JAVIER FERNÁNDEZ
Los cómics de la estadounidense Avatar Press son un compendio de géneros populares, aventuras, terror, fantasía, ciencia ficción, cómic bélico, género histórico, superhéroes… interpretados siempre con frescura y gran intensidad, esto es, con altas dosis de violencia, casquería y erotismo. Si alguien duda que los tebeos son los herederos de la ideología y la estética de los pulps, es que no conoce el catálogo de Avatar.
Desde el punto de vista literario, la editorial presume de tener entre sus filas a figuras de relumbrón como Alan Moore, Warren Ellis y Garth Ennis (se dice pronto), aunque seguramente su mayor reclamo sea estético, y es que basta echar un vistazo a las cubiertas para que le suba a uno la temperatura o el mundo comience a darle vueltas como en una noria. A ello contribuye el trabajo de numerosos artistas, entre los que quiero destacar a dos andaluces: el gaditano Juan José Ryp y el cordobés Raúlo Cáceres, que vienen haciendo las delicias de los aficionados en numerosos títulos de Avatar. Algunos de estos se han ido traduciendo a nuestro idioma, con suerte desigual, y ahora es Panini la que licencia en nuestro idioma series tan emblemáticas como La marcha zombi o Crossed.
La primera, escrita por el exitoso Max Brooks, autor también de bombazos como la Guía de supervivencia Zombi y Guerra Mundial Z, da una vuelta de tuerca a los géneros de zombis y vampiros, haciendo que ambas razas infames se enfrenten entre sí en una guerra despiadada. El título original del asunto, The Extinction Parade (la marcha o desfile de la extinción) da mejor cuenta del contenido de la serie: al producirse el apocalipsis zombi, los seres humanos pasan a estar en peligro de extinción y, con ellos, los vampiros, que necesitan de los hombres para alimentarse. Es así que estos últimos deciden acabar con los zombis antes de que unos y otros acaben por desaparecer de la faz de la tierra. Friki donde los haya, no se puede negar que el concepto tiene su gracia, y los que ya han leído a Brooks saben que el escritor es de lo más adictivo, de modo que la diversión está garantizada de antemano. Sucede además que los dibujos son cosa del espectacular Raúlo Cáceres, quien realiza aquí uno de los mejores trabajos de su carrera. Con su gusto por las composiciones arriesgadas, la variedad de sus recursos narrativos y su alucinante uso de las tintas, Raúlo logra amplificar el placer de la lectura.
Malaga Hoy
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