sábado, 28 de enero de 2012

El salto del siglo XIX al XX, según Steinlen


"El beso" (1911), de Théophile-Alexandre Steinlen.      "La Manifestación" (1905) es un óleo sobre la tela de Steinlen.

JAUME VIDAL
Convulsivo el tránsito del siglo XIX al XX, sobre todo en el París anterior a la Primera Guerra Mundial. Años de agita­ción social, de sensualidad irreve­rente, de avances tecnológicos y de arranque de muchos de los caminos que emprendería el arte en décadas siguien­tes. El Museo Picasso de Barcelona presenta, del 29 de febrero al 28 de mayo, la exposición Steinlen y la época del 1900, que recoge esos momentos de magia artística mediante la exhibición de numerosas obras del pintor e
ilustrador Théophile Alexandre  Steinlen (Lausanne, 1859-París,1923), junto a la de contempo-  ráneos suyos y la de otros artistas que le influyeron.
La exhibición, en la que podrán verse, entre otros, obras de Daumier, Forain, Renoir, Manet, Degas, Bonnard, Van Gogh, Toulouse-Lautrec, Utrillo, Valla-don, Munch, Schiele, Rouault y Picasso, presentará, junto a creación pictórica, el característico universo gráfico de la época con los trabajos realizados para ilustración de prensa y literatura, y para el entonces pujante soporte del cartelis­mo publicitario. También se mostrará obra gráfica y material impreso. Organi­zada con la colaboración de Musées d'Art et d'Histoire de Géneve, centro del cual es conservadora jefe del gabinete de dibujos, Claure Stouillig, comisaria de la exposición, Steinlen y la época del 1900, presentará en su montaje en Barcelona, un apartado diferenciado del original, con obras de artistas catalanes de princi­pio de siglo para quienes las publicacio­nes en las que colaboró Steinlen fueron determinantes en la evolución de su obra. Entre estos artistas se encuentran los nombres de Ramon Casas, Joan Llaverias, Isidre Nonell, Ricard Opisso, Ramon Pichot y Santiago Rusiñol.
Steinlen fue hijo de los años de la Belle Époque, periodo de fecunda crea­ción, como suelen ser todas las épocas en que las contradicciones sociales conviven en tolerante conflicto. Pintor, dibujante, ilustrador, caricaturista, dise­ñador publicitario, Steinlen vivió un momento de eclosión multidisciplinar con la puesta en marcha de la nueva modernidad artística del cambio de siglo, motivada por la necesidad política de llegar a más amplias capas de la población, del auge de la prensa satírica, de la ebullición cultural, de la importan­cia del mensaje publicitario, del perfec­cionamiento de las técnicas de impre­sión, que mejoraron las publicaciones en rapidez y calidad y, en definitiva, por la entrada a la moderna sociedad de masas.
En este contexto, Steinlen se instala en Montmatre en 1881 procedente de su Suiza natal. Rápidamente se introduce en el círculo del cabaré Le Chat Noir que dará pie a una publicación del mismo nombre. Gracias a sus colabora­ciones en esta revista pronto adquirirá un gran prestigio y una gran soltura para dibujar gatos. Steinlen frecuenta, en esa época, al pintor Toulouse­Lautrec, a la cantante Yvette Guilbert y al escritor Verlaine. El mundo de Stein­len se mueve a caballo entre el glamour de los grandes cabarés parisienses frecuentados por la burguesía y la bohe­mia artística, y el patetismo de los desheredados. El momento que le toca vivir está marcado por las crecientes diferencias sociales.
Steinlen ilustró diferentes ediciones de Zola y Anatole France, sus dibujos aparecían en publicaciones, muchas de las cuales de tono satírico, como Mirli­ton, L'Assiette au Beurre, Cocorico, Gil Blas Illustré, que ejercieron gran influen­cia en círculos artísticos de otros países. Picasso realizó un retrato de su padre en el que aparece asomado en uno de los bolsillos de su chaqueta un ejemplar de Gil Blas Illustré. Esta publicación podía leerse en Els Quatre Gats, la taberna barcelonesa
nacida bajo el influjo parisiense de la época.
Pero junto a su colaboración con la prensa satírica, con la que se diri­gía a un público asentado socialmente y a otro bohemio, pero culturalmente forma­do, los dibujos de Steinlen también aparecieron en las publicaciones del movimiento obrero, tanto de tendencia socialista como anarquista. Entre esas cabeceras se encontraban Le Chambard Socialiste, Zo d'Axa, La Feuille y La Révolte. En su obra, Steinlen puso en solfa sus firmes convicciones a favor de las clases trabajadoras, lo que no fue obstáculo para realizar las ilustraciones para ediciones de libros de lujo y tiraje limitado destinadas a bolsillos pudientes.
Otra de las grandes facetas de Steinlen fue la del cartelismo publicitario, como el realizado para la Compagnie française de chocolats et des thés (1894). La expo­sición permite contrastrar sus trabajos con los de otros artistas. De Toulouse-­Lautrec podrán contemplarse los emble­máticos carteles Ambassadeurs y Moulin Rouge-La Goulue.

El Pais, 26 de febrero de 2000

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