martes, 8 de julio de 2014

THE CULT por Jim Starlin y Berni Wrightson

«Es algo siniestro, algo frío e infinito que me espera. Mi ánimo se debilita y me dice que huya. Pero ante mi horror mi cuerpo desobedece toda lógica y me abro a él. No puedo evitarlo. Coacción.»






¿Y qué otra reacción se puede albergar frente a la inagotable y todpoderosa acción-atracción de Batman que dejarse consumir por ella?. Ninguna. Para los batfans españoles (los reales, no cualquiera que se pone una pijada con su emblema) la última entrega importante del murciélago justiciero (entendamos por importante una relación lógica de formato/precio/calidad), es ni más ni menos que «Batman: The Cult», una serie de cuatro álbumes prestige realizados por el necrófilo Jim Starlin y Berni Wrightson, el señor de las tinieblas.

El Culto poseerá un imperativo exclusivo original, un toque al estilo Starlin de valor único y preponderante en la obra. Jim se plantea la trama básica original, el llevar al héroe-mito hasta el límite para luego devolverlo a su pedestal. Y lo hace con la particularidad de que Batman no será herido, ni muerto, no morirá su familia ni será —excesivamente— maltratado físicamente, sino que será hechizado, poseído, desprovisto de la seguridad, autoridad, gallardía, fuerza imponente de carácter innatas en él. Batman caerá por su propio peso confiando en sí mismo y será cobarde, indigno, miserable, decadente, esclavo.




 El lector queda atrapado en el terror intrínseco de la historia, sin nadie a quien agarrarse, con su héroe al borde del abismo; esperando impaciente a que se yerga en toda su altura y golpee con toda su fuerza y diga «no te preocupes, chico, estaba fingiendo para atrapar al malo». Pero, ¡oh, sorpresa!, Starlin se recrea en ello y lo humilla hasta la última página en la cual el supuesto y arrogante mito se «asegura» quemando un trozo de madera, poniendo al descubierto un terror infantil irreversible e injustificable.
Pero, si bien todo hasta aquí han sido alabanzas al buen hacer del necrófilo... ahora viene la parte más crítica. La cuestión predominante durante toda la lectura que corroe la morbosa curiosidad del aficionado, no es otra que: ¿Jim Starlin ha hecho un plagio descarado de Miller?.

Plagio, copia, influencia, homenaje, el caso es que desde la primera a la última página el lector sufre un inevitable retroceso en la realidad, reviviendo las viñetas del Dark Knight. Una larga lista de bases argumentísticas, detalles y recursos, excesivos para dar cabida aquí y tan evidentes que resulta improcedente reseñar, son sinónimos perfectos de la ya citada obra de Frank Miller.

Jim, que últimamente parece envidiar al prolífico Byrne en cuanto a producción en masa se refiere, pierde en ciertos momentos las riendas, con el tris¬te resultado de no ser lo que podría haber sido de haber encontrado más dedicación. Aun así, el guión, aunque no es el esperado, mantiene un alto nivel de calidad.

 En el plano artístico Berni Wrightson, como indiscutible maestro en el arte de crear ambientes sórdidos, oscuros, y atmósferas densas, terroríficas, se desenvuelve como nadie en el mundo de las sombras del murciélago, penetrante y siniestro, que le exige el guión. Realiza una magnífica labor en todos los aspectos del dibujo, que se funde con el guión ayudándolo, cooperando con él hasta narrar por sí mismo con más eficacia que el texto.

Bill Wray, el colorista, innovador e interesante, corona con su aportación al pastel, con una cereza rica en tonos ocres y contrastes.

El toque personal del guión de Jim, con su simbolismo al Dark Knight, junto al elaborado dibujo de Wrightson y un color magnífico pero demasiado «original» para el lector habitual, hace cultivar al Cult grandes pasiones y profundas decepciones. Para muchos el cómic no llega a la altura del listón (que está muy alto a consecuencia de sus predecesores, del formato, y del precio) o es incomprendido; para otros, entre los que me incluyo, es un cómic de notable calidad y entretenido. El requisito para situarse a un lado u otro es leerlo.

José Ángel Cano

Publicado en Krazy Comics nº1 Octubre de 1989

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