Fulgencio Pimentel publica tres cuidados volúmenes que demuestran que la edición es de por sí un arte y hacen crecer el exquisito catálogo.
JAVIER FERNÁNDEZ | ACTUALIZADO 27.08.2014
Junto al cómic se incluyen unas gafas 3D para sus ilustraciones.
El catálogo de Fulgencio Pimentel crece y crece, gracias a Dios, siempre en nuevas e inesperadas direcciones. Por si alguien duda de que la edición sea un arte, aquí les dejo noticia de las tres últimas incorporaciones a la atrayente propuesta de la editorial riojana.
Curiosón. Viaje al centro del océano es un divertido álbum de gran tamaño y encuadernación en cartoné, realizado por el francés Matthias Picard (Reims, 1982). A medio camino entre el cómic y el libro ilustrado, Picard propone al lector un espectacular viaje en tres dimensiones al fondo oceánico, aprovechando al máximo la vieja técnica de impresión en 3-D (aquella de los dos colores, rojo y azul), que aquí alcanza el mayor nivel de nitidez y sorpresa que el que suscribe haya visto en su vida. Como corresponde a la fenomenal zambullida, el autor renuncia a la palabra, y el viaje del buzo protagonista de tan singular volumen carece por completo de sonidos, lo que deja al lector solo con las hermosísimas ilustraciones de corales, tiburones, ballenas, misterios y civilizaciones sumergidas. Claro está que para disfrutar de la experiencia harán falta un par de gafas anaglíficas como las que regala (por partida doble) Curiosón, convenientemente embolsadas y pegadas a la guarda posterior. Parafraseando la publicidad de la propia editorial, el álbum es un verdadero libro objeto y sus páginas son un conjunto de decorados de fantasía, que resultan prácticamente tangibles.
Culto Charles, de José Ja Ja Ja (José Quintanar, Campo de Criptana, 1984), es otra rara joya, también de gran tamaño (para los estándares actuales), aunque está vez encuadernada en rústica. Una particularidad de la edición es que los pliegos se presentan parcialmente sin guillotinar, de modo que el lector se reserva el placer de ir cortándolos a su gusto; otra, más sustanciosa, es que los 500 ejemplares de que consta la tirada contienen un bello exlibris firmado y numerado por el artista. A Ja Ja Ja ya lo habíamos visto en la imprescindible antología Terry (Fulgencio Pimentel, 2014), y aquí se desata en una larga y fragmentada aventura onírica de hermosísimos dibujos. Son los supuestos sueños de algunos miembros de la hipotética secta fundada por A. S. Brandon en la década de 1960, sueños finales que preceden a la muerte. El resultado es tan extravagante como parece, y entiéndase que aplico extravagante en la acepción de lo "que se hace fuera del común modo de obrar". En otras palabras, es una pasada.
Por último, Errata Stigmata, del genial Beto Hernandez, continúa la senda de rescate de personajes secundarios de la cabecera Love & Rockets iniciada con Rocky (Fulgencio Pimentel, 2013), del no menos renombrado Jaime Hernandez. Son 48 páginas finamente editadas con todos los cómics de la carismática Errata, más unas cuantas ilustraciones sacadas de aquí y de allá y una estupenda entrevista al célebre creador de Palomar. Si es verdad que el catálogo refleja el gusto del editor, no puede negarse que el de los responsables de Fulgencio Pimentel es realmente exquisito.
Diario de Cadiz
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