores de estos comics, según un artículo de The Washington Post. Ya sea por fe inclusiva o por su cartera, Marvel y DC han abrazado la diversidad. "En parte, es marketing. Pero los tebeos están hechos por artistas y algunos están muy comprometidos", afirma Antonio Monfort, autor de Secret Origin: Historia y evolución de los superhéroes (Héroes de papel).

La boda entre Hulkling y Wiccan en El día después


"Se debe a una combinación de circunstancias, donde la evolución de la sociedad juega un rol fundamental", según David Fernández, editor de ECC, que publica a DC en España. Al fin y al cabo, Capitán America le pegó un tiro a Hitler ya en 1941, y Spiderman descubrió el horror de Vietnam. "Los comics de Marvel siempre se han anclado en la realidad", defiende Alejandro Martínez, director editorial de Panini Comics, que publica a Iron Man o Hulk en España. Y la realidad, hoy, pide diversidad.

"No es un truco comercial, tiene riesgos. Muchos fans de toda la vida no aprecian estos cambios", agrega Martínez. Enfurecieron, por ejemplo, cuando el martillo más temido del Norte pasó a una mujer en 2014. "No es Lady Thor. Es Thor", tuvo que insistir Jason Aaron, creador de una serie que acabó entre las más leídas de Marvel. La batwoman lesbiana de Bennett tuvo menos suerte comercial: fue cancelada. "No creo en absoluto que se debiera a su sexualidad", dice ella.

Lo cierto es que quedan obstáculos en el camino. Y America Chavez también lo demuestra. En la vida real, nació en 2011 de dos padres: el guionista Joe Casey y el dibujante Nick Dragotta. Hombres, blancos, igual que los creadores que acompañaron sus tramas iniciales. Cuando la escritora y activista LGTBIQ Gabby Rivera se puso al frente de la primera miniserie en solitario de la joven, en 2017, cerró al cabo de 13 meses. Y la nueva Wonder Woman brasileña o Ms. Marvel han sido acusadas de no representar debidamente su propia cultura o religión.

"Es reductivo decir que solo alguien queer puede escribir un personaje así. Ahora bien, es frustrante ver tu mundo narrado (a menudo malamente) por un forastero. Si una compañía nunca ha trabajado, pongamos, con un negro, y saca dinero de historias de negros, es predatorio. Y las tramas son más débiles, menos auténticas. Eso no quita que un autor no negro tenga el deber de aprender cómo contar esa comunidad", tercia Bennett. A la vez que el hombre blanco invade territorios ajenos, protege el suyo: apenas hay mujeres escribiendo o dibujando a los superhéroes clásicos. Daredevil de Ann Nocenti en los ochenta fue una excepción.




El camino, eso sí, avanza. Y ya toca la cúpula de DC. Marie Javins fue nombrada en noviembre editora en jefe y el afroamericano Daniel Cherry es el nuevo gerente general. Estos meses, la empresa ha lanzado la iniciativa Future State, con un Batman negro, entre otros cambios. Y tebeos como Cristales rotos (Editorial Hidra) han empoderado a Harley Quinn.

Aún así, los aplausos no llenan las cajas. Y las ventas se han usado como un arma contra estos héroes. En 2017, el entonces vicepresidente de Marvel, David Gabriel, afirmó que las librerías especializadas les trasladan que "la gente no quiere más diversidad". La compañía matizó sus palabras, pero la polémica ya estaba desatada.


Negocio millonario

La respuesta resulta casi imposible, debido a un mercado confuso: la venta en EEUU pasó hace tiempo de los quioscos a las tiendas de cómic. Pero la única distribuidora, Diamond, no acepta devoluciones y fuerza a los libreros a evitar apuestas inciertas. Recientemente, además, las ventas en librerías tradicionales han adelantado a la de las tiendas especializadas. Y pese a los casi 1.000 millones de euros de ingresos de los tebeos en EEUU y Canadá en 2019, la mejor cifra en al menos una década, según el portal Comichron, mangas, novelas gráficas y obras juveniles, avanzan, frente a la retirada de los superhéroes. Los mega eventos que obligan a comprar varias publicaciones a la vez y el relanzamiento constante de las sagas tampoco ayudan, según publicó The Atlantic. Agregó que muchas series diversas se portan "relativamente bien" en el mercado y las diferencias con las clásicas, si existen, son mínimas.

Ms. Marvel, lanzada por la guionista musulmana G. Willow Wilson, tiene ventas sólidas desde su debut, en 2013. Y llegará a Disney+ con una serie. En la gran pantalla, en cambio, debutará America Chavez en 2022, en el nuevo filme del Doctor Extraño. Antes, volverá con una serie de tebeos en solitario. "Muchos siguen viendo al hombre blanco hetero como el personaje básico. Son las historias con las que se criaron los directivos y les parecen apuestas seguras", dice Bennett. Los lectores, sin embargo, tienen vidas y pasiones muy distintas. Y creen que también merecen ser narradas. Los superhéroes ya somos todos.


El Pais. Cultura. Sabado 23 de enero de 2021



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