martes, 24 de noviembre de 2020

Paterfamilias

El autor argentino Jorge González regresa a las librerías con su nueva obra como autor completo, 'Llamarada', una profunda reflexión sobre la paternidad


JOSÉ LUIS VIDAL

16 Septiembre, 2020





El anuncio del confinamiento, no por esperado, pilló a más de uno con el paso cambiado. Y claro, presentaciones que estaban programadas, novedades editoriales y estrenos quedaron parados en seco, abandonados en un limbo del que han salido meses después, cuando hemos entrado de lleno en eso que se ha dado por llamar 'nueva normalidad'. Pero claro, estos meses pueden haber supuesto un olvido o desconocimiento de su existencia por muchos lectores potenciales.

Entre otras muchas novedades de cómic, Llamarada, publicada por la editorial ECC, fue una de las que se vio afectada, no pudiendo presentarse de la manera adecuada.

Es por ello, y por el interés que reviste esta última y personal incursión en el mundo de la viñeta por su autor, que la 'rescato' para que, vosotros, lectores, tengáis la oportunidad de poder disfrutar de su lectura, hecho que os recomiendo.

La historia comienza en Argentina. Buenos Aires, Avellaneda, principios del siglo pasado. Un grupo de hombres tienen la pretensión de levantar un estadio de fútbol en medio de unos terrenos abandonados de la mano de Dios, donde el barro y los desechos han ido acumulándose.

Hablar de Argentina sin nombrar el deporte rey es un pecado, ya que lo llevan en su ADN desde que nacen.

Y Jorge González no podía ser menos. Además, cuenta con un legado futbolístico importante, ya que su abuelo José, que desde pequeño demostró su control del balón y al que pronto apodaron Llamarada debido al color de sus cabellos tuvo una breve pero muy exitosa carrera como futbolista.

Pues bien, una vez iniciado el viaje, esa mirada hacia el pasado, el autor comienza a tocar el tema que más le interesa. La relación de padres e hijos. Comenzando por su bisabuelo, que no terminaba de ver claro que su hijo se dedicara al balompié, pasando de éste a la relación del propio autor con su abuelo, que viene a llenar el vació que provocó la ausencia de su padre.

Es por ello que este libro se convierte en una especie de exorcismo en el que volcar esos tiempos, esas ausencias, el silencio entre dos personas que no pudieron terminar de conocerse y cuyas heridas emocionales tan solo se cerrarán con el paso de los años.

Y de oca a oca, saltamos a la propia paternidad del autor, de Jorge. Su estrechísima relación con Mateo, su primer hijo, niño de pelo rojo como su bisabuelo y al que veremos crecer mientras mete sus pies en la orilla de La Caleta. Y es que esta historia es además de un viaje emocional, uno físico. Desde Argentina, país de origen, pasando por Barcelona, Cádiz y Madrid.

El autor sabe reflejar con su paleta cada lugar, sus colores. El gris nublado del mar en la costa argentina, compartiendo pensamientos con otro de los protagonistas de esta historia. Su amigo Hernán, con el que no solo comparte apellido, sino que le ha ayudado a completar muchos capítulos de este recorrido vital.

El mar, que se torna azul y se confunde con el despejado cielo gaditano, donde nació Mateo, ese niño de preguntas y afirmaciones que te dejan mudo, absorto por su profundidad.

Y de ahí, un viaje al cemento, al hormigón y la polución de Madrid, lejos del sonido de las olas y la llegada de un nuevo hijo, el pequeño Leo.

¿Qué es ser padre? ¿Existe una guía? Jorge González pone las cartas sobre la mesa, se sincera y nos muestra cómo es él como progenitor, tratando de evitar los errores y ausencias que lo han marcado como persona.

Incluso nos mete en una mesa redonda, donde varias personas, entre ellas su amigo Hernán, discuten sobre la herencia genética y otros temas muy interesantes.

Los que conozcan la obra de este autor ya sabrán reconocer su estilo, en el que utiliza la figuración como carta de presentación cuando narra hechos pasados y, poco a poco, su estilo se va tornando más y más abstracto, suelto, transmitiendo sentimientos a través de sus páginas. Pongo como ejemplo el momento en el que su padre abandona el hogar familiar y poco a poco, la imagen del joven Jorge se va diluyendo hasta casi desaparecer.

Trabajo que le ha llevado siete años a su autor, que se ha labrado una exitosa carrera en Francia, donde alterna trabajos personales (Dear Patagonia) con colaboraciones con otros guionistas (¡Maldito Allende!, Mécaniques du fouet…). Además, los que seguimos su carrera, hemos tenido la suerte de disfrutar de esos 'cuadernos de trabajo', artbooks, titulados #1 y #2, en los que González nos abre la puerta de su estudio para compartir esa parte que casi siempre queda oculta del proceso creativo. Bocetos, pinturas, collages, historias cortas, etc… Dos joyas para todos los que admiren la obra de este interesante autor.

Fútbol, paternidad, amistad… Vida. Sobre todo esto y mucho más se reflexiona en las páginas de Llamarada.


Malaga Hoy


sábado, 26 de septiembre de 2020

Quemadero Nº5 por Sergio Aragones

 









El Pais. Pequeño Pais. 



Como una quemada y amarga tostada

Aquellos extraños y escalofriantes asesinatos se iban a convertir en una auténtica pesadilla para el protagonista de esta alucinógena historia creada por el genial Bill Sienkiewicz

JOSÉ LUIS VIDAL

24 Septiembre, 2020 

Egon Rustemagik pasaba las horas, los días, sumergido en una nube producida por la medicación administrada en la que se había convertido, desde que 'aquello' ocurrió, en su casa.



Stray Toasters

Autor: Bill Sienkiewicz

Tapa dura

224 págs.

25 euros

ECC Ediciones


Un terrible asesino en serie acecha en la ciudad, y pese a estar total y completamente desquiciado, Egon es el único que puede darle caza. Por algo es el mejor psicólogo criminal y reputado escritor del lugar.

Pero una vez se encuentre frente al cadáver de aquella mujer, tirando del hilo, comenzará un camino que, si lo hubiera sabido antes, no se habría atrevido a tomar.

Debbie Dissler era paciente del amor de su vida, la doctora Abigail Nolan, Abby. Una psicoanalista que utiliza métodos algo 'extremos' para tratar a sus pacientes y que guarda en su interior una herida causada por Egon que no se ha cerrado nunca.

Precisamente, en estos momentos, uno de sus clientes más especiales es el abogado y ayudante del fiscal, Harvard Chalky, que preso de sus obsesiones, aguanta una sesión sadomaso, soñando en lo más profundo de su ser con poseer a la que en esos momentos es su dominatrix

Mientras tanto, a medida que la trama avanza, leeremos las postales de un demonio que está disfrutando de un viaje lejos del azufre y el asfixiante calor del Averno.

La ola de crímenes se incrementa, con varios niños que han sido asesinados por esa extraña, desquiciada mezcla de hombre y máquina, con cabeza de tostadora.

El caso avanza, y Egon, como una peonza sin destino, visita a Dahlia, una bella y exótica mujer que parece saber mucho sobre lo que está ocurriendo y está íntimamente relacionada con el Dr. M. Violet, una repugnante masa de grasa, tubos y cables que parece estar implicado también en esta loca trama…

Nos encontramos ante la obra más personal de su autor, el ilustrador Bill Sienkiewicz, que había dejado un pabellón bien alto en su paso por Marvel (Caballero Luna, Nuevos Mutantes, Elextra Assesina…), editorial en la que comenzó a demostrar su talento, siendo un claro heredero del trazo del Maestro Neal Adams, del cual fue desprendiéndose poco a poco hasta llegar a lo que es hoy. Un genio absoluto de la ilustración.

Y los genios deben disfrutar de total libertad para crear, cosa que ocurre en esta Stray Toasters, tanto gráfica como argumentalmente. Echad en la coctelera de los géneros un poco de noir, mezcladlo con algo de ciencia ficción y un buen chorro de locura. Obtendréis un cóctel único, al que seguro que escritores como William Burroughs le daba la mejor nota, ya que su trama parece sacada de uno de sus alucinados y alucinógenos relatos y novelas.

No le deis muchas vueltas, entrad con la mente y los ojos bien abiertos, y así os aseguro que disfrutareis al cien por cien de esta maravilla, en la que su autor despliega todas sus armas, su talento arrollador, y hace que nos quedemos, babeantes, hipnotizados ante sus composiciones de página y las diferentes técnicas que utiliza.


Malaga Hoy


El hippie que llegó de las estrellas

'Delta 99' (1967), de Josep Toutain, Jesús Flores Thies y Carlos Giménez, una serie de ciencia ficción protagonizada por un agente de la Confederación de Planetas de las Tres Galaxias



GERARDO MACÍAS

23 Septiembre, 2020



'Delta 99'. Guion: Jesús Flores Thies. Dibujos: Carlos Giménez. Glenat, 2007.


A finales de los años sesenta, los historietistas jóvenes estaban influidos por el movimiento hippie. El Grupo de la Floresta, en San Cugat del Vallés, estaba formado por dibujantes viviendo a su aire, dejándose crecer el pelo y las barbas, entre largas sesiones de lectura, recitales de poesía, discusiones políticas... En ese estudio fue donde comenzó a dibujar la serie Delta 99 Carlos Giménez, uno de los grandes clásicos españoles, y auténtico cronista de la Transición.

Delta 99 es una obra de juventud que adelanta la siguiente obra de ciencia ficción de Giménez, Dani Futuro, publicada poco más tarde en la revista Gaceta Júnior, aún dentro de un género que no hace gala de esa visión costumbrista y autobiográfica que le dio fama.

La idea de Delta 99 surge de Josep Toutain, propietario de Selecciones Ilustradas que luego crearía Toutain Editor. Jesús Flores Thies primero, y Víctor Mora después, fueron los encargados de escribir los guiones. Para el dibujo, se contó con Carlos Giménez, quien a partir del episodio octavo dio la alternativa a Adolfo Usero, como colaborador primero y como dibujante único a partir del decimoprimer episodio.

Delta 99 es un extraterrestre de aspecto totalmente humano. Procede de la Confederación de Planetas de las Tres Galaxias, y es enviado a nuestro planeta para velar por la Tierra hasta que se integre en la citada Confederación, y para aniquilar a Peligro 1, alienígena que toma la Tierra como base de operaciones para atacar a la Confederación. Delta 99 es un cómic de ciencia ficción cuyas ideas se basan en temas de moda del momento, el año de estreno de la película 2001, una odisea del espacio, dirigida por Stanley Kubrick.

Tras vencer a Peligro 1, Delta 99 lucha contra traficantes de drogas, asesinos profesionales y toda clase de delincuentes, sin que falten, fruto de la época, los camaradas de una potencia no mencionada que quiere destruir los USA y empezar una 3ª Guerra Mundial para obtener el dominio del planeta y esclavizar a los humanos.

Las planchas de Giménez son una autentica revolución de planificación, montaje, fundidos y saltos elípticos, insólitos hasta entonces en el cómic autóctono. A partir del segundo episodio, prescinde de la división en viñetas.

En esta serie, se dota al héroe tradicional del tebeo de aventuras de los atributos del personaje de romance. Es decir, chico guapo, pelo largo, inusual en aquella época en los tebeos de aventuras. Los personajes iban vestidos a la moda del momento, melenas, pantalones acampanados, camisas floreadas, minifaldas, grandes y vistosos pendientes, peinados exóticos, jerséis de cuello de cisne, bikinis...

Este álbum incluye los primeros diez episodios de la serie, que tuvo poca fortuna en anteriores ediciones, primero con viñetas guillotinadas por Ibero Mundial de Ediciones para ajustarlas a un formato vertical, y, después, por una edición coloreada de Buru Lan en la que además se cambiaron los guiones. En 1968, cuando aparece Delta 99, el tebeo de aventuras hecho en España se había infantilizado por la Censura, pero Delta 99 supuso una bocanada de aire fresco. La portada de este integral es posterior, de 2003.

Jesús Flores Thies (Málaga, 1931-Barcelona, 2017), militar de profesión, llevaba una carrera paralela como dibujante, guionista e ilustrador. En 1967, Josep Toutain, director de Selecciones Ilustradas, le encargó que hiciera los guiones de Delta 99. Thies se encargó de los nueve primeros. Sus historias también aparecieron en la revista Creepy, ilustradas por Santiago Martín Salvador, Amador García, y Javier Santonja.

Carlos Giménez (Madrid, 1941) tiene entre sus principales características la carga autobiográfica que vierte en su obra. Paracuellos (1976), una de sus obras más celebradas, relata la vida en los hospicios de la España de la posguerra. Posteriormente, en Los profesionales (1977), relata su llegada a Barcelona, donde había sido convocado por Josep Toutain para trabajar en su agencia, Selecciones Ilustradas. También para Toutain crea Érase una vez el futuro (1980), Barrio (1977), y Jonás, la isla que nunca existió (1992). Ha guionizado la versión en cómic de El capitán Alatriste (2005), ilustrado por Joan Mundet.


Malaga Hoy


viernes, 25 de septiembre de 2020

¿Whodunit?

Un lugar de descanso y recuperación se convertirá en la escena de unos terribles crímenes que implican a los seres más poderosos del Universo DC

JOSÉ LUIS VIDAL

21 Septiembre, 2020

La cadencia mensual del comic-book en lo Estados Unidos viene padeciendo desde hace ya mucho tiempo una dolencia. La falta de ideas hace que la gran mayoría de títulos que llegan a las estanterías de las librerías, pese a estar creados con la mayor de las profesionalidades, no hace sino repetir una y otra vez la misma fórmula, con las aventuras de personajes que, o bien están totalmente desgastados después de tanto uso, o no se le has sabido tratar adecuadamente… Siempre repito aquello de “no hay personaje malo”.



Héroes en Crisis


Guion: Tom King

Dibujo: Clay Mann, Travis Moore, Lee Weeks, Mitch Gerads, Jorge Fornés.

Tapa dura

240 págs.

25 euros

ECC Ediciones

Pues bien, cada cierto tiempo, como una bocanada de aire fresco, aparece en el panorama de la historieta de superhéroes un nuevo creador con ideas que a nadie se le habían ocurrido hasta ese momento y saben darle la vuelta, indagar en el interior de los personajes y, al fin y al cabo, son capaces de escribir buenas y originales argumentos.

El ejemplo perfecto para esta situación fue, es, el guionista Tom King, que ha sabido llevar hasta el límite al Caballero Oscuro, o narrado el día a día de un Nuevo Dios, Mister Milagro.

En la estimada competencia ganó merecidamente un Premio Eisner con esa visión (y nunca mejor dicho) del artificial núcleo familiar formado por el sintezoide más famoso de La Casa de las Ideas.

Así que en este Héroes en Crisis, donde se le permite jugar con todos los juguetes de la casa, crea Santuario, un lugar al que los luchadores por la verdad y la justicia pueden acudir cada vez que sientan que algo no va bien en su interior para sincerarse ante un programa que los escucha y procura dar solución a sus pesares.

Situado en la zona occidental de Nebraska, nadie excepto los héroes conoce de su existencia, ya que si ésta se hiciera pública, la confianza del ciudadano de a pie caería al suelo, ya que no vería a esos inalcanzables seres que surcan el cielo como dioses modernos, sino como a personas poderosas con problemas de personalidad, traumas, etc…

Y entonces sucede lo impensable, un terrible crimen que hace que la Trinidad de héroes de este universo tenga que esforzarse al máximo para resolver el mayor de los misterios. ¿Quién tenía conocimiento de este lugar y ha cometido una auténtica masacre?

Curiosamente, no será un héroe quien tenga una importante pista y papel en la trama. Se trata de la desquiciada Harley Quinn, que cree saber la identidad del asesino, que resultar ser uno de los pacientes de este sanatorio tan especial… Booster Gold.

Convertido en un prófugo perseguido por los que hasta entonces han sido sus compañeros, tan solo la inquebrantable amistad de uno de ellos lo pondrá a salvo mientras el team up más impensable se crea, uniendo a la villana Harley con Barbara Gordon, Batgirl.

A lo largo de la historia, los nueves episodios que la componen, iremos conociendo los secretos de todos los héroes que han pasado por Santuario. Y no seremos los únicos, ya que alguien los filtra, enviándoselos a la mejor reportera de Metropolis, que se encuentra ante uno de los grandes dilemas de su carrera periodística, algo que puede llegar a costarle el matrimonio.

Como podéis ver, una trama del todo original, con un desenlace totalmente inesperado, que ni siquiera la Reina del Misterio, Agatha Christie, podría llegar a resolver.

Y junto a Tom King, un grupo de dibujantes que resume lo mejor del panorama artístico del momento: Clay Mann (junto al que prepara la esperadísima miniserie protagonizada por Bruce Wayne y Selina Kyle), Travis Moore, Lee Weeks (con el que ya ha trabajado en anteriores ocasiones, en historias protagonizadas por el heraldo de Gotham), Mitch Gerads (junto al él nos narró la mejor historia de Mister Milagro y en la actualidad comparte, junto a Doc Shaner, las aventuras de Adam Strange) y el español  Jorge Fornés (Solo os diré un nombre, “Rorschach”…)

Con estos creadores de semejante talla, estamos ante una obra de lo más interesante, que nos muestra un perfil hasta ahora inexplorado en el mundo de los superhéroes, con un argumento que os mantendrá pegados a sus páginas.


Malaga Hoy