miércoles, 14 de marzo de 2012

Reunion, cuaderno de bocetos de Manel Fontdevila, 2011



En la última de las reuniones aperiódicas-desordenadas-fantásticas-y-caóticas del Ojo apareció este fantástico libro de bocetos de Manel Fontdevila, REUNION, publicado por ¡Caramba!. Fantástico porque resumía en un claro ejemplo práctico un gran número de elementos, a saber: el eterno e infinito trabajo de abocetar ideas sin parar, o simplemente dibujar algo que te motiva que está frente a ti, es interesante conservar el material que uno va acumulando (envidia me dan los editores que seguramente no pudieron incluir mucho más material y disfrutaron de un enorme tesoro en las manos), observar como se puede elegir cualquier formato para la publicación de una obra gráfica, estudiar tu propio estilo de dibujo, su evolución, en definitiva un base de datos que normalmente tienen todos los dibujantes, e incluyo la introducción de manel fontdevila de su propio cuaderno porque explica mejor que yo los elementos del cuaderno. Y mujeres, muchas mujeres.


Las primeras reuniones a las que acudí se celebraban en la Avenida Diagonal, frente a Rambla Catalunya, varios pisos por encima de la camisería manejable amisería Furés. Un sitio práctico, manejable y, a pesar de su condición de edificio de oficinas, entrañable. Evidentemente, todo el mundo decía que no, que las redacciones de El Jueves entrañables eran las de antes, así es la condición humana. Da igual. La reunión, pues, se celebraba dos o tres días a la semana, en el despacho de Óscar, que tenía una mesa ad hoc. Lo mismo pasaba cuan­do nos trasladamos a Viladomat; no así en el actual y brand new edificio de RBA, en Glories, donde una aséptica salita acristalada cumple estas funciones.
El objetivo, preparar los contenidos con los que el semanario satírico El Jueves debe seducir semanal­mente a su clientela. Repasábamos un poco el mundo, lo que traían los papeles, lo que daban por la tele, también lo que la calle pusiera ante nuestras narices, los chismes que nos habían contado.
Intentábamos interpretarlo y traducirlo en páginas humorísticas que se encargaban al autor idóneo: "consejillo de redacción" se llama, aún, el invento. Ahí llegamos en otoño de 1997, con Albert Monteys, encargados de dar una pátina ,  


juvenil al proceso: "¡Los pier­cings! ¡Festival de Benicás­sim!", tal era el calibre de nuestras aportaciones. Estaban también en la mesa Óscar y J.L. Martín, editores de la revista, Mayte Quílez,
Maikel y Fer. Algunos se fueron, llegaron otros, Pepe Colubi, Guille Martínez-Vela, siempre
notarios de la actualidad, abogados del diablo, pa­ladines de la chanza y la falta de respeto, en fin, ya me entendéis. No es muy ortodoxo mezclar la intro­ducción con las dedicatorias, pero si a alguien debe dedicarse este raro objeto es a todos ellos.
En este proceso tomábamos no­tas, apuntábamos temas e ideas , en hojas sueltas, en cualquier papel al alcance de la mano. Y también, a lo largo de la reunión, uno hacía pequeños dibujos, al hilo de lo que se estaba diciendo o no, en modo automático: éramos dibujantes y dibujábamos, no tiene más secreto la cosa. Estos papeles acababan todos en la papelera, ley de vida 100%. Pero con el tiempo te quedaba la sensación de haber perdido ideas y bocetos, en su mayoría ya imposibles de resucitar: de ahí la costumbre de la libretita.
Repasadas a posteriori, estas  libretas contienen, y no por orden de importancia, 1, dibujos
de forma automática; 2 compuestos de igual forma, y, también, a partir de frases cazadas



a vuelapluma de boca de mis contertulios o de los titulares de la prensa, casi siempre fuera de 
contexto; 3, algún apunte, del natural o a partir de fotos del periódico; 4, bocetos de chistes de diferente grosor e intención, desde el chiste de actualidad a la broma privada, muchos de ellos
inéditos y sin utilidad posible fue­ra de este formato improvisado; 5, mujeres, posi­blemente dibujadas bajo la influenza subconsciente del uso del Metro de Barcelona, lugar éste donde (yo lo he visto) se dan cita muchas de ellas; 6, listas de temas susceptibles de haber sido tratados en la revista, encabezados por la fecha de la reunión, o por el número de El Jueves para el que trabajábamos. Leídas de corrido son un repasillo curioso a la actualidad reciente. 7, tipografías variadas: me gusta
 la letra a mano a pesar de mi mala caligrafía. Y 8, pongamos un etcétera, hasta por si acaso.
Manuel Bartual y Alba Diethelm, equipo Caramba, han seleccionado y puesto en orden las páginas aquí recopiladas: mi más sincero agradecimiento a ellos por este trabajo. Por lo demás, empieza ya la experiencia, la propuesta, el documento.  La libreta: ¡desde su espiral, millones de reuniones os contemplan!

Manel F.












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