lunes, 15 de agosto de 2016

El Escorpión por Marini y Desberg

 La púrpura y la espada
por Rafa González







Provocadores, ebrios e insolentes, los mosqueteros del Rey, o mejor dicho los de M. de Treville, se presentaban en las tabernas, en los paseos, en los juegos públicos, gritando fuertemente, retorciendo sus bigotes, haciendo sonar sus espuelas, atropellando con gusto a los guardias del Cardenal, cuando los encontraban, y escandalizando las calles con pendencias y galanteos; muertos algunas veces pero ciertos de ser llorados y vengados, matadores otras y seguros en este caso de no pudrirse en prisión, porque allí estaba M. de Treville para reclamarlos.

Los Tres Mosqueteros Alejandro Dumas

Así describía Dumas en su trilogía mosqueteril a los mignons franceses, que desafiando el edicto del Cardenal Ríchelieu prohibiendo los duelos, burlaban la ley ansiosos de servir a su rey y mofarse de su primer ministro. Sus andanzas, bastantes años después, darían nacimiento a un género, el de capa y espada, primero en la literatura y posteriormente en otros medios como el cómic.
Fue en el año 2000 cuando un joven dibujante de moda y un experimentado guionista realizan un acercamiento a este antiguamente glorioso y, hoy olvidado genero, publicando en la editorial Dargaud la serie El Escorpión; que vería la luz un año mas tarde en nuestro país editada por Norma Editorial y de la que por el momento tenemos cinco entregas en las librerías: La Marca del Diablo; El secreto del Papa; La cruz de Pedro, El Demonio en el Vaticano y El valle sagrado.


A través de ellos nos pasearemos por la Roma del siglo XVIII donde acompañando al protagonista descubriremos intrigas, nos batiremos, seduciremos a sensuales y descocadas damas, viajaremos al Oriente, seremos prisioneros en infectas mazmorras del Imperio Otomano y lucharemos contra malvados Cardenales y sus oscuros secuaces. Donde los autores, con un guión perfectamente estructurado de ritmo vivo y una preciosista puesta en escena, construyen una historia nueva partiendo de viejos clichés, aportando elementos modernos y personales, haciendo que el interés por conocer los avatares de El Escorpión no decaiga en ningún momento



LOS ESGRIMISTAS
Stephen Desberg nace en Bruselas el 10 de septiembre de 1954. Publica por primera vez en 1976 en la revista Tintín y dos años después lo hace de forma habitual en la revista Spirou, trabajando en diferentes títulos de la casa hasta centrarse en Billy the cat dibujada por Colman. Tras una extensa carrera en el cómic infantil y juvenil, realiza una primera incursión hacia temáticas mas adultas con los álbumes Le jardín des desir y Le 27eme letrre, continuando con una serie de aventuras históricas en cuatro álbumes, Le sang noir, dibujada por Bernard Vrancken e iniciada en 1996. Es en este año cuando realiza su primera colaboración con Enrico Marini en La estrella del desierto, elaborada en dos álbumes y ambientada en el Oeste Americano, obra premiada en el Salón de Angouleme y publicada en suelo patrio por Editorial Planeta. En el año 2000 se edita la primera historia de su exitosa serle en común, El Escorpión.

El dibujante Enrico Marini, aunque de nacionalidad italiana, nace en el país de los relojes en 1969, debutando como profesional en 1990 en la editorial suiza Alpen Publisher con Les Dossiers d'Oliver Várese, serie de la que dibujo cuatro álbumes hasta el año 93. Allí inicia su colaboración con Thierry Smolderen, que sería guionista de su siguiente trabajo, Gipsy, del que realizaría a lo largo de varios años, seis entregas para diferentes editoriales. Posteriormente colabora con Desberg en la ya mencionada La Estrella del Desierto. Rapaces, con guiones de Dufaux, una serie de temática vampírica, le consagra como dibujante estrella. Hasta la fecha su última obra es El Escorpión, con cinco entregas en las librerías.

Se aprecia en sus obras una evolución constante, creciendo desde planteamientos gráficos próximos al manga hasta una madurez y un estilo propio, mejorando y ganando en calidad en cada obra publicada. Con lo que pese a la relativa brevedad de su obra se le puede considerar como uno de los mejores artistas del momento.

FINTAS Y MOLINETE
El argumento del El Escorpión gira en torno al personaje que da nombre a la serie, un aventurero que ejerciendo de arqueólogo se gana la vida buscando tumbas de santos y desenterrando sus reliquias que luego vende a la nobleza y al alto clero, sacando pingües beneficios. Un mujeriego impenitente, de gustos refinados, que se mueve por tabernas y palacios con la misma desenvoltura y que lleva una agitada aunque cómoda existencia al lado de su compañero de correrías, el fiel Húsar. Hasta que se ven envueltos en la gran conspiración histórica que pondrá patas arriba su forma de vida, de la que El Escorpión y los secretos de su pasado serán parte fundamental y que pondrá en solfa los cimientos de la religión cristiana.

Guionista y dibujante toman elementos clásicos del genero de aventuras, del que forma parte el de capa y espada, como la representación gráfica del héroe: sus altas botas de cuero, su ajustado pantalón de montar, su blusón y su chaleco, nos recuerda a los espadachines que conocimos en los libros de Dumas, Salgari o Sabatini y a los grandes que los interpretaron en el cine: Douglas Fairbanks, Errol Flynn, Tyrone Power, Stewart Granger, dándose un aire a todos ellos pero sin parecerse concretamente a ninguno. Acompaña al protagonista el típico amigo, Húsar, elemento habitual en el género de aventuras sobre todo en el cómic, cumpliendo con los tópicos de este tipo de personajes, siendo el contrapunto humorístico del personaje principal, algo corto de entendederas, un poco bestia y leal como un perro, pero al que el guionista dota de una personalidad propia, con detalles como su obsesión con tener una granja de gallinas e incluso, cosa muy poco habitual en este tipo de personajes, llegando a gozar de los placeres de la carne, aunque sea con mozas que rechaza su jefe, redimiendo así a una inmensa galería de secundarios que nunca tuvieron suerte con las chicas.






Los malos que nos dibuja Marini son de manual, de esos en los que la cara es el reflejo del alma, como el lobuno Cardenal Trebaldi, que hay momentos en que parece salido de los mismos infiernos, inspirando temor con cada gesto, con cada mirada, el oscuro Rochnan, Capitán de la Orden de los Caballeros de Cristo, una especie de Doctor Muerte, rival en la espada del héroe. Sin embargo Desberg consigue dotarlos de veracidad, de humanidad, de pasado como en esos viejos westerns donde todos los personajes por insignificantes que fueran arrastraban una historia que daba credibilidad a la narración. En el caso de Trebaldi el guionista lo consigue con un excelente flashback de una página, mediante el cual nos asomamos a las razones de su comportamiento, con una juventud marcada por la pesada carga de la tradición familiar y el dominio de un padre tiránico y cruel.

Los personajes femeninos de la trama son tal vez los mejor construidos, ganando en complejidad y densidad conforme avanza la misma, hermosas mujeres bellamente representadas por Marini, sensuales, bellas, hembras de armas tomar -literalmente en este caso- modernas, peligrosas, independientes, saliendo de cualquier situación sin tener que recurrir al machito de turno, mas bien poniéndolo en dificultades y utilizando cualquier tipo de armamento, incluida la seducción, cuando lo necesitan. El sexo esta presente a lo largo de toda la obra. Los autores no dudan en mostrarnos las aventuras amorosas de El Escorpión, que goza de los placeres de la carne de manera promiscua sin importarle la posición social de sus amantes, sean estas mozas de taberna o nobles casquivanas. Así hacen crecer a lo largo de toda la historia la tensión sexual entre el protagonista y la bella Mejai, con momentos muy conseguidos que aportan humor y que, en ocasiones, recuerdan a las buenas comedias de guerra de sexos.

Y como fondo de sus correrías, la Urbs, Roma, la imperial, la vaticana, la de luminosas villas renacentistas, de amplias plazas y avenidas y oscuros y peligrosos callejones y tabernas. Siempre hermosamente retratada por el pincel de Marini, reflejando su famosa luz, dotándola de un carácter propio, a veces siniestra y amenazadora, otras alegre y colorista, pero siempre bella, y convertida en una protagonista mas de la historia que se nos cuenta. Un relato que el guionista anuda en torno a la Iglesia católica, una Institución vieja en la que se nos presentan las intrigas y luchas por el poder a lo largo de los tiempos. Unas peleas que nos muestran los diferentes bandos existentes, uno mas humanista y cercano al hombre.-en la época que trata el cómic corren por Europa vientos de Enciclopedia y revolución- y otro conservador y reaccionario, que en la lucha por el poder no duda en utilizar daga y veneno para lograr sus objetivos. Nada nuevo si miramos el actual momento histórico de la Iglesia, donde las teorías mas progresistas, la teoría de la liberación en América Latina es un ejemplo, se ven relegadas por la actual cúpula dominante, una de las mas reaccionaria de los últimos tiempos en una institución ya de por si reaccionaria. El guionista, dentro de una historia de género sin aparentemente grandes pretensiones, introduce una carga de profundidad en sus páginas al referirse a los inicios del cristianismo, religión que fue plegada y acomodada a los caprichos del Emperador Constantino y de su madre la Emperatriz Elena en el Concilio de Nicea. Por cierto, si hacemos caso de la leyenda, buen rival se hubiera encontrado El Escorpión en su oficio de arqueólogo en la madre del Emperador, que de viaje en Jerusalén encontró los clavos y la vera cruz, reliquia de reliquias, donde Cristo sufrió martirio pasando a ser Santa Elena después de tan fenomenal hallazgo.



Los autores hacen que los diferentes sucesos acaben desbordando a nuestro héroe, que habituado a llevar las riendas de su existencia, pasa a ser un peón de un complicado tablero en un juego que le sobrepasa y donde personaje y lector vamos descubriendo juntos las claves del mismo a través de los cinco álbumes que de momento forman la saga.


A ESTOCADAS
La serie está siendo publicada en España en una digna y ajustada edición, en cuanto precio y formato, por Norma Editorial, en una clara apuesta por una serie ya superventas en Europa, que parece funcionar bien en nuestro país. Impactante y atrayente es el envoltorio del producto, con espectaculares cubiertas dobles que aparte de ser bonitas y cumplir como reclamo para atraer al lector, recupera la tradición de los tebeos de aventuras en los que la portada era la representación de una de las escenas, normalmente la mas espectacular o la de mas tensión dramática, que contenía el interior del comic.

El guionista construye la historia con diferentes referencias, por una parte las ya apuntadas a las historias de espadachines realizadas en otros medios, como el comic, la novela, el cine, etc., introduciendo un elemento muy de moda en los best seller de novela histórica, la conspiración para ocultar hechos sucedidos en el pasado por medio de grupos y sociedades secretas -casi siempre con La Orden del Temple de por medio- y que, este es un hecho recurrente en este tipo de literatura, están habitualmente relacionados con la figura de Jesús o los Inicios de la religión cristiana.





Desberg despliega un amplio catalogo de recursos, con abundantes flashbacks, cambios constantes de escenarios, idas y venidas del pasado al presente de diferentes personajes, elementos que si no son bien utilizados lastran la narrativa y el ritmo del cómic, pero el escritor nos da muestras de su oficio y experiencia consiguiendo un ritmo de lectura alegre y mantenido a lo largo del relato. Un ejemplo a destacar de la Inteligente narrativa empleada transcurre en las primeras paginas del primer volumen La marca del Diablo, desarrollando dos escenas que ocurren al mismo tiempo, contándonos mediante la alternancia de viñetas la búsqueda de una tumba por El Escorpión y el asesinato de un párroco por el Cardenal Trebaldl y sus secuaces, en una secuencia de gran tensión resuelta con un inteligente climax en cinco paginas y que sirve como excelente presentación de caracteres e intenciones de los principales actores del drama.

Y si el comic cuenta con un buen guión, el punto fuerte es la deslumbrante parte gráfica a cargo de Marini que se confirma como uno de los mejores dibujantes del ámbito europeo. Con una narrativa clara, utiliza el plano general con acierto, resuelve las escenas de acción con facilidad, hace que las expresiones de los personajes sean creíbles, con un dibujo y un color preciosistas pero que no se recrean en si mismos sino que están al servicio de la historia de Desberg.

Para todos los que crecimos con un palo en la mano imitando aquellos espadachines que leíamos en los tebeos -grande, grandísimo Corsario de Hierro- esta serle supone un nuevo acercamiento a un genero desde una perspectiva mas actual, conjugando comerclalidad y calidad, haciendo de El Escorpión una obra de agradable lectura consiguiendo que nos apetezca blandir de nuevo la espada de nuestra infancia contra los malvados espadachines del tedio y la rutina que nos acechan en la vida diaria



Dentro de la Viñeta nº31, año 2005

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