Muestras y ensayos reivindican la figura de Raymond Cauchetier, el fotógrafo que inmortalizó la revolución del cine en los sesenta
CARLES GÁMEZ Valencia 15 AGO 2015
Una pareja pasea por los Campos Elíseos. Ella, cabellos cortos masculinos, pantalones capri y camiseta con el logo New York Herald Tribune. Él, un joven aprendiz de gánster con sombrero Borsalino y aire desgarbado. La actriz Jean Seberg y un casi debutante Jean-Paul Belmondo son fotografiados por Raymond Cauchetier durante el rodaje de Al final de la escapada(1966), la obra que pondrá el nombre de Jean-Luc Godard en los rótulos luminosos del nuevo cine y lanzará la Nouvelle Vague como marca. Acababa de nacer una de las imágenes icónicas del siglo XX.
Después de permanecer olvidado durante décadas, Cauchetier (París, 1920), a sus 95 años, disfruta finalmente del reconocimiento; su obra se exhibe en centros oficiales y galerías mientras le dedican ensayos y estudios críticos. “Hice mi debut en el mundo del cine sin saber que iba a ilustrar una revolución cinematográfica”, recordaba en uno de los homenajes que han ido sucediéndose en los últimos tiempos.
Entre 1959 y 1968 su Rollefleix recoge a estos nuevos héroes, protagonistas de la vida moderna que imponen su estilo, la generación Nouvelle Vague bautizada por la directora de la revista Elle Françoise Giroud. Aquellas imágenes mal pagadas y material de trabajo de producción acabarán por transformarse en el mejor documental de ese nuevo cine. Cauchetier asiste desde la primera fila a la insurrección visual. “Si tuviera que quedarme con algunos de los mejores recuerdos, sería el rodaje de Al final de la escapada y la sensación de estar asistiendo a la reinvención de cine”.
La vida de Cauchetier está marcada por la historia del siglo XX. A los 20 años entró en las filas de la Resistencia francesa luchando contra el ejército nazi. Acabada la guerra, se marchó a Indochina para trabajar en el servicio de información y prensa del ejército francés. A su regreso a París, a finales de los años cincuenta, el azar lo lleva hasta las puertas de esa revolución cinematográfica que acababa de comenzar capitaneada por los jóvenes críticos de la revista Cahiers du Cinema, autodidactas como él.
Sus fotos, casi sesenta años después, son la memoria rescatada de sus protagonistas: directores como Jean-Luc Godard, Jacques Demy o François Truffaut y sus musas, Anna Karina, Jeanne Moreau, Anouk Aimée o Françoise Dorléac. Una generación de actrices representantes de una forma de vivir más libre. “Tuve la suerte que los actores que fotografié eran guapos y fotogénicos”. Su cámara fue testigo del primer encuentro entre la actriz Jean Seberg y Godard con motivo del rodaje de Al final de la escapada. La estrella estadounidense, acostumbrada a Hollywood, no pudo esconder su nerviosismo ante un director que le ofrecía los diálogos escritos en unos improvisados trozos de papel.
Promotor de un nuevo realismo cinematográfico y de estética neorromántica, sus imágenes han forjado una serie de iconos que cada temporada sirven de munición gráfica al mundo de la moda, la fotografía, la publicidad o el diseño gráfico. Fotógrafas como Ellen Von Unwerth para el Vogue estadounidense o realizadoras como Zoe Cassavetes, uno de los nombres fetiches del cine publicitario de moda, no han dudado en inspirarse en la Nouvelle Vague y las imágenes de Cauchetier como objetos de remake.
CARLES GÁMEZ Valencia 15 AGO 2015
La actriz Anouk Aimée en la cinta de 1961 'Lola'. La película está ambientada en Nantes y cuenta la historia de Lola, una bailarina de cabaret, que espera el regreso de su novio Michel y padre de su hijo, y que hace siete años emigró a América con la promesa de volver cuando se hiciese rico. Durante su ausencia, Lola es cortejada por Roland, un amigo de la infancia, y por el marinero americano Frankie.
RAYMOND CAUCHETIER
Una pareja pasea por los Campos Elíseos. Ella, cabellos cortos masculinos, pantalones capri y camiseta con el logo New York Herald Tribune. Él, un joven aprendiz de gánster con sombrero Borsalino y aire desgarbado. La actriz Jean Seberg y un casi debutante Jean-Paul Belmondo son fotografiados por Raymond Cauchetier durante el rodaje de Al final de la escapada(1966), la obra que pondrá el nombre de Jean-Luc Godard en los rótulos luminosos del nuevo cine y lanzará la Nouvelle Vague como marca. Acababa de nacer una de las imágenes icónicas del siglo XX.
El director de cine fraco-suizo Jean-Luc Godard y su musa la actriz Anna Karina, en una imagen en París. El director fue el encargado de convertir a Karina en "la princesa de la Nouvelle Vague".
RAYMOND CAUCHETIER, COURTESY JAMES HYMAN GALLERY, LONDON
Negativos de la cinta 'Jules y Jim'. La película francesa fue dirigida por François Truffaut en el año 1962 y forma parte del movimiento cinematográfico denominado Nouvelle vague. El filme está basada en un libro de Henri-Pierre Roché.
RAYMOND CAUCHETIER, COURTESY JAMES HYMAN GALLERY, LONDON
'Al final de la escapada', es una película francesa de 1960, en blanco y negro, dirigida por Jean-Luc Godard y con Jean-Paul Belmondo, Jean Seberg, Daniel Boulanger y Jean-Pierre Melville, en los papeles principales.
AYMOND CAUCHETIER, COURTESY JAMES HYMAN GALLERY, LONDON
Imagen de la cinta 'Jules y Jim', 1962, protagonizada por Jeanne Moreau, Oskar Werner y Henri Serre.
RAYMOND CAUCHETIER, COURTESY JAMES HYMAN GALLERY, LONDON
El fotógrafo desembarcó en el set de ese nuevo cine, libre, directo, enemigo acérrimo de esa cinematografía academicista que imperaba en la Francia de la posguerra, y se convirtió en el ojo invisible en el plató de esa nueva ola que se reconoce tanto en el lenguaje de Robert Bresson y Jean Vigo como en su pasión por el cine norteamericano de Hitchcock y Hawks.
Imagen de Anna Karina en la cinta 'Una mujer es una mujer' de 1961. En la cinta Karina interpreta a una artista de striptease francesa desesperada por convertirse en madre.
RAYMOND CAUCHETIER, COURTESY JAMES HYMAN GALLERY, LONDON
Imagen de la película francesa de 1964 'La piel suave'. La cinta protagonizada por Jean Desailly, Françoise Dorléac, Nelly Benedetti, cuenta la historia de Pierre Lachenay, un famoso escritor, casado y con una hija de 10 años, que abandona el hogar conyugal tras iniciar una relación con Nicole, una azafata.
RAYMOND CAUCHETIER
Promotor de un nuevo realismo cinematográfico y de estética neorromántica, sus imágenes han forjado una serie de iconos que cada temporada sirven de munición gráfica al mundo de la moda, la fotografía, la publicidad o el diseño gráfico. Fotógrafas como Ellen Von Unwerth para el Vogue estadounidense o realizadoras como Zoe Cassavetes, uno de los nombres fetiches del cine publicitario de moda, no han dudado en inspirarse en la Nouvelle Vague y las imágenes de Cauchetier como objetos de remake.
En 1963 fue el encargado de retratar al elenco de la cinta 'La estafadora', dirigida por Marcel Ophüls.
RAYMOND CAUCHETIER, COURTESY JAMES HYMAN GALLERY, LONDON
Gracias al director Roger Vadim, Y Dios creó a la mujer (1956), y a la figura infractora de Brigitte Bardot en el papel de Juliette la pantalla centelleaba con un nuevo modelo femenino; una generación de actrices definía ese nuevo estatus entre la modernidad y transgresión. Las fotos de Cauchetier, medio siglo después, devuelven ese momento de cambio y mutación estética.
'Al final de la escapada', ganó el Oso de Plata a la mejor dirección en la edición de 1960 del Festival Internacional de Cine de Berlín.
RAYMOND CAUCHETIER, COURTESY JAMES HYMAN GALLERY, LONDON
RAYMOND CAUCHETIER, COURTESY JAMES HYMAN GALLERY, LONDON
Imagen de la cinta 'Una mujer es una mujer'.
RAYMOND CAUCHETIER, COURTESY JAMES HYMAN GALLERY, LONDON
El Pais Revista de Verano sabado 15 de agosto de 2015
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