sábado, 23 de agosto de 2014

ESTELA PLATEADA, UN SURFISTA GALÁCTICO CONDENADO A LA SOLEDAD


A veces, cuando uno se plantea el contenido de un artículo destinado a glosar la figura de un superhéroe, no sabe si el lector se sentirá más cómodo ante un texto lleno de fechas y datos, nombres y hechos, o si, por el contrario, preferirá una lectura más atenta a la profundización del carácter de ese personaje. Pero ahora estamos en Clásicos Marvel y, se supone, ésta es una colección distinta, creada por Forum para satisfacer la curiosidad completista del buen aficionado al Universo Marvel o, simplemente, para mostrar continentes y contenidos que han marcado pautas, que han forjado historia.

Sin duda, los dos números que recogen el nacimiento de Estela Plateada en las publicaciones Marvel pertenecen a los dos apartados antes mencionados. Y no es porque el heraldo de Galactus sea un personaje "popular" en el sentido estricto de la palabra, sino porque Estela, el surfista plateado que vaga por el espacio, es un mito, un fetiche que demuestra aquello de las excepciones a la norma general. Y lo es porque no hay muchos personajes marvelianos que sientan como él, que tengan una historia tan retorcida y rica, que disfruten de unos poderes que no obedecen a una genética mutante ni a la exposición del cuerpo a rayos científicamente ya posibles. Pero ya que estamos en ello, repasemos la historia de Estela, confeccionemos su carnet de identidad, llenemos de datos este artículo, intentemos, así, comprender el cómo y el por qué de este personaje. La historia es vieja, pero no por ello menos curiosa. En 1966, Stan Lee y Jack Kirby llevaban cinco años abocados con los cinco sentidos a la creación y desarrollo de un universo en expansión: el de los superhéroes, conocidos también como hombrecitos en pijama. The Fantastic Four, Hulk, Ant-Man, Thor, Iron-Man, Sargent Fury, The Avengers, The X-Men, Captain America... Héroes nuevos o retomados de antiguas ideas, todos ellos galanteados por Lee y Kirby en cientos de páginas que ya empezaban a hacer historia. Recordemos, estamos en 1966. Lee y Kirby buscaban algo nuevo para sus colecciones. Grupos como Los 4 Fantásticos se habían enfrentado a toda suerte de superenemigos, terrestres o alínealígenas, mutantes o víctimas de radiaciones. Llegó la hora de generar un nuevo personaje, un ser por encima de todos los seres, un vagabundo de las galaxias que se alimenta de planetas vivos: Galactus.


Con una idea bastante clara en la cabeza de cómo debería ser este personaje que, con el tiempo, llegaría a convertirse en piedra angular del Universo Marvel, guionista y dibujante discuten brevemente el contenido de la historia que dará a conocer a los lectores la existencia de Galactus. Jack Kirby pone manos a la obra y dibuja las 20 páginas correspondientes s ese nuevo episodio. Cuando esos originales llegan a manos de Stan Lee, éste descubre, sorprendido, la aparición de un ser plateado montado en una especie de tabla de surf. Kirby había pensado que ya que Galactus debía desplazarse por el Universo en busca de alimentos! por qué no pensar en que sería necesarie la presencia de una especie de lazarillo de avanzadilla, de personaje que rastreara el cosmos sirviendo el ansia devoradora de mundos de Galactus. A Lee le gustó la idea. La desarrolló, le dio forma, le creó un pasado y un presente, y en los números 48 al 50 de The Fantastic Four, Estela Plateada tomó carta de naturaleza. Era un ser noble, distinto, espiritualmente rico, inteligente y un tanto altivo. De entrada, Lee y Kirby marcaban ya diferencias con respecto a sus anteriores creaciones.

Pero sigamos con nuestra historia bibliográfica. En el n.° 55 de la colección, Estela reaparece, enfrentado ahora a la Cosa. Esta fugaz aparición se reforzaría ese mismo año en Tales to Astonish nºs 92 y 93 (con un episodio de Marie Severin co-protagonizado por La Masa) y en el Fantastic Four Annual n.° 5. En 1968, año de muchos cambios sociales en el mundo, la particular y esbelta figura del ahora solitario y vagabundo surfista reaparece en The Fantastic Four, concretamente en los números 71 y 74 al 77. Los lectores han terminado por encariñarse con él, desean nuevas historias, saber más de este atormentado ser. Y así, en agosto de ese año, nace la colección Silver Surfer, su primer volumen. Serán dieciocho números escritos por Stan Lee y dibujados por John Buscema (Kirby ilustró el último), con una back-story protagonizada por El Vigilante, en dos épocas muy diferenciadas: los siete primeros números de 40 páginas y los once restantes como colección regular de 20 páginas.

La colección se cierra en 1970 porque las ventas no permiten su continuidad. A pesar de todo, da la sensación que los lectores norteamericanos no terminan de comprender al personaje, de digerirlo; pero eso no significa que lo rechacen. En todo caso, los creativos de Marvel siguen creyendo en él, hecho que demuestra su pronta reaparición en 1971 de la mano de Roy Thomas, en los números 34 y 35 de Sub-Mariner.

Entre 1972 y 1981 las apariciones estelares del surfista atormentado se espacian, pero, en todo caso, parece claro que su figura se reafirma con el tiempo, que su popularidad no decrece, antes al contrario. Se contabilizan aventuras co-protagonizadas por su plateada piel en Thor n.° 193, Marvel Feature n.° 1, Fantastic Four nºs 120 al 128 y 150 al 157, Tomb of Dracula n.° 50 (¡!), Hulk n.° 250 y Avengers nºss 215 y 216. Y llegamos a 1982. Stan Lee, que siempre ha tenido muy presente que la reaparición de la colección de Silver Surfer era cuestión de encontrar el momento adecuado, escribe lo que, en teoría, debería haberse convertido en un guión cinematográfico protagonizado por Estela Plateada. Problemas de producción y casting dan al traste con el proyecto, pero el guión de Lee se convierte en el único número del volumen 2 de Silver Surfer, esta vez ilustrado por las manos sabias y dedicadas de John Byrne y Tom Palmer.

Lee nos recuerda el pasado de Norrin Radd, ese zennlaniano que un día tuvo que convertirse en lo que ahora es para salvar a su pueblo, pero que no olvida a su gente, y mucho menos a Shalla-Bal su hermosa prometida. Nuevos datos enriquecen la historia de Estela, datos que continúan prefigurando un carácter ahora más duro pero no exento de bondad y, sobre todo, de sentido de la justicia.

Llegados a este momento, y continuando nuestro periplo por riguroso orden cronológico, es hora de volver a la bibliografía. Estela sigue presente en las colecciones Marvel a través de Avengers Annual n.° 11, Defenders nºs 112 al 115 y 122 al 125, Fantastic Four nºs 259 al 262 y Secret Wars II n.° 9. Y así, saltando alegremente a través del tiempo, hemos llegado a julio de 1987. Si alguien se pregunta el por qué de la importancia de esta fecha, debe saber que, por fin, con ese mes y año de cubierta aparece el tercer volumen de la colección Silver Surfer, el que ahora mismo continúa en candelera con un cierto éxito, el que Jim Starlin recoge como guionista en su regreso a Marvel, el que, finalmente, todos los lectores españoles tienen la oportunidad de ver y leer en castellano a través de Estela Plateada, la colección. Pero Stan Lee, movilizado de sus tareas editoriales a otros encargos más lucrativos, ya no se hace cargo de Estela. Su lugar lo ocupa Steve Englehart, mientras que la parte gráfica quedaría, en principio, a manos de Marshall Rogers. Norrin Rad vuelve a su mundo, regresa al lado de su prometida... Pero las cosas han cambiado. Su fatal destino vuelve a hacer aparición. Estalla la segunda guerra Kree-Skrull, entran en escena los Arcanos del Universo, Nova, el actual heraldo de Galactus, comparte protagonismo con Norrin. Y habrá más, sin duda, ya que Jim Starlin, que retoma la colección en su número 34 (ya aparecido en USA), no se contentará con dejar las cosas tal y como están.


No, no me olvido de los dos números del Silver Surfer de la línea Epic, de esos dos números que significaron un breve pero intenso reencuentro entre Stan Lee y Estela Plateada. Moebius, el gran historietista francés, fue el encargado de dar vida gráfica al surfista en esta mini-serie aparecida en 1988 que ahora, como formato prestigio, acaba de editar Forum en castellano.

Atrás quedan cientos de páginas que han conformado la historia de un personaje singular que parece haber encontrado su sitio en el mercado tanto USA como español. Hay más. Novelas gráficas, historietas cortas, breves apariciones en otras colecciones. Pero lo importante se ha glosado aquí, lo que nos dará una idea de la trayectoria estelar de Norrin en colecciones regulares. Lógicamente, ésta no es una historia cerrada. Continuará, como todos los comics. Y de eso se trata. ■ Antoni Guiral





Clasicos Marvel nº18 publicado por Planeta De-Agostini, enero 1990.

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