jueves, 24 de diciembre de 2015

El rastro imborrable

JAVIER FERNÁNDEZ



ZANARDI. Andrea Pazienza. Fulgencio Pimentel. 152 páginas. 24 euros.

Puede que el nombre de Andrea Pazienza resulte hoy desconocido a muchos lectores de historieta, lejos de las fronteras de Italia, pero los que lo conocemos sabemos que fue, que es una leyenda. Pazienza (San Benedetto del Tronto, 1956-Montepulciano, 1988) vivió deprisa y murió joven, de sobredosis, pero tuvo tiempo de marcar un antes y un después en la escena del tebeo europeo. Como recuerda Emanuele Trevi en la introducción de Zanardi, a comienzos de los 80: "Toda una generación del cómic experimental italiano había alcanzado unos niveles de excelencia que no tenían nada que envidiar a los grandes maestros franceses o americanos. Pero todo aquel que haya vivido esa época lo recordará: Pazienza estaba dotado de un carisma artístico tan inmenso que no solo cada uno de sus productos, sino la evolución misma de su precoz talento, repleto de sorpresas e iluminaciones, formaba parte del espectáculo".


La obra de Pazienza llegó a España en su día, cómo no, de la mano de La Cúpula, a base de flashes en El Víbora y algún que otro cuadernillo monográfico. Claro está que necesitaba un rescate en los tiempos actuales, pues sigue hoy tan fresca, tan viva, tan doliente como entonces. Y claro está que solo a Fulgencio Pimentel se le podía ocurrir llenar este vacío, tan enorme que solo ahora que se llena comprende uno su dimensión. Es una doble suerte, además, que haya sido esta y no otra casa la que haya tenido la feliz idea de poner Zanardi en librerías: regresa uno de los mejores artistas que ha dado el medio en las últimas décadas, y lo hace además en una edición impecable, que realza la fuerza y la belleza de unas viñetas furiosas, oblicuas, brutales, irrepetibles. Serán dos volúmenes, el primero de los cuales se edita en cinco colores distintos de cubierta (lila, rosa fuerte, amarillo, amarillo verdoso y naranja), como si del último gran evento del cómic de superhéroes se tratase. Aunque ahora que lo pienso, ¿qué otra cosa es Pazienza sino un superhéroe? Muere y resucita, vuela, sus obras son prodigiosas.

Malaga Hoy

No hay comentarios: