domingo, 19 de marzo de 2017

Berni Wrightson, descanse en paz.







Se nos van los grandes. Berni Wrightson, nacido en Baltimore, en 1948, permanecerá en el imaginario durante mucho tiempo, como he dicho, es uno de los grandes de la ilustración y la historieta.

Ahora, es fácil acceder a una abrumadora e ingente cantidad de imagenes de cualquier autor. No hace mucho no lo era tanto, de hecho, cualquier aficionado agradecía que fancines y revistas hablasen sobre los autores que destacaban y mostrasen sus trabajos.

Curiosamente, con el paso del tiempo, me interesan más las palabras de los autores que sus obras. Esto se publicó en la revista Studio nº2, dedicada a él:

"Mi único proposito a la hora de realizar una historieta es que entretenga. Siempre he pensado que la razón para que un comic exista es que entretenga o divierta. Es su principal proposito. Si no lo cumple el comic es fallido, por mucha relevancia cultural o social que tenga. Pienso que las dos cosas pueden ser perfectamente compatibles".

"Los comics de la EC me impresionaron mucho y por supuesto han influenciado a mi obra. Pero mi obra, en mi opinión, no es de terror, porque a mi no me gusta ser asustado. Creo que mi trabajo es superficialmente terror, si se examina atentamente se ve que hay grandes dosis de humor negro".

Yo podría dedicarme a los dibujos animados o al cine, pero siempre me he dedicado al comic y siempre me dedicaré a él por la enorme libertad que te da este medio. En cualquiera de los otros dos medios tienes que depender de más gente que tu mismo y por tanto limitarte en lo que quieres hacer".
"No puedo explicar exactamente lo que quiero hacer. Lo más que puedo hacer es indicar cuando veo algo que no esta hecho correctamente, y decírtelo. No quiero decir que eso que te indico este bien o mal hecho sino que no esta hecho del modo en que yo lo haría".

"Por lo general no determino en que técnica voy a realizar mi trabajo. Cuando voy a encararlo dejo que el guión me sugiera el modo de realización. La historia siempre sugiere el modo a trabajar y cuando termino de dibujarla es cuando decido si voy a entintarla con pluma o pincel".
"A la hora de comprar el material soy igual de descuidado. Para los pinceles suelo comprar un número 2 ó 3 Windsor Newton Red Sable y pinceles baratos que venden en la tienda a duro. En cuanto a las plumillas no tengo la más mínima idea de cual es el tipo que uso. Generalmente compro la que más se parece a la última con la que he trabajado. Tengo una colección enorme de plumillas, y casi todas ellas son muy parecidas entre sí"

"Todo el mundo que conozco que trabaja en los comics son muy aficionados al cine. Cuando voy al cine veo la película y lo absorbo todo. No quiero decir que vaya con la intención de utilizar tal o cual escena en mi trabajo. No puedo decir que escenas son las que me atraen e influencian mi trabajo, yo las absorbo subliminalmente y las traspaso a mi obra de manera totalmente inconsciente, pero eso queda en lo que hago sin la más mínima duda".

"Mis historias tienen violencia, pero es una violencia que podríamos llamar real, al contrario que el habitual tipo de violencia que inundan las páginas de los comics-books. Siempre he intentado que mis personajes sean gente normal con hábitos y reacciones normales. Al contrario que en los comics-books de, por ejemplo, Jack Kirby, en que una persona atraviesa dos paredes de un puñetazo que le han dado y vuelve a la carga, yo prefiero que cada acción tenga una reacción igual y opuesta, lo que quiere decir que si alguien te golpea en la cabeza con un objeto solido tu caerás al suelo. Y morirás desangrado si no te atiende nadie"

"Cuando dibujo una mujer le doy, o lo intento, una sensualidad que no sea artificial y que dé una impresión de realidad. Intento hacer que mis personajes sean reales, y por supuesto en la mujer también lo intento. Pero al haberlas dibujado, se me olvida que siempre tiendo al modelo de mujer voluptuosa y a una idealización en las formas que contraría mi intento de hacer una mujer real posible. Es un defecto que se ha hecho rutinario en la profesión".

"Cuando trabajo en una ilustración, me planteo el trabajo de la misma manera que si hiciera un comic. Procuro contar una historia, aunque en este caso se trate de un solo dibujo en lugar de muchos encadenados".

"La industria de los comics-books se basa principalmente en dibujantes de poca calidad que narran de manera aceptable. Son dibujantes que su única preocupación es poder dibujar el suficiente número de páginas para pagar las letras del piso y todo lo demás. Son dibujantes que se indignan si uno hace un buen trabajo, cuidado y trabajado. A Alan Weiss le dijo uno de estos dibujantes que su trabajo le perjudicaba, le obligaba a trabajar más, a dar más calidad, por el mismo dinero.  Son dibujantes que
realizan diez portadas en una tarde, cuando Mike Kaluta o Barry Smith se pueden dedicar a una sola portada, una semana entera porque se preocupan más de producir un buen trabajo que en el dinero que le pagan por ello ".

"Yo no puedo hacer esto. Me parece espantoso que cuando tenga 45 años tenga que llamar al editor para que me prepare el cheque. No puedo conformarme con llegar a un nivel mínimo de competencia y vivir de él el resto de mi vida. Estoy evolucionando y nadie puede pararme. He alcanzado un punto en que puedo hacer algo más que comics y puedo prescindir de ellos para vivir. No puedo evitar sentir preocupación por los que hacen comics y no pueden hacer nada más".


Publicado en el fanzine Studio nº2


No hay comentarios: