Desde que empuñó una cámara hace cuatro decenios, James Nachtwey decidió ser fotógrafo de guerra. Desde entonces, ha tomado algunas de las mejores imágenes de los conflictos de nuestro tiempo. Su obra nos enseña lo que no queremos ver. Perfeccionista, riguroso, infatigable. En activo a los 68 años, acaba de recibir el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Su colega de oficio Ricardo García Vilanova esboza un retrato sobre él.
James Nachtwey
8 NOV 2016
1 Impacto del segundo avión contra las Torres Gemelas, el 11-S. “Creí que tenía todo el tiempo del mundo para hacer la foto. En el último instante me di cuenta de que estaba a punto de ser barrido”, confesó a la revista Time. James Nachtwey / Agencia contacto
2 Una de las fotografías más conocidas de James Nachtwey. Un superviviente de los campos de exterminio hutus muestra en un hospital de la Cruz Roja en Nyanza (Ruanda) las cicatrices de los machetazos de sus captores. La instantánea fue tomada en 1994 y recibió el premio World Press Photo a la imagen del año. James Nachtwey / Agencia contacto
3 Un prisionero herido durante los primeros días de la guerra de Irak, en 2003. James Nachtwey / Agencia contacto
4 Una de sus imágenes más recientes, del actual conflicto racial en Estados Unidos. La policía arresta con violencia a un ciudadano negro en Nueva Orleans. James Nachtwey / Agencia contacto
5 Una mujer con un rosario, junto a la catedral de Puerto Príncipe (Haití), en ruinas tras el terremoto de 2010, que dejó más de 300.000 víctimas. James Nachtwey / Agencia contacto
6 Un helicóptero despega de un campo de fútbol con soldados heridos. Fotografía tomada durante la guerra de El Salvador, en 1984. James Nachtwey / Agencia contacto
7 Una imagen de 1993, durante la guerra de los Balcanes. Un miliciano croata dispara contra sus vecinos musulmanes en Mostar. Desde que comenzó su carrera como fotoperiodista en 1976, ha retratado la barbarie y las heridas del mundo en infinidad de conflictos armados. James Nachtwey / Agencia contacto
8 Entre los escombros de una Kabul destruida tras la guerra civil de Afganistán, en 1996. James Nachtwey / Agencia contacto
9 Una víctima de la hambruna que asoló Sudan en 1993 recibe agua en un centro de ayuda. James Nachtwey / Agencia contacto
10 Un grupo de mujeres cubiertas con velo en Irak (2003).James Nachtwey / Agencia contacto
JAMES NACHTWEY es la antítesis del fotógrafo de conflicto que busca el reconocimiento personal por encima de su propio trabajo, banalizando así la vida y la muerte de las personas que aparecen en sus imágenes.
Lamentablemente, existe una mitificación de esta profesión. Llegamos a sublimar la labor de aquellos que cubren conflictos olvidando que hay muchas razones para hacerlo. Dejando a un lado la naturaleza de estas, la misión de un fotógrafo que se envuelve en el dolor ajeno ha de ser contar esas historias y no la suya propia.
Para este trabajo hacen falta grandes dosis de empatía y respeto. La de Nachtwey (Siracusa, Nueva York, 1948) no es una impostura en busca de unos likes, si bien es cierto que las oportunidades y la realidad que le han tocado vivir por el origen de su pasaporte son muy diferentes de las que han disfrutado otros. Ha trabajado y sacrificado mucho, pero eso no siempre es suficiente. Muchos se han quedado por el camino, porque hay una gran parte que depende de la suerte. Llamémosla suerte “buscada”. Su mérito no es solo que ha sido capaz de llegar, sino también de mantenerse.
Un grupo de palestinos se enfrenta al Ejército israelí en Cisjordania. JAMES NACHTWEY / AGENCIA CONTACTO
Su carácter perfeccionista, introvertido, abstemio y de alguien que vive solo para y por su trabajo le ha valido para ser uno de los referentes vivos de esta profesión, el espejo en el que muchos querrían ver el final de sus carreras.
Denostado por algunos, alabado por otros, solo hay una cosa innegable en su persona. Él estaba allí, y eso es un hecho, porque lo demuestran sus imagenes. La fotografía no es solo apretar un botón, hay que llegar donde no hay nadie para poder hacerlo, para conseguir esa cercanía personal y compositiva. Eso es lo verdaderamente difícil y lo que marca esa inolvidable cita de Capa: “Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es porque no te has acercado lo suficiente”.
Nachtwey dice que valió la pena, que algunas de sus imágenes redundaron en cambios. Quizá fueran otros tiempos, en los que las revistas y periódicos buscaban que sus informaciones tuvieran un interés para la sociedad, un interés que con los años la propia sociedad fue diluyendo.
El Pais Semanal Nº 2.093 06/11/2016
James Nachtwey
8 NOV 2016
1 Impacto del segundo avión contra las Torres Gemelas, el 11-S. “Creí que tenía todo el tiempo del mundo para hacer la foto. En el último instante me di cuenta de que estaba a punto de ser barrido”, confesó a la revista Time. James Nachtwey / Agencia contacto
2 Una de las fotografías más conocidas de James Nachtwey. Un superviviente de los campos de exterminio hutus muestra en un hospital de la Cruz Roja en Nyanza (Ruanda) las cicatrices de los machetazos de sus captores. La instantánea fue tomada en 1994 y recibió el premio World Press Photo a la imagen del año. James Nachtwey / Agencia contacto
3 Un prisionero herido durante los primeros días de la guerra de Irak, en 2003. James Nachtwey / Agencia contacto
4 Una de sus imágenes más recientes, del actual conflicto racial en Estados Unidos. La policía arresta con violencia a un ciudadano negro en Nueva Orleans. James Nachtwey / Agencia contacto
5 Una mujer con un rosario, junto a la catedral de Puerto Príncipe (Haití), en ruinas tras el terremoto de 2010, que dejó más de 300.000 víctimas. James Nachtwey / Agencia contacto
6 Un helicóptero despega de un campo de fútbol con soldados heridos. Fotografía tomada durante la guerra de El Salvador, en 1984. James Nachtwey / Agencia contacto
7 Una imagen de 1993, durante la guerra de los Balcanes. Un miliciano croata dispara contra sus vecinos musulmanes en Mostar. Desde que comenzó su carrera como fotoperiodista en 1976, ha retratado la barbarie y las heridas del mundo en infinidad de conflictos armados. James Nachtwey / Agencia contacto
8 Entre los escombros de una Kabul destruida tras la guerra civil de Afganistán, en 1996. James Nachtwey / Agencia contacto
9 Una víctima de la hambruna que asoló Sudan en 1993 recibe agua en un centro de ayuda. James Nachtwey / Agencia contacto
10 Un grupo de mujeres cubiertas con velo en Irak (2003).James Nachtwey / Agencia contacto
JAMES NACHTWEY es la antítesis del fotógrafo de conflicto que busca el reconocimiento personal por encima de su propio trabajo, banalizando así la vida y la muerte de las personas que aparecen en sus imágenes.
Lamentablemente, existe una mitificación de esta profesión. Llegamos a sublimar la labor de aquellos que cubren conflictos olvidando que hay muchas razones para hacerlo. Dejando a un lado la naturaleza de estas, la misión de un fotógrafo que se envuelve en el dolor ajeno ha de ser contar esas historias y no la suya propia.
Para este trabajo hacen falta grandes dosis de empatía y respeto. La de Nachtwey (Siracusa, Nueva York, 1948) no es una impostura en busca de unos likes, si bien es cierto que las oportunidades y la realidad que le han tocado vivir por el origen de su pasaporte son muy diferentes de las que han disfrutado otros. Ha trabajado y sacrificado mucho, pero eso no siempre es suficiente. Muchos se han quedado por el camino, porque hay una gran parte que depende de la suerte. Llamémosla suerte “buscada”. Su mérito no es solo que ha sido capaz de llegar, sino también de mantenerse.
Un grupo de palestinos se enfrenta al Ejército israelí en Cisjordania. JAMES NACHTWEY / AGENCIA CONTACTO
Su carácter perfeccionista, introvertido, abstemio y de alguien que vive solo para y por su trabajo le ha valido para ser uno de los referentes vivos de esta profesión, el espejo en el que muchos querrían ver el final de sus carreras.
Denostado por algunos, alabado por otros, solo hay una cosa innegable en su persona. Él estaba allí, y eso es un hecho, porque lo demuestran sus imagenes. La fotografía no es solo apretar un botón, hay que llegar donde no hay nadie para poder hacerlo, para conseguir esa cercanía personal y compositiva. Eso es lo verdaderamente difícil y lo que marca esa inolvidable cita de Capa: “Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es porque no te has acercado lo suficiente”.
Nachtwey dice que valió la pena, que algunas de sus imágenes redundaron en cambios. Quizá fueran otros tiempos, en los que las revistas y periódicos buscaban que sus informaciones tuvieran un interés para la sociedad, un interés que con los años la propia sociedad fue diluyendo.
El Pais Semanal Nº 2.093 06/11/2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario